Almanyastan: futbol en la comunidad turca en Alemania

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Merhaba! Wie geht’s? Esto podría ser el saludo que encuentres en las calles de las principales ciudades alemanas, como Berlín, Múnich, Düsseldorf, Hamburgo o Fráncfort. Sí, es alemán, pero involucra palabras de otros idiomas, en especial el turco, para crear el Kiezdeutsch. Espero que estés muy bien. La vez pasada estuvimos recordando la hazaña del Dinamo Tbilisi en la Recopa UEFA y la importancia que tiene para el futbol georgiano. Ahora cruzamos la frontera sur para llegar a Turquía, donde estaremos cuatro estaciones, así que ponte cómodo y desempaca tus cosas, porque Turquía es fuente inagotable de historias de futbol.

Recomendación musical 1

Alemania sigue produciendo música de calidad a raudales, pero es más que grupos como Rammstein, Tokio Hotel, The Scorpions, Kraftwerk, Nenna, entre otros. Te presento a Herbert Grönemeyer. Nacido en Gotinga, pero con juventud vivida en Bochum, Grönemeyer fue el primer músico fuera de la anglósfera en ser invitado por MTV para un concierto Unplugged! 1998 fue un año complicado para él porque su esposa y un hijo fallecieron de cáncer con solamente tres días de diferencia. Empezó como actor, pero ahora es uno de los cantantes más populares de los países germanoparlantes principales, Alemania, Austria y Suiza. Como un guiño a la comunidad turca, grabó un sencillo cantando en alemán y turco llamado Doppelherz / İki gönlüm, en colaboración con el rapero turcoalemán BRKN (su nombre verdadero es Andaç Berkan Akbıyık).

Para este texto, quiero agradecer la ayuda brindada por Francisco Trejo. Internacionalista por el Colegio de México, también es miembro del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI). Especializado en Medio Oriente, ahora trabaja en la embajada de México en Jordania.

Vamos al tema de hoy.

México y Turquía, países sorprendentemente hermanos

Cuando digo que México y Turquía son países hermanos, no exagero. Es que tienen tantas cosas en común que uno se va de espaldas cuando ve toda la friolera. Ha sido una historia de más de 90 años de edad, cuando se establecieron las relaciones entre ambos países en 1928. Esto apenas fue un paso después de un esfuerzo infructuoso del emperador Maximiliano de Habsburgo para que México fuera reconocida por potencias europeas, entre ellas el gran Imperio Otomano.

 

El Reloj Otomano es quizá la representación turca por excelencia en México

Ambos países miran a su contraparte como un socio estratégico en el comercio. La balanza comercial favorece a los turcos (287,4 millones vs. 276,1 millones de dólares), recientemente la aerolínea Turkish Airlines ha implementado un vuelo directo desde Estambul hasta la Ciudad de México, la última visita oficial de mandatarios ha sido la de Peña Nieto en 2015. Las inversiones turcas se centran en el mercado mexicano de autopartes, mientras que México participa en el mercado turco del cemento y del maíz.

 

Cancilleres de Turquía (Mevlüt Çavuşoğlu) y México (Marcelo Ebrard)

Las comparaciones apenas acaban de comenzar. Son países geopolíticamente similares: México es un país bisagra entre Norteamérica y América Latina, mientras que Turquía abarca la puerta entre Europa y Asia. Ambos son países del G20 y de un grupo especial llamado MIKTA (junto con Corea del Sur, Indonesia y Australia). Si bien son países oficialmente seculares, la religión ocupa un papel central en la vida social (catolicismo en México, islam en Turquía). Son países diversos, pero México ha basado su identidad en el resplandor de las civilizaciones indígenas, en especial la azteca, mientras que Turquía añora el Imperio Otomano. Por último, la comparativa más interesante es la de sus paisanos en el extranjero: México tiene una comunidad muy arraigada en Estados Unidos, Turquía la tiene sobre todo en Alemania. Hace tiempo hablé de las relaciones entre Turquía y Países Bajos. Ahora nos toca Alemania.

Historia de la comunidad turcogermana

Todo comenzó en esas conquistas de los otomanos por toda Europa, en especial cuando intentaron tomar Viena por la fuerza. La segunda (en 1683) fue un desastre, y al territorio de la actual Alemania llegaron al menos 500 prisioneros otomanos. Con esto se crearon las condiciones para que ocurriera el suceso que marcó un estate quieto para este Imperio: en alemán es conocida como la Gran Guerra Turca (Großer Türkenkrieg), mientras que en turco es la Guerra de la Liga Santa (Kutsal İttifak Savaşları). Tras batallas infructuosas, el Imperio Otomano y sus estados vasallos cayeron derrotadas a manos de una alianza entre alemanes, austriacos, rusos, húngaros, polacos, lituanos y rebeldes de los Balcanes.

