Los regateadores están en vía de extinción. Dicho así puede impactar, pero, sea por la razón que sea, sin ahondar profundamente en la cuestión, esta es la tónica actual. Hoy en día se le pide al futbolista que arriesgue lo mínimo, que no pise según qué zonas del campo o que elija siempre la opción más segura, sin embargo, el hecho de intentar superar a un rival va a contracorriente con estas instrucciones, pues el regate es una acción que pierde todo su significado sin el riesgo. Hace un año, usando como pretexto la controvertida figura de Vinicius Junior, el analista y entrenador Álvaro Benito reflexionó de forma muy elocuente sobre el tema:
El mundo del fútbol atraviesa por un momento donde se valora mucho que un futbolista haya acabado un partido con un 90% de acierto en el pase. Oye, y está fenomenal; pero en la mayoría de estas ocasiones no se entra a descifrar cómo han sido esos pases, si son horizontales o hacia detrás, si son únicamente buscando a los cercanos, si son pases que rompen líneas de presión y ofrecen al destinatario una situación ventajosa para continuar el ataque o, incluso, si es el pase correcto que demandaba la jugada. A Vinicius, en cambio, se le ha juzgado duramente por sus errores y pérdidas, y no se han ponderado nada sus aciertos, cuando las jugadas que propone el joven brasileño son, después del arte del gol, lo más difícil de realizar que hay en este juego: eliminar rivales hacia delante.
En el artículo, publicado en AS y titulado Larga vida al regateador, el exjugador del Real Madrid empatizaba con los jugadores que son capaces de eliminar a un rival en una situación de uno contra uno, y criticaba como, con estos, a pesar de que las ventajas que puedan generar sean de un valor incalculable para el colectivo, la tolerancia ante el error es mínima. De este modo, el portugués Pedro Neto es también un jugador joven sin miedo a la equivocación y, al igual que Vinicius u otros ejemplos, da un da un halo de esperanza a un fútbol que cada vez se torna más hermético.
Pedro Lomba Neto (Viana do Castelo, Portugal, 9 de marzo de 2000) ha irrumpido con fuerza en la élite de la mano del Wolverhampton Wanderers dirigido por Nuno Espirito Santo. Tras una prematura ascensión en el fútbol profesional, convirtiéndose a los 17 años en el jugador más joven en marcar en la Liga NÓS con el Sporting de Braga, su club de origen, y una experiencia no del todo satisfactoria en el fútbol italiano, el internacional luso se ha asentado definitivamente en los planes de un equipo que habla –literal y futbolísticamente- su mismo idioma. Esta temporada, el traspaso de Diogo Jota al Liverpool le ha abierto las puertas a la titularidad y lo está aprovechando como nadie: son ya 4 goles y 3 asistencias producidos en 17 partidos de Premier League y, según números de The Athletic, es el 7º jugador que más ocasiones crea en el campeonato (2 por partido), por delante de jugadores del nivel de Harry Kane, Mohamed Salah o Sadio Mané. Pero más allá de sus cifras, el verdadero impacto de Pedro Neto está siendo intangible, el jugador está explotando, con la confianza por las nubes, y los rivales ya empiezan a mirarlo como una amenaza real a tener en cuenta.
¿Qué tipo de jugador es Pedro Neto?
Están desapareciendo los especialistas y, curiosamente, cada vez son más necesarios en un fútbol donde no hay quien meta mano en esos entramados defensivos – Álvaro Benito
El uno contra uno es una característica cada vez más preciada a la hora de contratar a un futbolista. La demanda es mayor y la oferta, menor. En ese sentido, Pedro Neto es en el fondo un jugador cuya principal característica consiste en eliminar rivales, pero en la forma difiere de lo que se conoce como un regateador al más puro estilo. Pedro Neto es vértigo, más un “desbordador” que un regateador. Lo que le distingue de un, por poner un ejemplo y salvando las distancias, Neymar, es que él supera a los rivales aprovechándose de su exuberancia física –intensidad en los esfuerzos, explosividad, potencia, cambios de ritmo-, y no desde el engaño o un libreto técnico extenso. Su forma de actuar es simple; recibe al pie, conduce con su pierna hábil (izquierda) hacia la zona menos densa, fija al rival para que le salte e intenta irse por velocidad. Es un jugador bastante dependiente del espacio, pero que una vez lo consigue, generándoselo él o partiendo ya de una situación ventajosa, es realmente difícil de parar.
Y no se puede entender lo que es hoy en día el jugador separándolo de cómo es físicamente. Que Neto sea lo comentado en el párrafo anterior se debe a que, pese a su edad, tiene un físico privilegiado para un fútbol tan vertical como el que propone. Por encima de todo, el portugués luce un tren inferior y un centro de gravedad (1,72m) perfectamente diseñados para un campeonato como el inglés. Su portentosa carrocería se percibe, sobre todo, en los primeros pasos, tiene una arrancada que deja al rival atrás y sin la oportunidad de volver a recuperar la posición. Además, es capaz de mantener esta aptitud para cambiar de ritmo en cualquier momento de los 90 minutos. Sensorialmente, una de las virtudes que más saltan a la vista es lo capaz que es de repetir esfuerzos con balón –de recorrido y de intensidad- durante todo el partido sin excepción. En las postrimerías de los encuentros, cuando a nadie le queda oxígeno, a él siempre le sobra fuelle para realizar una conducción o un cambio de ritmo de más.
