Debutaron Portugal y Ghana en el Mundial de Qatar en un partido que tuvo dos partes tremendamente diferenciadas. Una primera, marcada por el miedo a exponerse y a conceder, con Ghana metida atrás y Portugal sin fluidez para generar. En la segunda parte, cuando un penalti rompió la estabilidad previa, se vio media hora de puro descontrol, fallos defensivos y búsqueda por el gol. En este escenario, la actuación de Mohammed Kudus asombró al mundo y se postula como una de las grandes actuaciones de esta primera jornada del torneo.
La selección ghanesa dirigida por Otto Addo se había mostrado muy vulnerable en los amistosos previos a este torneo, especialmente por un apartado defensivo caracterizado por el desorden, la cantidad de saltos a destiempo que se realizaban y lo sencillo que era girarles. Se podía esperar algo así en su estreno mundialista, pero cabe destacar el buen trabajo de Addo y su staff en los últimos días para cerrar el grifo y preparar esta carta de presentación. Ghana se presentó en un 5-3-1-1 marcado por el orden. No había ningún salto a destiempo y todo estaba medido, siempre buscando cerrar carril central. En ausencia de Idrissu Baba, que apuntaba a titular hasta su lesión, jugó Salis Abdul Samed y el del Lens estuvo fantástico sumando acciones defensivas dentro, apareciendo en coberturas y cerrando su zona. Además, los centrales y en general la última línea del equipo supo controlar balones largos a su espalda, destacando especialmente Alexander Djiku. Ghana se mostró muy ordenada y con un bloque al que era difícil girar y superar.
La Portugal de Fernando Santos, por su parte, decidió juntar en el equipo titular a mucho jugador fino, de balón al pie y creativo. Estructura con Bernardo y Otávio como interiores que descienden a la base, Bruno Fernandes y Joao Félix como extremos que jugaban dentro constantemente, Cristiano fijando a los centrales y laterales dando profundidad por fuera. En teoría pintaba bien, pero pese a un buen Bernardo dirigiendo y marcando el ritmo de las posesiones desde abajo, a Portugal le faltó mucha fluidez, capacidad de mover de lado a lado, amenaza por fuera y velocidad circulando por dentro. No encontraron la manera de perforar el bloque rival.
Donde sí estuvo bien Portugal en el primer tiempo fue en su trabajo sin balón, tanto presionando muy arriba reinicios del rival como controlando las pérdidas para que Ghana no pudiera correr. En presión y ante una Ghana que pretendía atraer abajo para generar espacios a Iñaki Williams por delante, Fernando Santos no dudó en buscar emparejar hombre a hombre, con Cristiano y extremos sobre centrales y laterales saltando sobre carrileros. Sin poder conectar con Thomas, los africanos se quedaban sin salida e incluso cometieron alguna pérdida peligrosa saliendo que acabó en remate rival. En el otro apartado, controlando la pérdida, Portugal estuvo prudente no buscando precipitarse ni meter balón por dentro antes de tiempo, siempre con el equipo muy junto para recoger caídas y evitar salidas rivales. Ghana se quedó sin rematar en los primeros 45 minutos, pese a que Mohammed Kudus puso de su parte para que eso no sucediera. El jugador del Ajax estuvo muy bien con giros seguidos de conducciones que permitían a los suyos desplegarse.
La segunda parte empezó con un guion similar hasta que un derribo de Salisu a Cristiano provocó el penalti del 1-0. Protegiendo ventaja en el marcador, Portugal se empezó a poner nerviosa, a cometer pérdidas abajo (inseguro Danilo Pereira) y a sufrir mucho con rupturas a la espalda de su defensa, especialmente por el sector derecho con Cancelo y Dias. Kudus detectó esto y de un movimiento suyo atacando la espalda del central del City surgió el gol del empate.
Llevados por la euforia del gol y tras sustituciones extrañas de Addo, quitando a Kudus del césped, Ghana se fue hacia arriba, empezó a cometer pérdidas con el equipo partido y Portugal la mató a la contra. Bruno Fernandes, con dos asistencias recibiendo en carril central y lanzando a la ruptura del extremo (Joao Félix en el 2-1, Rafael Leao en el 3-1) se encargó de hacerles pagar caro esos minutos de descuido.
Aún quedaría tiempo para un último giro de guión en la loca segunda parte de Doha, con un error de Cancelo abriendo la puerta a Ghana, con Osman Bukari convirtiendo el 3-2. En los minutos finales, aprovechando el largo tiempo de descuento, la selección africana se lanzó sin ningún complejo hacia arriba, pasando a 4-4-2 y destacando todas las jugadas por la hiperactividad mostrada y la búsqueda por acelerar cada jugada. A punto estuvo de empatarlo Iñaki Williams en una jugada de lo más curiosa, aprovechando un despiste de Diogo Costa, pero resbaló en el momento menos oportuno.
Portugal no convenció del todo con su juego, pero contó con buenas actuaciones de Bernardo Silva o Bruno Fernandes y el récord de Cristiano Ronaldo al marcar en un quinto mundial consecutivo. Lo que más preocupará a Fernando Santos serán los despistes defensivos y la fragilidad mostrada. Ghana mejoró mucho respecto a amistosos previos y presentó una imagen más que competitiva, con un Kudus en modo estrella, pero pagó muy caros esos minutos de descontrol tras el empate.