En el último partido del repechaje, Monterrey recibió a un Puebla que, aunque previo y durante gran parte del duelo pintaba como la víctima, terminó dando la campanada en El Gigante de Acero. Ante todo pronóstico y estando 2-0 abajo hasta el minuto 60′, los dirigidos por Juan Reynoso completaron la hazaña.
Tal y como se esperaba, La Franja se apegó al plan que tantos resultados le dio durante el torneo regular: el repliegue y las transiciones ofensivas. Con Rayados teniendo a dos delanteros de la categoría de Vincent Janssen y Rogelio Funes Mori de inicio, el estratega peruano optó por una línea de cinco para contrarrestar su poderío. La idea del Puebla, enfocada en tener superioridad «3vs2» contra la dupla atacante regia, era coherente en el sentido que, a través de su bloque medio-bajo, entorpecía el progreso rival e impedía que su pareja ofensiva activara a sus compañeros en el juego directo. No obstante, pagaron caro los errores.
A pesar de que Reynoso ya había utilizado este esquema (Bryan Angulo y Salvador Reyes alternaban posiciones en izquierda), en esta ocasión no hubo la solidez defensiva esperada, pues Monterrey detectó ese intervalo y lo explotó. Incluso, así se generó el 1-0, con Charly Rodríguez atacando al espacio y poniéndole un gran pase a Janssen, quien luego sería derribado por Angulo. Después, Nico Sánchez abrió el marcador de penal. Ya en el segundo tiempo, una inocente mano de Néstor Vidrio le permitió a Rayados aumentar la ventaja. Con el 2-0, parecía que el partido estaba resuelto.
De cualquier forma, la cuestionable dirección de campo del Turco Mohamed permitió que Puebla se creciera. La Franja encontró cómo replicar la fórmula y, desde el balón parado, igualó el partido. Osvaldito Martínez, quien ingresó de cambio, descontó de tiro libre y, después, el buen juego de espaldas de Santiago Ormeño provocó el penalti que llevó el encuentro a la definición desde los once pasos. En dicha instancia, el arquero uruguayo Nicolás Vikonis se convirtió en el héroe al atajar uno y convertir otro. Así, los de Juan Reynoso demostraron una vez más que, pese a sus limitados recursos, han desarrollado un estilo reconocible y competitivo. Su siguiente reto será sorprender al León de Ignacio Ambriz, el líder del torneo.
