Epopeya norcoreana en Inglaterra

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반갑습니다! 그동안 없으셨어요? (Bangap seumnida! Geu-dong-ahn byul il ub-eu-shut-sseo-yo?) Así se saluda en Corea del Norte, un saludo un poco diferente al que estamos acostumbrados cuando conocemos a alguien de Corea del Sur. Te doy la bienvenida a este sitio llamado Editorial Puskas, donde te la pasarás bien. En nuestra parada anterior, vimos el gran trabajo que está haciendo Keisuke Honda para llevar al futbol de Camboya al siguiente nivel. Ahora bien, Camboya fue el escenario donde una selección misteriosa accedió a un mundial y empezó una historia que sigue siendo increíble. Hablamos de la selección norcoreana.

Recomendación musical

Oír música tradicional coreana suele ser una tarea no tan común, ahora que el K-Pop ha saltado a escala mundial. ¿Te has preguntado cómo suena la música de Corea del Norte? Hay un instrumento que solamente se usa en ese país, el llamado eo-eun-geum (어은금), un laúd con cinco cuerdas. Así suena. Puedes escuchar ciertas similitudes con la balalaika rusa. Este es uno de los recitales tradicionales que se ofrecen en Pyeongyang. Escucha este dueto con piano. Desgraciadamente, no logré averiguar el nombre de la intérprete ni de la canción, pero puedes apreciar el carácter triste de la melodía.

Vamos al tema de esta semana.

Calificación aparentemente inocua

24 de noviembre de 1965. Estadio Nacional Olímpico, en Nom Péñ, Camboya (ពហុកីឡាដ្ឋានជាតិអូឡាំពិក). La selección norcoreana acaba de ganar 3-1 a Australia. Esto se suma a un 6-1 incontestable de los mismos norcoreanos tres días atrás. Por la renuncia de todos los países africanos, ya no hay más partidos: la selección chollima es un invitado más al Campeonato Mundial de Futbol que se celebrará en julio del año siguiente en Inglaterra, el país donde este deporte comenzó.

Asia no metía un representante al mundial de futbol desde 1954, cuando el hermano capitalista se llevó goleadas de Hungría (9-0) y de Turquía (7-0). No es de extrañar que muchos países asiáticos estuviesen renuentes para participar en una competencia donde seguramente serían humillados por europeos o sudamericanos. Australia no era propiamente asiático, sino que pertenecía a una nueva confederación, llamada OFC (ya escribí al respecto). Y Corea del Norte apenas se animaba a competir en el deporte después de pasarla mal con la Guerra de Corea.

Lo que pocos saben es que ese día magnífico día novembrino sería el umbral de una participación histórica.

Clasificación elitista a Inglaterra

En el Congreso de la FIFA de 1960, acaecido durante los Juegos Olímpicos de Roma, se decidió darle la sede del mundial a Inglaterra, gracias a una votación donde venció a Alemania Occidental 34 votos a 27. Antes de dicho congreso, España se había retirado de la pugna. Sir Stanley Rous, el presidente de la FIFA, estaba de plácemes: tendría un mundial en su país natal y sería casi 100 años después de que se creara el futbol asociación.

Sir Stanley Rous

África empezó a pisar fuerte en el futbol. Primero que nada, había sacado a Sudáfrica de la confederación por el infame apartheid (después te comparto el artículo), haciendo que se tuviera que eliminar con Asia y Oceanía. Luego, lograron que la FIFA la suspendiera y por ello quedó descalificada.

Y todavía vino el reclamo más fuerte, y esta vez por la repartición de boletos: era Inglaterra, nueve boletos para Europa, cuatro para Sudamérica, uno para Concacaf, ¡y el restante para un ganador entre africanos y asiáticos! Era demasiado ninguneo: 15 países por un boleto. Toda África boicoteó entonces el mundial, y exigieron que para el mundial por lo menos tendría que haber un africano en la fase final. La FIFA accedió. (Más adelante hablaré del tema).

