Seguramente el Barcelona llega como favorito al clásico frente al Real Madrid, por el funcionamiento mostrado durante esta temporada 2024/25 y más por el envión anímico que representa haber goleado al Bayern Múnich en la Champions League. Un equipo que es líder de La Liga y que ganó sus últimos cuatro partidos con holgura, contra Young Boys, Alavés, Sevilla y los bávaros. Transmite superioridad desde las rutas colectivas hasta el apartado individual.
Hans-Dieter Flick es el gran nombre propio de este Barça, porque ha establecido un modelo juego que potencia a los distintos perfiles y es ultraofensivo. Un conjunto azulgrana al que lo caracteriza su agresividad sin balón, jugando con la línea defensiva muy adelantada para provocar el fuera de juego, instalando el bloque alto para presionar y activándose enérgicamente tras pérdida.
Con balón, hay diferencias notables con respecto a la era de Xavi Hernández, como el uso de los laterales, ya que tanto Jules Koundé como Alejandro Balde se proyectan para ser profundos y ofrecer amplitud. El estado de forma de los centrales, ante las bajas de Ronald Araujo y Andreas Christensen, se ha ganado una nota de excelencia, con la seguridad que ofrece Pau Cubarsí en salida de balón, los cambios de frente y poderío por elevación del zurdo Íñigo Martínez, así como la determinación de ambos para defender hacia adelante.
Lo del mediocentro es otro matiz importante, con el canterano Marc Casadó brillando al cubrir diversos rubros ofensivos y defensivos, porque su ascenso al primer equipo ha sido uno de los mejores «fichajes» de la escuadra catalana. También llama la atención el caso de Pedri, cuyo estado físico y evolución lo han convertido en un centrocampista que marca diferencias desde la creatividad, el giro, la habilidad pasadora y hasta ha incorporado a su repertorio las apariciones en la frontal.
En la derecha, el Barcelona se aferra al talento de Lamine Yamal, cuyo regate, golpeo y variedad en el pase lo hacen uno de los mejores futbolistas del mundo a sus 17 años, aunque eso sí, cada vez se le ve más pisando carriles interiores. El puesto de centrodelantero le pertenece a un Robert Lewandowski que está muy dulce, tanto en los apoyos como en la finalización, tal como en sus mejores días.
Había que dejar lo más sorprendente para el final, y es que nadie veía venir el brutal nivel de Raphinha. El brasileño tiene registros fenomenales, rindiendo principalmente como mediapunta, ya sea iniciando detrás del nueve o partiendo desde la izquierda, como falso extremo, rol que en su día conoció bajo la dirección de Xavi. Es muy probable que el ex jugador del Leeds United esté en el mejor momento de su carrera.
Por lesiones, se ha tenido más inestabilidad para definir a ese último integrante del ataque. Dani Olmo llegó como la incorporación estelar y apunta a adueñarse del sitio, pero de igual forma se encuentran Fermín López, Ferran Torres, Ansu Fati o Pablo Torre. Y claro, a todo este coctel, hay que sumar a los ya recuperados Frenkie de Jong y Gavi, con lo que se concluye que al técnico alemán le sobran piezas para armar un mediocampo de absoluta élite.
Con Ronald Koeman y Xavi Hernández, el Fútbol Club Barcelona dio pasos necesarios para dejar atrás las épocas oscuras de Roma, Liverpool y el 8-2. El neerlandés ganó una copa y el español, una liga, además de que confiaron en los jóvenes para sentar las bases del futuro, pero Hansi Flick llegó con la misión de llevar todo al siguiente nivel y dar el paso definitivo para ganar.