Polonia 2-0 Arabia Saudita: Szczęsny y Lewandowski no entienden de merecimientos

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Aprovechar los momentos es una explicación sencilla a un juego complejo como es el fútbol. Pero no deja de resumir bien lo que ocurre en partidos de máximo nivel. Arabia Saudí tuvo más posesión (64%), tiró más veces en total (9-16) y entre los tres palos (3-5, aunque no se contaran los dos postes polacos), ganó más duelos (incluso aéreos, aunque eso fue lo que le acabó condenando) e incluso disfrutó de un penalti a favor. Pero el plan más industrial o menos barroco de los polacos, pero bien ejecutado; sumado a la actuación de jugadores Champions League como Wojciech Szczęsny y Robert Lewandowski (asistencia+gol) dejan en agua de borrajas (salvo para los puristas) la capacidad que tuvieron los pupilos de Hervé Renard para emocionar.

Segun el grafismo, Milik debía partir de la banda derecha, con Zieli´nski por detrás de Lewandowski y Frankowski a la izquierda. Y aunque empezaron así, ya se había cambiado a los pocos segundos: Zieli´nski a la derecha y Milik junto a Lewan. Pero era un decir. Con balón, fue complicado situar a los dos puntas (Lewandowski y Milik) y la pareja de volantes de banda (Zieli´nski y Frankowski): el cuarteto iba alternando alturas y pasillos, pero siempre permitiendo que los laterales Bereszy´nski y, sobre todo, Cash, ocupasen los carriles exteriores. Más fácil de explicar fue la fase defensiva polaca, aunque el técnico Czeslaw Michniewicz trocó varias fichas durante la primera parte. Desde el 25′, más o menos, Bielik y Kyrchowiak cambiaron de perfil. Mientras que Frankowski se situó en la banda derecha para defender, pasando Ziel´nski a la izquierda. Aunque esto último varió otra vez minutos después. En la izquierda acabaría por defender Milik (y una vez hasta Lewandowski) siendo Zieli´nski el encargado de tapar Al Malki en primeros pases.

Estas modificaciones ayudaron a Polonia a equilibrar el inicial dominio saudita. Los Hijos del Dieserto estaban encontrando facilidades para avanzar, al menos, hasta campo rival. Ya fuese con Al Malki recibiendo entre centrales, con simples basculaciones de lado a lado para encontrar progresar por banda izquierda con dos diestros como Al Burayk y, sobre todo, el activo Salem Al Dawsari a espaldas y por delante de medios, pero sobre todo, con el divertido Kanno. Ya fuese desdoblando al ofensivo Saud (replicando el rol de Cash en su rival) como lateral derecho, o encontrándole a espalda de la pareja de puntas, Kanno, junto a Salem, fue quien más ayudó a la hora de pasar la primera barrera polaca. Ya fuese conduciendo o pasando. Luego, Arabia tenía más problemas para causar daño a Szczęsny, debido al buen hacer del bloque central comandado por Glik y Krychowiak y secundado, con menor acierto, por Kiwior y Bielik.

De hecho, Bielik cometió un penalti torpe al filo del descanso cuando Polonia ya se había adelantado en el marcador. La jugada del 1-0 (39′) reflejó bien la intención polaca de jugar en largo y dar profundidad a su lateral derecho. Fue Matty Cash quien recibió a la altura del medio campo un balón de su portero. De primeras, en vuelo, envió profundo a Frankowski -ya por la derecha- para que ganase un balón que ni central izquierdo (fuera de zona) ni el lateral (más señalado), acertaron a cortar. Frankowski le devolvió a Cash el balón y desde línea de fondo puso el centro raso para que Lewandowski, demasiado solo, rematase. Al Oways acertó a ensuciar el remate, pero Robert, en vez de dejar que se perdiera por el córner y sabiendo que el portero estaba fuera de sitio, controló sobre la línea y puso un pase atrás de forma precisa y veloz para que Zieli´nski (ante la mala cobertura desde el inicio de jugada de Al Malyk) pudiese anotar un 1-0 que no hacía demasiada justicia.

Salem Al Dawsari desde los once metros y Al Burayk pudieron nivelar antes del descanso, pero Wojciech Szczęsny se erigió en un ágil coloso despejando la mal lanzada pena máxima y el posterior rechace. En la segunda parte, de nuevo Michniewicz devolvió a los jugadores a su posicionamiento inicial. Mientras que Hervé Renard introdujo al zurdo Al Abid para que siguiese actuando por detrás del punta y ya no siempre escorado hacia la derecha como hacía un desacertado en el gesto Al Naji. De hecho, Arabia empezó a juntarse más en la izquierda. Además, Renard ordenó que los laterales se cambiasen: Saud por la izquierda y Al Burayk por la derecha. Eso implicó que durante unos minutos, Milik tuviese que seguir por la banda al incisivo Saud; algo que a Michniewicz le pareció demasiado castigo para el punta y volvió a colocar a Frankowski por la derecha, al menos hasta que entró Kami´nski (que se colocó en la derecha, retornando a Frankowski a la izquierda) por el autor del gol Zieli´nski.

La segunda parte multiplicó por dos la sensación de dominio saudita, con Salem Al Dawsari en plan líder estelar, volcando el juego por el costado izquierdo, por donde el lateral Saud multiplicó su ya de por sí dañina actuación a pie cambiado. La culminación al buen arranque ocurrió a la hora de partido, con una jugada de dibujos animados en el que Kanno, Al Shehri y Al Dawsari combinaron en espacio reducido cerca de la frontal, para que Salem, el 10, filtrase a Feras Al Buraikan (extremo derecho que aparecía a la espalda del imperial Glik), que buscó la portería con violencia pero sin acierto. Pero entre un Kamil Glik haciéndose enorme y Szczęsny, Arabia no acertaría nunca en el partido. Kanno y Al Malki tendrían otras dos finalizaciones peligrosas y de lo único que se tenía que preocupar -gran preocupación- era del juego directo de los europeos.

De hecho, dos balones a la madera -de Milik y Lewandowski- en un lapso de tres minutos frenaron el buen arranque saudí. Sin embargo, para lo que no estaba preparado el equipo saudí era para una pérdida en salida de Al Malki. Polonia, con Piątek ya en el campo y habiendo este cabeceado fuera el enésimo centro desde la banda derecha -esta vez de Kami´nski y no de Cash-, decidió en ese minuto 82′ mantener el bloque alto para presionar la salida por la izquierda y la posterior recepción de Al Shehri a espaldas de Krychowiak. La pelota acabó llegando de nuevo a la línea de defensas, con Al Malki queriendo recibir entre centrales. Pero su pisada para atraer la pelota no fue tal y Lewandowski, implicado en cada acción de peligro de Polonia, robó para batir a Al Owais. Su primer gol en un Mundial fue el conclusivo. Tuvo otro mano a mano ante el valiente portero Al Owais, pero no hizo falta. El Águila Blanca, justo o no, derrotaba al Halcón Verde.

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Rafa Medel
Entrenador y periodista

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