El América sigue sin encontrar las mejores sensaciones posibles en este arranque de torneo. Por una parte, porque queda claro que su plantilla sigue teniendo algunas lagunas desde su armado. Por otra, debido a que Fernando Ortiz no ha podido contar con plantel completo debido a las lesiones. Pero mientras esto ocurre, su equipo sigue obligado a mostrar la cara tan reconocible y atractiva que ha dejado bajo su mando en casi un año de trabajo. Y ahí, pese al caótico 2-2 obtenido en Torreón ante Santos, brilló alguien que siempre cumple con creces. Ese fue Richard Sánchez, el destacado de la quinta fecha del Clausura 2023.
A las Águilas se les descontroló el encuentro por la combinación de una estructura que les protegió poco ante la pérdida e imprecisiones individuales que vienen de niveles inferiores a los que varios jugadores pueden ofrecer. En el 4-2-3-1 habitual del Tano, tanto Salvador Reyes como Emilio Lara -sus laterales- volvieron a ir muy arriba y abiertos por las bandas, cediendo espacios interiores para Alejandro Zendejas -sustituido por Brian Rodríguez debido a una lesión al minuto 19- y Jonathan Rodríguez y dejando mucho espacio a sus espaldas. Esto, a la vez, expuso mucho a Néstor Araújo y Sebastián Cáceres a campo abierto, incluso quedando ambos centrales mano a mano ante Javier Correa y Harold Preciado, los puntas laguneros, debido a constantes pérdidas y fallos desde el pase de los atacantes.
Pero fue aquí donde el partido de Richard Sánchez -hasta su lesión y posterior salida al 77′ por Pedro Aquino- se volvió agua en el desierto. Siendo el ancla del equipo y el receptor de casi todos los primeros pases, el paraguayo volvió a dejar una exhibición de altísimo nivel pasador, distribuyendo con criterio desde la base de la jugada y ganando altura con libertad. Fuese juntándose por bajo con Álvaro Fidalgo muy cerca suyo y cediéndole a él la dirección de ataques -como es habitual- o encontrando a compañeros abiertos mediante trazos largos, el ’20’ azulcrema fue una garantía asociativa que sus compañeros en la última línea ofensiva no supieron aprovechar considerando que el equipo de Eduardo Fentanes también defendió bastante mal el ancho del campo, su frontal y el área misma.
Además, Richard Sánchez fue una constante fuente de soluciones creativas junto al centrocampista español. Aparte de ofrecer una amenaza más con su golpeo de balón desde lejos, sumó mucho filtrando balones aprovechando los movimientos de Diego Valdés al espacio y las posiciones de sus extremos, además de conectar con los apoyos de Henry Martín. Pero allí, siempre propensos a una mala pérdida por lo comentado, su exhibición defensiva buscando compensar y proteger a sus centrales fue muy poderosa. Ya en el segundo tiempo, cuando el América logró neutralizar mejor las contras de Santos con Aldo López y Alan Cervantes conectando con los desmarques de Jair González y Juan Brunetta por dentro más los apoyos y Javier Correa y los piques de Harold Preciado, esa capacidad para leer el juego y ganar duelos fue capital para lograr más tiempo en campo rival y atacar mejor.