Eso dejaba solos a Asia. Primero, Israel y Siria fueron mandados a competir a Europa, aunque la última se retiró. Del resto de países, la inscripción de Filipinas no procedió. Todo quedaría en manos de un grupo entre Sudáfrica, Australia, Corea del Sur y Corea del Norte. La sede sería en un principio Japón, pero después se pensó en otro país más neutral. Resulta que el rey de Camboya Norodom Sihanouk (នរោត្តម សីហនុ) era de las pocas personas que se llevaba bien con el amado líder Kim Il-sung (김일성), y propuso que el grupo se disputara en su Estadio Olímpico. Eso fue demasiado para Corea del Sur: entre que no querían ver a un país que confraternizara con el enemigo y que la logística se complicaba, los surcoreanos se retiraron.

Norodom Sihanouk con Kim Il-sung

Ya estaba hecho: Australia se enfrentaría a Corea del Norte en una serie de dos partidos. Norodom Sihanouk garantizó que habría un lleno en ambos partidos. Cumplió: ordenó que 60.000 camboyanos estuvieran en ambos partidos, que una mitad apoyara a los norcoreanos, y la otra, a los australianos. Australia era una selección formada en su mayoría por ingleses que habían llegado a colonizar. Pensaron que tendrían un partido sencillo ante un rival que era desconocido y aparentemente en desventaja por su físico. Por eso solamente se prepararon con un amistoso para su primera incursión mundialista. ¡Grave error de cálculo!

Selección australiana en 1965

El resultado fue inapelable: un 6-1 el primer partido y un 3-1 en el segundo los mandó de vuelta a casa. ¿Por qué? Corea del Norte era una selección que se había estado preparando con su hermetismo acostumbrado. Sí, tal vez medían menos que los australianos, pero lo compensaban con una habilidad tremenda y con un juego colectivo ante el cual poco podían hacer. Para esa serie se prepararon con 35 juegos amistosos. No fue de casualidad esas victorias holgadas.

Corea del Norte se convertía así en el 12° país en calificar a Inglaterra. Ese mismo día se le sumó Suiza. El mes siguiente Italia eliminó a Escocia en un partido tenso, mientras que Bulgaria dio cuenta de Bélgica en un desempate.

Un embrollo diplomático

Regresemos con Corea del Norte. Para la mayoría de los aficionados al futbol, esa serie en Camboya no causaba ruido; después de todo, ese sería un país de relleno entre los 16 clasificados. Para el Servicio Exterior Británico, en cambio, había comenzado un verdadero dolor de cabeza.

La razón era la Guerra de Corea que partió a la península en la fracción capitalista y la fracción socialista. Después te comparto el texto donde hablo más a detalle. Corea del Norte tenía el apoyo de la Unión Soviética y China, mientras que Corea del Sur estaba apoyado por Estados Unidos y la ONU. Los países que apoyaban a una Corea no reconocían a la otra. El Reino Unido seguía ocupando un lugar importante en el concierto mundial, pero en cierta manera había quedado relegado a amigo incondicional de Estados Unidos. Por ello, el Reino Unido no reconocía a Corea del Norte… y ahora, en medio de la guerra fría, se había ganado el derecho a jugar. ¡Eso no le gustaría a Estados Unidos!

Soldados británicos en la Guerra de Corea

Los británicos no pensaban extenderles visas a los norcoreanos para evitar problemas. ¡No tan rápido! La FIFA ya le había dejado en claro a la Football Association: si eso ocurría, el mundial se iba a otro país. Sir Stanley Rous no estaría dispuesto a aguar la fiesta solamente por un capricho de norteamericanos. Además, ya habían tenido suficiente con la escena africana, y no iba a dejar que los esfuerzos de ese Border Collie llamado Pickles para recuperar el trofeo Jules Rimet fueran en vano. El mundial se quedaría en Inglaterra. Ahora bien, había tres cuestiones sin resolver.

