Hirving Lozano llegó a Nápoles en verano de 2019 tras dominar la liga holandesa con el PSV Eindhoven durante dos temporada. El club del sur de Italia desembolsó 38 millones de euros en un extremo que marcó 34 goles en Eredivisie y brilló bajo las órdenes de Phillip Cocu (2017-18) y Mark van Bommel (2018-19). Y digo extremo en la frase anterior para poner una «referencia posicional», porque realmente el ex Pachuca es un goleador. Su juego se entiende a partir del gol, independientemente de que -casi siempre- parta de la banda. Es más agresivo que creativo; más finalizador que generador. Y, por eso, es normal que sus cifras aumenten cuando juega a perfil natural (derecha).
"Hirving Lozano es un atacante útil en los tres carriles, pero destaca en la derecha"
Antes de profundizar en el momento que atraviesa Lozano en Nápoles, hay que recordar sus orígenes y entender su transformación. Lozano se afianza en la Liga MX actuando en izquierda, con una jugada que en su día era muy difícil de defender: recibía en banda y trazaba la diagonal en conducción, a pie cambiado, con una velocidad poco habitual en México. En Holanda también fue un recurso efectivo, hasta que Cocu, primero, y van Bommel, después, se dan cuenta que el mexicano es más útil «llegando» que «estando». Detectaron que, cuando no tenía metros para conducir, se opacaba.
Su fútbol es puro vértigo. Casi no tiene pausa. Y se entiende, porque en su «rapidez y verticalidad» está el epicentro de su juego. Aunque hay un detalle. Técnicamente, Lozano no es un jugador completo. Obviamente tiene la calidad para jugar en la élite, pero es un jugador imperfecto, y esto se nota en sus controles entre líneas y su técnica de golpeo. No es Politano o Insigne, por poner un ejemplo. Hirving Lozano marca diferencias cuando aprovechan sus virtudes: velocidad e interpretación y agresividad en el desmarque, antes que otra cosa. También tiene desborde, cambio de ritmo y agilidad, pero para nada es un regateador ni tiene un finísimo pie derecho. Para ser más exactos, pongamos otra referencia. Lozano no tiene ni tendrá la gambeta de Jesús Manuel ‘Tecatito’ Corona, pero eso no lo hace peor jugador. Es distinto. Y, en un sistema que potencia sus virtudes, marca diferencias en una de las mejores ligas del mundo.
Ancelotti, quien solo estuvo poco más de cuatro meses el curso pasado, lo usó en repetidas ocasiones por dentro, como delantero, e incluso Gerardo Martino en la Selección Mexicana y ahora Gennaro Gattuso también lo han utilizado de ‘9’ en 4-2-3-1 o 4-3-3. Lozano es un recurso para intimidar al espacio, porque su desmarque es híper potente y tiene un gran olfato para encontrar posición de remate. Se mueve muy bien en el área. Lozano jugando de ‘9’ es más recurso que sistema. Es una oportunidad a determinados contextos, ya que cuando los equipos esperan en bloque bajo y no concedan espacios a su espalda, Hirving no intimida el arco rival como quisiera. Es un muy buen jugador, pero específico. A nadie le pasa por la cabeza verlo de interior o mediapunta. Tiene alma de delantero, no de centrocampista.
Actualmente está emulando el ‘rol Callejón’. Una función que cobraba sentido a partir de dos elementos que jugaban alejados, pero el sistema de Maurizio Sarri los conectaba. Algo similar a Messi y Jordi Alba en el Barcelona. La diestra de Lorenzo Insigne activando el desmarque en diagonal de José María Callejón fue una de las jugadas maestras del calcio durante el segundo lustro de la década pasada (2015-18 su apogeo). Ahora, el mexicano lo está replicando.
¿Qué sigue para Lozano? Mantener el nivel para seguir acumulando minutos. Y seguir creciendo en interpretación y lectura del juego. En pocas palabras, decidir mejor acciones puntuales: saber cuándo apoyar a Di Lorenzo, lateral diestro titular, o detectar dónde no debe arriesgar el pase. Jugar en la Serie A no es cualquier cosa, y menos en un equipo como el Napoli. El día a día, entrenando con jugadores técnicamente superiores, lo han hecho mejorar en varias facetas, y Gattuso, quien dudaba -justificadamente- al principio, hoy le tiene una confianza ciega. Dirá más de uno que Politano es más completo, y no están equivocados, pero Lozano es más útil en este sistema, sobre todo porque se complementa, como en su día Callejón, con el motor ofensivo del equipo: Insigne. El ‘Chucky’ llegó a Italia.