Dentro del municipio de Hounslow, al oeste de Londres y al lado de los distritos de Fulham y Chelsea, se encuentra la localidad de Brentford, lugar en el que Bernardo Cueva Martínez está cumpliendo el ‘sueño europeo’.
Bernardo tuvo su primer acercamiento con el fútbol gracias a sus padres, quienes lo llevaban desde los tres años a un club deportivo en Guadalajara, su ciudad natal. Intentó jugar profesionalmente en Chivas y Toluca, pero, tras darse cuenta de que no contaba con los argumentos necesarios para jugar en primera división, decidió estudiar la carrera de administración.
Trabajó en la empresa familiar aprovechando lo aprendido en la licenciatura; sin embargo, no tardó mucho tiempo en reconocer que no quería ni podía separarse del fútbol, su gran pasión. Su mente solo pensaba en una cosa, por ello, comenzó a prepararse como entrenador en la AFA, donde recibió la licencia de Director Técnico. Además de sumar certificaciones en Europa, el propio Bernardo asegura que la parte autodidacta también ha sido vital en su proceso de aprendizaje: devorar cientos de partidos, leer libros y charlas con gente experimentada.
La oportunidad en el mundo del fútbol se la dio Jorge Vergara. En Chivas estuvo de 2017 a mediados de 2017, lapso en el cual desempeñó distintas funciones. Desde crear y empujar el Departamento Internacional (en cuanto a fútbol se refiere), buscando generar vínculos con equipos alrededor del mundo, hasta captar e incorporar nuevas metodologías para implementarlas en las diferentes categorías del club. Además, se encargó de modernizar el departamento de Inteligencia Deportiva como jefe del mismo.
Si bien coincidió con Matías Almeyda y su cuerpo técnico, tuvo mayor injerencia en el club durante las etapas de José Saturnino Cardozo, Tomás Boy y el ‘Flaco’ Tena. Después de poco más de tres años, se dio cuenta que su ciclo en la institución tapatía había llegado a su fin y tomó la decisión de salir. No fue algo fácil de asimilar, pues sucedió a a mitad de la pandemia y, como el propio Bernardo relata, no sabía qué seguiría en su carrera. Pero entonces, en medio de la incertidumbre, apareció la aventura europea.
«En Chivas aprendí muchas cosas. Aunque con lo que más me quedo es el poder entender, desde diversas perspectivas, lo complejo que es un club de futbol en todas sus áreas y como ellas tienen que estar alineadas para lograr el éxito en la cancha, que, al final, es lo más importante y por lo que todas las personas en un club debemos de dar el 100% desde nuestra trinchera. Además, el darme cuenta que lo importante es la cultura de un club. Si construyes cultura, tienes todo»
Bernardo Cueva, entrenador del Brentford
Hace unos días tuve la oportunidad de charlar con el propio Bernardo para preguntarle sobre su llegada a Inglaterra, su paso por la Selección de Noruega y el cómo es convivir, gestionar y entrenar a talentos de la talla de Christian Eriksen, Martin Ødegaard o Erling Braut Haaland. Aquí les dejo parte de la plática:
Pepe – ¿Cómo se da tu llegada al Brentford?
Bernardo – Se da gracias a las relaciones que yo había estado construyendo con diversos equipos en el mundo, los cuales consideraba que tenían algo especial o contaban con algún tipo de conocimiento que nosotros pudiéramos implementar en Chivas. Uno de ellos, Brentford. Me llamaba mucho la atención que cada que yo emprendía algún tipo de investigación sobre innovación o formas que retaran lo establecido en una industria muchas veces tan rígida como puede llegar a ser el fútbol, siempre aparecía el Brentford. Logré generar la relación con ellos buscando aprender y llevar a Chivas todo lo adquirido. Tiempo después, me di cuenta que mi ciclo en Chivas había terminado por diversas razones, y se lo comuniqué directamente a Amaury Vergara, con quien estoy muy agradecido. A las tres semanas de mi salida de Chivas, recibí un mensaje de Rasmus Ankersen, uno de los directores deportivos del Brentford. El mensaje decía: -“Bernardo, ¿cuáles son tus planes para la siguiente temporada?”, y mi respuesta inmediatamente fue -«Trabajar para el Brentford”. A los siete días de ese mensaje, ya estaba en Londres realizando entrevistas. No volví a Mexico en dos años. Lo más importante fue que cuando conocí a profundidad las formas, la cultura del club y las personas que trabajan en él, me identifique muchísimo. Un club rebelde, que busca desafiar el status quo, que abre caminos, que busca formas de ser más eficiente y que es pionero en muchas áreas. No dudé ni un segundo en ser parte de su historia.