  1. ¿Cómo se referiría la prensa y la competencia a un país que no era oficialmente reconocido? Sencillo. Recordemos que el nombre oficial del país era República Popular Democrática de Corea (Corea del Sur es la República de Corea). La solución: llamarla Corea del Norte.
  2. ¿Qué ocurriría en caso de que toda la realeza quisiera interactuar en todos los 32 partidos de la competencia? ¿La reina Isabel II se aparecería en una hipotética foto con el equipo intruso? Algo más complicado, pero no pasaría nada. El comité organizador solamente dispuso que hubiera ese tipo de parafernalia protocolaria en solamente dos juegos: el partido inaugural y la final, ambas en Wembley. ¡Qué iluso pensar que Corea del Norte pudiera llegar a la final!
  3. ¿Qué pasaría con las banderas? Aquí fue el punto de conflicto. El Departamento de Ciencia y Educación compró 16 astas banderas para lucir las insignias de cada país en los estadios. El Departamento del Servicio Exterior trató de que no se desplegara la bandera de Corea del Norte, o que por lo menos se dejaran de mostrar las de los países que fueran quedando eliminadas. El Departamento de Ciencia y Educación se negó en ambos escenarios, y ahora los del Servicio Exterior tuvieron que dar la cara con el embajador surcoreano, Lee Hon-kon (리헌곤). Obviamente estaba furioso con esa decisión. Hubo otra decisión para calmar las aguas: solamente se entonarían los himnos nacionales en el juego inaugural y en la final, confiando en que los norcoreanos no llegarían muy lejos. Eso sí, la bandera de Corea del Norte estaría ondeando en toda la memorabilia y la mercancía del mundial junto con el resto.

Middlesbrough: la ciudad oportunista

6 de enero de 1966. La sede era el majestuoso Royal Garden Hotel en Londres. Por primera vez el sorteo del mundial sería televisado para todo el mundo. Se sabría el destino de las 16 selecciones participantes. Se dividieron en cuatro bombos:

  • Bombo 1: Sudamérica (Brasil, Uruguay, Argentina y Chile)
  • Bombo 2: Europa (Inglaterra, Alemania Occidental, Hungría y Unión Soviética)
  • Bombo 3: Europa latina (España, Portugal, Francia e Italia)
  • Bombo 4: Resto del mundo (Bulgaria, Suiza, México y Corea del Norte)

Los 16 equipos se dividirían en cuatro grupos. Cada grupo también tendría sus ciudades sede con base en la geografía:

  • El grupo 1 jugaría en Wembley porque ahí estaba sembrado Inglaterra; es decir, era Londres la sede.
  • El grupo 2 estaría en el Villa Park (Aston Villa) de Birmingham y en el Hillsborough Stadium de Sheffield (Sheffield Wednesday); es decir, les tocaba el centro (West Midlands y Yorkshire del Sur)
  • El grupo 3 tenía sabor a revolución industrial: los estadios eran el Goodison Park de Liverpool (Everton) y el Old Trafford de Mánchester (Manchester United). La región era el noroeste.
  • El grupo 4 era el más alejado: tocaba jugar en el Roker Park de Sunderland (Sunderland AFC) y el Ayresome Park de Middlesbrough (Middlesbrough)… los mandaron a jugar a Yorkshire del Norte, al noreste de Inglaterra.

Para efectos de esta historia solamente mencionaré los resultados del sorteo del grupo 4: Italia, Unión Soviética, Chile y Corea del Norte.

Si vemos todos los estadios, todos pertenecían a equipos de la First Division… excepto el Middlesbrough. ¿Cómo llegó el Ayresome Park a albergar partidos de campeonato mundial si los Cherries no habían regresado a la máxima categoría desde 1954 y por lo general se conformaban con la media tabla? Resulta que originalmente la sede era Newcastle y su imponente St. James Park. Pero la directiva del Newcastle United y el ayuntamiento de Newcastle empezaron a disputar. Boro aprovechó la confusión y mejoró sus tribunas norte y sur dotándolas de 13 mil butacas. De pronto, un estadio de Second Division era de los mejores en toda Inglaterra.

Ayresome Park

De todas maneras, se vaticinaba que el Roker Park y el Ayresome Park no recibirían tanta afición. Se ideó estos estadios para el grupo 4 esperando a que Escocia calificara… ¡y ya sabemos lo locos que están los escoceses en cuanto a apoyo! Sin embargo, Italia les negó la invitación.

