Hi, bud! Whadder yup to? Esta es una de las maneras en que los canadienses se saludan en inglés, el cual es uno de los idiomas oficiales. Espero que estés muy bien. La vez pasada estuvimos hablando de la comunidad mexicoamericana en el futbol de Estados Unidos. Ahora sigamos hablando de personas que viven en un país, pero mantienen vivo su origen hacia otro lado. Hablemos de las comunidades extranjeras en el futbol canadiense.
Recomendación musical
Durante la década de 2000, había una chica que con su sensualidad y autenticidad se hacía de un nombre en la escena pop, no al punto de dominarlo, pero tampoco al punto de tener una canción de un solo uso. Su nombre es Nelly Furtado. Nació en Victoria, Columbia Británica. Sus padres eran de las Azores y en la Isla de San Miguel se casaron. Su música tiene influencias del hip hop y la world music. Eso le permitía cambiar de género dependiendo de la obra que estuviera componiendo. Portugal la buscó en el pináculo de su carrera para que cantara el tema de la Eurocopa que estaban por organizar. La canción se llama Força.
Vamos al tema de la semana
Presente glorioso del futbol canadiense
Hacía mucho tiempo que Canadá no estaba en la cima de la Concacaf. Cómoda ahora en los lugares que otorgan cupo directo para Qatar 2022, el proyecto canadiense se afianza y crece. Han pasado ya siete años después de aquella humillación en San Pedro Sula, donde los canucks se llevaron ocho goles. Están haciendo todo lo posible para que regresen a un mundial, algo que no sucede desde 1986. En ese momento, Canadá aprovechó que México era sede. Ahora puede acompañarlo, y junto con Estados Unidos podría ser el mundial donde el T-MEC sea la punta de lanza de la Concacaf.
Muy buena parte del reciente éxito del futbol canadiense se debe a interesantes prospectos que empiezan a andar en las mejores ligas de Europa. En el Beşiktaş meten goles Cyle Larin y Atiba Hutchinson. Stephen Eustáquio está encantando en el segundo orden de la Liga NOS de la tierra de sus padres con sus actuaciones en el Paços de Ferreira. Jonathan Davis es un interesante prospecto sub-23 con el Lille de Francia. Pero quien encabeza esta avanzada canadiense sin dudas es Alphonso Davies, pieza inamovible en el esquema primero de Hansi Flick, y ahora de Julian Nagelsmann en el Bayern Múnich.
Se ha contado mucho sobre la historia de Alphonso Davies, así que la resumiré: nació en Liberia, pero por la guerra civil en ese país tuvo que ir a un campo de refugiados en Ghana hasta que decidieron establecerse en Canadá. Esto es apenas un vestigio del plural origen de los canucks. Eustáquio tiene padres portugueses, Jonathan Osorio pudo haber vestido la casaca colombiana y el padre de Lucas Cavallini es argentino.
Todo esto nos indica que en Canadá el futbol tiene notoria influencia extranjera. Si de por sí la identidad de Canadá está mezclada entre lo inglés y lo francés, todavía recibe un aporte gracias a las agradables condiciones de vida que ofrece el país de la Hoja de Maple. Esta es una situación que ya vimos para el futbol australiano, pero aquí le daremos un giro a esta revelación de Concacaf.
Origen del componente extranjero del futbol en Canadá
Pocos saben que en Canadá nació la primera asociación de futbol fuera de las Islas Británicas. En esos momento, el territorio se hacía llamar Dominio de Canadá. Esta asociación nació tras un partido en Toronto. Antes, el primer partido conocido en territorio canadiense se llevó a cabo en 1859 entre la St. George’s Society y un equipo de irlandeses.
Tras ello, surgieron asociaciones por cada uno de los territorios de Canadá: Ontario, Newfoundland, Saskatchewan, Quebec, Alberta. Mientras tanto, un combinado canadiense llamado Galt FC fue a los juegos olímpicos atípicos de St. Louis en 1904 para ganar la única medalla de oro que tenía Canadá en futbol hasta este año, venciendo a los otros dos clubes de Estados Unidos. En 1912 se fundó la Federación de Futbol del Dominio de Canadá y de inmediato se afilió a la FIFA.
