Jugadores de las semifinales: Lamine Yamal, Mainoo, Koundé

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Por si las playas españolas no tuvieran suficiente pique ya con el turismo inglés, la final de la Eurocopa promete hacer crecer la rivalidad entre los amantes de la paella y la sangría, contra los que se decantan por el pescado rebozado y las judías blancas para desayunar. La diferencia está en que los británicos sueñan con ir de vacaciones a tierras hispanas para degustar este menú, y aderezarlo con poca crema solar, balconing y unas peculiares sandalias que no sustituyen al calcetín, mientras que los ibéricos no cambian su estilo culinario por nada del mundo.

Algo parecido pasa en términos futbolísticos. ‘La Roja’ está completando un torneo que mejora con creces sus expectativas, con un plan en el que el colectivo lo es todo. Y así remontaron (2-1) a Francia en semifinales, después de doblegar a Georgia en octavos y a Alemania en cuartos. De este modo, se han convertido también en la primera selección que gana seis partidos consecutivos en una misma edición de la Eurocopa. Por su parte, Inglaterra llega con más dudas y se aferra a las individualidades. Esta vez, con Ollie Watkins como héroe de las semis (2-1) frente a Países Bajos, autor del tanto de la victoria en el descuento, después de que Bellingham diese una vida extra frente a Eslovaquia en octavos y de que la tanda de penaltis cayese de su lado en cuartos, con Suiza como víctima de la fe de los pupilos de Southgate.

🥇🇪🇸 LAMINE YAMAL

Recuerdo como si fuera ayer la Eurocopa 2016. La de Islandia, la de João Mário, la de Super Antoine… Y la que nos regaló la UEFA, porque cuando todo parecía perdido, sin derechos de televisión vendidos en varios países de Europa, el máximo organismo regulador del fútbol continental nos regaló todos los partidos a través de su página web. Tal vez por eso le cogimos cierta estima a Ceferin. Al contrario que mi madre, quien según recibió esta noticia, ardió en llamas. «¡Iña, cómo vas a ver todos los partidos, si tienes los exámenes de acceso a la universidad a la vuelta de la esquina!», exclamó, antes de preguntar que quién demonios jugaba hoy. «Eslovaquia vs. Gales», respondí, tratando de sonar convincente y pensando que comprendería mi amor por Aaron Ramsey cuando se enfundaba la elástica de su país. A mi yo del pasado, macabro para los supersticiosos, le importaba poco el fallecimiento de algún famoso. Jugador de culto para quien escribe estas líneas, dicho sea de paso, me emocionaba verle más que a Gareth Bale. Aquella fue una bellísima ‘Euro’. Una que también me enseñó a organizarme, a dejar de perder el tiempo y a asumir responsabilidades. Suponemos que como a Lamine Yamal, quien entre exhibición a Georgia y a Francia, se ha puesto a hacer los deberes de plástica y a tocar la flauta. En Educación Física, en su caso, damos por hecho que le habrán puesto matrícula de honor, a la vez que sus compañeros de clase se ahorraron varios traumas.

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Porque Lamine Yamal no es ninguna promesa, es el futbolista que cambió el guion de unas semifinales de Eurocopa. Obviamente, con un zapatazo a la escuadra, parecido al que le marcó hace un año ante los galos en las semifinales del Europeo sub-17. Participación directa tuvo también en la primera ocasión de ‘La Roja’, con un centro tocado al segundo palo que Fabián perdonó ante Maignan; así como en el 2-1 de Dani Olmo, porque la estrella del Barça no solo es un extremo de banda, temible cuando encara, sino que también ha demostrado estar capacitado para marcar la diferencia por dentro. Deschamps sorprendió en un 4-4-2, sin Griezmann, en el que Kolo Muani y Mbappé cerraban por delante de Dembélé, Tchouaméni, Kante y Rabiot, ordenados de derecha a izquierda. Y como Ngolo estaba muy pendiente de encimar a Rodri Hernández, exponía al mediocentro del Real Madrid, desbordado por la presencia interior de los extremos junto a Olmo. Lamine y/o Luis De La Fuente, leyeron bien esta circunstancia. Y los goles, más allá de genialidades, tienen un punto de pizarra también. Yamal fue más un mediapunta derecho que defendía en la banda que un extremo. Playmaker por momentos cuando descendía a la base para conducir, y desequilibrador desde la diagonal hacia dentro o desde la asociación al recibir entre líneas, mientras Jesús Navas le doblaba por fuera. Con mucha pausa y buenas decisiones con la posesión para bajar pulsaciones en la segunda mitad, además. Como dice Sergio V. Jodar, el año que viene debe elegir la rama de arte para continuar sus estudios. Pero, por lo pronto, en interpretación también es un superdotado. Bajo consejo, muy atinado de Albert Morén, habrá que empezar a rastrear las fotos para saber si Lamine ha bañado a algún bebé y le ha transferido los superpoderes que a él le regaló Messi en su día.

