Ni el guionista más retorcido del mundo del cine hubiese escrito el desenlace del grupo E. Alemania, Costa Rica, España y Japón llegaban a la última jornada con opciones de pasar. Alemania necesitaba ganar y esperar a que España ganase o empatase contra Japón, mientras que a Costa Rica le valía todo lo que fuese ganar y que España no lo hiciese. Finalmente, Japón derrotó a España (2-1) y Alemania a Costa Rica (2-4), con lo que alemanes y costaricenses, pese a estar clasificados por momentos, se despidieron de la Copa del Mundo en la primera fase.
Segunda eliminación consecutiva de Alemania en fase de grupos. Choca, pero es la realidad. Desde que salió campeona en 2014, Alemania aun no ha pasado la primera fase de un Mundial. Esta vez, sin embargo, no ha sido como en Rusia 2018: Alemania no ha hecho una primera fase como para quedar eliminada. Sucede que el equipo ha dudado en momentos adversos (segundas partes contra Japón y Costa Rica) y esas dudas han acabado por pesar más que las certezas que traía. Ahora bien, si hay algo que puede consolar a los alemanes de cara al futuro es la confirmación de Jamal Musiala, un jugador para liderar a la selección durante muchos años si no se tuercen las cosas. Con tan solo 19 años, Musiala no solo ha sido el mejor jugador de Alemania en el Mundial, en muchos momentos se ha cargado el equipo a la espalda. Contra Costa Rica, volvió a ser así.
Respecto al duelo contra España, Hans-Dieter Flick realizó un solo cambio en el once titular para enfrentarse a Costa Rica: Leroy Sané por Thilo Kehrer. Alemania salió en 4-3-3, con la novedad de Kimmich en el lateral derecho (ni Kehrer ni Süle habían convencido hasta la fecha), Gündogan de mediocentro, Musiala y Goretzka de interiores, Gnabry en derecha, Sané en izquierda y Müller arriba. Luis Fernando Suárez, por su parte, dio continuidad al plan que le hizo ganar a Japón: replegar en su campo (5-4-1) y esperar el momento para desplegarse. Esta vez, no obstante, no le salió como esperaba desde el incio.
Alemania salió con mucha intensidad, sabiendo que necesitaba ganar y golear. Sumando a mucho jugador por delante del balón, los alemanes encontraron pronto las debilidades de Costa Rica y pudieron generar ocasiones (aunque los ticos pusieron muchas facilidades en defensa de área). Por derecha, Kimmich tomaba mucha altura, Sané se metía hacia dentro y Goretzka alternaba zona entre líneas con rotaciones entre los tres. Por izquierda, Gnabry estaba más fijo en banda (con Raum proyectándose siempre que recibía) y Musiala disponía del carril interior para él. Además, como Alemania juntaba a muchos jugadores alrededor de la pelota, siempre la perdía en buenas condiciones y podía contrapresionar. El gol, eso sí, no llegó en un ataque posicional, sino en una transición. Costa Rica no solo tuvo problemas para salir (Cambpell en inferioridad), sino que cuando lo intentó, quedó muy mal parada tras pérdida. Así llegó el 1-0, de Gnabry tras pase de Raum. Era el minuto 10 y Alemania ya había hecho parte de los deberes.
Durante el resto del primer tiempo, Alemania no pisó el freno, pero tampoco subió la marcha. Siguió dominando, llegando a la portería rival y controlando el partido desde su actitud sin balón. No obstante, los costaricenses les avisaron en el 41’ de lo que podía suceder si no cerraban el partido. Keysher Fuller aprovechó un error individual de Raum para dar un toque de atención a Alemania. El carrilero tico tuvo la ocasión más clara del partido, pero Neuer, como otras veces en el torneo, volvió a aparecer para salvar a los alemanes.
Para volver a obtener el control, Flick sustuyó a Goretzka por Klostermann, devolviendo a Kimmich a su posición natural y situando al defensor del RB Leipzig de lateral derecho. Pero lejos de mejorar, el inicio del segundo tiempo fue una una continuación de los últimos minutos del primero. Costa Rica creciendo con balón, sumando salidas a través de sus hombres de banda, y Alemania empezando a dudar, cayendo en precipitaciones y no atacando con la misma paciencia que en el primer tiempo. Paralelamente, Japón remontaba y a Alemania no le valía con ganar, tenía que golear o esperar a que España empatase. Fue entonces cuando Flick recurrió a su hombre de confianza cuando las cosas van mal. En el 53’, quitó a Gündogan e introdujo a Niclas Füllkrug. Pero tras el cambio, en vez de ver una versión más ofensiva de Alemania, llegaron los peores minutos del partido para ellos. Precipitándose en ataque, quedando mal parada tras pérdida y dando alas a una Costa Rica que necesitaba muy poco para creer. Poco después, Yeltsin Tejeda hizo el 1-1 en un contragolpe y, diez minutos después, Juan Pablo Vargas puso el 2-1 en una jugada a balón parado. Costa Rica hacía estallar el grupo porque tanto Alemania como España, las dos favoritas, estaban a las puertas de la eliminación.
Minutos antes del segundo gol de Costa Rica, Flick redobló la apuesta. Puso de golpe a Havertz y a Götze, quitando a Raum y a Müller. Alemania pasó a jugar con tres defensas (Rüdiger, Süle y Klostermann) y Sané y Gnabry como carrileros a pierna natural. La modificación tuvo un efecto inmediato y el sueño de Costa Rica se desvaneció rápido, pues Kai Havertz hizo el 2-2 en el 73’ y España volvía a estar clasificada. Luis Fernando Suárez buscó mantener la frescura que estaba teniendo el equipo por fuera introduciendo a Bennette y Matarrita (por Fuller y Venegas), pero, ya con el partido roto, Havertz y Füllkrug remataron la faena para Alemania, marcando en el 85’ y en el 89’. Con el 4-2, los alemanes solo tenían que esperar a que llegase el gol de España. Pero ese gol nunca llegó y por ello dicen adiós en fase de grupos por segunda edición consecutiva.