Múnich: La relación Bavaria-Alemania a través del futbol

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Grias god! Via ged’s? Este es el saludo en bávaro. Espero que estés muy bien hoy, con ganas de seguir viajando por todas las sedes. Ahora nos toca viajar a Múnich, la capital de Baviera. Una ciudad que aporta mucho capital económico a Alemania, la capital bávara por antonomasia, el epicentro del catolicismo en este país y fiera oposición al luteranismo, origen del movimiento barroco alemán y una ciudad terriblemente infravalorada en el turismo extra Oktoberfest. Aquí se enlazan el equipo más dominante de la Bundesliga y un movimiento para independizar a este Bundesland.

Recomendación musical

La música tiene una situación como en el resto de Baviera: muy ligada a Austria y al resto de pueblos germánicos localizados a las faldas de los Alpes. El acordeón lidera las bandas, acompañado por metales y el clarinete, produciendo un ambiente festivo y marcial a veces. Este es un ejemplo. La banda Hirschbärenmusi toca Kernölmarsch.

Nadaplete con la bonanza económica

Se acabó la Bayernliga… al menos esta temporada. Desde 2012 no se iban en blanco en cada competencia disputada. Los bávaros simplemente cosecharon pésimas decisiones a nivel directiva desde que Pep Guardiola se marchó al Manchester City, y esta crisis se agravó desde la gestión de Oliver Kahn y Hasan Salihamidžić en 2020. Ellos dos y Herbert Hainer establecieron una nueva estructura. La confección de la plantilla y fichajes fue un desastre. Las gestiones de Hans-Dieter Flick, Julian Nagelsmann y Thomas Tuchel apenas maquillaban las cosas, pero todo empezaba a pudrirse hasta que ambos salieron por la puerta de atrás antes de los festejos de haberle arrebatado la ensaladera el año pasado al Borussia Dortmund. La nueva directiva se terminó de conformar hace apenas tres meses con Jan-Christian Dreesen y Max Eberl, además de Michael Diederich y Christoph Freund.

Mientras no se sabe si la crisis apenas está empezando, o está terminando, la friolera nos dejó una temporada con el nadaplete:

  • En la liga, fueron rebasados por la derecha por el Bayer Leverkusen, que firmó la primera temporada invicta en la historia de la Bundesliga… y por si eso fuera poco, la otra revelación del futbol alemán, el Stuttgart de Sebastian Hoeneß, les terminó birlando la segunda posición en la última jornada. Esto último tuvo su saña debido a la rivalidad entre Baden-Wurtemberg y Baviera. Solamente el desastre de la temporada 2006-07 fue peor en la cantidad de partidos perdidos, cayendo de manera irrisoria por ejemplo ante el Heidenheim, equipo que apenas hacía su debut en primera.
  • En la DFB-Pokal cayeron en segunda ronda ante la sensación del torneo, el Saarbrücken. Los aficionados quedaron en shock porque no se podían explicar cómo podían caer ante un equipo de la 3. Bundesliga. Cancha en mal estado, lesiones al por mayor, experimentos en sus posiciones con lo que había a la mano… todo lo que podía salir mal salió mal. No podemos olvidar que el Bayern Múnich lleva cuatro años seguidos sin poder alcanzar los octavos de final.
  • Finalmente la Champions fue donde hubo más pasajes luminosos, sobre todo que pasaron prácticamente caminando en un pelotón con el Copenhague, el Galatasaray y el Manchester United; eso sí, en la eliminación directa la pasaron mal para eliminar a la Lazio y la pasaron mal para eliminar al Arsenal. En semifinales tuvieron el clásico europeo, y les tocó ser víctimas del ADN madridista para perder el partido prácticamente en el último suspiro.

Haya sido como haya sido, Baviera sigue a lo suyo, moviendo económicamente y en turismo a Alemania. Tal vez este año se haya quedado corto en futbol, pero en economía, política, cultura y sociedad Alemania siempre recibe un envión desde el sureste. Baviera es más que una mezcla de Oktoberfest, tecnologías modernas, marcas de automóviles como BMW, Audi y Siemens, un bastión para la Unión Social Cristiana. Hay algunas cosas donde no sucede así, pero no nos adelantemos. Vamos por partes.

