Argelia vs. Francia: cuando el futbol da vergüenza

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سلام عليك! راك ساڥا؟ (Salam elik! Rak sava?) Este es el saludo en el dialecto argelino del árabe. Espero que estés muy bien hoy. Ayer tuvimos un pequeño paso por Mauritania, para ver las razones de su crecimiento. Es hora de seguir nuestro recorrido por el mundo árabe y en estos momentos nos dirigiremos a Argelia, ya que tiene una relación de amor-odio con Francia. Es momento de ver cómo ha pegado en el futbol.

Recomendación musical 1

Como alguna vez te dije, la música argelina es lo que es gracias al género raï, que trata de canciones para hacer reflexionar a la juventud actual sobre los valores islámicos. De los máximos exponentes es Rachid Taha (رشيد طه). Es que él mismo nació en Orán, la cuna del raï. Como muchos argelinos, tuvo que irse a Francia. Primero estuvo en Lyon, donde trabajó como DJ. También fue vocalista de una banda, Carte de Séjour, que más o menos se ganaba la vida, aunque el éxito les era esquivo. Cuando tuvo suficiente, se fue a París para seguir su carrera de solista. Mezcló el raï con diversos ritmos musicales de todo el mundo. No solamente conquistó al mundo con su canción Ya Rayah (يا الرَايح). Él estuvo en la banda sonora de la película Black Hawk Down, basada en una misión de paz fallida en Mogadiscio, Somalia, en 1993. Esta es la canción que compuso: Barra barra (بره بره). El significado de la letra es hablar de todos los problemas que tiene Argelia y que debes escapar del país para huir de ellos. Esta es la canción.

Vamos al tema de hoy.

Éric Zemmour, pour que la France reste la France

En abril es la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia y empiezan las apuestas. ¿Quién será el rival de Emmanuel Macron para gobernar los próximos cinco años? En octubre y noviembre empezó a sonar un nombre que eclipsaba a personas de la talla de Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon. Se trata de Éric Zammour. Con 63 años ha tomado por asalto las conversaciones cotidianas de los franceses y de pronto se ha erigido como una opción viable para un cambio de timón. Él mismo es líder de Reconquête, un partido de extrema derecha fundado apenas el año pasado.

Para su campaña política, Zemmour ha empleado un eslogan con tintes polémicos: «Pour que la France reste la France» (Para que Francia siga siendo Francia). En realidad no es nuevo, se trata de un refrito de una campaña de un diputado del partido de derecha Les Républicans, Eric Ciotti (departamento de los Alpes Marítimos, con capital en Niza). Eso refleja la visión de Zemmour, con influencia descarada de Donald Trump: poca experiencia política, imagen de hombre de negocios, nostalgia al pasado poderoso de la República Francesa… Para él, debe haber un control férreo de la migración, en especial desde el Magreb. Cuando él era niño, vivía en una banlieue de Montreuil a las afueras de París y era su paraíso; ahora, la banlieue es el foco de violencia y extremismo islámico.

Lo irónico del asunto es que Zemmour es precisamente producto de la inmigración del Magreb. Sus padres eran judíos argelinos que huyeron a Francia en los años 50 temiendo represalias y violencia por la inminente independencia de Argelia. La comunidad magrebí es la más nutrida en el país y para ellos sus palabras son una auténtica traición después de tantos años de lucha. Argelia es el ingrediente mayoritario de esta comunidad y la historia con Francia raya en la brutalidad y la cordialidad.

Colonización de Argelia, brutalidad francesa

Curiosamente el nombre de Argelia en árabe quiere decir «las islas». Se decía que en la ciudad de Argel había una isla, pero hay una teoría que este término es una metáfora del terreno fértil que está entre el Mar Mediterráneo y el Sahara. Cualquiera que sea el significado, hasta principios del siglo XIX formaba parte del Imperio Otomano, cuyos dominios más lejanos empezaba a caerse a pedazos. Es muy injusto no mencionar que Argel se defendió de manera férrea ante incursiones de españoles y portugueses.

