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«Un tigre no ignora ni menosprecia a ningún animal pequeño. La forma en que atrapa un ratón y atrapa y devora una vaca es la misma», Shunryū Suzuki.

En Brasil no hay tigres. La fauna brasileña cuenta con sus propios felinos: jaguar, ocelote, puma, algunas tipos de leopardo… A fin de cuentas, el gigante sudamericano «alberga entre 15% y 20% de la diversidad biológica del mundo, con 120 mil especies de invertebrados y unos 9 mil vertebrados». Pero de tigres, ni rastro. A poco que prestases atención en las clases de biología, ubicarás al tigre en Asia. Y sin embargo, el FC Barcelona ha desembolsado 30 millones de euros (que podrían llegar a ser el doble) por un «pequeño tigre» que procede de las entrañas del estado brasileño de Minas Gerais. Para un delantero centro que se autodefine como «luchador en el campo» y que afirma que «no hay balón perdido», el mote heredado de Juvenal, su padre, apodado «Tigrão», igual no es un apelativo original para un goleador, pero sí apropiado.

“Es una analogía que me gusta; creo que refleja un poco mi forma de jugar, de entender el fútbol, de ser ágil, rápido como un felino y muy centrado en todo lo que hace”, Vitor Roque.

Además del alias, en sus inicios Vitor Hugo Roque Ferreira (28/02/2005) también parecía que iba a emular la posición en el campo de su padre, mediocampista en el basto fútbol amateur mineiro. Natural de Timóteo (MG), Vitor dio sus primeras patadas a un balón en las escolinhas de Coronel Fabriciano, pueblo vecino. Y lo hizo como centrocampista. «Vimos que tenía calidad, ganas y una fuerza física impresionante. Ganó partidos prácticamente solo”, comenta Alcides Bassoto Neto «Tidinho», entrenador y presidente del Cruzeirinho, el primer equipo de Vitor. «A veces los chicos del equipo tenían dificultades, le pedíamos que lo solucionara y lo conseguía. Esa situación de ponerse delante del defensor, de anticiparse, ya la hacía también. Tenía mucha fuerza», coincide Neném, otro de los técnicos en la escolinha de Coronel Fabriciano.

Tras destacar en el fútbol provinciano, con 10 años (2015) se trasladaría 200 km al oeste desde Timóteo a Belo Horizonte. En la capital mineira olvidaría el rechazo de los ojeadores del São Paulo -le ubicaron como defensa en la prueba- debido a que obtuvo un sí por parte del América FC. Conocido como «América Mineiro», el Coelho es el tercer equipo de Belo Horizonte por detrás de Atlético Mineiro y Cruzeiro. Con su fichaje, aparte de su localidad natal, el timotense también dejaría atrás su inicial posición en el campo,. Es ahora cuando empieza actuar como punta, cambio que no le haría mal: máximo goleador del Campeonato Minas Gerais sub-14 en 2018. Para poner las cosas en contexto, el castigado tanto histórica como actualmente, estado mineiro es el segundo más poblado del país (solo por detrás de SP) y por extensión, es más grande que España.

En los demás clubes de la ciudad, lo tienen claro: Vitor es el talento de la zona. Y Cruzeiro se adelanta. Con 14 años, edad mínima para firmar un contrato, Vitor Roque cambia de mascota: del «conejo» del América por la «raposa» del Cruzeiro, en un acuerdo familia-club que conllevará una denuncia por parte del América. Mientras los clubes pleitean, Vitor sigue quemando etapas cada vez más rápido. En 2020, le cita la selección brasileña sub-16. En mayo de 2021, con 16 años, firma su primer contrato profesional. Cinco meses después, en octubre, debuta con el primer equipo. De la mano de Vanderlei Luxemburgo, Vitor Roque entra en la reanudación de una fecha de la Serie B nacional. Juega solo 18 minutos, pero se une a una lista de cracks que se estrenaron con la Raposa antes de los 18 el blaugrana Geovanni, el campeón mundialista Tostão o Ronaldo Nazário. «Le dije que el cansancio es la emoción de entrar en el juego y debutar a los 16 años. Hasta se asustó, pobrecito. Pero logró hacer jugadas, se dejó ver. Mostró para lo que vino. Creo que es un jugador que promete mucho», explicaría el seleccionador brasileño entre 1999 y 2000.

Con el Cruzeiro viviendo en la segunda división también durante el curso 2022, Athletico Paranaense firma en abril de 2022 a Vitor Roque. 24 millones de reales brasileños (unos 4,4 al cambio a euros) gasta el equipo de Curitiba, vigente campeón en ese momento de la Copa Brasil y de la Copa Sudamericana (segunda en cuatro años). Y si Cruzeiro no echaría de menos la contribución de Vitor Roque (llevaba 6 tantos en 11 partidos en ese arranque de curso), Athletico Paranaense sí celebra los pocos pero importantes del timotense para llegar a la segunda final de Libertadores en la historia del Furacão. El final de 2022 traerá una de cal (Sudamericano sub-20 ganado como máximo goleador) y otra de arena (final perdida ante Flamengo). Una bipolaridad también vivida durante este 2023: luces en lo personal (debut con la absoluta en marzo ante Marruecos -el más joven desde Ronaldo-, peleando el trofeo al máximo goleador en el momento de escribir estas líneas) pero con más sombras en lo general (eliminados de forma prematura en la Libertadores y en la Copa, y lejos de la cabeza en la Serie A).

