La España de Luis Enrique completó minutos de un nivel de fútbol altísimo en La Cartuja, con interacciones por fuera a un alto nivel entre compañeros girando constantemente al rival, y una contrapresión que dejaba sin salidas a la selección sueca. Sin embargo, la falta de gol, representada en una ocasión clarísima errada por Álvaro Morata, destapó las carencias de un grupo que necesita que pasen muchas cosas a su favor para que el balón entre en la portería rival. Y aunque dejaron la portería a cero, se demostró que la proporción en la portería propia no es nada similar.
Lo ideado por Luis Enrique consistía en potenciar desde la pizarra las cualidades de sus futbolistas de cara a abrir el bloque medio y estrecho del rival. Por derecha, Koke completó un primer tiempo de gran nivel acompañando las jugadas, lateralizando bastante en derecha, y sumando asociativamente. Ferrán Torres fijaba en amplitud y Marcos Llorente rompía en zonas intermedias, en un rol similar al suyo en el Atlético Madrid. De esta manera, lograron buenas progresiones y fueron hundiendo en su campo a una selección sueca sin referencias a las que agarrarse con balón.
Los nórdicos, de todos modos, estuvieron muy bien defendiendo, con actuaciones individuales destacadas como las de Robin Olsen en la portería y Marcus Danielson en el centro de la zaga. El trabajo del doble pivote conformado por Ekdal y Olsson también fue de destacar, coordinándose en sus saltos en presión, cerrando carril central con su posicionamiento y recogiendo segundas jugadas. Con balón, tan solo Kristoffer Olsson dio sensaciones de que no le quemaba la pelota, escondiéndola ante acoso y dando unos segundos de respiro a los suyos que valían oro dentro del ejercicio continuo de resistencia al que se estaban sometiendo.
Con el paso de los minutos y la mella psicológica de no abrir el marcador, España fue perdiendo frescura en todo lo que hacía. Koke dejó de tener impacto, las rupturas de Llorente en intervalo central-lateral fueron menos frecuentes, y la contrapresión por tanto bastante peor. Esto lo aprovechó un Alexander Isak que, con su zancada a campo abierto, sacaba a los suyos del área y estuvo a punto de ponerles por delante en un par de ocasiones. Pau Torres le sufrió mucho y quedó retratado en algunas acciones.
Posteriormente, Isak abandonó el campo y Pedri reclamó el protagonismo haciéndose dueño de los minutos finales. Lateralizando su posición, influyendo en la base de la jugada, sumó mucho asociativamente y volvió a meter al rival en su área, conectando con las rupturas de Jordi Alba en varias ocasiones y deshaciendo el sistema defensivo rival. La entrada de Thiago Alcántara como mediocentro también ayudó a darle mayor fluidez a la circulación moviéndola de lado a lado con rapidez. Sin embargo y como ya se había vislumbrado durante la primera parte, la falta de gol hizo acto de presencia y evitó que el marcador se modificara. España encontró el juego pero no los goles, y ahora tendrá que trabajar en corregir lo segundo para que ese problema no repercuta en la confianza del grupo y vuele por los aires lo primero.