Esta situación le permitió que a veces equipos británicos visitaran Canadá como parte de sus giras. Ahí el Rangers fichó a Whitey McDonald, nacido en Irlanda, pero radicado en Hamilton. Años más tarde, el Celtic haría lo propio, pero ahora con un canadiense de cepa. Se trataba del guardameta Joe Kennaway, nacido en Montréal, y fue referente durante los años 30. En esa misma década, un club canadiense fue al Soldier Field de Chicago para ganar un torneo norteamericano. Venció al campeón de Estados Unidos, Stix, Baer & Fuller FC.
Vayamos a la década de 1960. En ese entonces hubo un gran esfuerzo por popularizar el futbol profesional en Canadá. Es así que comenzó la liga del Este de Canadá, con equipos de Toronto, Montréal, Hamilton, más un equipo de Buffalo, Nueva York. El que más destacaba era Toronto City FC, que logró alinear en la temporada de 1961 a tres capitanes de las selecciones británicas: Danny Blanchflower, de Irlanda del Norte, Stanley Mathews y Johnny Haynes, de Inglaterra, y Jackie Mudie y Tommy Younger, de Escocia. Esta liga complementaba a la perfección a la Liga del Oeste de Canadá, con equipos de Edmonton, Regina, Vancouver, Edmonton y Saskatoon.
El futbol comenzó a crecer en popularidad después de que el mundial de Inglaterra 1966 fuese transmitido a todo el mundo. Norteamérica no quiso quedarse atrás y fundó la North American Soccer League. La situación del deporte en Estados Unidos es darle la bienvenida a equipos canadienses, y por ello hubo franquicias en Toronto, Montréal y Vancouver. No tardó mucho para que un equipo canadiense se alzara con el Soccer Bowl. Sucedió esto en 1976, año de los Juegos Olímpicos en Montréal. El Toronto Metros-Croatia venció a Minnesotta 3-0. En este equipo canadiense estaba la estrella portuguesa-mozambiqueña Eusébio, Robert Iarusci, además de Ivan Lukačević y Željko Bilecki. Tres años después, le tocaría a Vancouver Whitecaps, que vencería a Tampa Bay Rowdies 2-1 en el Giants Stadium. Toronto (ahora Blizzard) volvería a la final en 1983 y 1984, perdiendo ambas.
Identidad e integración extranjera en el futbol en Canadá
En todos los países de la anglosfera, el futbol debe competir con otro deporte por la popularidad. En Australia está el futbol australiano, en Irlanda tenemos el hurling, en Nueva Zelanda reina el rugby. En Canadá hay dos deportes que todavía superan al futbol: el futbol canadiense y el hockey sobre hielo. Como esos deportes tienen una identidad marcadamente canadiense, el futbol es un océano azul para las comunidades extranjeras. Esta característica hace que el futbol asociación sea el deporte de mayor crecimiento en Canadá. El número de jugadores registrados supera al del hockey sobre hielo, y sigue creciendo gracias a las políticas de Justin Trudeau con respecto a refugiados y a mano de obra calificada que va hacia allá.
La liga canadiense comenzó a funcionar en 1926 y de inmediato sus equipos denotaron un sentido de pertenencia a una comunidad en específico. Hay dos etapas en estas tendencias.
Antes de la II Guerra Mundial. Hasta ese momento, Canadá era visto apenas como un dominio y no como un país que había conseguido su independencia del Reino Unido en 1871. Es verdad que Canadá fue de los territorios de la Commonwealth que salió beneficiada del Tratado de Westminster en 1931 con respecto a la autonomía de los países con el Palacio de Buckingham como jefe de estado, aún así no había tanta libertad.