Bendición del amado líder

Cada una de las 16 selecciones empezó a prepararse para el camino a la obtención del trofeo Jules Rimet. Para los norcoreanos fue una serie de entrenamientos intensivos en el campo de la fábrica de cigarros de Ryonggang (룡강), tal vez recordando el espíritu del animal mitológico Chollima (천리마), un caballo alado que es demasiado grandioso para ser montado por un humano y que se dice puede en un solo día atravesar mil li (里, unidad de medida china de 500 m aproximadamente).

Antes de partir, el líder Kim Il-sung los recibió en su palacio y les dijo: «Las naciones europeas y sudamericanas dominan el futbol. Como representantes de Asia y África y como personas de color, les pido que den el máximo. Estaré satisfecho con que ganen uno o dos partidos. También tengan en cuenta que están no solamente representando a la Corea de la gloriosa doctrina Juche, sino a todo un continente asiático que empieza a despertar de las garras de un Occidente corrupto».

Kim Il-sung con su hijo Kim Jong-un

¿Quiénes eran los valientes norcoreanos que partían a Inglaterra? El capitán era Pak Seung-zin (박승진) (8), mientras que había un delantero con una zurda privilegiada: Pak Doo-ik (박두익) (7). También estaba un portero que saltaba como una pantera a pesar de su baja estatura de 1,70: Lee Chang-myung (리찬명) (1). El DT era Myung Rye-hyun (명례현).

Los otros miembros, no menos importantes, eran:

  • Portero: Lee Keun-hak (리근학) (9)
  • Defensas: Pak Li-sup (박리섭) (2), Shin Yung-kyoo (신영규) (3), Lim Zoong-sun (림중선) (5), Oh Yoon-kyung (오윤경) (13), Ha Jung-won (하정원) (14), Kim Yung-kil (김영길) (19) y Ryoo Chang-kil (류창길) (20).
  • Medios: Kang Bong-chil (강봉칠) (4), Im Seung-hwi (임성휘) (6), Han Bong-zin (한봉진) (11), Li Dong-won (리동운) (16), Kim Bong-hwan (김봉환) (17), Ke Seung-woon (계승운) (18) y An Se-bok (안세복) (21)
  • Delanteros: Kang Ryong-woon (강룡운) (10), Kim Seung-il (김승일) (12), Yang Seung-kook (양성국) (15) y Li Chi-an (리치안) (22)

La llegada a Middlesbrough

Había gran expectación en la ciudad de Middlesbrough: los visitarían jugadores de un país virtualmente inexistente, hermético y desconocido. Y de inmediato atrajeron la atención: en un tren que venía de Londres estaba una delegación de 74 asiáticos entonando canciones patrióticas en un idioma que jamás habían escuchado en su vida. Middlesbrough era una ciudad gris, industrial, deprimente y sus habitantes siempre usaban ropa con colores apagados. Encima, el club de la ciudad iba tan mal que quedó en penúltimo lugar y descendió a la tercera división por primera vez. El simple hecho de tener tres partidos mundialistas era suficiente para darles cierta alegría.

Los norcoreanos tampoco la tenían sencilla: pronto la barrera del idioma sería algo que los mantendría a cierta distancia. Era una delegación compuesta por jugadores, entrenadores, médicos, cocineros, fotógrafos y colados que en su mayoría no habían salido nunca de su país. De todas maneras, el hielo se rompió de inmediato: le dieron al alcalde de Middlesbrough un cráneo de un ave. El campo de entrenamiento sería la cancha deportiva del complejo químico ICI.

Los entrenamientos de los norcoreanos eran seguidos de cerca por cientos de trabajadores de esa planta, que quedaban maravillados por la técnica que tenían estos jugadores. También su estilo de juego los atrapaba: siempre iban al ataque, nunca a la defensa. Luego, los norcoreanos simpatizaban a todos gracias a sus modales y a su gracia natural. Y encima jugaban de rojo, como sus sufridos Cherries.

De todas maneras no se auguraba de ellos más que una participación anecdótica. Sus rivales eran ya de por sí ilustres. Por un lado, estaban sus «hermanos» soviéticos, que habían terminado subcampeones en el Campeonato Europeo hacía dos años. Seguían los siempre impredecibles chilenos, que venían de un tercer lugar en su mundial. Y terminaban con los italianos, con dos mundiales a cuestas y uno de los equipos mejor pagados de todo el mundo, incluyendo a cinco jugadores de La Grande Inter, como Sandro Mazzolla, de 23 años, hijo de Valentino capitán de ese Torino caído en Superga, además del temido defensor Sandro Salvatore, de la Juve.