🥈🏴󠁧󠁢󠁥󠁮󠁧󠁿 KOBBIE MAINOO

«Inglaterra no sabe ni cómo, pero está en la final», sostienen algunos desde un análisis muy simplista. Realmente, en un deporte de detalles, la mera realidad es que acertaron más en los momentos cumbre, al filo de la navaja. En lo individual, con aquel acrobático tijeretazo de Bellingham cuando Eslovaquia les estaba ganando con suficiencia, o con una tanda de penaltis contra Suiza en la que lanzaron muy bien sus disparos desde los once metros. Southgate, sin embargo, parece que se encontró de casualidad un movimiento desde la pizarra que ha dotado de mayor naturalidad a los Three Lions. Sea como fuere, matiz ganador el de los tres centrales y carrileros que liberan posicionalmente y hacen más imprevisibles a Jude y Foden. Este último volvió a mostrar su amenaza con el disparo de zurda a pierna cambiada, solo la cruceta y Bart Verbruggen pudieron evitar el que hubiese sido su primer gol en el torneo, al igual que lo hizo Denzel Dumfries al sacar bajo palos otro remate del trequartista del Manchester City. Nadie mostró tanto su colmillo como él en el último tercio, aunque el primer gol fuese cosa de Harry Kane, de penalti que él mismo forzó, además de estar bastante atinado en sus movimientos para sacar centrales de zona. Faltaron desmarques complementarios, después. En todo caso, el ingreso de Mainoo y el cambio de 4-2-3-1 a 3-4-2-1 desde la segunda parte del duelo de octavos de final, le han sentado bien a la selección inglesa.

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El centrocampista del Manchester United mostró todo eso que contribuyó a que a Memo Navarro se le cayese la baba desde hace años con Kobbie. Conducciones e intervenciones mediante el pase que agilizaban y verticalizaban los ataques posicionales de una Inglaterra bastante más ágil a la hora de ir de lado a lado, en caso de que él mismo no rajara por dentro el bloque de Países Bajos. Pocos toques, alguna que otra finta sin adornos y mucho dinamismo. Mapeaba el campo y se perfilaba antes de mejorar la jugada desde el control y pase, sin retener de más la pelota. Más asociación corta que larga, aunque también con algún cambio de orientación interesante para activar a Trippier o a Bukayo Saka, también a pierna cambiada como carrilero que ganaba mucha altura con balón. Su presencia mejoró claramente las prestaciones de Trent Alexander-Arnold en fase de grupos como acompañante de Declan Rice en el mediocentro, por mucho que no tenga el golpeo premium del ídolo de Merseyside. Y, por si fuera poco, sin balón también ofreció movimientos para dar continuidad a la jugada o, sobre todo, para poder robar en campo contrario, no tener que correr por ende hacia atrás y para permitirle a los suyos atacar con el rival menos ordenado. Tras pérdida sumó robos de mucho instinto y técnica defensiva. Incluso, cuando no había más remedio que volver y corregir, también tuvo presencia en la frontal del área defendida por Pickford. Partido muy completo el suyo.

🥉🇫🇷 JULES KOUNDÉ

La mención honorífica por parte de Francia se la lleva el lateral derecho del Barcelona. El mismo que provocó que Benjamin Pavard sostuviese que esta Eurocopa iba a jugar de banquillo izquierdo. Vio venir el buen rendimiento de su compatriota y compañero de demarcación, porque la realidad es que, le guste más o menos a Jules, su presente le sitúa como uno de los mejores laterales del planeta. Quizá con más techo como central, como mostró en Sevilla y para lo que aparentemente le firmó el Barça. El futuro dirá. Por ahora, se marcha de la Eurocopa como candidato a mejor lateral diestro del torneo y, ante España, por mucho que apareciese en la foto del 2-1, en el que desvía la trayectoria del disparo de Dani Olmo en su buen intento por tapar portería, fue el mejor apagafuegos galo. Nadie ganó más duelos que él (10), especialmente dominante en el juego aéreo. Que Nico Williams no aumentase la sangría española por su banda tiene bastante que ver con el desempeño de Koundé.

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Atento en las vigilancias, sin dejar recibir al del Athletic en ventaja cuando los de Luis De La Fuente atacaban en posicional y Francia replegaba en bloque; yendo con contundencia a la presión tras pérdida para que el rival no pudiera salir en transición. Tan solo una vez le cogió la espalda el extremo español, y eso que tiene una notable punta de velocidad superior a la del actual Koundé (de mayor envergadura), unido a que esta vez no fue lateral bajo, sino uno con recorrido para doblar por fuera a Dembélé y dar la amplitud. Poco protagonismo ofensivo en cualquier caso. Especialmente meritorias fueron sus ayudas a Upamecano cuando Morata o Fabián aparecían libres de marca o en alguna subida de Cucurella en el tramo final, cuando los retrocesos costaban más. Jules, atrevido de ti, tienes tanta personalidad jugando como personalizando outfits. Y paradójicamente eres mucho más que un parche en el lateral cuando tu conversión física reclama mayor protagonismo como central. Combinación peligrosa, que has disimulado en Alemania con una concentración y técnica defensiva mayúscula. 

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Iñaki María Avial
Periodista · 1997 · España | Kaká me enseñó desde San Siro que en el fútbol la magia importa, Gerrard se fue a Estambul a confirmarme que la mentalidad prevalece. También soy `Chiellinista´. Delante de un micrófono, como dijo Michael Robinson, "estoy muy ocupado, pero no siento que esté trabajando".

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