Llegaba Países Bajos a esta última jornada con el primer puesto del grupo ya asegurado, pero pese a ello Frank de Boer mantuvo la mayor parte del equipo que había salido de titular en los dos partidos anteriores, manteniendo en una buena dinámica a jugadores como Frenkie de Jong o Wijnaldum pero también sumando a la causa a un Donyell Malen que brilló y reclamó más protagonismo. En la segunda parte, incluso, De Boer cambió el sistema pasando a un 4-3-3 que golpeó directamente en la nostalgia de todos esos neerlandeses que reclamaban ese como el sistema a usar en la Eurocopa.
Es la holandesa una selección que, conforme avanzaba el torneo, ha ido manteniendo todos los aspectos positivos que tenían y reforzando los aspectos negativos. Porque han sido capaces de mantener la frescura ofensiva que se vio desde el primer día, con la capacidad asociativa de De Jong en la base, las apariciones de Depay o Wijnaldum en zonas intermedias y la capacidad de los carrileros para llegar de manera constante al área rival.
Contra Macedonia del Norte, añadieron un gran ejercicio en presión, ante un rival que cambió su sistema de tres centrales que veía usando para apostar por el 4-2-3-1. Con Depay y Malen sobre centrales, De Jong y Wijnaldum saltaban sobre Bardhi y Ademi, el doble pivote rival, y Gravenberch quedaba pendiente de los movimientos de Elmas. El equipo consiguió dificultar el avance rival y además su línea de centrales se mostró muy coordinada, tanto buscando salir de zona para anticipar como controlando la profundidad defensiva tirando el fuera de juego, especialmente con Daley Blind completando una actuación sobresaliente.
Macedonia del Norte tan solo progresaba de manera muy puntual con los apoyos de Goran Pandev, que vivió un homenaje precioso en su última internacionalidad, las conducciones de Elmas o el disparo lejano de Trajkovski. Defensivamente, mostraron las carencias que ya se intuían cuando no tienen el bloque plantado en una altura muy baja y los centrales se dedican tan solo a proteger el área, sufriendo en esta ocasión cada vez que les tocaba salir de zona y proteger rupturas a su espalda.
Como hemos comentado, Países Bajos se colocó en 4-3-3 en el segundo tiempo, usando a Timber como lateral y Berghuis como extremo por derecha, colocándose el primero en zonas interiores con el segundo esperando abierto. Lograron combinaciones fluidas a partir de la capacidad asociativa de De Jong y la movilidad por delante, con Malen sumando especialmente en ese apartado. El del PSV aporta mucha más imprevisibilidad y dinamismo a las posesiones neerlandesas que Weghorst, pero De Boer tendrá que tomar la decisión de si decide prescindir de la capacidad de descargar juego directo del atacante del Wolfsburg, tan usada ante Austria. Las sensaciones por parte de los tulipanes son mejores de lo que cualquiera podía haber previsto, pero ahora les toca confirmar las expectativas en la hora de la verdad.
