Tras el caos vivido con la partida de Diego Cocca para asumir el mando de la selección mexicana y la forma en que se dio el proceso, Tigres necesitaba una victoria como la que obtuvo este sábado ante Pumas. En casa, con jerarquía y, pese a haber encajado dos goles, mostrando todo el arsenal ofensivo que tiene, el equipo de la Autónoma de Nuevo León. El interinato de Marco Antonio Ruiz no pudo empezar mejor; mucho se debe a André-Pierre Gignac, el destacado de la sexta fecha del Clausura 2023.
A partir de un 4-2-4 similar a lo mostrado la semana anterior en el Estadio Azteca, Tigres tuvo un primer tiempo de mucho dominio con balón basado en jugadas rápidas por banda. Buena parte pasaba por tener a Quiñones quedando mano a mano casi permanentemente contra Ricardo Galindo o Fernando Gorriarán ofreciendo desmarques profundos como volante diestro para estirar el espacio entre Nicolás Freire y Adrián Aldrete. En el segundo tiempo, con una impetuosa reacción de Pumas que rompió el trámite del partido, encontró salidas a la contra que debieron reforzarse desde el banquillo. Y en ambos casos, André-Pierre Gignac fue clave partiendo de zona de segunda punta.
Siendo el acompañante de Nicolás Ibáñez en el centro del ataque, André-Pierre Gignac fungió como ese escalón intermedio para que el equipo pudiese conectar entre líneas. Con el francés cayendo mucho a la zona intermedia de la izquierda, Tigres ganó pausa, retención, atracción de miradas y una amenaza enorme de disparo o último pase gracias a su lectura y técnica, dejando algunos lanzamientos al lado contrario para prolongar el ataque. Además, el goleador se movió de forma muy correcta al costado de un Arturo Ortiz que sufrió mucho jugando en el doble pivote de Pumas junto a Jesús Molina. Tan fue así que al ‘Palermo’ le costó bastante trabajo encontrarlo durante el primer tiempo.
En el segundo tiempo, tanto antes como después de los cambios de Javier Aquino, Diego Lainez, Sebastián Córdova, Juan Pablo Vigón e Igor Lichnovsky, estas caídas sobre la izquierda siguieron siendo vitales para Tigres. André-Pierre Gignac no dejó de ser ese punto de apoyo para que el equipo pudiera salir de contra con sus pases y, además, empezó a sumar desmarque en profundidad para hundir a los centrales universitarios. Aparte del penal con que convirtió el 3-1 antes del final del primer tiempo, esos movimientos le valieron el 4-2 final, marcando un golazo donde picó a la espalda de Arturo Ortiz -ya como central en la segunda parte- y remató de volea un pase impresionante de Sebastián Córdova desde la izquierda.
La calidad asociativa del galo, sobre todo para jugar en largo lanzando a Jesús Ángel Garza en la derecha, quedó de manifiesto. Fue una vía interesante de Tigres para avanzar, y más porque sus caídas del lado izquierdo, acercándose mucho a Luis Quiñones y teniendo cierto margen respecto a Jesús Angulo, le permitían mirar al costado opuesto. Aunque no tuvo el mejor partido juntándose en corto, André-Pierre Gignac dejó más muestras de todo lo que le diferencia del resto de los delanteros de la liga.