Francia detectó un área de oportunidad nada despreciable en cuanto a la economía. Ellos querían acabar con la plaga de piratas y corsarios que mermaba el comercio mediterráneo, y también querían acabar con la esclavitud de las poblaciones cristianas que no eran tan pequeñas. Sin embargo, el pretexto perfecto ocurrió en 1827 cuando el cónsul francés, Deval Alexandre, quiso negociar condiciones nada justas para con el comercio otomano. El gobernador, Hussein Dey (حسين داي), lo golpeó con su batidor. A partir de ahí, los franceses bloquearon el puerto de Argel durante tres años hasta que Dey no tuvo más remedio que entregar la ciudad.

No fue una conquista sencilla ni tersa. Los argelinos son un pueblo bravo y opusieron resistencia. Tardaron casi 50 años en lograr el control de todo el territorio argelino. Para asegurarse el éxito, confiscaron toda la tierra fértil, concentrando las pocas hectáreas de suelo no desértico en manos extranjeras. Argelia quedó reducida a una colonia agrícola para la producción de olivo, cítricos, hortalizas y en especial la vid, con hasta 154 mil hectáreas. No ocurrió así con la industria pesada, la cual fue importada desde Francia. Hay voces que claman que el proceso de colonización de Argelia bien podría entrar en la categoría de genocidio, pues más de 825.000 vidas de argelinos fueron segadas de manera indolente.

Hasta 1880 se logró la pacificación del territorio y se realizó la colonización a gran escala del territorio, así como la agricultura colonial. El ferrocarril era el principal medio de transporte… reservado para los europeos. Como resultado de todo este cambio, en un siglo la población se polarizó entre centros urbanos muy privilegiados y el abandono de las masas rurales.

Naturalmente los argelinos autóctonos no se iban a quedar con los brazos cruzados y querían sacarse de encima a Francia como fuera. Intentaron por la vía política a través del partido Jeunes Algériens, creación de migrantes argelinos en Francia. Había dos posturas básicas en argelinos: infiltrarse gradualmente en las instituciones francesas o defender a rajatabla la identidad musulmana.

Todavía la II Guerra Mundial fue motivo para el rencor de los argelinos. Lucharon como soldados franceses con todo el valor posible y curtidos con las condiciones duras de la vida de los pieds-noirs; aún así, cuando cayó el régimen de Vichy y se restauró la República Francesa, su voto no contaba igual que el de un ciudadano francés nacido en la Metrópolis y su aporte fue desestimado en los libros de historia. En 1945 ocurrió una masacre en la ciudad de Setif, cuando en una protesta para demandar igualdad de trato, los argelinos mataron a 100 franceses; el ejército ocupante contraatacó matando a 6.000 argelinos.

La guerra entre Argelia y Francia estaba en marcha, pero no sería hasta 1954 que empezó formalmente, cuando se creó el Frente de Liberación Nacional. Por esas fechas, la situación económica era precaria por la lenta recuperación después de la II Guerra Mundial. Los franceses no querían irse, porque ahora se habían descubierto bienes mineros, como plomo, zinc y fosfatos, y además, en Argelia había yacimientos cuantiosos de petróleo. La brutalidad francesa tuvo una represalia igual o más brutal por parte de Argelia y muchos colonos y argelinos tuvieron que irse a Francia. Los franceses quisieron parar la revuelta con crímenes de lesa humanidad, pero sin éxito.

La ocupación francesa duró hasta 1962 con la firma de los acuerdos de Évian, que anunciaron un cese al fuego, la renuncia de Francia a los territorios y el reconocimiento de la soberanía de Argelia, entre otras cosas.

Actualidad de los argelinos en Francia

El número de argelinos en Francia no está claro. Según el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos de Francia (INSEE) habla de casi dos millones de migrantes argelinos en Francia, lo cual representa más del 15% de la población total migrante y es así el grupo más grande de extranjeros. En 2019, el presidente de Argelia Abdelmadjid Tebboune calculó la población de origen argelino en Francia en 6 millones, pero no presentó una fuente desde la cual haya obtenido este dato. Cada año hay un promedio de más de 17.000 argelinos a los que se les otorga la ciudadanía francesa, ocupando así el segundo lugar detrás de Marruecos. Ellos viven sobre todo en París, Marsella, Lyon, St. Etienne y el norte del país.