Esta dependencia de las Islas Británicas se reflejaba en los equipos de la liga canadiense, en específico los de Toronto: nombres como Toronto Ulster (Irlanda del Norte), Toronto Scottish (escoceses), Toronto British Consols (ingleses). Mientras tanto, Montréal se decantaba más por las asociaciones laborales, como Montreal Carsteel y Montreal CNR (ferroviarios).
Después de la II Guerra Mundial. En ese conflicto, Canadá participó activamente y se convirtió en un componente letal y leal para el ejército británico. Con ello, se ganó el respeto de Londres; ya era visto como un país. La recuperación económica y el orgullo que sobrevino esa participación hicieron que Canadá fuera vista como una opción bastante apetecible para migrar desde las economías maltrechas en Europa.
La liga canadiense reflejó todo este cambio. Cada comunidad tenía hasta tres equipos compitiendo en el futbol canadiense:
- Ucranianos: Toronto Ukraina, Montreal Ukrainians
- Balcánicos: Serbian White Eagles, Toronto Croatia.
- Portugueses: Toronto First Portuguese
- Italianos: Toronto Italia, Hamilton Steelers, St. Catharines Wolves, London Marconi
- Otros: Polish White Eagles (polacos), Montreal Hungaria (húngaros), Dynamo Latino (latinoamericanos), Montreal Concordia (checoslovacos), Toronto Hellas (griegos), Toronto Hakoah (judíos), Kosova Albanians (albanokosovares).
Hay que mencionar que el primer equipo canadiense que compitió en la Liga de Campeones de Concacaf fue el Serbian White Eagles. En 1975 no pudo superar al Monterrey, mientras que al año siguiente tuvo que retirarse, dándole el pase a León. Ese mismo año entró Toronto Italia. En la primera ronda dio cuenta del Inter-Giuliana de Nueva York por victoria doble. Luego, Toluca intentó modificar la fecha de sus partidos; la Concacaf se negó y descalificó a los Diablos Rojos. En la siguiente ronda debía enfrentar al cuadro guanajuatense, pero por una razón que aún no se sabe, Toronto Italia se retiró. Así pues, el semillero de la participación canadiense a nivel de clubes fueron equipos de diásporas.
Canadian Soccer League, la liga que no pudo ser
En 1985, Canadá accedió a su único mundial venciendo a Honduras en Hamilton. A pesar de que los resultados marcaron tres derrotas y ningún gol anotado, esto sirvió para despertar el interés del futbol en la población. Fue así como surgió la Canadian Soccer League, con ocho equipos como mínimo por liga. Todo empezó bien, con comentaristas reputados, los miembros de esa selección mundialista desperdigados equitativamente en esos ocho equipos y buena paga para una liga profesional.
Casi ninguno de estos equipos guardaba relación con esos equipos que mencioné anteriormente. Esos nombres eran creados artificialmente, a la usanza de las franquicias de Estados Unidos, como Vancouver 86s, Ottawa Intrepid, Montreal Supra y Toronto Blizzard (el heredero de Toronto Croatia). Luego, la FIFA veía con buenos ojos la liga, pero nunca le dio su aval para reconocerlo. Esto representó un golpe muy fuerte.
Esta Canadian Soccer League desarrolló problemas económicos y de audiencia con el paso del tiempo hasta que desapareció en 1993. La razón fue que muchos de esos equipos prefirieron unirse al futbol de Estados Unidos para una mayor competitividad. Este fue el caso de Vancouver 86s, Montreal Supra y Toronto Blizzard. No fue en balde: la camada de esos jugadores maduraría y conseguiría la Copa Oro en 2000, quizá el mayor logro de la historia del futbol canadiense.
