Seguramente, aquel personaje que popularizó la trillada frase “El fin justifica los medios” no contempló que los factores del enunciado pueden cambiar siempre y cuando exista un porqué detrás. Para el primer encuentro de reclasificación del Guard1anes 2020, Paulo Pezzolano se atrevió a jugar con la frase anterior, y el resultado obtenido no pudo ser mejor. El director técnico uruguayo expresó su plan de juego desde el primer minuto de partido, sustentando sus intenciones con un once inicial un tanto inesperado, pero coherente.
Pachuca sorprendió dejando en el banco a su mejor hombre del torneo. El chileno Víctor Dávila, quien produjo seis goles a lo largo de la temporada, no iniciaba la partida. En su lugar, sin modificar el 4-3-3 con el que viajó a lo largo del semestre, salió Roberto Nurse, acompañado por Ismael Sosa y Felipe Pardo. De esta manera, los visitantes colocaron la amenaza sobre el tablero. Preocupaba poco si no se cristalizaba en acciones de gol, lo importante era tenerla ahí, fijando la línea defensiva de Santos, e incomodando los vértices del área rival.
Con el paso de los minutos, Santos, que extrañó mucho a Diego Valdés en la sala de máquinas, comenzó a caer en el guion que el rival escribió. Los Tuzos obtuvieron una gran cantidad de ventajas a partir de los reinicios de juego en campo rival, alejando el partido de su propia área, donde los Laguneros condicionan gracias a su presión alta. El encuentro entró en lapsos de descontrol absoluto, y las jugadas aisladas no tardaron en presentarse. A partir de ahí, el equipo hidalguense fue capaz de ganar segundas jugadas gracias a la superioridad numérica y posicional que presentó en mediocampo (había un constante «3 vs. 2»: Cervantes-Gorriarán vs. Guzmán-Chávez-Sánchez). Así, rumbo al final del primer tiempo, Erick Aguirre, uno de los nombres propios del partido, encontró con un trazo largo desde la izquierda a un Víctor Guzmán que dejó en claro por qué es el mejor centrocampista pisando el área dentro del fútbol mexicano. Además, hay que destacar la función del panameño Roberto Nurse en el 0-1, jalando la marca de Matheus Dória para que Víctor entrara libre. Pachuca movió el marcador y el camino comenzó a despejarse.
Tras un segundo gol proveniente de una acción a balón parado (premio al enorme partido del zaguero Óscar Murillo), Paulo Pezzolano puso en marcha lo que ya tenía en mente. Tardó sólo un par de minutos en mandar al campo a Efraín Orona y a Víctor Dávila. El primero permitió replegar con mayor solidez en 4-5-1, mientras que el segundo representó una amenaza al espacio tras robo de balón. La última media hora de partido representó un simple trámite para los de la Bella Airosa. El equipo no sufrió gracias a su gran organización defensiva, acercándose al tercer gol en una transición que seguramente el estratega uruguayo había previsto cuando planeó el encuentro. Roberto de la Rosa venció a Carlos Acevedo, firmando un merecido pase a Liguilla para los suyos, mientras que el estratega uruguayo dejó en claro que, en algunas ocasiones, los medios pueden justificar el fin.