 

Fresco de una batalla de la Gran Guerra Turca

Cuando surgió el reino de Prusia a inicios del siglo XVIII, muchos turcos llegaron como soldados a sueldo. Aunque no era raro que esos turcos abrazaran el cristianismo, se habla de un regimiento musulmán en la corte prusiana. Todo esto no era pasado por alto por el poder otomano. El sultán Abdülaziz I puso el dinero para construir el primer cementerio musulmán en Europa (1886).

 

Fatima Kariman, princesa turca prisionera asimilada en la corte prusiana

Los años antes de la I Guerra Mundial vieron una consolidación de las relaciones entre la naciente Alemania y el Imperio Otomano. Creció la comunidad turca en Berlín, y creció la comunidad alemana en Estambul. En Alemania se pueden ver vestigios de la arquitectura oriental, como la fábrica de cigarros de Yenidze en Dresden. Esa relación se vio en la Gran Guerra, cuando alemanes y otomanos fueron aliados. Esa derrota caló hondo, y el renacimiento turco a cargo de Mustafa Kemal Atatürk les qutió tiempo para reavivar la llama.

 

Yenidze en Dresden

Para el siguiente capítulo en esta relación, hay que brincar hasta 1961, con una Alemania partida en federal (capitalista) y democrática (socialista). Alemania estaba empezando a experimentar su milagro económico y llegaban alemanes del otro lado a apoyar. Llegó el Muro de Berlín y de pronto Alemania se quedó sin mano de obra. Tenía que llamar a trabajadores que no fueran tan costosos y que estuvieran dispuestos a apoyar. Así llegaron personas de países con una situación económica tan buena, como España, Italia, Portugal, Grecia o países socialistas. Ese mismo año, Alemania Federal también vio potencial en Turquía: era un país con un boom demográfico considerable, pero en la economía les iba terrible. Así, ambas repúblicas firmaron un contrato de dos años para proporcionar mano de obra barata y poco calificada.

 

Gastarbeiters turcos (1961)

Las condiciones para estos trabajadores turcos eran duras; sin embargo, no se quejaban y trabajaban con tesón. Finalmente estaban viviendo mejor que en su natal Turquía. Maravillados, sus empleadores en Alemania intercedieron para que les extendieran el contrato a más de dos años que establecía la política de Gastarbeiter (o trabajador invitado). Esos trabajadores poco a poco empezaron a establecerse y a traer a sus familias.

 

Leyenda en alemán y turco: «Mi amigo es turco»

Todo cambió en 1973 con la crisis del petróleo allá en Alemania. De la noche a la mañana se acabó la multitudinaria oferta laboral y las manos turcas dejaron de ser necesarias. Hubo quienes se regresaron a Turquía, pero seguían llegando. Esto se explica con la implementación de una política de reunificación familiar. Y en la siguiente década se instalaron incentivos para que esa migración regresara. Todo esto causó que la comunidad turca creciera y creciera, con una tasa de natalidad más grande que la de los alemanes.

Con la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana (algo de lo que hablé en su momento), surgió un debate interno sobre la identidad alemana y la ciudadanía. El futuro de extranjeros asimilados estaba pendiente en un hilo… ¿nos deshacemos de ellos y los mandamos a su casa, o los integramos? En los años 90 se reformaron las leyes para ser considerado ciudadano alemán, con el fin de que Alemania fuera una sociedad multicultural: ahora se podía obtener la ciudadanía si uno radicaba en Alemania ocho años, siempre y cuando renunciaran a la ciudadanía turca.

Algunos datos de la comunidad turcogermana

De acuerdo con cifras oficiales de Statis (2017), hay 1,55 millones de personas con ciudadanía turca. Esto no refleja la población total de la comunidad turca, porque Alemania no agrupa a sus migrantes por etnicidad. Así pues, los ciudadanos alemanes son considerados «alemanes», independientemente de que cuenten con padres o abuelos de otros países. Bajo este criterio, se podrían agregar otros 1,35 millones de turcos, haciendo un total de 2,85 millones de turcos. Por tamaño, es la segunda comunidad más grande en Alemania, superada solamente por los rusos (3,5 millones).

