Los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara no han podido desplegar el fútbol que su afición quisiera ver durante el Guardianes 2021. A pesar de tener uno de los planteles más poderosos, los resultados y el funcionamiento no acompañan al equipo. La temporada pasada quedaron fuera de puestos de liguilla y tampoco pudieron mostrar una gran versión.
El equipo dirigido por Jorge «Vikingo» Dávalos y Josué Castillejos tiene ciertas complicaciones en distintas fases, las cuales terminan afectando al funcionamiento del equipo. En su 4-2-3-1- o 4-3-3, el once más recurrente está conformado por Salim Hernández en el arco, Rodrigo Godínez, Arturo Ortíz, Luis Reyes y Paul Bellón en la defensa, Romario Hernández, Daniel García, Carlos Baltazar y Andrey Andrade en el centro del campo, así como Kevin Sandoval o Yilton Díaz y José González en ataque.
En ataque posicional, el equipo se ve condicionado muchas veces, ya que la posesión de balón de UdeG en relación con su rival es muy pareja y no siempre puede buscar el gol en transición. Entonces, se opta por un ataque organizado. En fase de salida, dividen mucho el balón buscando a José González, su primer arma para recibir juego directo. Sin embargo, cuando se opta por construir, los centrales toman distancia y baja a recibir Romario Hernández, creando la primera atracción del rival. Los laterales dan amplitud por carriles externos esperando a recibir y buscar al extremo o mediapunta.
Los centrales son otra arma importante del equipo, ya que tanto Ortiz como Bellón —quien también puede ser lateral— tienen buen pie para buscar el envío largo o saltar líneas de presión rival. Generalmente, los tapatíos no tienen complicación para atraer a la primera línea de presión, ya que en la mayoría de sus partidos los rivales se plantan en bloque medio, pero su problema real nace para enfrentar a la segunda línea. A pesar de que muchos equipos saltan de manera desorganizada, Leones Negros no puede aprovechar esa ventaja.
Esto se traduce en que el tiempo y la calidad de sus posesiones son bajos debido a la repartición de espacios y alturas. Al tener una buena organización, se pueden encontrar líneas de pase u hombres libres para recibir. El ejemplo de este problema es especialmente muy visible en el juego contra Tapatío de la jornada ocho del Guardianes 2021. La presión del Tapatío no era la mejor, pero la fluidez se terminó con algunos acosos sobre Leones Negros.
La mayoría de las posesiones terminaban por lo mencionado; cuando un jugador de la UdG recibía, siempre tenía a su par encima o estaba en un mal sitio para la recepción del balón. La situación no sólo se puede observar en este partido, pues también ha sucedido ante Dorados, Atlante o Correcaminos, por citar ejemplos. El problema genera aún más inconvenientes, como la calidad de oportunidades que tienen los melenudos para buscar la anotación.
La falta de gol en el equipo es multifactorial, no sólo por los mecanismos diseñados en salida de balón y el tema de las posesiones, sino por falta de jugadas reconocibles en las siguientes alturas. El primer patrón más notorio es la búsqueda de “Tepa” González en el juego directo; Bellón, Ortíz o Salim lanzan y el punta recibe, pero no tiene con quien descargar. Así, termina ahogado en inferioridad (dos contra uno) con los centrales rivales. Su técnica para recibir el balón y orientar el cuerpo es buena, pero al final no sirve de mucho porque no hay quién le acompañe.
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El segundo patrón es la búsqueda constante de los extremos. Sandoval y Andrade son jugadores que mejoran cuando son activados al pie, no al espacio. El segundo, más que ser un extremo al uso, es un atacante de banda con condiciones para el desmarque y la búsqueda del remate entrando al área de manera horizontal. Por su parte, el primero es un extremo más de banda que busca amenazar en el mano a mano. Al tener muy pocos juegos en Liga de Expansión, aún no es un jugador muy definido, pero tiene ciertas cualidades para centrar en carrera o en estático. Sumado a eso, tiene un gran control de balón y regate, fruto de su bajo centro de gravedad.
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En ataque posicional, el equipo dibuja una especie de 3-2-4-1. Godínez, Ortíz y Reyes forman la línea defensiva, Hernández y García cierran el doble pivote, Bellón-Baltazar-Sandoval y Andrade ocupan la tercera altura y González va a la punta. Los dos pivotes (Hernández y García) son de características fácilmente diferenciables: el primero busca el robo, pero tiene habilidad para ser ese primer pase en salida que y el jugador que apoya en bandas y crea superioridades en defensa; el otro es más un interior para guardar la posesión. A nivel asociativo, es inteligente cayendo en zonas vacías u ocupando espacios clave para la progresión del equipo. Su pase tenso es bueno, decide muy bien a dónde y cuándo pasar o moverse.
El jugador más diferencial del equipo es Carlos Baltazar. El «rey mago” es un mediapunta con características muy especiales. Su rasgo más determinante es la conducción, además de detectar pasillos y alturas convenientes para realizarla (desde la base o cerca del área). Más que ser un pasador, es un facilitador; a pesar de no tener esa inventiva para conectar pases al estilo Eduardo Torres (Chivas), tiene un buen IQ para intentar pasar al espacio en el área y tiene el timing perfecto en esos momentos. También tiene cierta hiperactividad para moverse y crear líneas de pase constantemente, así que se le puede ver completando triángulos en banda de manera recurrente. Estos terminan siendo oxígeno para que su equipo pueda progresar en fase ofensiva.
— Daniel Amezcua (@Daniel_Amz2) February 13, 2021
Leones Negros no es un equipo muy devoto a la presión; sólo contra Dorados se pueden ver momentos de un ejercicio muy agresivo sobre su pérdida. El equipo prefiere esperar en bloque medio o en ciertos momentos en bloque alto, pero sin apretar. Su estructura en defensa posicional suele ser un 5-3-2, donde los extremos están muy implicados en momentos de defensa. Jorge Dávalos ha hecho buena sinergia con su lateral y extremo, construyendo una dualidad que le ha ayudado mucho a UdG en partidos específicos.
Contra Correcaminos, Kevin Sandoval no fue titular (jugó Yilton Díaz como extremo), quien acababa llegando antes que Godínez para evitar que el extremo de Correcaminos (Brayam Nazarit) dañara por ese carril. Parecía que él tenía la orden de cubrirlo, no el lateral. Aquí, Paul Bellón también es clave. Es un muy dado a saltar sobre el poseedor, pero siempre con buen timing para hacerlo. Además, tiene una gran habilidad en el 1 vs 1, dificultando la recepción y giro del delantero rival.
Leones Negros ha tenido ciertas dificultades para asentar su juego, pero poco a poco, con más trabajo, el equipo podría mejorar para conseguir mejores resultados; el objetivo primordial es la formación de jugadores. Para esto, tener un modelo de juego más proactivo que reactivo sería más benéfico para que muchos de sus jugadores jóvenes puedan dar el salto a la Liga MX o Europa.
Por: Daniel Amezcua.