Vitor Roque celebrando uno de sus seis goles en el Sudamericano sub-20 | CBF

También durante el pasado mes de julio, se anunció su fichaje de cara a la próxima temporada por el FC Barcelona. Al menos, esa era la idea original, aunque se asume que la llegada del punta se podría adelantar al mes de enero, con la temporada en Brasil concluida. Así lo dejó entrever en agosto Alexandre Mattos , director deportivo del Athletico Paranaense: «Se queda mínimo hasta diciembre. A partir de enero estará disponible para el Barcelona». Ahora cabe preguntarse, ¿qué perfil de delantero ha fichado el FC Barcelona? ¿Qué es Vitor Roque a sus 18 años? ¿Tiene encaje en el Modelo Barça?

CÓMO JUEGA

Como no podía ser de otra manera, las especiales condiciones físicas de Vitor Roque repercuten de forma muy sentida en qué tipo de delantero centro es. Con su 1.72 m de altura y su robusto cuerpo, el garoto es un jugador muy potente para los duelos individuales en los que se necesite cuerpear, esconder el balón, hacerse con balones divididos o ganar un duelo en carreras de corta distancia (por simple aceleración), aunque también es capaz de igualar carreras de larga distancias con jugadores más altos. Es un reboteador (gran porcentaje de fe e instinto), capaz de evitar rivales casi trompicones. En Can Barça, recordará en algunos aspectos al primer Luis Suárez. Sin balón, tiene esa mentalidad de no desfallecer, de ser pesado, de apretar al central. De ser comprometido a la hora de presionar. La potencia de su tren inferior y superior, apreciable en lo ancho de sus muslos y espalda, también se refleja en acciones explosivas como los giros sobre su propio eje (centro de gravedad bajo), los quiebros y recortes. Y que, no hay que olvidar, que en edad de formación (16-18 años) ya haya competido con adultos.

Eso sí, su contribución en el juego aéreo es muy escaso. De hecho, jugando de espaldas, si es muy capaz de controlar esféricos cuando estos llevan una altura baja o media, cuando son envíos altos prefiere mantener los pies en el suelo para o bien esperar el rechace o para molestar al marcador, antes que despegarlos para el salto. Aunque precisamente su salto, como jugador potente que es, sí es bueno, pero no domina las recepciones de espaldas de balones aéreos. Es cierto, de todos modos, que a la hora de buscar el remate no rehúye el cabezazo, más por colocación, instinto y llegada.

En cuanto a la zona de influencia, no es un nueve enfocado únicamente al remate y el área. Reconoce los movimientos de los delanteros para poner en aprietos a los zagueros: las carreras en zig-zag para que su marcador le pierda de vista; los desmarques de apoyo (apoyo de superación) hacia la frontal durante la construcción del juego para huir de los centrales; arrastres (apoyo de atracción) hacia la banda; o en situaciones ante centro lateral, buscar la espalda de ambos centrales o el punto de penalti… En las acciones a balón parado a favor, suele empezar cerca del portero como método de distracción, para luego buscar la zona más alejada (segundo palo), listo para rechaces o segundas jugadas.

A esta habilidad táctica y a la intensidad física se le añade una técnica de aprobado alto con su pie derecho, quizás notable, pero no de extraterrestre; y una izquierda correcta y útil. No es un virtuoso, pero sí domina bien los recortes (ágil de pies), la conducción, las fintas durante las mismas, los controles orientados y las distintas superficies de golpeo con el pie derecho. Arma rápido el chut y es creativo en sus definiciones. Tiene acciones más propias del fútbol sala (pisada hacia atrás más autopase con caño incluido). No es regateador como tal, pero sí que suma un porcentaje alto eludiendo al rival a base de recortes y quiebros. Al acelerar bien y ser macizo, también puede ocultar un mal control gracias a llegar un milésima antes al siguiente contacto. Esto le supone provocar unas cuantas faltas por partido. En cuanto a su capacidad de decisión, sí que tiende al individualismo en el último tercio, pero en situaciones centradas. Cuando recibe en sectores de banda, sí entiende bien la temporización ofensiva y no suele precipitarse esperando a que se presente la acción más adecuada (pase atrás, centro, llegada de segunda línea, acción individual). En cuanto a sus acciones más cerca de campo propio, intenta no complicarse, pero tiene mucho margen de mejora, pues con Athletico Paranaense puede pasarse mucho tiempo sin apenas participar con balón. En lo que llevamos de Brasileirão apenas promedia 8 pases completados y 26 toques por partido (incluso menos en la Libertadores 2023).