Los argelinos migran en masa a Francia para buscar las oportunidades que escasean en el país natal y se aceleró en cuanto vieron que las cosas se ponían color de hormiga en la lucha de la Independencia. No paró cuando Argelia ganó la soberanía, sino que sucedió principalmente en la época de los Treinte Glorieuses, 30 años de crecimiento económico sostenido en Francia. En los años 90 la razón fue la inestabilidad a través del golpe de estado para evitar el triunfo del partido Frente Islámico de Separación. Actualmente, los argelinos miran a Francia como las condiciones idóneas para vivir.

Polémicas de argelinos

El choque cultural de argelinos en Francia hace que en ocasiones no logren adaptarse a la cultura. La religión que profesan es el islam, que contrasta con la cultura cristiana tradicional de Francia. A la par de eso, los argelinos frecuentemente sufren de deserción escolar y mal desempeño educativo. También son víctimas de la falta de oportunidades laborales bien remuneradas, y a veces ni siquiera hay acceso a un trabajo. Todo eso causa que haya más riesgo a caer en situaciones de vulnerabilidad social, como drogadicción, crimen y la misma radicalización islámica. Según datos del Ministerio del Exterior de Francia, 800 argelinos son expulsados cada año de Francia.

Sumado a eso, están los estigmas de argelinos como personas sin educación, delincuentes y peligrosas. Esto data desde la propaganda de los años 50 para restarle legitimidad a los partidos políticos de Argelia, y más adelante con la popularidad del Front National a cargo de Jean-Marie Le Pen. Comentarios como el del presidente de Francia, Emmanuel Macron, tampoco ayudan. Él prácticamente cuestionó la existencia de una nación argelina antes de que llegaran los franceses.

Inclusive hay diferencias entre las diferentes tasas de natalidad. Mientras la población francesa decrece, hay una especie de baby boom por parte de la diáspora argelina. Con todos los datos aportados anteriormente, se crea un círculo vicioso, donde los argelinos no pueden acceder a buenas oportunidades y acaparan las ayudas sociales, lo cual crea una zona de confort de la cual cuesta trabajo salir.

Hay argelinos que buscan desesperadamente encajar en la sociedad francesa, pero también hay argelinos que todavía tienen presente el rencor de más de 130 años de colonización francesa infame cual si fuera herida en carne viva. ¿No lo crees? Échale un vistazo a la tercera estrofa del himno de Argelia, Kassaman:

يا فرنسا قد مضى وقت العتاب𝄇
𝄆و طويناه كما يطوى الكتاب
يا فرنسا ان ذا يوم الحساب
فاستعدي و خذي منا الجواب
ان في ثورتنا فصل الخطاب
و عقدنا العزم ان تحيى الجزائر
فاشهدوا… فاشهدوا… فاشهدوا

Oh Francia, se acabó el tiempo de las palabras
Hemos acabado con ellas como cuando acabamos un libro
Oh Francia, ha llegado el día en que tienes que rendir cuentas
Prepárate, he aquí nuestra contestación
El veredicto, nuestra Revolución lo pronunciará
Porque hemos decidido que Argelia vivirá
Sean testigos

Esta dicotomía odio-necesidad se pudo ver en un partido de futbol entre ambos países.

Francia vs. Argelia: el futbol como una manera de limar asperezas

Todo surgió como una buena idea para catapultar las relaciones Francia-Argelia a una nueva era. Estaban a punto de cumplirse los 40 años de la independencia de Argelia, ya había una comunidad nutrida de argelinos en Francia. Los representantes de la Federación Francesa de Futbol y su contraparte argelina convinieron en realizar un encuentro para a través del balón hermanar a dos naciones con pasado turbulento. La cita sería el 6 de octubre de 2001 en el Stade de France, en Saint-Denis. Ese barrio al norte de París tiene una de las mayores concentraciones de argelinos. Todo era simbólico.