Esta desbandada produjo un efecto devastador en el futbol de clubes en Canadá. Al irse los principales tres equipos, el resto decidió unirse a la Canada National Soccer League, que aún tenía estos equipos de diásporas. Esta liga tenía un carácter semiprofesional en el mejor de los casos. Una cosa llevó a la otra y el 1998 se transformaría en la Canadian Soccer League. De nuevo seguían sin reconocimiento de la FIFA, pero qué más daba. De nuevo habría rivalidades interesantes, como la del Serbian White Eagles y el Toronto Croatia. También por ahí juega el FC Vorkuta, de rusos y el Ukraine United, de ucranianos. No podemos olvidarnos tampoco del North York Shooters, de los italianos. Toronto es la sede no oficial de los derbis entre diversas colonias.
Esta liga ha recibido otro golpe con la creación de la Canadian Premier League, en una movida que recuerda a la Canadian Soccer League de 1986. Esta vez la identidad tiene toda la pinta de un equipo fundado en los años 2000. Y los han rebasado por la derecha; como los clubes profesionales son los únicos con derecho a competir en el Campeonato de Canadá (otorga un boleto a la Concachampions), los clubes de la Canadian Soccer League deben conformarse con una batalla no oficial para ver qué país es el mejor. Tiempos mejores les esperan seguramente.
Extranjeros, Canucks hechos y derechos
Desde casi un principio, los extranjeros han participado con la selección canadiense. Cuando era dominio, los que la integraban por lo general eran personas de Gran Bretaña e Irlanda. ¿Podría decirse que eran mayoría? No se sabe con exactitud. Esta tendencia se mantuvo hasta los Juegos Olímpicos de Montréal 1976, con casi todos sus jugadores nacidos originalmente en Inglaterra y Escocia
Cuando fueron los Olímpicos de Los Ángeles 1984, los migrantes de otros países se comenzaban a hacer notar. Comenzaron los italianos, como Tino Letteri (nacido en Bari) y Pasquale de Luca. Otro eslavo se sumó, en este caso de Eslovaquia. Igor Vrablic. Esta base fue la que llegó al Mundial y puso a Canadá por primera vez como contendiente serio dentro de la confederación.
A lo largo de los 30 años, varios (hijos de) migrantes comenzaron a llegar a los Canucks. Citaré a los más destacados:
- John Limniatis, griego.
- Dwayne de Rosario, guyanés
- Daniel Imhof, suizo
- Maycoll Cañizalez, salvadoreño
- Ali Gerba, camerunés
- Issey Nakajima-Farran, japonés-zimbabwense
- Michael Klukowski, polaco
- Dejan Jaković, croata
- Haidar al-Shaïbani, argelino
- Marcel de Jong, neerlandés
- Jonathan Osorio, colombiano
- Fraser Aird, escocés
- Sam Adekugbe, nigeriano-inglés
- Richie Laryea, ghanés
- Stephen Eustáquio, portugués
- Theo Corbeanu, rumano
- Alphonso Davies, liberiano
Jugadores canadienses en otras selecciones
Cuando era temporada de vacas flacas en el futbol canadiense, el talento que nacía en el país prefería crecer en otro destino, constantemente en el país donde sus padres nacieron. Canadá no ha cesado en dar jugadores; si no, basta ver que Canadá se bañó de oro en los Olímpicos de Tokio en futbol femenil.
Como sea, en la década de 2000 y 2010 hubo jugadores clave en otras selecciones que le dieron la espalda a la Hoja de Maple. El caso que tomó más relevancia fue Owen Hargreaves. Nacido en Calgary, sus padres eran ingleses y vivió ahí hasta la edad de 16 años cuando fue descubierto por la red de scouteo del Bayern Múnich. En un tiempo donde era difícil que un jugador inglés saliera de la isla, él se erigió como baluarte de los bávaros.
El otro caso conocido son los hermanos de Guzmán, de origen jamaicano-filipino. El hermano mayor Julian sí se quedó con los Canucks, fue MVP de la Copa Oro 2007 y hasta ahora tiene más apariciones que nadie en la selección; mientras tanto, el menor Jonathan se fue a vivir a Países Bajos a los 12 años. Como vivió ahí seis años, terminó eligiendo a La Naranja Mecánica y formó parte de la escuadra que llegó a semifinales en Brasil.
