Cuando se habla de Haití, hay una tendencia a pensar en un equipo puramente físico, pero en la victoria ante México en la reciente fecha, el cuadro dirigido por Nicolas Delphine demostró que hay muchos más recursos que ese. Mediante un bloque organizado, evitar saltos tras algún movimiento rival e identificar las zonas para atacar en largo, el conjunto haitiano hizo ver que su triunfo no fue obra de la casualidad, y más si se tiene a una figura que permite instalarse en campo rival. Esa fue Melchie Dumornay.
En el primer juego del actual torneo se enfrentaron a Estados Unidos, la máxima potencia de la rama. Aún con ello, Dumornay dejó sensaciones más que interesantes jugando casi como delantera centro junto a Roselord Borgella. Y según pasaban los minutos, retrasaba más su posición para completar tareas del mediocampo siempre que el equipo no tuviera el balón.
El accionar ante México
Haití no varió su once inicial ante el cuadro tricolor. Las expectativas de México eran altas si quería pensar en avanzar por un lugar (recordar que pasan a repechaje los terceros lugares de grupo), pero se topó un 4-4-2 que por varios lapsos sumaba superioridad por el centro al pasar a 4-4-1-1. Ahí entra el primer acierto de Dumornay, sumándose desde temprano como una especie de escudo por delante de sus interiores. Por eso, quizás es un tanto difícil describirla con una sola función en el campo.
Sus recorridos son de mediocampista de área a área, aunque con balón es parecida a una extrema con cambio de ritmo. De hecho, durante el partido pasó a realizar ayudas por banda izquierda y algunas carreras dejando por detrás a sus marcadoras; se dio un festín ante la transición defensiva mexicana. Si bien la estadística no lo refleja, Dumornay estuvo implicada en las tres anotaciones: en ambos penales marcados, ella asiste a sus compañeras, y en el tercer gol también provoca la falta que derivó en el 3-0 final, dando muestra de su calidad para tratar al balón.
Melchie Dumornay está llamada a ser una de las figuras internacionales de los próximos años desde su nombramiento en la lista de jóvenes promesas, siendo la número uno del 2022 y todavía con 18 años. Estamos ante uno de los talentos que da y dará de qué hablar si Haití logra colocarse cerca de un mundial a los ojos de todo el planeta. De no ser así, le queda mucho tiempo para llevar al Reims a acercarse a los grandes equipos de Francia. Tal vez la veamos un día disputando la Champions League femenina y en un equipo con la relevancia que merece.
“Sabemos que en algún momento, cuando tengan 20 o 21 años, ficharán por un club más grande, pero ese es nuestro objetivo en este momento, ayudar a esos jugadores jóvenes a que se vean y progresen en un equipo, tal vez con menos presión que en un gran equipo porque estamos más enfocados en el desarrollo individual que en los resultados”.
Amandine Miquel, entrenadora del Stade de Reims femenil