El partido tenía una cobertura bastante amplia por parte de medios de comunicación, pero no precisamente porque Argelia tuviera un poderío deportivo. Las realidades de ambas selecciones contrastaban entre sí. Les Bleus ganaban títulos con los ojos cerrados. Eran campeones del mundo (1998), de Europa (2000) y de la Confederaciones (2001). En esos momentos el campeón no tenía que desgastarse en las eliminatorias mundialistas y buscaba una preparación para el primer mundial en tierras asiáticas. Por su parte, Argelia estaba sumida en tiempos oscuros. No levantaba en Copa Africana de Naciones y su eliminatoria para Corea-Japón había sido un fiasco; cuarto lugar de un grupo con Senegal, Marruecos y Egipto. En el ránking FIFA estaba apenas en el lugar 73. Los cambios de entrenadores estaban tan a la orden del día que Rabah Madjer (رابح ماجر) tuvo que regresar.

La narrativa tomó un giro para mal con el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre. De pronto el ser musulmán estaba ligado al terrorismo; los argelinos no quedaron exentos. Se desplegó un mayor dispositivo de seguridad y hasta la FIFA catalogó ese partido como de alto riesgo; no fuera una hora mala para un atentado terrorista. Cundían las voces de suspender el partido, pero se decidió seguir adelante con el show porque de otra forma era perder la batalla contra la islamofobia. La otra razón era la presencia de Zinédine Zidane, quizá el argelino francés del momento. Había una actitud de los jóvenes argelinos favorable; apoyarían a la nación que les dio todo y a la que les dio la sangre. ¿En verdad los franceses y los argelinos habían madurado? El morbo estaba a todo lo que daba y había un mal presentimiento.

Vergüenza en Saint-Denis

Llegó el sábado 6 de octubre. La hora: 20:30. El Estadio de Saint-Denis estaba abarrotado, con más de 78 mil espectadores a la espera de esa reconciliación a través del futbol. Se anunciaron las alineaciones:

Roger Lemerre salía con un 4-4-2: Fabien Barthez en la portería. La defensa tenía a Vincent Candela, Marcel Desaïlly, Frank Lebœuf y Liliam Thuram como capitán. La media era imponente, con Emmanuel Petit, Robert Pirès, Patrick Vieïra y Zinédine Zidane. Y en punta estaba el binomio Thierry Henry-David Trézéguet.

Rabah Madjer también optaba por el 4-4-2: Hichem Mezaïr (هشام مزاير); Mohamed Bradja (محمد براجة), Mehdi Méniri (مهدي منيري), Moulay Haddou (مولاي حدو) y Slimane Raho (سليمان رحو); Omar Belbey (عمر بلباي), Nasreddine Kraouche (نصر الدين كراوش), Djamel Belmadi (جمال بلماضي) y Yazid Mansouri (يزيد منصوري); Farid Ghazi (فريد غازي) y Abdelhafid Tasfaout (عبد الحفيظ تاسفاوت).

(Crédito: Gilles BASSIGNAC/Gamma-Rapho via Getty Images)

Todo lucía normal. Primero venía Kassaman que se escuchó con todo respeto. Venía ahora La Marsellesa, el himno nacional francés. Y de pronto se escuchó una silbatina generalizada. No importaba que la intérprete era francotunecina, el odio estaba ahí. El partido había comenzado con el pie izquierdo. Antes del partido, el director de la UNESCO Matsuura Koichiro (松浦 晃一郎) les entregó un reconocimiento por promover la paz. Zidane lanzó un mensaje a favor de la paz y se saludó efusivamente con Madjer.

El árbitro portugués Gomes Costa silbó y rodó el balón. Como se esperaba, Francia fue superior desde el minuto 1, pero el público silbaba cada que tenía el balón. No se salvó de la rechifla ni Zidane. Argelia no estaba en su mejor momento y perdía balones de manera increíble; esto por supuesto fue castigado en el primer gol al minuto 20′ gracias a una contra que remató Candela. Al 32′ Petit también aprovechó las facilidades defensivas para marcar el 2-0. Al 41′ aumentó a 3-0 con un centro de Candela que Trézéguet peinó y Henry cerró la pinza. A punto de irse a los vestidores, hubo falta en el área francesa. Tiro libre directo. Djamel Belmadi, que sufría en la banca del Olympique de Marsella, pidió patear al arco. A una distancia de 19 metros la barrera tenía intrusos argelinos. El balón pasó arriba de la barrera francesa y Barthez no pudo hacer nada. 3-1 y el Saint-Denis explotaba de júbilo.

