Balón. Balón al pie, en conducción y/o a la ruptura, pero balón. Si hay una escuela de fútbol formativo en el mundo que fomente la relación de sus canteranos con la pelota, esa es la de Can Barça. Y aquí no interviene tanto un “modelo de juego” que varía en forma con cada entrenador del primer equipo, sino con la identidad misma de la escuela: la tenencia de balón es innegociable. Si hace falta rodar durante tres minutos para encontrar el espacio, se rueda con facilidad. Pero… ¿el “espacio” lo genera el colectivo o lo hace el individuo?
Lógicamente es una pregunta con trampa. El colectivo podría definirse como la suma de individuos y no ir más allá. Ahora, no es solo el qué, 11 jugadores conforman un equipo, sino más bien cabría ahondar en con quiénes. ¿cómo se relacionan estos 11 jugadores entre ellos, consigo mismos, con el espacio o el rival? Para responder a todo esto habría que individualizar el juego, práctica más complicada y que precisa de atención en el día a día. Aquí se esconde la magia del entrenador, en descubrir a los individuos que entrena. Aquí se encuentra la magia del observador que “descubre” y fomenta determinadas prácticas en el jugador. Y de todo esto nace, independientemente a cualquier entrenador y/u observador, el talento de un jugador como Ferran Jutglà.
Como punta o atacante interior, Ferran Jutglà es actualmente uno de los jugadores con movimientos más complicados de prever y anticipar de todo el continente europeo. Es un futbolista muy enérgico en los movimientos voy-vengo, que se despega de su par para recibir de espaldas y, si este le persigue, ataca repleto de electricidad la espalda de su rival. Estos cambios de ritmo cuando el central rival lo tiene presumiblemente cazado son los que generan dudas en el sistema rival. En el jugador que le persigue, emerge la duda: ¿le persigo y sacrifico la espalda o le regalo la recepción y sufro sus descargas y conducciones? En los compañeros de este par, emergen más dudas todavía: ¿cómo reajusto este intervalo que ahora va a atacar Jutglà? ¿Cómo freno esta recepción de un jugador que también tiene dinamita en conducción?
Generar dudas al rival podría llegar a definirse también como ese famoso “ganar duelos”. Ferran Jutglà los suele ganar por incomparecencia de su par. Cuando va al apoyo, quien le persigue llega tarde. Cuando se mueve, los rivales cercanos lo pierden de vista. Y cuando rompe no hay nada que hacer, tan solo rezar porque el portero acierte en el 1v1. Es un futbolista magnífico recibiendo de espaldas, con una lectura de escándalo, que conduciendo desborda y apoyando genera ventajas continuas.
Es así, a partir de un talento como este, la forma en la que se puede llegar a crear sistema, porque el sistema lo crean los jugadores antes que la pizarra. Son ellos quienes generan, encuentran y atacan espacios. Abandonar el hogar ha sido para Jutglà una bendición: la sensación de peligro en la portería rival cada vez que recibe es continua, y así lo manifiestan sus cifras. En tan solo 14 partidos jugados en el Club Brujas, el español suma 8 goles y 5 asistencias, siendo además determinante en la UEFA Champions League: dos goles y dos asistencias contra Porto y Atlético de Madrid.