Parecía que el Suecia – Ucrania iba a ser el patito feo de los octavos de final. Todo indicaba a ello, tras todos los acontecimientos vividos en los últimos días, prácticamente imposibles de superar. Y, como suele pasar, estábamos equivocados. Suecia y Ucrania disputaron en Hampden Park aquello con lo que soñaban los que inventaron el fútbol. Un partido repleto de variantes, innovaciones tácticas, actuaciones individuales maravillosas, tensión emocional y sorpresas. Se lo llevó Ucrania en el último minuto de la prórroga, ganando un partido que bien se merece el sobrenombre de «La batalla de Hampden Park.»
Modificó Shevchenko su esquema habitual, posiblemente en una adaptación ante su adversario. Apostó por una línea de tres centrales, con Sergey Kryvtsov como gran novedad en el equipo y Ruslan Malinovsky como principal ausencia, y apostó por dividir la posesión ante Suecia. Los nórdicos, en ataque posicional, repitieron lo ya visto en fase de grupos, construyendo con Lustig como tercer central, Larsson y Augustinsson fijos en amplitud, activando su golpeo desde fuera. La adaptación de Shevchenko seguramente tenía que ver con esa forma de atacar de los suecos, de cara a ocupar mejor el ancho del campo.
Los problemas, sin embargo, existieron. Mykola Shaparenko, el interior izquierdo, saltaba sobre Lustig que quedaba bajo como hemos comentado, destapando los costados de Stepanenko. A Suecia le faltó saber atacar mejor esa debilidad del rival, pero se puede decir que fue superior durante el primer tiempo. Con Isak y Kulusevski complementándose combinando apoyos y rupturas o Forsberg sumando asociativamente apareciendo por dentro y juntando al equipo, los de Andersson dominaban. Ucrania sumaba pocas salidas, pero era mortífera en las mismas. Shaparenko escapando de presiones, Yarmolenko y Yaremchuk dejando apoyos y el golpeo de Zinchenko por fuera, los protagonistas del primer tiempo y del gol que les puso por delante.
«Emil Forsberg jugó el segundo tiempo en trance. Levitaba sobre el campo»
Hubo una diferencia del segundo tiempo respecto al primero que fue desencadenando los acontecimientos: la mejoría de Albin Ekdal y Kristoffer Olsson en el mediocampo. Especialmente con el primero, Suecia empezó a dominar todas las segundas jugadas, evitaba salidas del rival, y conectaban con Emil Forsberg en ataque. El jugador del RB Leipzig completó una de las exhibiciones del torneo, traduciendo cada intervención en una jugada de peligro, trasladando ataques en conducción, amenazando con su golpeo y liberando a compañeros en ventaja. Suecia jugó para ganarlo, pero no lo hizo y lo acabaría pagando.
Cabe destacar, dentro de la resistencia ucraniana, la actuación del jovencísimo central Illia Zabarnyi, de 18 años. Aportó una seguridad que no le deberían corresponder, por edad y escenario, y fue clave apareciendo en coberturas y dejando intervenciones decisivas en el área. En la fase ofensiva, salvo detalles de Yarmolenko y Yaremchuk en apoyos y conducciones, Ucrania sumó pocas salidas y le costaba transmitir peligro.
«Malinovsky y Zinchenko se adueñaron de la prórroga. Con todas las cabezas desgastadas, ellos siguieron jugando»
La prórroga fue una batalla tremenda. Ambos llegaban ya con poca gasolina en el depósito, el factor psicológico hacía mella y ya solo quedaba jugar con el alma. La expulsión de Marcus Danielson forzó un contexto de repliegue bajísimo por parte de Suecia, con los de Andersson cerrando en 4-4-1 incrustando a Marcus Berg en el doble pivote y dejando a Quaison como hombre más adelantado. Ucrania asumió la iniciativa y, a partir del golpeo de Zinchenko por fuera y las apariciones de Malinovsky por dentro, llevó peligro.
Cuando parecía que ya ambos se habían resignado a jugarse su destino en los penaltis, un centro de Zinchenko con la tensión, la velocidad y la precisión justa fue rematado por Artem Dovbyk y clasificó a Ucrania para los cuartos de final. Como en toda guerra, los detalles marcaron la diferencia, y Ucrania sobrevivió al asedio para golpear después. La Batalla de Hampden, uno más de tantos partidos épicos que nos está regalando esta Eurocopa.