Alguien que no suena de inmediato es Asmir Begović. Nació en Trebinje, Bosnia-Herzegovina, pero la Guerra en Yugoslavia los obligó a moverse a Alemania. Luego, recalaron en Edmonton. Ahí, Begović logró ser el portero titular de la selección sub-20 de Canadá en el mundial de 2007 (sede), y también se colgó como portero de la sub-23 en 2008. Eventualmente decidió cambiar de nacionalidad y desde 2009 juega para la selección de Bosnia-Herzegovina. Le ganó la partida a otro portero maravilla como Handanović la carrera por ser el guardameta estelar en la selección bosnia debutante en Brasil.
Finalmente hay que irnos al futbol femenil, porque una jugadora ha convivido con la polémica y el odio de su tierra natal. Estamos hablando de Sydney Leroux, que decidió cambiar a Canadá por Estados Unidos, con todo lo que implica en esa rivalidad.
Con la vida que los migrantes reciben a Canadá, les ha alcanzado para vivir bien y usar el futbol ya sea para los Canucks o para su país natal. En todo caso, Canadá está experimentando un renacer que hacía mucho tiempo no se veía. Las políticas de Trudeau han acompañado al deporte con un ansiado proyecto con miras a recibir de la mejor manera el mundial de 2026. Falta que aprieten el gatillo.
Fuentes
FootyFair. 4 Players Who Turned Their Backs on Canada. Noviembre de 2015
Alhmidi, Maan. How soccer is helping young immigrants feel at home in Canada. CTV News. 17 de agosto de 2019
Canada Soccer.com. History of Soccer in Canada. 21 de noviembre de 2007
Ronald, Robert. Soccer in Canada. Reader’s Digest Canada. 2 de junio de 2007
Siguiendo en Norteamérica, hay un aspecto que no se toca mucho en la vida de Estados Unidos y Canadá: los pueblos nativos. Se calcula que hay más de 500 naciones en alrededor de 18 millones de kilómetros cuadrados. Es cierto que tienen poca visibilidad, pero en futbol han dejado su huella. ¿Sabías que jugadores como Chris Wondolowski tienen este antecedente? Es lo que veremos en nuestra siguiente parada.
Recomendación musical 2
Otra estrella canadiense con voz portentosa sin duda alguna es Céline Dion. Nacida en Charlemagne, Québec, Dion golpeó con fuerza en el mundo cuando interpretó la legendaria canción en Titanic, My Hear Will Go On. Esto fue apenas en la música de habla inglesa. En Europa ya había dado muestra de su voz poderosa; en 1983 se convirtió en la primera canadiense en ser la más escuchada en Francia con D’amour ou d’amitié, y en 1988 representó a Suiza para ganar el Eurovisión con Ne partez pas sans moi. Tiene las condecoraciones de Caballero de Canadá y la Orden de Québec. Contrario a lo que escogen muchos, he querido poner la canción The Power of Love.
Recapitulemos
El renacer del futbol canadiense se debe en gran medida a jugadores nacidos o con conexiones en otros países, como Davies, Osorio, Cavallini y Eustáquio. Esto no es nuevo. El futbol ha recibido siempre un empuje extranjero. Antes de la década de 1950, todo venía desde Gran Bretaña e Irlanda, y después de 1950 el futbol fue la manera en la cual los extranjeros mantenían su identidad. El primer equipo que representó a Canadá en una competencia de clubes internacional fue Serbian White Eagles, mientras que el Toronto Blizzard, primer campeón canadiense en Estados Unidos, era de origen croata. Actualmente estos equipos disputan la Canadian Soccer League, de corte semiprofesional. Así como jugadores extranjeros han vestido la camiseta canadiense, ha habido canadienses en otras selecciones, como Hargreaves, de Rosario y Begović.
Nos vemos la siguiente. Bye!