¿Se cumplirían los pronósticos sombríos?

Debut agresivo

12 de julio. 7:30 de la tarde. Ayresome Park se vestía de gala para recibir al primer duelo del grupo entre soviéticos y norcoreanos. El Ejército Rojo había tomado nota de un partido que Corea del Norte ganó ante el Spartak: eran rápidos y con buena técnica. Tendrían que jugar rudamente y aprovechar al máximo su físico si los querían neutralizar.

Minuto 1 y ya comenzaba el juego brusco de los soviéticos. Por ello, no fue casualidad que la Unión Soviética ganara 3-0 con doblete de Eduard Malofeyev (Эдуард Малофеев) y un gol de Anatoliy Banishevsky (Анатолий Банишевский). El partido es aún más memorable cuando se ve lo que sucedió en las gradas: los ingleses tienden a apreciar el fair play, por lo que tanta rudeza repelió a los aficionados. Mientras tanto, Corea del Norte llegaba en plan de víctima, y los habitantes de Middlesbrough estaban acostumbrados a apoyar a un equipo débil; además, siempre jugaban con técnica. Cada jugada norcoreana era saludada con vítores.

A pesar de un marcador tan brusco, los norcoreanos tomaron esa derrota con cierta confianza. Vieron que podían jugar bien. Por ello, regresaron a las prácticas con mayor ahínco. Los aficionados esperaban tener cuando menos un autógrafo de este nuevo «equipo de casa» y no faltaba el comerciante que fabricaba memorabilia donde se exhibían símbolos de Corea del Norte. Por cierto, al día siguiente del partido, Italia se cobró la afrenta de la «batalla de Santiago» y ganó 2-0 a Chile.

Chile, la esperanza

Aunque Chile era impredecible, era una selección sudamericana, y ahí se trataba bien a la pelota. Ese estilo de juego era más manejable para los norcoreanos. De todas maneras, Chile partía como amplia favorita para llegar con ciertas chances a la cita final con los soviéticos y se esperaba una victoria para paliar la derrota con los italianos.

El partido era el 15 de julio, justo a la misma hora del partido entre Inglaterra y México en Wembley. Como sabían que The Three Lions ganarían con seguridad, 14.000 aficionados se fueron al Ayresome Park para ver a sus norcoreanos adoptados jugar contra los chilenos. Por su parte, Corea del Norte sabía que una derrota significaba despedirse del torneo.

Corea del Norte empezó a jugar como sabían hacerlo, pero no pudieron evitar cometer un penal que cobró correctamente Rubén Marcos al 26′. Eso era lo que necesitaba Corea del Norte. Sacaron todo lo que tenían del espíritu Chollima y se empezaron a desperdigar en el campo como mercurio líquido. Y encontraron el apoyo de toda la gente de Middlesbrough que gritaban «Korea! Korea!». Se acercaba el final del partido. Lee Chang-myung realizó otro lance para salvar la cabaña. Dos minutos después, tras un ataque norcoreano, Pak Seung-zin le pegó de brotepronto en el área grande chilena… gol de Corea del Norte al 88′.

Ayresome Park era un hervidero. ¡Qué importaba que Inglaterra le hubiera ganado 2-0 a México! Sus asiáticos rojos por fin estaban dándole una alegría a Middlesbrough. Y lo mejor: tras cuatro derrotas en mundiales con 26 pepinos incrustados sin respuesta, un equipo de Asia por fin anotaba y conseguía un punto que los dejaba con vida. La imagen del partido fue el colofón: un marino británico alzaba los brazos de un norcoreano contento con el empate. Por otra parte, al día siguiente, la Unión Soviética certificó su pase a los cuartos de final con un 3-0 contundente sobre Italia.