Breve historia de Bavaria

Baviera es el Bundesland más extenso y el segundo más poblado de Alemania. Su capital es Múnich y tiene una historia que se remonta más de 1.500 años. Es una de las entidades estatales de Europa más antiguas; a los pies de los Alpes surgió como una mezcla entre lo que quedaba de los romanos, la población celta original y los pueblos germánicos invasores. En poco menos que un siglo, se transformó en un poderoso ducado, primero con los agilolfingos y luego los güelfos. El mandatario más recordado es el Duque Enrique el León, que fundó la ciudad de Múnich. Hasta el siglo XIII, Ratisbona era la capital de Baviera.

Todo cambiaría con la dinastía Wittelsbach que gobernó Baviera por 700 años. Lógicamente dejaron una huella imborrable. En su momento el Ducado de Baviera fue el más poderoso del Sacro Imperio Germánico, con una influencia nada despreciable bajo el reinado de Ludovico IV. En ese periodo tuvimos a Múnich como epicentro de la contrarreforma católica (en contraparte con los suabos y franconios), y fue un polo de producción artística y cultural. 

La siguiente etapa en la historia de Baviera comenzó con la disolución del Sacro Imperio Germánico. Napoleón Bonaparte aprovechó para jalar agua para su molino, viendo que ni Austria ni Prusia querían hacerse de ese hueco. Él impuso a Maximiliano I, que reformó todo, desde el sistema educativo hasta el turismo que romantizaba la idea de paisajes de los Alpes. Con Ludovico I Múnich invitó a las mejores mentes de Alemania para desarrollarla, pero la Revolución Industrial le puso un hasta aquí a sus funciones, y prefirió abdicar en favor de su hijo Maximiliano II, que tuvo a bien hacer de patrón de artes, más aparte el inicio de reformas sociopolíticas y promotor de la ciencia.

El origen del independentismo bávaro

Desafortunadamente el rey Ludovico II dilapidó las finanzas de Baviera en la década de 1860 debido a su gusto por el lujo, casi arrastrando al reinado a las guerras napoleónicas contra Francia y Prusia. Prusia era en ese momento el enemigo por cuestiones religiosas; se tuvo que aliar con Austria, con quien compartía el catolicismo y cuestiones culturales. Prusia terminó ganando. Después de la guerra, Baviera no tuvo argumentos para ingresar al Reich con un papel protagónico. Prefirió dejar que el rey de Prusia Guillermo se quedara con el título de Emperador, a cambio de que el Canciller de Hierro Otto von Bismarck le otorgara la ayuda necesaria para continuar con la inútil remodelación de su castillo. Los últimos regentes de Baviera, Luitpoldo y Ludovico III, pasaron sin pena ni gloria, a la sombra de Berlín.

Como el resto de Alemania, Baviera no la pasó muy bien que digamos en la I Guerra Mundial. Y un consejo nacional declaró que Baviera fuera una república, a tal punto que en 1919 tuvo un tinte soviético (no es broma). Ese chiste duró menos de un semestre. De todos modos, había un sentido de independencia en Baviera.

No tardaría en tener una prueba más, ahora con Adolf Hitler. Por más que fue encarcelado por la policía bávara, el Partido Nacional-Socialista no vio mermada su fuerza. En 1933, cuando Hitler había tomado el poder en Berlín, escogió a Baviera como el campo inicial para su régimen de terror, por ejemplo con Dachau, el primer campo de concentración. Eliminó a toda la oposición, se cargó a las minorías gitana, sinti y judía. De todas maneras, el régimen nazi tuvo dificultades para acceder a la parte sur de Baviera, la más fuertemente católica.

Cuando pasó la II Guerra Mundial, Baviera comprensiblemente tenía sus reticencias para ingresar a Alemania. Situada en el área norteamericana con la partición, quiso ingresar cuatro años después a la nueva república alemana, bajo condición de que fuera un sistema federalista, no centralista con el poder en Berlín (luego en Bonn). No querían cometer el mismo error que les llevó a perder influencia. Como dos tercios del resto de Bundesländer sí aceptaron la nueva constitución alemana que favorecía un sistema federal, Baviera ahora sí formó parte de la incipiente república.

