El primer partido en la historia de Macedonia del Norte en una Eurocopa no pudo tener más ingredientes. En Bucarest, Goran Pandev entró en los libros de historia al marcar el primer gol de su país en un torneo así, Bardhi completó una exhibición y Alaba tiró de grandeza para superar la adrenalina que estaba marcando el partido e imponer su frialdad para definir.
Austria detectó rápidamente un patrón en sus ataques posicionales que les garantizaba ventajas: con David Alaba como hombre más atrasado sumando asociativamente, los centrales exteriores subían mucho en conducción. En campo rival, buscaban concentrar juego en izquierda con Sabitzer abriéndose a banda para facilitar su recepción mientras Ulmer ocupaba zonas interiores. Una vez llevaban el balón hasta ese sector haciendo bascular al rival, el desplazamiento largo de Sabitzer activando a Stefan Lainer en el lado débil se destapó como una fuente de peligro y provocó el gol.
El caso es que, a medida que pasaban los minutos, Macedonia del Norte ajustó y ese mecanismo dejó de transmitir peligro para Austria, pero no por eso dejaron de utilizarlo. Todos los ataques posicionales de los austriacos se convirtieron en una muestra extrema de ansiedad, buscando llevar rápidamente el balón a Schlager y Sabitzer y que estos buscaran el desplazamiento largo. Con Stefan Ristovski o Darko Velkovski sumando buenas acciones defendiendo el área, Macedonia aguantaba y no sufría excesivamente.
Sin embargo, a los debutantes les ocurría en su fase con balón algo similar a lo comentado con Austria. Ezgjan Alioski funcionaba como faro en la salida de balón del equipo, y el jugador del Leeds United transmitió nerviosismo y precipitación en cada intervención, buscando lanzar rápidamente. El error del guardameta Bachmann explicó el gol macedonio, pero fue antes de que llegara el buen juego, pues fue en la segunda parte y gracias a la figura de Enis Bardhi que Macedonia empezó a atacar con sentido. El jugador del Levante completó una exhibición, tanto sumando asociativamente lanzando transiciones como dejando buenas conducciones y giros ante par que instalaban a los suyos arriba, abriendo mucho el partido y dando a su país opciones de victoria.
En los de Franco Foda, Alaba finalmente aceptó su condición de crack mundial y actuó como tal, siendo clave para explicar la victoria de los suyos. Siendo Martin Hinteregger el central exterior izquierdo que subía en conducción, a Austria le faltaba un poco de pausa en ese sector y de saber aprovechar las concesiones defensivas del rival. Teniendo esto en cuenta, el nuevo jugador del Real Madrid empezó a salir en conducción y a meter pases tensos y verticales que giraban al rival, hasta finalmente asistir a Gregoritsch en el 2-1. Desde la capacidad individual, Austria superó sus propios problemas colectivos y se hizo con una victoria clave de cara a avanzar de ronda.