Esto es apenas un cálculo conservador. Se cree que hay más turcos. Hay que recordar que el Imperio Otomano no era solamente Turquía, sino abarcaba buena parte de los Balcanes, el Medio Oriente, el Norte de África más Chipre. En esa estimación no entran los turcos que vienen de países como Bulgaria, Chipre, Grecia, Macedonia del Norte, Líbano, Siria e Irak. Es cierto que oficialmente así aparece su pasaporte, pero étnicamente no son distintos a los turcos turcos. Hay quienes creen que puede haber hasta siete millones de turcos, como cita la académica austriaca Tessa Szyszkowitz.

Si consultamos un mapa, hay una mayor concentración de turcos en los Bundesländer de la antigua Alemania Occidental (principalmente Bavaria, Renania del Norte y Baden Würtenberg), y esto es porque en lo que antes era la Alemania Socialista ha habido un surgimiento de actitudes xenófobas y grupos neonazi con ataques directos a la comunidad alemana. Su hábitat preferido es el urbano, y la mayoría de turcos se concentran en ciudades como Berlín, Hamburgo, Múnich, Bremen, Colonia, Stuttgart y Múnich.

Hay que ver por último las cifras de escolaridad en la comunidad turca: un 14% tiene un título universitario, mientras que un 68% tiene apenas estudios en la Volkschule, la educación más básica en Alemania, como máximo.

Integración de los turcos a la sociedad alemana

Tradicionalmente, la comunidad turca ha sido considerada como la menos integrada a la sociedad alemana a pesar de tantos intentos y esfuerzos de autoridades alemanas. Esto comenzó con la llegada de la primera oleada de turcos a Alemania. Todos los turcos se concentraban en lugares para vivir que podían ser calificados como «pequeña Estambul». Los ejemplos pueden ser varios, como los barrios de Kreuzberg y Neukölln en Berlín, y Ludwigsvorstadt/Kliniken en Múnich. Te decía antes que la mano de obra era poco cualificada y de zonas rurales de Turquía. Y si a eso le sumamos que los turcos (llamados despectivamente Kanacke) vivían entre sí, había poco interés en aprender el alemán e integrarse a la sociedad.

 

Mercado turco en Kreuzberg

Esta situación da pie a muchos prejuicios negativos de alemanes. Se dice que el turco es un musulmán que trabaja en tiendas de 24/7 o mercados, tiende a ser criminal, es machista, hace asesinatos por honor, arregla los matrimonios, es irrespetuoso, no se integra con los alemanes, habla alemán incorrectamente y con un acento marcadísimo, abusa de las políticas sociales alemanas, entre otras linduras. Muchos incluso temen que las plazas de las principales ciudades se vuelvan un campo de batalla entre turcos y kurdos, con rencillas todavía pendientes. La situación laboral también juega en contra: si quieres subir el escalafón profesional y te llamas Ümit, Abdül, Kerim, la tienes complicada que aquellos cuyo nombre es Hans, Jürgen, Theo, Bastian, Ernst o similar. Lo mismo sucede en la escuela: si tienes un nombre turco eres más propenso a tener una peor nota que un nombre alemán. Los turcos incluso tienen 57 bandas criminales, entre ellas la Osmanien Germania. Ellos llaman a esta patria Almanyastan.

Como Alemania es el país donde viven más turcos, a excepción de Turquía obviamente, es considerado un botín electoral nada despreciable en Ankara. Por ello, políticos como el mismo presidente Recep Tayyıp Erdoğan da sus discursos ante paisanos turcos de las ciudades. Los encuentros entre Erdoğan y Angela Merkel, canciller alemana, son seguidos de cerca en ambos países. En 2011, dio un discurso polémico donde se motivaba a que los turcos «se integraran, pero no se asimilaran». Esas palabras nada ayudaron a que cambiara la imagen turca por parte de los alemanes. Y parece obtener resultado: en las elecciones del 2018, el 65,7% de los ciudadanos turcos le dieron su voto a Erdoğan y su partido, el PKK. A modo de comparación, el 52,6% de turcos en Turquía votaron así.

 

Mitin de Erdoğan en Alemania. Turcos custodiados por la policía alemana

No todo está perdido. Ahora hay un fenómeno de gentrificación en las principales ciudades, y los precios de vida en Kreuzberg o Neukölln han subido, lo que ha provocado que los turcos deban mudarse a otras zonas, homogenizando aún más la comunidad. Por si fuera poco, con los cambios más recientes a las leyes de ciudadanía alemana en 2014, ahora los turcos pueden obtener la doble ciudadanía. Estos nuevos turcos que nacen en Alemania se han llegado a integrar de manera más exitosa.

