La Champions League no entiende de lógicas ni de dinámicas. Sevilla y Borussia Dortmund llegaban al choque del Sánchez Pizjuán en rachas diametralmente opuestas; mientras los de Julen Lopetegui vivían su mejor momento de la temporada, los de Edin Terzic atravesaban una época llena de dudas en cuanto a juego y resultados. Sin embargo, la competición europea nunca defrauda, y lo que aconteció en el terreno de juego fue justamente lo inverso. Los alemanes, a lomos de Erling Haaland y Jadon Sancho, se impusieron por 2-3 y dieron un paso enorme en su objetivo de clasificarse para la siguiente ronda.
Salvo en los primeros minutos, el Dortmund apenas sufrió durante el primer tiempo. Los borussers cedieron la iniciativa y se plantaron en un 4-1-4-1 en bloque medio —que se convirtió en un 4-5-1 con el paso de los minutos— con el impidieron que el Sevilla encontrara espacios tanto por dentro con Suso y el “Papu” como por fuera con Navas y Escudero. A excepción del 1-0, que sucedió en una de las pocas veces que el Sevilla encontró a Suso a los costados de Emre Can, el bloque defensivo del Dortmund nunca fue girado. Los interiores no exponían sus espaldas, los extremos vigilaban el pasillo exterior, los laterales achicaban entre líneas y Emre Can equilibraba dentro a ambos lados. De este modo, los alemanes montaron superioridades que el Sevilla no supo cómo deshacer.
Los hispalenses, por su parte, atacaron formando una salida de tres con uno de los centrocampistas (generalmente Fernando) en línea con Koundé y Diego Carlos, pero en ningún momento este mecanismo le proporcionó ventajas, sino todo lo contrario. Al no encontrar la manera de girar al Dortmund, cometieron pérdidas en lugares peligrosos con el equipo mal equilibrado y los alemanes gozaron de espacios a la espalda del centro del campo por los que transitar a merced. Erling Haaland, el protagonista del partido, y Jadon Sancho, que estuvo muy dulce toda la noche, se encargaron de dañar la transición defensiva del Sevilla y el Dortmund materializó el dominio en el marcador de forma impactante.
Tras el descanso, Lopetegui ajustó, el Sevilla mejoró y le sirvió para consiguir un premio que le permite llegar con vida a la vuelta. El técnico español sustituyó a Rakitic por Gudelj y pasó a atacar en un 3-2-4-1, con Navas y Escudero de carrileros y dando mucha más libertad de movimientos a Suso y al “Papu”. Las intenciones del Sevilla fueron más agresivas -no tan plomizas como en el primer tiempo- y además su transición defensiva mejoró, al protegerse con Fernando como tercer central para minimizar el impacto de Haaland. El Dortmund defendió cada vez más abajo y prácticamente no dañó al Sevilla en transición, pero el Sevilla tampoco logró transformar su posesión en ocasiones de calidad.
Por último, más allá del análisis puramente táctico, la de hoy es una noche para alabar las actuaciones de Jadon Sancho y sobre todo de Erling-Braut Haaland, dos jugadores que con tan solo 20 años ya son capaces de marcar diferencias en eliminatorias de Champions League. En Sevilla quedó demostrado que han nacido para jugar este tipo de partidos.