El segundo tiempo vio a Argelia intentar una y otra vez acercarse en el marcador. Francia había mandado a descansar a Zidane. Al minuto 55′ estaban embarcados en el ataque, pero de pronto se armó el contragolpe francés. Tres contra uno más el portero. Henry sirve a Trézéguet que dispara, a lo que Mezair detiene como puede, pero el rebote le cayó a Pirès quien marca el 4-1.

Corría el minuto 73. Los franceses se daban por bien servidos con ese 4-1 y ya no estaban interesados en atacar, y los argelinos querían llegar, pero no podían. En eso, un aficionado argelino ataviado con la bandera blanca, verde y roja burló a la seguridad y se metió al campo. Luego otro, luego otro, y finalmente hasta 100. La situación se hizo insostenible y el partido se tuvo que dar por finalizado.

Los seleccionados franceses estaban realmente enojados, los argelinos estaban tristes y deprimidos. Habían dejado pasar una oportunidad histórica para la reconciliación. Hay una toma donde se vio a Thuram realmente enojado e increpando a uno de esos invasores. Le decía: «¿No te das cuentas de lo que haces? ¿No te das cuenta de que refuerzas todos los prejuicios que hay sobre ti? Luego vas a llorar y vas a decir que no entiendes nada». La Ministro de Juventud y Deporte, Marie-George Buffet, fue agredida en su palco, aunque sin gravedad. El partido de la reconciliación no terminó.

Corrieron investigaciones, la hipótesis de una acción premeditada se desechó después de tiempo. La prensa francesa y la argelina se unieron en una condena hacia esta vergüenza. Este incidente provocó que el presidente Jacques Chirac endureciera la ley para quien faltara al respeto al himno francés. Además, eso potenció la retórica ultranacionalista de Monsieur Le Pen para con Les Bleus; él se había quejado de la falta de franceses puros en el mundial de Francia 1998 y se tuvo que tragar sus palabras cuando se alzaron con la Copa Mundial de la FIFA.

Aporte argelino al futbol francés

Como parte esencial del engranaje social francés, los argelinos han contribuido al futbol de Francia. No fue a partir de la aparición de Zinédine Zidane solamente, sino que esto empezó desde la década de los años 30, cuando Abdelkader Ben Bouali (عبد القادر بن بوعلي) no solamente deslumbraba en el Olympique de Marsella, sino que jugó con la selección gala un amistoso ante Irlanda. Fue convocado para el mundial de Francia 1938; desgraciadamente, no pudo entrar a ninguno de sus dos juegos.

Para nuestro siguiente argelino, tenemos que irnos hacia la década de los 50. Nos encontramos con Rachid Mekhloufi (مخلوفي), que nació en Sétif. Se mudó a Francia, combatió en el ejército francés durante la II Guerra Mundial y fichó con el Saint-Étienne.

Su buen nivel casi lo lleva a la selección francesa que disputaría el mundial de Suecia 1958, junto con Mustapha Zitouni (مصطفى زيتوني); pero semanas antes, dos amigos paisanos lo convencieron de ir a ayudar a su patria. Sus nombres eran Mokhtar Arribi (مختار عريبي) y Abdelhamid Kermali (عبد الحميد كرمالي). Ellos también convencieron a siete jugadores argelinos más que deambulaban en el campeonato francés.

Así se conformaba la primera selección argelina, la selección FLN. En total disputó 91 partidos, todos ante selecciones no FIFA; como Francia era decana del futbol, presionó para que fueran sancionados los valientes que jugaran contra ellos. Esa fue la mejor propaganda del Frente de Liberación Nacional: daban a conocer la situación de Argelia y recaudaban fondos.