 

Escena de Dogs of Berlin

Los alemanes han comenzado a aceptar poco a poco a esta nueva comunidad turca. La manera de hablar de los jóvenes turcogermanos es llamada «Kiezdeutsch» y quedó fielmente retratada en el libro Kanak Sprak del escritor Feridun Zaimoğlu. En la televisión tenemos series como Türkisch für Anfänger o el más reciente éxito de Netflix, Dogs of Berlin. Sin embargo, el símbolo por excelencia de la fusión entre Alemania y Turquía es el döner kebab. Inventado en Berlín, se le atribuye a Kadır Nurman en su pequeño puesto en Zoologischer Garten. El döner kebab salva a muchos jóvenes después de pasarla bien en la vida nocturna.

Habiendo dicho esto, ¿cuál es el impacto del futbol en la comunidad turcogermana?

Türkiyemspor Berlin: lavando la imagen de los turcos a través del futbol

Los turcos de Kreuzberg quisieron hacer su propio equipo de futbol para tener a un representante que los enorgulleciera en el futbol del país adoptivo. Por ello, en 1978 nació el Kreuzberg Gençler Birliği (Unión de la Juventud de Kreuzberg) y ahí iban los turcos a jugar futbol para divertirse. Esa etapa les duró cinco años. Era hora de ponerse serios. Quisieron darle un nombre más turco y por eso en 1983 lo cambiaron a BFC İzmirspor, ya que la mayoría de los que jugaban ahí era de İzmir, nombre de la vieja Esmirna.

Demostraron valía desde el principio. En su primer torneo, ganaron la C-Klasse (quinta división) y ascendieron a la Landesliga Berlin (cuarta división). Dos años estuvieron en ese campeonato con grandes actuaciones y eso le valió llegar a la Amateur-Oberliga Berlin, tercera división. Esas grandes actuaciones en los campos berlineses empezaban a alegrar a los turcos de todo Berlín, no solamente de Kreuzberg, y todas las tiendas de turcos aportaban algo de dinero para que no les faltara nada. Ellos empezaron a ver que no eran solamente turcos de İzmir, sino de todo el país. Para un nombre más democrático y que reflejara que era toda Turquía, pidieron llamase Türkiyemspor en cuanto ascendieron a tercera.

Desde 1987 hasta mediados de los 90, el Türkiyemspor vivió sus épocas de gloria. Ganó tres veces seguidas la Paul-Rusch-Pokal, la copa para equipos amateurs de Berlín. Esas victorias le dieron el pase a la DFB-Pokal, donde lo más lejos que llegaron fue a la segunda ronda (1991-92). Un año antes, tuvieron la mayor frustración. Eran las últimas jornadas de la Amateur-Oberliga Berlin, y el Türkiyemspor estaba en una pelea palmo a palmo con el Tennis Borussia Berlin para el ascenso a la 2. Bundesliga. Tenían que apresurarse, porque con la unificación de Alemania sería más complicado ascender. Para esa recta final, el Türkiyem había fichado al polaco Piotr Podkowik, y llevaba siete partidos jugando bien. Sin embargo, un juez declaró que ese fichaje era ilegal de acuerdo con las reglas de la liga. Protestaron: la misma federación de futbol de Berlín le había dado el visto bueno, y los turcos no tenían la culpa. El daño estaba hecho. El castigo fue repetir tres de esos juegos apócrifos, que el Türkiyemspor ganó sin duda alguna. Así pues, el ascenso se definiría entre el TeBe y el Türkiyem. La ventaja era para los turcos, pues necesitaban un empate para ganar el campeonato. No se cumplió; los Weilchen destrozaron al Türkiyemspor 5-0, negando su ascenso.

A partir de ahí, el Türkiyemspor empezó un declive lento y doloroso donde tuvieron riesgo incluso de desaparecer por culpa de problemas financieros. Hubo años donde solamente mantuvieron activas las secciones femenil y juvenil. Desde el 2018 juegan en la Berlin-Liga (sexta división). ¿Y al equipo femenil? Ahora navega cómodamente en la Regionaliga Nordost (tercera).

Es cierto que su presente aún añora aquellos años donde casi se meten a segunda división, pero ahora se enfocan a las actividades fuera del campo. El fenómeno Türkiyemspor caló en equipos de la comunidad turca de varias ciudades de Alemania, como Mönchengladbach, Wuppertal (Düsseldof), Breuberg (Darmstadt) y Ransbach-Baumbach. También cruzó fronteras y ahora hay Türkiyemspors en Ámsterdam, en Londres, Estados Unidos y Australia. No solamente un club como el Bayern Múnich ha aceptado su invitación a jugar un amistoso, también clubes de la Süperlig han jugado contra el paisano, como el Trabzonspor y el Fenerbahçe. Hace ya tiempo que el Türkiyemspor ha dejado de considerarse como un club turco. Berlín es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, y el Türkiyemspor es un club cosmopolita con pasado turco… o al menos eso dicen sus fans.

