España 2-1 Alemania: una de las grandes

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Cuando en una eliminatoria, se recibe el empate en el 89′, lo lógico es que caigas en la prórroga. Que acuses el golpe emocional. Que las fuerzas te flaqueen más que unos instantes antes de recibir esa igualada. Si la rival es la anfitriona, el público te da un punto extra para la motivación. Y si encima, ese rival es Alemania, con todo lo que ello implica, más aún. Encima, sabes que tus jugadores más autosuficientes con permiso de Olmo, Nico y Lamine, están en el banquillo porque viendo el cariz de la segunda parte, el entrenador ha decidido poner nueva energía en las piezas de arriba. Sin embargo, si tienes el temple suficiente, sacas carácter, sabes esconder la pelota y la fortuna te sonríe en los momentos necesarios, puede que te mantengas en pie. Puede que tu portero vuele y pare la que tiene que sacar. Puede que hasta incluso Olmo saque a bailar a cada alemán que a su paso y, también sirva un balón perfecto. O puede que un llegador como Mikel Merino, emulando la plasticidad de un corredor de vallas, quede inmortalizado en un cabezazo, que como el de Puyol, deje en la lona a Alemania. Porque sí, incluso sin Pedri, Yamal o Nico Williams en el campo, puede que derrotes en su casa y en una prórroga a Alemania. España se llevó el duelo de tricampeonas cuando peores cartas tenía. Si en los peores escenarios, sales airoso, es que tienes un punto de grandeza adquirido.

El encuentro empieza con Pedri como total protagonista. Fue el primero en probar suerte con un disparo tímido con el pie izquierdo, tras una buena recuperación de Cucurella, un buen pase al área de Nico y una buena descarga de Morata hacia la frontal. Y de forma menos agradable, porque a los tres minutos caía lesionado en una falta de Kroos que cortaba el nacimiento de una transición. Olmo había de entrar por Pedri pasados los ocho minutos. Entre otras cosas, España perdía a su mejor elemento entre líneas, pero a cambio ganaba intimidación en área rival. Olmo, de menos a más, acabó siendo el hombre del partido.

Lo que no cambió fue el esquema 4-2-3-1 de Luis de la Fuente, ni la búsqueda de robo en campo rival. Aunque se lo dio mejor tras pérdida que en los reinicios. Morata y Pedri/Olmo aguardan en la frontal, dispuestos a saltar sobre centrales; mientras que por detrás, los extremos y Fabián se quedaban en intervalos entre el doble pivote alemán y los dos laterales. No funcionó ese 2+3. Los jugadores alemanes eran precisos y estaban lo suficiente alejados unos de otros como para acabar encontrando un jugador liberado por dentro tras llevarla hacia fuera, aprovechando la figura de Kimmich como lateral derecho o los apoyos de Musiala por izquierda. Mejoró al final del primer tiempo, cuando Fabián se situó entre medias (2+1+3) y las basculaciones se hacían con menos metros que recorrer, pero Alemania había tenido más tramos en el primer tiempo.

Porque, por otro lado, la presión alemana sí estaba dando sus frutos. Con un esquema similar, pero con marcajes individuales y no en intervalos, Alemania impedía que Unai Simón pudiese jugar con centrales o mediocentros sin que hubiese un alemán pegado. El objetivo de que Fabián (Can) y, sobre todo, Rodri (Gündoğan) no la tocaran estaba dando sus frutos. El matiz, más allá de las persecuciones individuales en todas las piezas es que si en banda izquierda Musiala iba a tapar la posible recepción de Carvajal, dejando a Lamine con Raum; en la derecha iba a ser Kimmich quien saltara a por Cucurella. Con Sané haciendo de pareja de Havertz a más altura, era el lateral derecho quien saltaba a por el lateral derecho, provocando que un central como Rüdiger tuviese que defender presionando en banda al extremo izquierdo español. Precisamente, Nico Williams, uno de los jugadores más en forma del torneo. Esto dejaba un 4v4 en la zaga alemana, con Kroos centrado y Rüdiger como lateral, pero no supuso demasiados problemas para la Mannschaft.

