Aston Villa 3-2 PSG: susto en Birmingham

Aston Villa 3-2 PSG

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Nadie puede evitar que se te complique un encuentro fuera de casa en una eliminatoria de la Champions League. No importa que traigas un 3-1 de la ida, ni tampoco que te pongas 0-2 a la media hora. El PSG había aprovechado dos escenarios con amplios espacios para ponerse en ventaja. Pero cuando uno se siente perdido (1-5 en el global), ¿qué más puede perder? El Aston Villa, que había salido con otro plan de partido respectoa a París, recuperó muy pronto el aliento para seguir remando bajo la lluvia de Birmingham. Después, dos tantos muy seguidos le dejaron al borde de forzar una prórroga. Pero entre Donnarumma y la capacidad de esconder la pelota de los franceses, todo quedó en un susto para el PSG y en aprendizaje para los villanos.

Unai Emery: «Competimos bien en la ida, pero no lo suficiente. Hoy fuimos aún mejores y estuvimos cerca de remontar. Aún falta el último paso, y este es el único aspecto en el que quiero trabajar para nuestro proceso».

Vitinha, Fabinha y Neves, a través del pase, sabrían calmar una rave. Y los cuatro defensas también están por la labor de aportar calma ante la presión. Pero más allá de la idea, es la movilidad de las piezas lo que hace muy difícil de robarle el balón al conjunto de Luis Enrique. En este PSG pocos jugadores se ciñen a su zona. Salvo quizás Barcola, más fijo en la banda izquierda, el resto se van intercambiando la posición como si un mecanismo de poleas se tratase. Si Fabián baja a la altura de los centrales, sube Nuno. Si Vitinha asciende un escalón es porque Neves le reemplaza por delante de la defensa. Si Kvaratskhelia se mete por dentro (como casi siempre hizo), Achraf aprovecha el carril; y si la pide abajo, el interior caerá al costado.

Como era de esperar, el Aston Villa empezó dispuesto a aprovecharse de la excitación de Villa Park. Al minuto, Onana no embocaba un córner peinado por Tielemans porque João Neves saltó bien y antes que el mediocentro en su primer palo. El conjunto de Unai Emery, al contrario que en la ida, quiso defender hacia delante desde el principio. Y muy al principio ese 4+2 con el que acosaban los ingleses incomodó al PSG.

La respuesta de los parisinos, aunque siguió construyendo con una primera línea de tres, fue la de aumentar el número de piezas en campo propio: un segundo mediocentro (3+2), Hakimi más sujeto abajo y Dembélé apareciendo como centrocampista. El delantero centro empezó a aparecer tanto por izquierda como por derecha (fotos inferiores) por delante de los medios ingleses, distaryendo la atención de Onana-Camara que dejaban de tener igualdad numérica.

Sin embargo, si el PSG se puso 0-2 fue más porque, cuando puede correr, el PSG es muy peligroso. Y la estructura del Villa en ataque se lo permitía. Emery quiso reforzar el carril central con cuatro parejas entre centrales, mediocentros, interiores (incluido McGinn) y puntas (incluido Rogers (2+2+2+2), desprotegía las bandas, únicamente ocupadas por Digne y Cash (imagen inferior).

Si el PSG recuperaba y conseguía encontrar a su jugador en amplitud, y encima era la banda del lateral que había subido en la acción anterior (se intentaba que solo fuese uno hacia delante), la posibilidad de contra peligrosa aumentaba. Y eso ocurrió, entre otras ocasiones, en el en la jugada del 0-1. De un 1×1 de Rashford con Marquinhos, con Cash dando la amplitud por derecha, el PSG acabó castigando con el tanto de Hakimi (11′) en la segunda opción de contra en la que Barcola pudo correr con ventaja. La mala acción del Dibu, entorpecido por la duda de Pau Torres, hizo el resto.

Rogers tendía a coger la altura de Rashford, mientras que Mc Ginn quedaba por detrás junto a Tielemans.
El «rectángulo» de cuatro parejas por dentro buscaba superioridad por dentro y, a la par, que la salida por fuera fuese factible.