Pepe – ¿Cómo se dio la oportunidad en Noruega? Y, posteriormente… ¿Por qué decidiste dejarla?
Bernardo – Por medio de un análisis que Noruega hizo sobre su efectividad «a balón parado», se dieron cuenta que era un área de oportunidad e identificaron que en Brentford era una de nuestras fortalezas. El entrenador de noruega, Ståle Solbakken, a quien le aprendi muchísimo, tenía relación con otro de los auxiliares en Brentford, así que por ahí se dio la oportunidad. La federación noruega se contactó con el club y Brentford accedió a que fuera a entrenar con ellos en las fechas FIFA. Fue una gran etapa, de muchísimo aprendizaje. Me ofrecieron continuar con ellos por los próximos dos años con miras a la Eurocopa, pero por temas familiares y personales decidí que no era el mejor momento. Me iba a ser muy difícil entregarme al 100% con ellos y les comuniqué mi decisión. Quedamos muy bien, siempre con las puertas abiertas. Estaré siempre agradecido con todos ahí: entrenadores, jugadores y staff por el recibimiento que me dieron y lo bien que me trataron.
Pepe – ¿Cómo es trabajar con jugadores de súper élite como Haaland, Eriksen u Ødegaard?
Bernardo – Ha sido increíble poder entrenarlos. Los tres son grandes profesionales. Lo que más aprendí de ellos es que la mejor cualidad que tienen ese tipo de jugadores es que son «coachables» (entrenables). Te escuchan, quieren seguir aprendiendo y mejorando, son disciplinados y con una gran mentalidad. También me han ayudado muchísimo a desarrollarme como entrenador, pues a veces como entrenadores caemos en el error de creer que siempre tenemos mucho que aportar al jugador y a veces no es así. Parte importante de darle al jugador herramientas para mejorar es identificar las áreas de oportunidad reales y mantener ese balance entre lo que debemos ofrecerles y lo que no.
Pepe – ¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo a día de hoy?
Bernardo – El proceso, definitivamente. Mantenerme en una búsqueda continua de buscar la perfección (como concepto) y ser mi mejor versión. Hay una frase que me gusta mucho del libro: El Arte de la guerra de Sun Tzu “… Las batallas son ganadas antes de ser peleadas”, habla de la importancia de la preparación. Disfruto muchísimo el ser parte de un equipo, construir y mantener una cultura de excelencia en el club. Trabajar y colaborar en equipo, convivir con los jugadores, planear entrenamientos, entrenar, ver la evolución y sobre todo, la ejecución el día del partido.
Pepe – ¿Y lo mas complicado?
Bernardo – Desconectarme de mi pasión, poder llegar a mi casa con mi esposa e hijo y estar más presente ahí y no seguir pensando o planeando el siguiente día. ¿Qué mejorar? ¿cómo optimizar? Es algo que he ido aprendiendo conforme he ganado experiencia, pero a veces el vivir en la más alta competencia, exigencia y a un ritmo tan alto, es todo un reto (107 partidos oficiales entre Liga, Play-offs, Carabao Cup, FA cup y los Internacionales con Noruega en un periodo de 21 meses).
Bernardo Cueva es parte del cuerpo técnico de Thomas Frank, Manager del Brentford. Actualmente, el equipo londinense trabaja con tres auxiliares, un entrenador de porteros y el preparador físico. El mexicano es el “tactical statistician”, es decir, la persona que está enfocada en la pelota parada y los reinicios de juego, concepto ligado a las “cuatro fases del juego”. En otras palabras, cómo se comporta un equipo ofensiva y defensivamente una vez que la pelota abandona el campo, desde un saque de meta hasta un saque de banda. El fútbol, desde un ángulo analítico, cada día es más complejo porque tiene muchas área de estudio. Todo el tiempo hay innovación.
El atrevimiento y estudio han sido cruciales para que Bernardo llegue a dónde está. No ha sido un camino sencillo, pero con pasión, determinación y preparación está rompiendo paradigmas. Se dice poco y su historia pasa injustamente por debajo del radar; no obstante, en un país que sueña con trascender en el mundo del fútbol y alcanzar el mentado quinto partido en una Copa del Mundo para sentir algo de grandeza, es motivo de orgullo tener a un mexicano en los banquillos de la mejor liga del mundo.