A España, sin Pedri, le costó gran parte del primer tiempo dar con la tecla. Fue probando con recepciones escoradas de Nico (que se medía a Rüdiger), aprovechando los espacios que dejaban los medios para la aparición de Olmo (que se llevaba a Kroos) y Morata (perseguido por Tah). Incluso Nico y Morata se turnaron en una ocasión. Algo más productivo fueron los desmarques de Carvajal quien, a base de recibir envíos en largo del portero, sí pudo hacer participar a los hombres ofensivos con el balón controlado, sin depender de transiciones o recuperaciones post-perdida. La renudación, de hecho, arranca con una ocasión clara que nace de esta manera. Morata con control y disparo a la media vuelta, casi en área pequeña, finaliza una acción en la que, además, había añadido pausa en el último tercio.

En la primera parte, casi todas las llegadas habían tenido finalización, pero a costa de no alargar un poco más la acción dando un pase extra o un viaje de costa a costa que, por un lado, aumentase la probabilidad de acierto en esa acción y, por otro, que España lograse asentarse en campo rival para favorecer su presión en caso de pérdida. Se evitaron contras alemanas, pero también se quitó la posibilidad de que jugadores desmarcados en mejores condiciones recibiesen ante las probaturas de todos los jugadores de ataque. Tampoco Alemania estaba transformar sus ratos de dominio -fundamentado en el la posición de Kroos recibiendo entre centrales, las opciones en el segundo escalón de Kimmich y Gündoğan, las recepciones de Musiala entre líneas y las llegadas por fuera de los laterales- en ocasiones. La primera fue un encuentro más tenso que divertido en las áreas de castigo.

Pero poco después del disparo alto de Morata, llegó el gol de Olmo. La segunda parte tenía que cambiar de guion de forma perentoria. De la Fuente y Nagelsmann ya habían hecho cambios al descanso: Nacho por el amonestado Le Normand; así como las de Andrich por un desacertado Can y de Wirtz por un desaparecido Sané (solo participó de forma positiva en desmarques hacia dentro que arrastraban a Cucurella y liberaban la llegada de Kimmich hacia zonas de extremo). Tras el gol, Füllkrug entró por Gündoğan para cargar el área mejor a riesgo de que Rodri (al que a partir de ese momento le presionaría Havertz) tuviese más momentos de calma. También Mittelstädt sentó al sancionado Raum (con Lamine ganándole la mayoría de las veces), y esto provocó que después, viendo que el nuevo lateral izquierdo había entrado bien al partido y estaba sumando en ataque, De la Fuente quitase al autosuficiente Yamal en ataque por un más aguerrido Ferran Torres.

Los cambios tuvieron un efectivo positivo en Alemania. Aunque Andrich no pudo con Fabián, sí es cierto que Mittelstädt motivó el cambio de Ferran por Yamal, y que Wirtz, muy lúcido, fue ganando cada vez más el protagonismo y acertaba en cada recepción; incluso hasta superar en impacto al de un Musiala, que tuvo un duelo ciertamente igualado ante Carvajal. El robusto Füllkrug aportó mayor sensación de peligro real en cada balón colgado al área. Y estos no fueron pocos. No obstante, el más peligroso de todos los centros no fue un balón aéreo (donde Laporte estuvo en varias ocasiones insuperable), sino uno raso que acabó estrellándose en el palo. Un ataque rápido por la banda derecha, donde Kimmich filtra al espacio entre central y lateral y a la carrera de Wirtz que pone un pase medido al punta del Borussia Dortmund, que molestado por Nacho, envío a la madera.

Por su parte, España se pasaba más parte del tiempo sin el balón, en bloque medio-bajo (4-4-1-1) e intentando que el 3-Andrich-6 alemán no revirtiese la ventaja, aunque cuando lograba saltar las líneas de presión (sobre todo con recepciones de Morata), intentaba que pasaran pocas cosas. Se prefería hacer circular sin el objetivo claro de dañar, escondiendo el balón y asegurando el pase, incluso en momentos de transición. El tiempo pasaba y el arreón final de Nagelsmann tuvo el nombre de Müller (por Tah, retrasando a Andrich al puesto de central, donde mejoró sus prestaciones). De la Fuente, en el camino inverso, quitó a Morata y Nico Williams por Mikel Merino (mediapunta) y Oyarzabal (punta), escorando a Olmo a la izquierda. Sin embargo, Florian Wirtz empató y provocó que debería haber supuesto un mazazo para los españoles.

