La semana pasada se dijo aquí con el caso de Fernando Beltrán que ya era significativo hablar dos veces en un mismo torneo de un jugador. Tras los cuartos de final del Clausura 2022, Diego Valdés ha dejado claro por qué en la vuelta de la eliminatoria entre América y Puebla. Tras un partido de ida complicado a nivel colectivo y algo más destacado en lo individual, su actuación en la vuelta de los cuartos de final es justo lo que las Águilas necesitan para pensar en grande. Este es el destacado de la jornada.
En el habitual 4-2-3-1 de Fernando Ortiz, el chileno ha vuelto a dejar sensaciones muy positivas partiendo de la mediapunta. Si en el Cuauhtémoc comenzó detrás de Federico Viñas, en casa inició respaldando a Henry Martín. En un contexto todavía más reactivo que en la ida y con un punta que hace jugar más y mejor a sus cercanos, el ex Santos Laguna marcó diferencias una vez más conectando al equipo arriba y dando el plus en el último tercio del campo.
Con Martín ofreciéndose bien para jugar de espaldas al arco rival, Diego Valdés se movió de forma muy inteligente compensando espacios y dando soluciones con y sin balón. Cuando los de Coapa juntaron más balón, apareció cargando el área tras el movimiento de Henry, pero también generó ventajas del lado izquierdo del 3-5-2 del equipo de Nicolás Larcamón. Ocupó y lastimó el costado de Federico Mancuello (interior izquierdo) mientras Alejandro Zendejas trazaba la diagonal hacia el área. desde la derecha. Prueba de cómo desatascó las cosas ahí son sus cuatro regates completados en cinco intentos.
Además de su capacidad pasadora (15 de 17 y un pase clave), mostró sus armas para asentar ataques con recorrido en vertical y su conducción de balón. En el segundo tiempo, hizo la diferencia en un escenario de contraataque permanente para el América. Cuando el Puebla tuvo que adelantar líneas y asumir la iniciativa para buscar la remontada, los castigó a velocidad con una larga galopada que terminó en asistencia a Alejandro Zendejas al minuto 73 para el 3-1.
Diego Valdés también le dio a las Águilas mucha energía y condiciones para robar. Con dos partidos en uno mismo -primero, el dividido, de ida y vuelta y presiones para forzar pérdidas y atacar; después, el de total iniciativa rival y repliegue del equipo con una Franja que mostró sus carencias en momentos de mucha posesión y urgencia por tener que venir de atrás- el chileno también pesó. Su habilidad para orientar a su par y el esfuerzo en el momento justo le valieron seis duelos de nueve disputados por bajo.
