“Oh, capitán, mi capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado;
El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado”.
Reza una de las estrofas del poema que Walt Whitman escribió en 1865 en homenaje al recién asesinado presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln y que se popularizó en 1989 con la película “La sociedad de los poetas muertos”.
Tanto la obra literaria como la cinematográfica pueden trasladarse a 2023 y ejemplificar lo que fue el Tri de Jaime Lozano antes y durante la Copa Oro.
En el filme dirigido por Peter Weir, John Keating, interpretado por Robin Williams, es un profesor que llega a una escuela conservadora para enseñarles a los estudiantes a pensar libremente y expresar sus emociones mediante la literatura. En la selección mexicana de futbol, el ‘Jimmy’ hizo algo similar: liberar a los futbolistas del rigor táctico del que venían con Diego Cocca y Gerardo Martino para darles mayor libertad dentro del terreno de juego.
“Cocca tenía un estilo de juego…yo no comparto ese estilo. Me gusta ser protagonista”, declaró Lozano Espín sobre las ideas diametralmente opuestas con su antecesor. Y es que mientras el argentino partía de un dibujo 5-3-2 llegando en momentos a ser totalmente reactivo, el medallista de bronce en Tokio 2020 hizo lo que le funcionó en Juegos Olímpicos: asumir peso con balón, un 9 asociativo, interiores llegadores de segunda línea, atacantes de banda fijando en amplitud y libertad a los laterales.
Quizá en la memoria colectiva no esté tan presente que el joven entrenador mexicano ya había dirigido un torneo de Concacaf con éxito: el Preolímpico en Guadalajara que les dio el pase a Tokio. Y tanto ahí como en Copa Oro, demostró detectar y atacar a lo que se suele enfrentar México contra los rivales del área: equipos replegados que ceden la posesión del balón y buscan atacar en transición.
A sabiendas que atacaría en espacios cortos, pero defendería en espacios largos, echó mano de un zaguero olvidado por Martino y Cocca como Johan Vásquez. El defensa que milita en la Serie A es capaz de jugar a campo abierto y que el equipo puede ir hacia delante cuando se está en fase de ataque posicional, además de sumar con pelota rompiendo en conducción. César Montes, su pareja en la central desde JJOO, ayudó mediante su buen pie ya sea con pase a cercanos o cambios de juego.
Para el mediocampo volvió a sacar la mejor versión de Luis Romo, ya sea como mediocentro o como interior, volvió a ser ese hombre de recorrido capaz de llegar al área y rematar. Mientras que en la pareja de interiores la más usual fue Luis Chávez en segunda altura y Orbelín en una tercera, aunque el hombre del AEK de Atenas también partía de banda izquierda para interiorizar y regalarle el carril a Jesús Gallardo.
En la Academia Welton, lugar donde transcurre la trama de “La Sociedad de los Poetas Muertos”, el lema es “tradición, honor, disciplina y excelencia”. Ahí los alumnos son reprendidos mediante severos castigos y su libertad creativa es tan nula que merma su confianza en sí mismos. La llegada de un nuevo profesor (el personaje de Williams) rompe con los paradigmas y provoca que los chicos puedan pensar por sí mismos y desinhibirse.
Otro de los aciertos de Jaime Lozano fue también el manejo humano en el vestidor. Los jugadores hablan maravillas de él, se sienten cómodos con su idea de juego y sobre todo con sus formas fuera de la cancha, todo lo contrario a Cocca, de quien se filtraron quejas por largas sesiones de entrenamiento.
Si bien es cierto que hay aspectos por corregir, como el juego sin balón que provoca saltos sobre el poseedor dejando espacios libres, el saldo tanto en resultados como en juego es positivo.
“¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate para escuchar las campanas.
Levántate. Es por ti que izan las banderas. Es por ti que suenan los clarines”
El nombre del poema de Withman es mencionado tanto al inicio como al final de la película que protagonizó Robin Williams. Su personaje lo recita al comienzo para decirle a su grupo que es un mensaje del más allá de Abraham Lincoln para entender el “carpe diem” (aprovechar el día) y en el último tramo de la cinta lo exclaman los propios estudiantes inspirados por el valor que adquirieron gracias a sus enseñanzas.
Como pocas veces sucede en México, prensa, afición, ex futbolistas y futbolistas desean que Lozano se quede y tome revancha tras haber sido relegado del Mundial 2006 cuando era jugador. La opinión es unánime, todos arriba del pupitre exclamando “¡Oh capitán! ¡Mi capitán!, mientras el ‘Jimmy’ agradece y sale del aula.