En el arranque de torneo, Tigres encontró dificultades para alcanzar su mejor versión y, sobre todo, para conseguir fluidez con la pelota en campo rival. No obstante, Ricardo Ferretti y su cuerpo técnico buscaron soluciones desde la pizarra, y hoy, entrando a la fecha 14, los de la Universidad Autónoma de Nuevo León son probablemente el equipo más en forma de la Liga MX.
Los números no mienten. En el comienzo, los Felinos, tanto en el funcionamiento como en el resultado, dejaron dudas. Entre la Jornada 2 y la Jornada 9, únicamente obtuvieron una victoria, cinco empates y dos derrotas. En contraste, de la Jornada 10 a la 13, sumaron un pleno de triunfos sin recibir goles y convirtiendo diez.
Ahora bien, ¿qué fue lo que provocó este cambio de cara? Indudablemente, el cambio de sistema fue un factor determinante. Los dirigidos por el Tuca, al pasar de una línea de cuatro a una de tres zagueros, transformaron sus insípidas posesiones en ataques más productivos. Tigres cambió ese cuestionado juego predecible y horizontal por uno mucho más vertical y dinámico.
Aunque Tigres sigue siendo un equipo que normalmente busca controlar y los partidos a través de la tenencia de la pelota, con el 3-4-1-2 se han distribuido mejor en el campo. Y que quede claro: el esquema no determina el sistema; es parte de un ‘todo’.
Ahora, los Universitarios buscan ser más directos y, para ello, el trabajo en el fondo ha sido fundamental. A pesar de que por mucho tiempo se habló del bajo nivel de Carlos Salcedo, la realidad es que, a día de hoy, el defensor mexicano es uno de los mejores en la Liga MX.
El ex Eintracht Frankfurt se ha caracterizado este torneo por su polivalencia, jugando como lateral en línea de cuatro y como central en línea de tres o de cuatro. Su trazo en largo se está convirtiendo en un recurso competitivo para Tigres, el cual justamente está pensado en verticalizar las posesiones.
Dicho golpeo se entiende gracias a los descensos de Guido Pizarro y Rafael Carioca para construir. En ocasiones, los mediocampistas Felinos efectivamente lo hacen para colaborar en salida de balón, sin embargo, sus movimientos también buscan atraer al rival, lo que los estira y, a su vez, genera espacios entre líneas para que los tres atacantes reciban los trazos de Salcedo con mayor libertad.
Es ahí donde Tigres está marcando las diferencias que en el inicio del torneo no lograba imponer. Los espacios que liberan Pizarro y Carioca al atraer rivales, son explotados por Leo Fernández, Gignac y Quiñones. El tridente Universitario toca distintas alturas y es esa movilidad lo que termina desarticulando a la defensa rival. Además, desde los carriles, Javier Aquino y el Chaka Rodríguez son una constante amenaza para recibir al espacio.
Con Leo Fernández jugando detrás de los delanteros (aunque se recargue con mayor frecuencia en la izquierda), parece que el Tuca Ferretti por fin a descifrado el enigma de cómo encajar al uruguayo en su sistema. El pasar de los partidos han hecho que Leo cada vez se sienta más cómodo al tener toda la libertad que no gozaba en las primeras fechas.
A su vez, Nico López se está convirtiendo en el revulsivo con mayor impacto en México. El Diente, más allá de los registros que de por sí son bestiales (cuatro goles y dos asistencias en 145 minutos), está dejando sensaciones muy positivas. El uruguayo asume el papel de revolucionar en el complemento en donde, a partir de su desequilibrio, se está volviendo ese ‘sexto hombre’ para Ferretti.
Al mismo tiempo, el regreso de Nahuel Guzmán a la portería significa un salto competitivo brutal. El argentino, más allá de la seguridad que otorga bajo los tres palos y de las ventajas que genera con su educado juego de pies, tiene una influencia psicológica que solo un líder de su naturaleza puede tener. Nahuel es de esos porteros que, por simple presencia, elevan el nivel del equipo.
Da la sensación de que, tras un arranque poco convincente, Ricardo Ferretti nuevamente ha dado en la tecla. “Diciembre es de Tigres”, suelen decir sus aficionados, y es que a este nivel de confianza y de juego, se antoja difícil que algún equipo los pueda detener. Huele a la octava, dicen por Nuevo León.