Después del primer jarro de agua fría, el Villa se volvió a enchufar aprovechando algunas indecisiones en los hombres de atrás del PSG a la hora de acosar a poseedor o en despejes ante el juego directo. Pero sin la efectividad necesaria en el penúltimo gesto o en el propio remate. Así fue, como de otra posible ocasión de peligro para Villa (Onana cortó un mal pase de Marquinhos dentro del área rival) llegó el segundo tanto justo antes de la media hora (28′).

Marquinhos reaccionó rápido ante la pérdida de Neves y, tras un tercer hombre al primer toque, se generó una conducción por la banda derecha. La superioridad numérica evidente en el ataque rápido la resolvió en el punto de penalti Nuno Mendes, el lateral izquierdo (imagen inferior). En el inicio, Fabián estaba ocupando su zona, el delantero la del extremo derecho y el extremo derecho la del séptimo centrocampista. En el PSG, nadie es lo que parece ser.

Sin embargo, el Aston Villa pudo devolver el golpe rápido. Se aprovechó de una pérdida por dentro de Kvaratskhelia en la divisoria para lanzar una contra que Tielemans, primero condujo atrayendo a tres defensores, y después culminó disparando -con algo de fortuna- tras una buena triangulación con Rashford y McGinn. El 1-2 daba oxígeno a un Villa que en la segunda parte pondría la eliminatoria cuesta abajo.

Sin nada que perder, el Villa dio otro paso más adelante a la hora de presionar. Y aunque pudo aprovecharlo el PSG, fue el Villa quien golpeó doble y consecutivamente. Primero con una recepción de McGinn a la derecha de Vitinha (pendiente de Tielemans más a la izquierda) y a la izquierda de Hakimi (que soltó a su marca porque le subía Digne). La conducción y disparo del escocés fue tan inverosímil tanto por la sencillez (nadie pudo temporizar por delante) como por su contundencia (nadie le alcanzó por detrás). Instantes después, Konsa estaba pasando a la red el tercero tras un par de momentos de inspiración de Marcus Rashford.

Teniendo problemas de posibles pérdidas cuando intentaban circular por dentro, el Villa hacía más daño con el juego directo, los centros laterales o las acciones a balón parado. Ahí, el PSG cometía errores. Pero aunque fallara un parisien, no fallaba otro en la misma acción. Así, Pacho, Marquinhos, Vitinha, Nuno iban cometiendo errores aislados, pero con la suerte de que no fueran en efecto dominó. Y sino, siempre parecía estar Donnarumma (5 paradas)…

Luis Enrique: «Somos un equipo joven, pero a la vez maduro y capaz de ponerse el traje de faena. Ha sido muy difícil. No recuerdo muchos momentos en los que hayamos estado tan superados. Este equipo está hecho para defender, pero mucho más lejos de nuestra portería».

Durante un buen tramo, los parisinos no pudieron calmar la rave de Villa Park. El 3-2 era cosa seria y la prórroga estaba a un gol. Emery, encima, invitó a Ramsey (por McGinn) y Asensio (por Onana) en el 67′, pasando Tielemans al doble pivote. Más adelante, el vasco también quiso refrescar ás el ataque poniendo al ofensivo lateral izquierdo neerlandés Maatsen (Digne) y a Watkins (Rashford), pero las revoluciones ya habían bajado.

Entretanto, Luis Enrique solo había dado entrada a Doué (Barcola), resituando al gris Kvaratskhelia en la izquierda, porque lo mejor ya estaba en el campo. Esa variante mejoró al PSG, que empezó a esconder mejor el esférico y, a la vez, a sacar más de zona a los lions. Lo suficiente como para que Dembélé o Doué pudieran acabar la agonía. Sin embargo, quien tuvo la última, como mandan las reglas no escritas de los torneos, fue el equipo que más lo necesitaba. La volea de Maatsen iba al palo desocupado por Donnarumma. Pero a donde no hubiese llegado el italiano, a un lugar con olor a prórroga, llegó Pacho. Y para el PSG todo quedó en un susto.

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Rafa Medel
Rafa Medel es entrenador (UEFA A) y Periodista. Autor de "Fútbol en Blanco y Negro" (Librofutbol, 2022), trilogía que repasa la primera centuria de este maravilloso deporte.

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