Argelia se independizó en 1962, la selección FLN se desintegró y los jugadores regresaron a Francia. Poco a poco mutaron el recelo en cariño de nuevo gracias a su gran juego. El Saint-Étienne ganó la Copa de Francia en 1968 con goles de Mekhloufi y Charles de Gaulle le entregó la copa diciendo: «Vous êtes français!». No era una necedad, era una manera de zanjar las diferencias.

Las relaciones entre Argelia y Francia son bastante estrechas en futbol. Argelia ha volteado en muchas ocasiones a su paisaniza nacida en Francia para reforzar a los Zorros del Desierto. Así tenemos a Madjid Bougherra (مجيد بوغرة), Noureddine Kourichi (نور الدين قريشي), Karim Ziani (كريم زياني), Yacine Brahimi (ياسين براهيمي) y sobre todo a Riyad Mahrez (رياض محرز). En el mundial Brasil 2014, Argelia convocó a 16 jugadores nacidos en Francia, de 23 posibles, y le funcionó, a tal punto que superó la fase de grupos por primera vez en la vida. Este éxito inspiró a otras selecciones a hacer lo mismo, como Marruecos y Surinam con respecto a sus diásporas en Países Bajos (ya escribí al respecto).

Por otra parte, hay francoargelinos que prefieren vestir la casaca azul. Su estilo de juego, su talento y su stamina son un bien preciado para el futbol francés. Zinédine Zidane (زين الدين زيدان) es el más rutilante, pero también hay más. Mención especial merece el Premio Nobel de Literatura, Albert Camus (ألبير كامو); portero en Argelia en su juventud. Y aún hay más: Samir Nasri (سمير نصري), Jean Bastien, Nabil Fekir (نبيل فقير), Kylian Mbappé y en especial Karim Benzema (كريم بنزيما). Este último tuvo una época donde fue injustamente pasado por alto por Didier Deschamps, justamente cuando pasaba con un gran momento de juego y estaba vigente el escándalo de prostitutas. Tal era su frustración que él llegó a declarar que pediría a la FIFA que le cambie la nacionalidad a Argelia.

Éric Zemmour ha pagado cara su inexperiencia. No es lo mismo ser escritor y políticamente incorrecto que contender por vivir en el Élysée Palace. Exabruptos ante periodistas, respuestas imprudentes, uso de imágenes sin consentimiento, entre otros, han sido errores que le han costado muchos puntos. Con el 10% de las preferencias, marcha en cuarto lugar en la carrera presidencial y parece que el abrazo de la sobrina de Le Pen, Marion Maréchal, será insuficente para que al menos llegue a la segunda vuelta.

Esto es apenas una muestra de la paradoja en la que viven los francoargelinos. Amar a la Francia que te ha dado todo u odiar a la Francia que dominó brutalmente a tus ancestros. Parece que es una disyuntiva sin salida, pero el futbol muestra que es posible andar en este color gris. El pasado puede doler, pero es necesario mirar hacia el futuro si queremos un presente sin rencor.