De todas maneras, hubo un dejo de separatismo bávaro. El Partido de Baviera en los años 50 incidió en la vida política de este Bundesland, llegando incluso a gobernar en coalición en 1954 junto con los socialdemócratas y los liberales. Sin embargo, desde esa vez la influencia del Partido de Baviera ha decaído y se conforma con hacer un acto de presencia. El 2,1% de votos en Baviera de las elecciones del 2013 ha sido su mejor momento; de esa magnitud es la actualidad del separatismo bávaro. 

Hay un patriotismo interesante en los bávaros: alrededor de un tercio de la población no ve con malos ojos una Baviera independiente, pero apenas el 1% la quiere de verdad. Dicho de otra manera, el bávaro quiere la independencia, pero no quiere salir de Alemania. Hay muchos factores. Resulta que Baviera no es una región homogénea, sino que tiene siete distritos: tres franconios, uno suabo y tres bávaros. Pedir la independencia de Bavaria conllevaría que Franconia reclame su independencia. Si hubiera una comparación, Baviera es a Alemania lo que Texas es a Estados Unidos, Córdoba a Argentina, Sicilia a Italia, Nuevo León a México o incluso Occitania a Francia.

¿Cómo ve Baviera al resto de Alemania y cómo ve Alemania a Baviera?

Cedamos la palabra al canciller de hierro Otto von Bismarck: “Baviera es quizá la única provincia alemana que desarrolló gracias a su riqueza material una especie de sentimiento nacional y autocuidado”. 

Desde el exterior hay dos perspectivas: o el bávaro es visto como el alemán por excelencia, o el bávaro es distinto al alemán, casi casi confundido como un austriaco renegado. La cultura bávara a veces funciona como el estereotipo de toda Alemania, y esto es gracias a la masificación por parte de Estados Unidos en la resaca de la II Guerra Mundial. Un extranjero podría cometer el error de echarlos en un mismo saco; para el bávaro hay una especie de crisis de identidad: no se consideran tan alemanes por no mezclarse con los antiguos prusianos, pero tampoco se ven como austriacos.

Tampoco es que el resto de los alemanes se traguen siempre al bávaro. No es un odio, a veces es un fastidio. Para ellos, el bávaro se cree lo mejor de Alemania: es el mejor estado, tiene las mujeres más bellas, tiene la mejor economía, tiene el mejor sistema educativo… al menos es lo que dicen, cuando para ellos apenas son pueblerinos a los que les falta salir de su estado. El bávaro quiere ser el centro de atención a como dé lugar, quieren prácticamente ser la salchicha especial. Encima no hablan el Hochdeutsch como Dios manda, sino lo hablan a su manera; ni por error pierden el acento. Se la pasan en su Lederhosen bebiendo cerveza (la mejor del mundo según ellos, cómo no, cuando está desabrida) y son lentos y perezosos. En política son una bola de conservadores como bastión del partido CSU. Son unos mojigatos que obedecen a la Iglesia Católica.

¿Y cómo ve el bávaro al resto de Alemania? Empiezo diciéndote que solamente Baviera es normal. Al suabo lo ven introvertido, solamente preocupado por ahorrar y en invertir en bienes raíces. Los franconios caen bien de alguna manera. Le pasan por alto a la región del Rin su tendencia protestante, porque con el carnaval siempre se superan. La región del Ruhr es Mordor, con personas esclavizadas a las minas, y ahora todo es peor con el desempleo. El resto queda muy lejos al norte, enfocado en el pescado… y hablan sin gracia.

¿Cómo se ve esta relación Baviera-Alemania en el futbol?