Italia: la sorpresa de la vida

Si Corea del Norte quería seguir soñando, debía ganarle a los italianos. Ahora bien, una cosa era sacar el empate frente a los chilenos y otra muy distinta era jugar contra Italia. Tenían que jugar contra el país que patentó el catenaccio. Gracias a su victoria contra los chilenos, a Italia le bastaba un empate para jugar cuartos de final, pero por el cartel que llevaban los italianos, confiaban en una victoria segura. Por ello dejaron descansar a medio equipo para guardarse para la siguiente ronda. Quedar eliminados sería una de las mayores vergüenzas de la historia del deporte.

19 de julio. Misma hora. Ayresome Park recibía su último juego del mundial. Corea del Norte ya había tomado suficiente confianza con los dos juegos anteriores, pero Italia tenía la experiencia y comenzó dominando el encuentro al lucir más segura de sí misma. Todo cambió al minuto 34: el capitán y defensa central Giacomo Bulgarelli, quiso jugar rudo contra el genial Pak Seung-zin, pero en la barrida se lesionó la rodilla. Tuvo que abandonar en camilla el encuentro. Y como las sustituciones no se autorizarían sino hasta el siguiente mundial, Italia tuvo que jugar el resto del encuentro con uno menos.

La baja del mejor jugador en la historia del Bologna fue un mazazo para la defensiva italiana, y ahí aprovechó Corea del Norte para tomar la iniciativa. Al minuto 41, un balón dejado a la deriva por Italia fue aprovechado por Pak Doo-ik y le pegó sabroso después de que hubiera botado dos veces. Albertosi se lanzó… en vano. ¡Gol de Corea del Norte!

Italia reaccionó, pero mal. Un equipo lleno de egos bien pagados bajo presión suele no tener una buena respuesta: trataron de devolverle el honor a Italia pero de manera individual, no en conjunto, algo que sí hacían los norcoreanos.

El árbitro silbó el final del encuentro. ¡Se había producido la mayor sorpresa de la historia del futbol, más grande incluso que la victoria estadounidense sobre la británica en Brasil! Italia se despedía por la puerta de atrás con el honor mancillado. Los aficionados italianos no los perdonaron: los recibieron a huevazos y tomatazos a su regreso a Roma.

El alcalde de Middlesbrough les ofreció una cena a este equipo que ya se había ganado el corazón del pueblo. Por primera vez tenían un equipo que los hacía sentir orgullosos. Ellos, por su parte, estaban felices: habían cumplido la petición del Amado Líder Kim Il-sung. La doctrina Juche había sido escuchada en el mundo del futbol. No era para menos: era el primer equipo asiático en pasar de ronda. De todos modos, no había tiempo que perder: al día siguiente tomarían el tren que los llevaría a Liverpool para su cita con los cuartos de final.

Choque cultural

Los italianos estaban seguros de que llegarían a cuartos de final y por eso desde tres meses antes habían reservado a las afueras de Liverpool una pequeña casa de retiro de los jesuitas llamado Loyola Hall. Italia era un país con una fuerte tradición católica y ahí se sentirían en casa. Pero Corea del Norte frustró esas ambiciones. No había tiempo para cambios. ellos llegarían a dormir ahí.

Este fue el choque cultural más grande de los norcoreanos. Cada habitación del Loyola Hall tenía un pequeño crucifijo y un icono de algún santo. Los norcoreanos venían de un país donde la religión había quedado prohibida desde 1945 y jamás habían visto algo así en su vida. De inmediato reclamaron y el personal del Loyola Hall accedió a quitar esas cosas que los aterrorizaban. Lo que no pudieron quitar fue una gran estatua de Jesús que se hallaba en el centro del patio iluminada. Algunos jugadores no pudieron dormir bien en ese centro jesuita. ¿Habría consecuencias?

Portugal: Fin de la epopeya

23 de julio. El escenario era el Goodison Park, casa de los Toffees, que habían traído a casa la FA Cup que no ganaban desde 1933. Entre 3.000 y 5.000 aficionados habían venido desde Middlesbrough a apoyar a sus Cherries asiáticos. El nombre de Corea del Norte ya había resonado en todo el mundo y había expectación por ver de qué eran capaces. Porque enfrente estaban los portugueses, que habían ganado todos sus partidos del grupo y habían destrozado a Brasil… literalmente. Entre sus filas estaba un jugador venido desde una colonia portuguesa en África: Eusébio, «a panteira negra».