Ramón Menezes, técnico de Vitor durante el Sudamericano sub-20: «Si necesitas un bloque alto y presionar, él lo hará. Si el bloque es medio o defiendes atrás, él también estará allí. Con la velocidad que tiene, es como un extremo pero jugando por dentro, debido a su fuerte transición. Tiene una impresionante capacidad para definir jugadas debido a su sentido de la colocación. En mi opinión, es un futbolista que está por encima de la media».

Todo esto, participando en un equipo que no se lo pone fácil a su delantero centro, pues tiende a ceder la iniciativa (el 12º equipo de la división por posesión, el 7º en cuanto a disparos a puerta); y que espera en bloques medio-bajo. Y cuanta más distancia tenga que recorrer Vitor Roque, más se notará el hándicap de su estatura, por más que aguante carreras largas ante tipos mucho más altos que él. Esto provoca que pase muchos minutos (o partidos) sin apenas participar (promedia poco más de 20 toques por partido). Aunque si se enchufa, su impacto es latente. Como comenta el periodista Pablo Carretero, consultado para este artículo: «Vitor Roque hoy en día es un sistema ofensivo por sí mismo en Athletico Paranaense. No solo por su implicación directa en goles (14 de los últimos 28), sino también por energía, movimientos y capacidad para aprovechar sus pocas aparicionesLo que más sorprende en Vitor Roque en cuanto pones tu mirada en él es el carácter competitivo. La intensidad con la que presiona cada reinicio rival, la agresividad para desmarcarse una y otra vez o chocar constantemente contra centrales que le sacan 20 cm y esa grandeza espacial para aparecer en los momentos importantes. Solo tiene 18 años, pero lleva la competición en la sangre».

En cuanto a su profesionalidad, siempre en entredicho por los prejuicios, no parece que haya mucho donde objetar. “Vitor siempre supo lo que quería y hacia dónde quería llegar. Desde pequeño siempre estuvo muy concentrado, saliendo pronto de cualquier fiesta de cumpleaños para ir a dormir por un entrenamiento o un partido del día siguiente”, explica la madre del menino, Hercília Roque Ferreira. Obviamente, las palabras de la madre podrían no ser suficiente objetivas. Por ello, no está de más recordar lo expresado por Gustavo Ferreira, director ejecutivo del fútbol base del Cruzeiro, cuando Vitor firmó su primer contrato profesional: «Además de su protagonismo en el campo, Vítor es un excelente chico, con cabeça boa; fruto de la educación y atención que recibe en casa». Por el mismo camino se expresa «Neném» Otaviano, uno de sus técnicos en el Cruzeirinho. “Su mente es muy buena, tiene mucha personalidad. No recuerdo actos de indisciplina, ni malas notas escolares. Es un chico que habla poco, tranquilo, muy concentrado y trabajador”, recuerda Neném.

Para cerrar, se intentará responder al encaje Vitor pueda tener cuando aterrice en Can Barça. Por ello, preguntamos a Pablo Carretero, quien ha venido analizando tanto los partidos del Barça como ha seguido de cerca el desarrollo de Vitor Roque: «Roque deberá pasar un lógico periodo de adaptación. No sabemos cómo de largo será el proceso, pero los de Xavi vienen demostrando que necesitan un perfil como el brasileño cuanto antes. Lewandowski no está en su mejor momento, tanto cerca del área como fuera, donde le vemos moverse demasiado en vertical, acercándose en exceso a la parte alta del cuadrado y poco en horizontal, donde podría abrir pasillos interiores para la llegada de Gündogan, Pedri y compañía. Y ahí Roque, a priori, encajaría a la perfección. En un equipo plano al que le cuesta demasiado hundir al rival la energía y capacidad de Vitor para ir al espacio una y otra vez encajarían a la perfección. Además, incomoda saltando a presionar, entiende hacia dónde orientarla y obliga en muchas ocasiones a golpear en largo al rival».

Barcelona le aportará facilidades que Athletico Paranaense no ha podido darle, pero también le exigirá elementos que se desconocen si están presentes en su juego y en las posibilidades que ofrece. ¿Será capaz de integrarse en un circuito de pases de esa enjundía sin desentonar? Sus ratios actuales no llegan a los 10 acertados por partido. ¿Seguirá necesitando tan poco para anotar? ¿Compensará lo uno con lo otro? En definitiva, ¿estará a la altura de puntas como Samuel Eto’o, Luis Suárez, Robert Lewandowski…? ¿Acaso de Ronaldo? La empresa es enjundiosa e injusta para un menino de aun 18 años. Si las notas son a final de curso; las valoraciones son a final de carrera. Pero el escaparate será mayor que en el Arena da Baixada, los rivales también serán diferentes y las demandas en el juego del Barcelona no tendrán que ver con lo que ha vivido hasta ahora. Será a partir de 2024 cuando empezaremos a comprobar si Vitor Roque es solo otro buen jugador brasileño o un crack histórico; uno de esos tigres que atrapan y devoran a cualquier presa; sin importar el tamaño. Solo entonces, empezaremos a saber si el 9 del Barça de la próxima década, y por qué no también de la Seleção, es el hijo de Juvenal: o Tigrinho de Timóteo.

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Rafa Medel
Entrenador y periodista

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