El futbol en Bavaria

El futbol llegó al sur de Alemania en 1897 con la ciudad de Karlsruhe, en la vecina Baden-Wurtemberg. Baviera surgió como un distrito de la existente Asociación de Clubes de Futbol del Sur de Alemania (VSFV). Durante la época nazi, el futbol se reinventó en organización a través de las Gauligen. Baviera tuvo su propia liga que enviaba a los ganadores al torneo de toda Alemania; en este campeonato no competían equipos del Palatinado, localizados en Baviera, pero culturalmente diferentes y políticamente más alineados con el partido en el poder. Acabada la II Guerra Mundial, la Asociación Bávara de Futbol (BFV) surgió en 1946 y se afilió a la Federación Alemana de Futbol al poco tiempo.

La BFV agrupa a 4.454 equipos de futbol y en 2023 contaba con poco menos de 1,6 millones de miembros, siendo así la mayor de las 21 asociaciones regionales que comprende la DFB. Por ese tamaño, es la única de las asociaciones que puede meter un equipo adicional en la DFB-Pokal. Su organización en el futbol base es por decirlo así aceptable: las escuelas élite de futbol de ciudades como Múnich, Núremberg y Augsburgo trabajan de la mano de las academias de los clubes bávaros como el Bayern Múnich, el 1860 Múnich, el Greuther Fürth, el Unterhaching y el Núremberg. En su momento la Toto-Pokal era un torneo llamativo no solamente para Baviera, sino para todo el futbol alemán.

Se dice que en Baviera se inventó la tanda de penales tal como la conocemos. Un árbitro de Fráncfort llamado Karl Wald le propuso a la BFV en 1970 la tanda de penales, que la aceptó gustosamente como método supremo de desempate de un partido. Por toda Baviera corrió el balón durante los Juegos Olímpicos de Múnich 1972: Múnich, Ratisbona, Ingolstadt, Passau, Núremberg y Augsburgo fueron recintos para los 38 partidos de este torneo. Mención aparte merece el Olympiastadion, que tuvo un partido entre las dos Alemanias para ver quién iba al menos a la medalla de bronce; ganó de nuevo la fracción democrática.

Baviera también albergó en 2019 la Copa de Regiones de la UEFA, el torneo más importante de futbol amateur en el continente europeo. Como anfitrión llegó a la final que perdió con Baja Silesia, la representante de Polonia. Por último, en Bavaria surgieron las marcas que visten a más de la mitad del concierto del futbol a nivel mundial, Adidas y Puma. El pueblo se llama Herzogenaurach, que a su vez será la base para las concentraciones de la selección alemana durante la Eurocopa.

A nivel de clubes, Baviera tiene buenas rivalidades:

  • El derbi de Múnich. Bayern Múnich vs. 1860 Múnich
  • La rivalidad entre Ingolstadt y Augsburg
  • El derbi del Danubio entre el Jahn Regensburg y el Ingolstadt.
  • La rivalidad entre Augsburg y 1860 Múnich, exacerbada por el contacto frecuente en las divisiones inferiores.
  • El derbi franconio, entre el Nürnberg y el Greuther Fürth, con raíces fincadas en la negativa de la población de Fürth de que su ciudad se fusionara con Núremberg. Es la rivalidad con más partidos en Alemania
  • El derbi bávaro, entre el Nürnberg y el Bayern Múnich. En este caso, el Nürnberg no se considera un club bávaro, sino franconio. Es un duelo más bien cultural que rivalidad deportiva.

Finalmente jugadores nacidos en Baviera han incidido de una u otra manera en el futbol:

  • Helmut Hilpert
  • Paul Breitner
  • Gerd Müller
  • Lothar Mathäus
  • Franz Beckenbauer
  • Mario Götze
  • Thomas Tuchel
  • Bastian Schweinsteiger
  • Thomas Müller
  • Philipp Lahm
  • Stefan Kießling
  • Holger Badstuber
  • Julija Šimić
  • Simone Laudehr
  • Sara Däbritz

Bayern Múnich como expresión de la cultura bávara a través del futbol

Parte de la arrogancia que siente Baviera con respecto a Alemania es a través del equipo de futbol por antonomasia: el Bayern Múnich. Se trata del equipo que ha hecho que el resto de equipos de Alemania sean sus vasallos. Nadie más que el Bayern ha ganado las ensaladeras de Bundesliga, nadie más que el Bayern ha ganado más DFB-Pokale, nadie más que el Bayern ha ganado más supercopas, y nadie más que el Bayern ha ingresado tantas veces a la élite de Europa, y por ende del mundo. Además, constantemente monopolizan a los jugadores prometedores de otros clubes nada más comienzan a despuntar, y si no que le pregunten al Borussia Dortmund. 