El partido empezó electrizante. El espíritu Chollima atacó y no había pasado ni un minuto cuando Pak Seung-zin disparó con su cañón desde fuera del área para marcar el 1-0. 20 minutos después se incrementó con una jugada de Yang Seung-kook que remató Lee Dong-woon. Y otro más al 25′ con un gol ahora sí de manufactura 100% de Yang Seung-kook. El público estaba extasiado. Ese Portugal todopoderoso que había vencido a búlgaros, húngaros y brasileños al parecer estaba en la lona. Los ingleses obviamente apoyaban a Corea del Norte; tendrían un rival más a modo en las semifinales en Wembley… ¡Wembley! ¡Cierto! Con el 3-0 el Servicio Exterior comenzaba a sudar frío. Luciría la bandera de Corea del Norte en la catedral del futbol inglés.

Pero esto fue simplemente el pistoletazo de salida para la pantera negra mozambiqueña. En tan sólo dos minutos descontó. Y dos minutos antes del medio tiempo anotó un penal. Portugal estaba de vuelta en el juego. El segundo tiempo Corea del Norte ya no pudo hacer gran cosa para detener el vendaval portugués. Un equipo de mayor experiencia se habría encerrado, pero el espíritu Chollima no permitía cobardías. Corea del Norte seguía yendo hacia delante. Eusébio empató al 56′, le dio la vuelta al partido con un penal al 59′, y al 80′ cobró un tiro de esquina que remató José Augusto. Portugal 5, Corea del Norte 3. ¡El servicio exterior británico respiraba aliviado!

¿Qué pasó al regreso?

Corea del Norte había fracasado en su intento de llevar la gloria a Kim Il-sung y al llegar el avión a Pyeongyang todo el equipo fue mandado a campos de concentración. Aparentemente los norcoreanos tuvieron una fiesta con mujeres tras la victoria con Italia y por eso no jugaron bien el partido contra Portugal. Según Kang Chol-hwan (강철환), uno de los norcoreanos que escapó a Occidente, en su prisión estaba Pak Doo-ik que sufrió uno de los mayores castigos.

Todo eso eran rumores de Corea del Sur para exagerar la crueldad con la que vivían bajo la doctrina Juche. Y eso quedó desmentido en un documental del 2002 llamado El juego de sus vidas de Daniel Gordon. Era la primera vez que un equipo de filmación extranjero recibía permiso para ir a Corea del Norte. Tan pronto llegó el avión, cientos de norcoreanos los recibieron como héroes. Al bajar del avión, el equipo pidió disculpas por haber decepcionado al país. En ese documental se mostraba a todo el equipo: solamente siete jugadores sobrevivían. Y ellos mostraban recortes de periódicos de Pyeongyang que relataban orgullosos su gran juego.

La hermandad con Middlesbrough sigue

Para el estreno del documental, el ayuntamiento de Middlesbrough y el club contribuyeron económicamente para traer a esos héroes de 1966 a la ciudad. Las cosas habían cambiado bastante: las relaciones entre ambas Coreas habían mejorado y por ello el Reino Unido reconoció finalmente a Corea del Norte en diciembre de 2000, abriendo embajadas en Londres y en Pyeongyang. Ya no había problemas para que ondeara la bandera norcoreana en lo alto del ayuntamiento. Se les ofreció también una cena y se decoró toda la ciudad.

Ayresome Park fue demolido en 1997 y ahora era una conjunto residencial, así que el Middlesbrough FC se mudó al Riverside Stadium. Para el partido contra el Leeds United, se les hizo una recepción como héroes. Por cierto, los Cherries ya habían dejado atrás de irregularidad y navegaban cómodamente a media tabla de la Premier League.

Por cierto, en esta década el equipo femenil de Middlesbrough ha visitado dos veces Corea del Norte para reavivar esa hermandad. Los norcoreanos siguen siendo recordados en esa pequeña ciudad industrial en el norte de Inglaterra.

