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HISTORIAL

¿CÓMO CLASIFICÓ?

ANÁLISIS

No existen muchas garantías para considerar que la anfitriona pueda competir al nivel de una Copa del Mundo. Qatar se presenta como una de las selecciones más débiles con y sin balón, que ante rivales europeos u oceánicos suma un historial poco esperanzador, pero que en la pasada Copa Árabe dejó actuaciones de buen nivel contra Irak (3-0) o Emiratos Árabes (5-0). En este sentido, es de suponer que en la fase de grupos sea la colista y se escude más en hacer los partidos largos y broncos, que altos de ritmo y limpios en duelos.

En general, la selección de Qatar está acostumbrada a no acumular balón en sus partidos. Se organiza desde un sistema en 5-3-2 con y sin la bola, sin ser valientes en la presión y resguardándose en un bloque medio-bajo que hace aguas por los costados. Siendo un combinado sin apenas individualidades qué resaltar, en este armado defensivo tiende a generar espacios continuos por dentro (su bloque no genera equilibrio ni estabilidad) y desbarajustes por fuera con cada salto de sus carrileros.

La clave para entender a Qatar está en lo comentado: carece de individualidades. Además de todas las deficiencias que tiene el combinado asiático a nivel colectivo, cuando cuentan con él no son muy dados a transiciones rápidas ni a generar dudas en la presión tras pérdida rival. La calidad de sus piezas es baja, y se puede esperar que ante rivales de mayor calado se presenten como una selección frágil y sin argumentos competitivos. Siempre tratan de buscar a Akram Afif, con bastante tendencia a caer sobre banda izquierda para oxigenar a su equipo, aunque tampoco es un talento con capacidad para marcar gran diferencia en un torneo de este calibre.

A nivel de bloque, Qatar casi nunca busca apretar a la primera línea rival. Se resguardan cerca de la frontal del área, descansando los delanteros en estos momentos de repliegue tapando línea de pase con los mediocentros; por lo demás, los tres medios se reparten el centro del campo, encimando al desmarque en apoyo pero haciendo aguas cada vez que alguien ocupa la zona entre líneas. Es un equipo endeble, muy dado a la basculación lado-lado en un ritmo lento, que tampoco suma talento defensivo dentro de su línea de cinco.

Asimismo, no existen muchos argumentos para confiar en que la anfitriona pueda estar a la altura de la competición. Sus aspiraciones para sumar puntos pasarán por ser un bloque estrecho, corto y en la relación entre Akram Afif (perfil de extremo a pie cambiado, no muy eléctrico pero con el balón pegadito al pie para facilitar avances) y Almoez Ali (el otro descolgado de Qatar, con perfil de delantero que aparece en apoyo y se entiende con Afif a partir de sus descargas y movimientos sin balón).

XI TIPO

FIGURA: AKRAM AFIF

Dentro de una endeble selección qatarí, es de suponer que la figura de Akram Afif es uno de los pocos argumentos a los que se puede aferrar la anfitriona. Su capacidad para caer a banda y darle oxígeno a su equipo, además de su relación con Almoez Ali (realmente todos lo buscan para poder avanzar) es uno de los pocos enteros de valor de los que dispone Félix Sánchez en plantilla. Desde luego no será uno de los grandes talentos del torneo, pero sí un jugador en el que poner el ojo cuando reciba a pie cambiado y busque encarar desde izquierda.

PROMESA: NAIF AL-HADHRAMI

Desde luego, no está llamado a ser la promesa revelación de esta Copa del Mundo, ni tan siquiera a ser titular con Qatar, pero Naif Al-Hadhrami puede ser uno de los pocos jugadores jóvenes convocados para la competición de la que son anfitriones. Extremo derecho a pie natural, es un jugador trabajador en tareas defensivas y que puede llegar a sumar en el bloque estrecho que suele plantar su selección sin balón. Con la pelota es correcto, no arriesga en exceso, pero suma cierta movilidad y soluciones para salir rápido a la contra en transición ofensiva.

ENTRENADOR: FÉLIX SÁNCHEZ BAS

De origen español, Félix Sánchez arrancó su etapa en el fútbol base del FC Barcelona (estuvo diez años en La Masía) hasta recalar en julio del 2006 en la Aspire Academy (para más información de este instituto, haz clic en este texto). Desde entonces, su figura en las categorías inferiores de Qatar le han impulsado hasta lograr el banquillo del primer equipo: desde el 2013 hasta el 2015 dirigió a Qatar sub-19. Durante los dos años siguientes, a la sub-20 y, desde el 2017 hasta el 2020, combinó el banquillo de Qatar sub-23 con el de la primera plantilla. La presión para la actual Copa del Mundo es mínima, pero poder plantear partidos cerrados y un bloque defensivo estable será lo que puedan impulsarlo a un banquillo más grande.

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Manu Escuder
Periodista, analista y scout. Formando y formándome. También escribo en Revista Panenka.

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