Fuentes

Bassets, Marc. Éric Zemmour, oráculo de una Francia “nostálgica y reaccionaria”. El País. 4 de diciembre de 2021
Nice-Matin. Eric Zemmour reprend un slogan de campagne d’Eric Ciotti, Renaud Muselier ironise. 16 de marzo de 2022
Observatoire de l’immigration et de la démographie. L’immigration des Algériens. 18 de octubre de 2021
BBC News Afrique. Algérie-France : l’histoire des épineuses relations entre les deux pays. 9 de octubre de 2021
Moumen, Abderahmen. De l’Algérie à la France. Les conditions de départ et d’accueil des rapatriés, pieds-noirs et harkis en 1962. CAIRN.info. 2010/3. N° 99. pp 60-68.
al-Jazeera. Why is Algeria angry at Emmanuel Macron? 4 de octubre de 2021
Hernández, Javier. No dejaron acabar el Francia-Argelia. Diario As. 6 de octubre de 2021
The Guardian. Fans force abandonment of watershed France v Algeria match. 8 de octubre de 2001
Amara, Mahfoud. Soccer, Post-Colonial and Post-Conflict Discourses in Algeria: Algérie-France, 6 Octobre 2001, «ce n’était pas un simple match de foot». International Review of Modern Sociology. Vol. 32, No. 2, (Otoño de 2006), pp. 217-239
García-Arjona, Noemí. Deporte e inmigración. Cobertura mediática y repercusión social de la selección nacional de fútbol de Francia. Historia y Comunicación Social. Vol. 17 (2012). pp. 85-102
Ruiz, María Nibila. Argelia y Francia, de la inmigración a la integración. El problema de ser francés con ascendencia argelina. Tesis para obtener el título de Relaciones Internacionales en la Universidad Abierta Interamericana. Mayo de 2014
Bonnin, Noémie; Salomon, Bruno. «Ce serait un match de prestige» : 18 ans plus tard, la France et l’Algérie vont-elles de nouveau s’affronter sur un terrain de foot ? Radio France. 4 de septiembre de 2019
López, Paco; Abou-Kassem, Omar. La Francia multicolor que humilló a Le Pen. El Diario. 24 de junio de 2018
Ficha técnica del partido Francia vs. Argelia. 6 de octubre de 2001
Ránking FIFA de septiembre de 2001
OV, Bernardo. Argelia y su once de la Independencia. Apuntes de Rabona. 13 de octubre de 2020
Aristegui Noticias. Política y futbol: Argelia, ¿la segunda selección francesa? 27 de junio de 2014
Menéndez, Carmen. Traición en la ultraderecha francesa | La sobrina de Le Pen da su apoyo a Eric Zemmour. EuroNews. 7 de marzo de 2022

Argelia no es solamente un país árabe. Argelia no se puede entender sin un componente beréber llamado Kabylia. Está en la única región en África donde nieva, sin contar las cimas de montes como el Kilimanjaro. Kabylia es distintivo de la cultura árabe que permea a esta república. En el futbol están presentes, con jugadores como Zinédine Zidane, Karim Benzema y Kylian Mbappé. También tienen una selección en la ConIFA. En nuestra siguiente parada veremos el futbol en Kabylia.

Recomendación musical 2

En 1999, Sting estaba en boga. Sacó una canción inspirado en el sufismo de Rumi. Se llama Desert Rose. Ese hitazo no habría sido posible sin la colaboración de Cheb Mami (شاب مامي), cantante argelino. Su técnica vocal es tal que su voz es imposible de ser imitada, y esto está probado científicamente. Su música mezcla el raï con influencias españolas, marroquíes, turcas y griegas. En 2006 anduvo en malos pasos y llegó a dar a la cárcel en París por forzar un aborto a su ex esposa. Por buen comportamiento fue liberado en menos tiempo, pero no ha regresado a la escena artística; el estigma es aún fuerte. Esta es una canción que denuncia el maltrato que los franceses le dan a los argelinos. Se llama Parisien du Nord.

Recapitulemos

Éric Zemmour es un candidato francés de ultraderecha que se ha pronunciado en contra de la migración y el islam radical. Curiosamente es de origen argelino. La historia entre ambos países es por demás espinosa: una conquista sin escrúpulos y la explotación de sus recursos, a expensas de millones de muertes. Esta colonia duró más de 130 años. Hoy en día casi dos millones de franceses son argelinos o tienen orígenes argelinos, siendo así la comunidad extranjera más numerosa en Francia. No se integran tan fácilmente a la sociedad francesa. Hay todavía mucho rencor histórico, como quedó plasmado en un partido amistoso en 2001. Había mucha expectativa por hermanar a ambos países, pero silbaron La Marsellesa y ante la derrota 4-1 invadieron la cancha. Francia y Argelia guardan mucha relación entre sí con futbolistas que escogen a un país o a otro; los más famosos son Zinédine Zidane, Karim Benzema, Kylian Mbappé, Riyadh Mahrez y Albert Camus.

Nos vemos la siguiente. روح بسلامة! (Rouh baslama!)

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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