La siguiente secuencia define perfectamente las ventajas que Neto extrae de sus condiciones físico-técnicas:
Desde muy pronto me di cuenta que este chico era distinto a los demás: muy rápido, muy fuerte en el uno contra uno ofensivo, feliz teniendo el balón, olía el gol, la alegría, la concentración y el propósito de mejorar cada día, me hizo no tener dudas del futuro que iba a tener – Antonio Pereira, director técnico de la academia del Sporting de Braga.
¿En qué posición lo está utilizando Nuno?
Esta temporada, a diferencia de las anteriores, el Wolverhampton de Nuno está siendo un conjunto muy flexible en su forma. El técnico de Santo Tomé y Príncipe, después de dos años sin romper su más que reconocible defensa de cinco, seguramente forzado por las bajas y la irregular dinámica de resultados, está dejando de lado la rigidez por la que se había caracterizado y ya son muchos los esquemas que ha probado hasta la fecha, tanto con defensa de cuatro como de cinco. De este modo, la ductilidad de Neto, que solamente ha sido suplente en 2 de los 17 partidos disputados, le está sirviendo para adaptarse y ser una pieza importante en todos ellos.
Porque lejos de corresponder a una posición, Neto, como él mismo confesó en una entrevista a Sky Sports, es un jugador que puede adaptarse –y sumar- en cualquiera de los tres carriles y alturas del frente de ataque. De extremo por ambas bandas en un 4-2-3-1 o un 4-4-2 –donde actualmente más está insistiendo este año-, de atacante por ambas bandas en un 5-2-1-2 o incluso de interior en un 5-3-2, Nuno está viendo en el ex del Braga una pieza a la que poder dar roles distintos en función del planteamiento, el rival o el momento del partido. No en vano, además, la autosuficiencia del luso le permite poder amenazar siempre la transición defensiva del rival, independientemente de la altura a la que sitúe su defensa.
Contra el Manchester United, mismamente, en fase defensiva vigiló al mediocentro rival (Matic) prácticamente en su frontal y, tras recuperación, se activaba lo más rápido posible:
Un atacante móvil, agresivo y determinante
El Wolves de Nuno es un equipo que destaca más por sus planteamientos reactivos, esperando al rival en un bloque medio-bajo y saliendo en transición, que por ofrecer herramientas a sus jugadores en escenarios más posicionales. Ahí, si bien su impacto más significativo se reduce, pues de partida hay menos espacios, Neto está lejos de ser un jugador intrascendente. Amén de ser tremendamente instintivo a la hora de detectar el espacio libre y atacarlo, el vianense es un jugador que no se esconde en estos contextos. Sus intenciones no son creativas, pero, por su simple movilidad -con y sin balón-, ya genera atenciones en el rival que pueden ser aprovechadas por otros compañeros. Con balón, tiene una conducción de balón muy afilada y asociativamente, sin ser su especialidad, contribuye a la fluidez del juego; y sin él, siempre se está moviendo, ya sea para recibir él o arrastrar algún rival. Juegue en derecha o en izquierda, es un atacante que útil antes de ejecutar el último gesto.
Conducción, pared y ruptura. En esta secuencia se ven las cualidades de Neto cuando no puede gozar de los espacios que le gustaría:
Cerca del área reside una de sus grandes virtudes, Neto es un atacante con punch. Quizás sus cifras aun no lo reflejan como tal (lleva 11 goles y 8 asistencias en 4 temporadas como profesional -9 y 7, respectivamente, en Inglaterra-), pero se le intuye un potencial a tener en cuenta a corto y medio plazo. A la hora de tomar la decisión final, es un atacante preciso y clínico, no se adorna y necesita realmente poco para marcar o asistir. Simplemente sale hacia su lado hábil, se genera el espacio y carga el disparo o el centro con mucha rapidez. Decía el director de la academia del Sporting de Braga que es un jugador que huele el gol, y solo hace falta haberlo visto un par de veces para darse cuenta. El gol definitivo que anotó recientemente al Chelsea, en el último minuto de partido, sirve como ejemplo para percibir lo agresivo que es en zona de finalización.
Agresividad en los movimientos, uno contra uno, gol, Pedro Neto es un tipo de jugador que estaba destinado a triunfar en un fútbol como el de las Islas Británicas. Un año después de anotar su primer gol con los lobos, por fin ha roto el molde y es ya una de las máximas intimidaciones del equipo de Nuno. Aún es pronto para definir su techo, pues tiene 20 años, lleva apenas una temporada con continuidad en la élite y su fútbol tiene imperfecciones, pero la suya, por la manera en la que se ha dado, no parece una irrupción cualquiera. Neto ha llegado para quedarse, y en un momento en el que su perfil, el de un tipo descarado que elimina rivales, más necesitado se encuentra a día de hoy.
