Alemania 2-2 Hungría: Toni contra el milagro

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A falta de apenas unos minutos para el final, Alemania estaba cayendo eliminada de la Eurocopa por estar perdiendo en su casa, en el Allianz Arena de Múnich, ante Hungría. El gol salvador lo marcó Leon Goretzka, pero no habría sido posible sin la actuación de Toni Kroos. Manteniendo la calma cuando el pánico se engullía a todo el mundo, el jugador del Real Madrid realizó una actuación legendaria, clave para evitar la derrota e impedir una histórica clasificación de la selección húngara. En una hazaña más propia de hace 70 años, los de Marco Rossi estuvieron a apenas unos minutos de dejar grabados sus nombres con letras de oro en la historia del fútbol magiar.

Hungría no engañó a nadie, saliendo con su plan habitual de defender en bloque medio en 5-3-2, orientar hacia fuera para resistir en el área, y sumar salidas a partir del juego en apoyo de Adam Szalai y la autosuficiencia de Roland Sallai. El caso es que, en la primera que lograron salir, marcaron. A partir de ahí Alemania se enfrentó a un constante ejercicio de ataque posicional en el que careció de fluidez y capacidad de romper el muro rival. Tan solo el juego asociativo de Kroos en la base y la inteligencia de Havertz para aparecer por dentro y abrir líneas de pase les daban opciones.

Repitió Low ese juego de alturas por derecha entre Ginter y Kimmich que se vio ante Portugal, con el jugador del Borussia Monchengladbach ganando mucha altura por fuera pese a partir como teórico defensa central. Ante esto, Kimmich fijaba muy arriba por fuera o incluso aparecía en zonas intermedias. Contra Portugal esto funcionó, pues lograban atraer al rival ahí y luego liberaban a Robin Gosens atacando lado débil, pero Hungría lo defendió mucho mejor. Las basculaciones de los interiores para tapar por fuera y buscar superioridades en torno al balón mientras Nagy cerraba el carril central fueron muy destacables. Gosens, de partidazo ante los lusos, tuvo una actuación muchísimo más discreta, pues no conseguía llegar en ventaja sino que esta la tenía que crear él.

Movió piezas Low en el descanso, abriendo a Leroy Sané a la derecha y situando, por fin, a Kimmich en el doble pivote junto a Kroos. Pese a este cambio de fichas, la selección teutona seguía con muchísimos problemas para generar situaciones de remate una vez llegaban al último tercio del campo. Lograron el empate en una acción a balón parado tras un grave error de Gulacsi en la salida, pero en la siguiente jugada Hungría se adelantó de nuevo con Szalai participando en apoyo y lanzando a la ruptura interior de Schäfer. Quedaban poco más de veinte minutos y el estado era de alarma total, pues o marcaban o se iban de la Eurocopa.

Quemó sus naves Alemania con las entradas de Müller, Werner, Volland y Musiala pero, como hemos dicho al principio del texto, el protagonista fue Toni Kroos. Fue escandaloso su lenguaje corporal, transmitiendo muchísima seguridad en todo lo que hacía, nunca precipitándose, cuando el escenario era para romper al más calmado. Toni resistió a la tormenta y ayudó a los suyos a empujar y empujar hasta que, finalmente, en una llegada de Goretzka desde atrás, llegó el empate. Gloria para Hungría, que se quedó a minutos de clasificar en un grupo con tres gigantes, pero finalmente Alemania salvó la bola de partido y estará en octavos. Cuando las piernas tiemblen y las mentes entren en combustión, ellos saben que tendrán a Toni Kroos para poner orden en el caos.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.

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