Pero llega la prórroga y entre que Nagelsmann rehace el cambio ofensivo (Anton por Havertz), que las fuerzas ya no dan para seguir presionando de igual forma (por energías y jugadores) y que, con el empate, no hay tanta urgencia más allá de que ninguno quiere los penaltis si se puede ganar jugando, España recupera cierto mando. Apenas inquieta a Neuer (más allá de un disparo lejano de Oyarzabal), pero Olmo, Rodri, Cucu y Merino esconden la pelota a Alemania un tiempo precioso para que quien llega en la ola positiva, no te arrase por la marea. Es cierto que Alemania las tuvo. Que Wirtz, un dolor de cabeza para Cucurella y que tuvo su mejor actuación individual sin ninguna duda, pudo ser el hombre del partido, pero no lo fue porque falló la que Olmo sí acerto en el primer tiempo. Que Füllkrug remató al menos tres. Pero hace tiempo que España se quitó los complejos en los grandes torneos. Con pleno de victorias (Croacia, Italia Albania, Georgia y la Mannschaft), España se planta en las semifinales. Ahora con una nueva generación, vuelve a unas semifinales europeas.

Los goles:

  • 1-0 Olmo (51′). Morata, objetivo del juego directo de Cucu, provoca una falta en mitad española. Vuelve a ser Morata quien recibe un pase, esta vez raso, desde Laporte que recibe el reinicio y ve el hueco en el costado derecho que han dejado las persecuciones de Gündoğan, Kroos y Andrich sobre Rodri, Olmo y Fabián, todos basculados a izquierda en distintas alturas. Morata, a quien le sale Tah, abre a la derecha para Lamine Yamal. El extremo de 16 años conduce con la cabeza erguida hasta hundir a Raum y a la zaga alemana a la altura del punto de penalti. Se introduce en el área recortando, espera y asiste a la llegada desde segunda línea de un Olmo. Libertado de la marca de Kroos, que acude a defender la frontal perdiendo su referencia (no así Andrich que sí mantiene vigilado a Fabián), de primeras, por sorpresa y con el interior de la derecha, Olmo ajusta al palo próximo.
  • 1-1 Wirtz (89′). Hay prisa, así que Neuer saca de banda en un intento de balón largo de España que se pierde por el costado izquierdo alemán. Circulan rápido de izquierda a derecha sin oposición hasta el último tercio de campo. Rüdiger envía un centro desde el costado derecho que Havertz intenta controlar con el pecho pero que va hacia fuera del área. Al balón dividido pugnan Rodri con Wirtz que es quien gana el duelo para jugar con Kroos. Este abre rápido a la izquierda donde está Mittelstädt. Con cinco alemanes cargando el área, el centro va pasado el segundo palo. Pero ahí aparece la figura de Kimmich para recolocar de cabeza y la dejada es aprovechada por Wirtz -que se ha frenado y se ha alejado de marcadores- para volear picado y cruzado.
  • 2-1 Merino (119′). Saque de banda por la derecha a favor de España. Varios cabezazos hasta que la pelota la baja Oyarzabal, que toca con Ferran, abierto. Su 1×1 contra Mittelstädt no resulta, pero Carvajal se hace con el rebote. Buena oxigenación de la jugada hacia la izquierda, por donde hay más rojos que blancos. Cucu recibe y abre del todo a Olmo. Tres jugadores españoles cargan el área Merino en el primer palo, Morata por el medio y Oyarzabal al segundo. Solo hay dos defensores, los centrales. Anton rápido se empareja con Morata, pero Rüdiger, que vigila a Merino, marca en zona. El envío de Olmo es perfecto, porque aunque el madridista no salta, ni encima a Merino, el centrocampista de la Real Sociedad, en un salto y un cabezazo memorable, cruza la trayectoria y derrota a la anfitriona.
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Rafa Medel
Entrenador y periodista

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