Por ello no es de sorprender que los alemanes no soporten una dinastía así que le dé a la Bundesliga la etiqueta de liga de granjeros, pero no pueden evitar sentir orgullo cuando el Bayern se trepa a lo más alto, porque Alemania termina ganando a la larga. Y esa superioridad se ha traducido en más aporte a la selección alemana, con más jugadores del Bayern convocados a la Mannschaft.

El Bayern Múnich también ha aprovechado esa palestra a la que se ha subido para ser el portavoz de la cultura bávara a través de varios elementos, como el escudo. Dentro del círculo rojo, hay un patrón de losanges blancos y azules, creación de la sempiterna familia real Wittelsbach. Esa es quizá la mejor manera en que presumen ser el equipo de Baviera.

También lo hace a través del leitmotiv Mia San Mia, frase que en bávaro se traduce como “Nosotros somos nosotros”. Es reivindicar un “nosotros” sobre “los otros” (¡y dale con esa diferenciación bávara sobre el resto de Alemania!), es adoptar una mentalidad ambiciosa y competitiva para ganar donde sea como el bávaro en el resto de Alemania, es mostrar una personalidad y una manera de entenderse a sí mismo, es ensalzar el orgullo por su Baviera, es expresar la predilección de lo rural ante lo urbano (claro, antes de la megaindustrialización de mediados del siglo pasado), y es lucir con orgullo los valores considerados “tradicionales”. Y parafraseando a Uli Hoeneß, presidente del club: “No basta con hablar de la tradición, hay que vivirla”.

Esa tradición también se refleja cada octubre que hay Oktoberfest. Desde 1980 la plantilla del Bayern Múnich se engalana año con año en los tradicionales Lederhosen para una fotografía donde muestran con orgullo el traje de gala bávaro. Uno de los patrocinadores de Bayern Múnich es la cervecería Paulaner, en el negocio de Múnich desde 1634, y como uno de los seis proveedores autorizados para tremenda fiesta muniquesa, tienen que mostrar músculo, y la fotografía del equipo en Lederhosen con un vaso de cerveza Paulaner es más una tradición que una obligación comercial.

Todo surge gracias a un hombre del Palatinado, Udo Scholz, locutor del estadio del Kaiserslautern. Mediante una frase escuchada en sus vacaciones en Baviera (Zieht’s dem Buam die Lederhose aus) y la canción de los Beatles Yellow Submarine, ideó un cántico nuevo para mofarse del Bayern Múnich: “Zieht’s den Bayern die Lederhose aus”. Fue cuestión de tiempo para que el capitán del equipo y ahora leyenda Paul Breitner y el entrenador y ahora presidente Uli Hoeneß tomaran esa idea para ataviarse con los Lederhosen en los partidos de visitante, como una manera de tomar el veneno de las burlas hacia los bávaros y usarlo como identidad. Y para festejar el levantamiento de la ensaladera en 1980, el equipo lució orgullosamente el Lederhosen.

El Lederhosen que viste a los jugadores del Bayern ha sufrido cambios y experimentos en nombre de la moda. Cada que celebran el campeonato, ahí está la plantilla varonil ataviada. O en Dirndl cuando el equipo femenil se alza campeón de la Frauen Bundesliga. Los jugadores lucen elegantes, las jugadoras engalanan de pronto con su belleza. Y colocan al Lederhosen y el Drindl como una prenda de vestir de diario, donde puede convivir con la gala y la ropa deportiva en paz. El Mia San Mia expresado en la vestimenta, a fin de cuentas.

