La selección turca de Senol Gunes abandona la Eurocopa contando sus partidos por derrotas y con un único gol en su haber. La candidata por muchos a ser una de las revelaciones del torneo, teniendo en cuenta la joven generación de talentos y los resultados en los últimos años, ha terminado siendo la gran decepción. Sus constantes fallos defensivos fueron un regalo para una Suiza que, con 4 puntos, dependerá de los resultados en otros grupos para pasar de ronda.
Vladimir Petkovic cambió sus carrileros respecto a los dos primeros partidos, y el resultado fue más que positivo. En derecha en un recambio natural de Widmer por Mbabu, en izquierda la entrada de Zuber supuso la ausencia en el XI de Fabian Schar y, por tanto, la presencia de Ricardo Rodríguez como central exterior. Manuel Akanji, siendo ahora el hombre más atrasado del sistema como central del medio, tuvo un encuentro más que notable saliendo de zona buscando anticipar y corrigiendo a campo abierto.
Turquía, esta vez con la presencia de Kaan Ayhan como mediocentro (tan solo estuvo bien en duelos aéreos rechazando salidas directas del rival), mantuvo los males de las dos primeras jornadas; Sus interiores quedan fácilmente atraídos en presión, el mediocentro no posee lectura para corregir y en su zona se recibe fácil, los centrales están descoordinados dejando mucha distancia entre líneas… Además, pese a que existen carencias colectivas, el rendimiento individual tampoco ha estado acorde a la situación. La Eurocopa de Merih Demiral es muy decepcionante y sorprende la nula presencia del central del Liverpool, Ozan Kabak, durante los tres partidos.
Suiza fue contundente en las áreas, optando por un partido abierto (42 remates entre ambos equipos) y en el que Yann Sommer en una portería y Haris Seferovic en la otra definieron. El delantero del Benfica convirtió su primera oportunidad en un disparo lejano, y desde ahí todo fue a favor de la selección helvética, con los turcos nunca creyendo en el milagro de la remontada.
Suiza supo castigar los problemas rivales defendiendo el carril central, y tanto Shaqiri como Seferovic aprovecharon para sumar buenas participaciones en apoyo. Los de Petkovic concentraban juego en izquierda, el lado de mayor calidad asociativa, donde Ricardo Rodríguez, Xhaka y Zuber dejaron buenas combinaciones girando al rival y activando lado débil. Por momentos en Bakú se olió la goleada, pero el golazo de Kahveci en el segundo tiempo les metió el miedo en el cuerpo (un empate dejaba fuera a Suiza) y templó los ánimos de un partido en el que ambos firmaron el resultado en los últimos minutos. Suiza ahora depende de otros grupos para pasar de ronda (aunque todo indica que sí), y la presencia de Zuber en el carril izquierdo parece que les ha dado una hoja de ruta a seguir. En cambio, Turquía se despide de un torneo al que nunca llegó del todo, sumando una gran decepción en el país otomano y con la sensación de que ni individualidades ni colectivo estuvieron a la altura.