Epílogo

  • Italia tuvo un regreso espectacular: en 1968 ganó su único Campeonato Europeo de la Historia y en 1970 llegaron a la final del mundial en México con el Juego del Siglo a cuestas.
  • Portugal terminó en tercer lugar del mundial de 1966 y el régimen de Antônio Salazar se quiso colgar de ese triunfo (más adelante te comparto el texto). Eusébio terminó como el mejor goleador de ese campeonato con nueve anotaciones. Por su parte, la Unión Soviética quedó en cuarto lugar, su mejor papel en la vida.
  • Corea del Norte regresó al mundial en 2010. Se volvieron a ver las caras con Portugal, que les metió ahora siete goles. En total, los norcoreanos han recibido 21 goles, 12 de los cuales son manufactura portuguesa: ¡más de la mitad!
  • A pesar de todo, Corea del Norte fue campeón del mundo, no oficial claro está. Ese título es interesante: es como si ese trofeo fuera un título de boxeo, con un campeón que defiende su título ante un retador. Si hay empate, el campeón lo retiene. El 15 de noviembre de 2011 hubo un partido para las eliminatorias al mundial de Brasil donde Japón perdió ese título ante Corea del Norte en Pyeongyang. Así fue cómo fue declarado campeón, y su reinado duró 16 partidos. Por cierto, Corea del Norte fue el campeón con el ránking FIFA más bajo de la historia.
  • Loyola Hall dejó de ser un centro de retiro de jesuitas en 2014 y fue vendido a Lawrence Kenwright, uno de los mejores agentes de bienes raíces del Reino Unido. Ahora se llama Rainhill Hall y desde 2017 es un hotel y lugar de bodas.
  • En los Juegos Olímpicos de Londres hubo torneo de futbol femenil y calificó de nuevo Corea del Norte. Su debut fue ante Colombia el 25 de julio de 2012 en Hampden Park, en Glasgow. Si bien las norcoreanas ganaron cómodamente 2-0, el juego se retrasó porque la gente del protocolo se equivocó y mostraron la bandera de Corea del Sur. ¡Cosas de la vida! ¡Ahora la bandera surcoreana enojó a norcoreanos!

Corea del Norte tiene fronteras con Corea del Sur, China y Rusia. Precisamente Rusia colinda con 14 países en tierra, y la frontera con Norcorea es la más corta: apenas 17 kilómetros del río Tumen. Tras cruzar el Puente de la Amistad y viajar 132 kilómetros, llegamos a una ciudad conocida en la antigüedad en coreano como Haesamwi (해삼위), y en chino como Haishenwai (海參崴 ). Ahora se llama Vladivostok (Владивосток), la ciudad que domina el este. El equipo de la ciudad es el Luch. Como gran parte de los equipos rusos se localiza en la parte oeste, el Luch tiene que atravesar hasta ocho husos horarios para jugar. El viaje más largo lo debía hacer hasta Kaliningrado (Калининград), una ciudad que está en un enclave rodeado por Lituania y Polonia y en las costas del Mar Báltico. Ahí juega el Baltika. También hay otro viaje todavía más extremo: hacia la ciudad de Yuzhno-Sakhalinsk (Южно-Сахалинск), en una isla muy cerca de Japón llamada Sajalin. Aquí juega el FC Sakhalin. Estos viajes de más de 10.000 kilómetros te los traigo en nuestra siguiente parada.

Recapitulemos

Corea del Norte calificó al mundial de Inglaterra 1966 gracias a dos victorias sobre Australia. Como toda África desertó, no hubo más partidos. Esto generó un dolor de cabeza para el Servicio Exterior Británico porque el Reino Unido no reconocía a Corea del Norte por la guerra de Corea. Finalmente se resolvió ese problema. Quedó encuadrada en el grupo 4 con la URSS, Italia y Chile. Todos sus partidos fueron en Middlesbrough, metida de última hora a expensas de Newcastle. Empezaron perdiendo 3-0 con los soviéticos, empataron a un tanto con Chile y sorprendieron al mundo al ganarle a Italia 1-0. Calificaron a cuartos de final donde perdieron con Portugal 5-3. Este logro quedó inmortalizado con el documental El juego de sus vidas.

Nos vemos la siguiente. 안녕히 계십시오! (Annyeonghee gesipshio!)

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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