A media semana, Nicolás Ibáñez salvó al Pachuca de una derrota que quizá no merecía del todo. Este domingo, en el 6-1 a Tijuana, todo fue muy diferente gracias a una de las actuaciones más potentes del Apertura 2022. Tras la exhibición de Alfonso González en la séptima fecha del torneo, con un impacto altísimo en el juego y el resultado, ha llegado Erick Sánchez a poner uno de los grandes partidos del certamen. Así jugó el destacado de la jornada 14.
Partiendo del doble pivote en el 4-2-3-1 usual de Guillermo Almada, se devoró el campo pisando todas las alturas de la cancha y aprovechando todas las ventajas posibles. Con Romario Ibarra y Paulino de la Fuente sumando muchas recepciones al pie en los pasillos intermedios, Erick Sánchez siempre le dio una gran cantidad de soluciones a los Tuzos con y sin la pelota. Llegaba, se ofrecía en corto y le ponía siempre la marcha justa a los ataques.
Con la pelota, fue constantemente el hombre que recibía el primer pase y ganaba metros en conducción para luego asociarse en corto. Como podía encontrar a Nicolás Ibáñez al apoyo o conectar con Paulino de la Fuente más entre líneas, tenía las opciones de Kevin Álvarez en banda o Luis Chávez en la siguiente altura. En la medida que la velocidad de las posesiones bajaba, juntó al equipo y fue completando triángulos con todos ellos para avanzar. Si no, acarreó balón muy arriba para hilar pases que permitieron asentarse en la frontal.
Una vez ahí, Erick Sánchez sacó todo su arsenal. Su calidad para encontrar al hombre libre con el último pase, la amenaza de golpeo en el balcón del área y el estupendo tiro de media distancia marcaron la diferencia. Así marcó el 2-0. Y en el 3-0, también mostró su astucia para pisar el área y llegar a zona de remate con calidad para definir en corto. Sus dos asistencias, por otro lado, reflejan lo dominante que es mirando el arco rival de cara, con recursos para eliminar rivales desde el control o un amago corto y así habilitar al compañero en un palmo de terreno.
Sin la pelota, como es habitual, Sánchez le imprimió a la segunda oleada del Pachuca una dosis de agresividad que ayudó a presionar mejor y sacar más provecho a las segundas jugadas. Su lectura para apretar a su par y robar en cualquier altura también fue un punto importante que permitió a los Tuzos correr con mucho espacio al recuperar. Quizá no sea suficiente para convertir este momento en su boleto a la Copa del Mundo, pero confirma que ya está aquí y es el presente de los mediocampistas mexicanos.