En 2017 ocurrió lo inevitable: el tribunal constitucional de Alemania con sede en Karlsruhe rechazó de manera contundente el referéndum de independencia de Baviera. Muchos dicen que quieren, pero pocos van más allá del deseo, como el minúsculo Bayernpartei, y los que quieren regresar a los tiempos de la monarquía a cargo del rey Ludovico II, actual cabeza de la dinastía Wittelsbach.

Por ahora se contenta con ser un bastión para la Unión Social Cristiana, la versión más conservadora de la CDU. Mientras, Baviera sigue a su ritmo, con una participación activa por separado en cada incursión diplomática de Alemania. Esto no es nuevo. Hay que recordar que el Primer Ministro Franz Josef Strauß durante la Guerra Fría visitó a Gorbachov en Moscú, viajó lo mismo a Siria que a Israel o Chile, medió en el conflicto entre Sudáfrica y Mozambique y brindó asistencia económica a Alemania Oriental. Este es un ejemplo de la autodeterminación en la política y una iniciativa que vemos en un bávaro para mostrar quién manda.

Baviera prefiere perder derechos a manos de Bruselas que de Berlín. En la Unión Europea intercede por los estados de Europa del Este, considerándose así en la periferia del federalismo alemán, pero justamente en el centro de Europa. Y en estos momentos, con el Brexit, Baviera tiene el centro geográfico de la Unión Europea.

No olvidemos finalmente que Baviera es una de las regiones más ricas en toda Europa: el producto interno bruto nominal es de €716,78 millones. Si fuera un país independiente, ocuparía el séptimo lugar de la Unión Europea. Es casa de grandes compañías, como adidas, Allianz, Siemens, Airbus y demás. Es algo parecido en el futbol: Bayern Múnich ocupa por sí solo más de la mitad de los títulos de la Bundesliga, el 30% de los campeonatos nacionales si nos vamos más atrás. Ni mencionamos las seis Champions, las dos Europa Leagues y la Recopa, porque nos vamos aún más de espaldas. Baviera no puede vivir sin Alemania, pero tampoco puede vivir con Alemania. Mia San Mia en política. Mia San Mia en economía. Mia San Mia en futbol. 

Fuentes

Famous Fix. Footballers from Bavaria. Actualización constante
W Chan, Lincoln. Bavaria Greatest all-team 23-member team. Soccer, Football or Whatever. 10 de febrero de 2015
Usuario borrado. How much do Bavarians want independence?. Reddit: r/germany. 21 de mayo de 2022
Karl, Josef C. Bavaria is Germany, isn’t it? The case of the German Land Bavaria. A Historical and Political Approach. Revista Internacional de Estudios Vascos. Cuad., 3, 2008, 119-141
Bundesliga. Bayern de Múnich: ¿Qué significa ‘Mia San Mia’?
u/Icy-Wall7783. How strong is separatism in Bayern? Reddit: r/Munich. 27 de julio de 2023
FC Bayern München. Nobody’s taking off our lederhosen. 16 de septiembre de 2023

Recapitulemos

Baviera siempre ha sido un estado fuerte dentro del Sacro Imperio Germánico, pero perdió la batalla con Prusia tras la guerra con Francia. Por ello cuando sucedió la Reunificación Alemana todo el poder pasó a manos de Berlín. Baviera también fue una región que se resistió al nazismo, aunque Hitler dio un golpe en la mesa para su régimen del terror. Tras la II Guerra Mundial, Baviera apeló al federalismo para poder entrar de nuevo en Alemania. Las voces independentistas siguen sonando, aunque no tan fuerte como en los 50, cuando el Partido Bávaro gobernó en coalición. El bávaro se siente culturalmente diferente al resto de Alemania, aunque esta región tiene algunas provincias suabas y franconias, un poco diferentes a la cultura bávara. El futbol en Baviera refleja a la sección más grande de la DFB; aquí se inventó la tanda de penales, aquí surgieron adidas y Puma, aquí se llevó a cabo la Copa de Regiones de la UEFA. Por último, el Bayern Múnich ha gritado a los cuatro vientos su identidad bávara, mediante el escudo, el lema Mia San Mia en bávaro y el Lederhosen/Dirndl que visten cada que son campeones y en Oktoberfest.

Nos vemos en la siguiente. Servus!

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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