Hay un tópico futbolero al que nos referimos con aquello de: ‘entrenador nuevo, victoria segura’. A veces no es el caso, pero en los toffees así ha sido este pasado fin de semana. El lunes 30 de enero fue nombrado Sean Dyche como nuevo entrenador del Everton, y unos días después, fue capaz de batir al líder de la Premier League, el Arsenal.
Un partido que nos hizo recordar a aquel Burnley de Dyche. Un equipo rocoso que dificulta la circulación del rival. Ese fue el escenario que planteó el técnico contra los gunners. El Everton plasmó en el terreno de juego una presión intensa en cada jugada como si fuera la última para cortar el progreso rival en la creación. Una presión que fue ejecutada con el timing perfecto, lo cual hizo que el Arsenal tuviera que tomar decisiones rápidas e ineficaces y provocó pérdidas en los londinenses. Doucouré, Onana, McNeil, Iwobi y Gueye fueron los jugadores que usó Dyche para desconectar de cuajo al centro del campo rival. Persecuciones evidentes con un marcaje al hombre hacia los hombres destinados a crear juego.
Cuando el Arsenal conseguía avanzar, se veía obligado a proseguir jugada por los costados a consecuencia de no haber espacio en zona central sobre la zona de tres cuartos de cancha. En ese contexto entraban en escena Martinelli y Saka, pero para los extremos, Dyche defendió con un marcaje mixto. Además de los laterales acudir a la presión hacia el extremo, éstos recibían una ayuda extra. Dwight McNeil echaba un cable a Mykolenko con Saka; y Coleman tenía a Iwobi para la persecución de Martinelli.
La defensa firmó una actuación imperial, y a ello acompañó el centro del campo. Doucouré, Amadou Onana y Alex Iwobi estiraron al equipo y fueron los encargados de realizar los saltos en la presión. En ataque, vimos a un McNeil muy participativo, trabajando por y para el equipo, el extremo inglés hizo un partido de un desgaste físico enorme; seguramente fue el mejor encuentro con la elástica azul. Curiosamente en el gol fueron protagonistas dos jugadores que ya tenía en Turf Moor: McNeil asistió y Tarkowski anotó.
Bastó con el primer partido para ver que este Everton ya tiene sello de su nuevo entrenador, Sean Dyche, provocando que el Everton fuera un infierno para el equipo de Arteta. El encuentro fue un calco de lo que era el Burnley bajo su disposición. El trabajo del inglés ya se hace notar, con el objetivo de salvar al Everton como ya hizo varias veces con el Burnley, incluso llevándolo a Europa. Con esta actuación era obligatorio resaltar la figura de Dyche, además de las cinco claves de la jornada de Beto González.