El Türkiyemspor también ha probado ser el semillero de jugadores que luego la han roto en la liga turca. El ejemplo más claro ha sido el de Ümit Karan. Tras una temporada con el Türkiyemspor, fichó en 1997 con el Gençlerbirliği de Ankara, que por esas fechas estaba en segunda. En su quinta temporada, vistió el brazalete de capitán y ganó la copa. Eso fue suficiente para recalar en el Galatasaray y ahí estuvo ocho temporadas. Llegó incluso a ser convocado con la selección turca. No es el único: tenemos a Cemil Mengi (Çaykur Rizespor), Serkan Birtan (Eyüpspor) y Deniz Aydoğdu (Karşıyaka).

 

Ümit Karan

El Türkiyemspor no es el único club «turco» que ha dado de qué hablar. Hay ahora uno en Múnich que sí logró dar el salto al profesionalismo.

Türkgücü München: el representante en el futbol alemán profesional

Tres años antes del equipo de Kreuzberg, surgió el SV Türk Gücü a manos de migrantes turcos de Múnich. Se pensaba que el club estaría limitado a jugar en el futbol amateur de la ciudad, pero todo cambió cuando empresarios turcos le inyectaron dinero en 1983 y empezaron a escalar división tras división hasta llegar a la Landesliga de Bavaria (cuarta). Ahí, decidieron reforzar al equipo con jugadores no turcos. Gracias a esas incorporaciones, se metieron a la Bayernliga en 1988, un escalafón antes de la 2. Bundesliga.

En su primera temporada, tuvieron un inesperado sexto puesto, y la gente lo acompañaba, metiendo hasta 12.000 almas a un partido contra el TSV 1860 München. De visitante no estaban solos, con ellos estaba un contigente de mil aficionados. El Türk Gücu daba de qué hablar entre los turcogermanos y su fama rivalizaba con la del Türkiyemspor.

Se pusieron como meta ascender a segunda. Nunca lo pudieron hacer. Las suerte les empezó a hacer muecas serias. No solamente tuvieron una baja en el apoyo, debido precisamente a la «traición» de alinear también a no turcos. Llegó la televisión satelital, y la comunidad turca prefería ver los partidos de los tres grandes de la liga turca, que la de su club que iba en cuarta división. Poco a poco acudía menos gente, y eso impactaba en las finanzas del club. Esto acabó en 2001, cuando el club desapareció justo al caer a la quinta división.

Los jugadores de ese club difunto se negaron a dejar morir el legado y formaron un club, el Türkischer SV 1975 München. No fue lo mismo y el nuevo club cayó hasta la novena división. En 2009 fue su última temporada.

Había un club «hermano», el ATA Spor, que ni siquiera se animaba a logros más ambiciosos y se la pasaba en la octava división. Su directiva recibió una llamada del Türkischer. Si no hacían algo pronto, el futbol de la comunidad turcogermana correría peligro de desaparecer. Era mejor que ambos clubes unieran fuerzas para competir. Hecho. Así nacía el SV Türkgücü-Ataspor.

Funcionó. Los resultados empezaban a mejorar y llegaban los ascensos. En 2013 ascendieron de la Bezirksliga (séptima) a la Landesliga (sexta), donde otro ascenso en 2018 les dio el pase a la Bayernliga Süd. Estaban embalados y en esa misma temporada subieron a la Regionalliga Bayern, ahora con el nombre de Türkgücü München. De inmediato demostraron que no estaban solamente de paso y desde las primeras jornadas se pusieron dentro de los líderes, hasta que obtuvieron el liderato solitario. La pandemia por CoVID-19 puso un alto a todo el futbol y la Federación Alemana dio por terminadas todos los campeonatos amateurs y semiprofesionales. No quiere decir que no habría ascenso ni descenso; a la 3. Bundesliga ascenderían los líderes de las cuatro Regionalligas. El Türkgücü sonrió; le llevaba nueve puntos de ventaja al 1. FC Schweinfurt. Así, el Türkgücü se convirtió en el primer club de migrantes en meterse al futbol profesional en Alemania.

Con su casa provisional en el Olympiastadion (compartida con el TSV 1860 München), el Türkgücü se atreve a soñar con ser el segundo club en Múnich en disputar la Champions League. Tienen una identidad mitad turca (totalmente diferente a la alemana) y mitad bávara (totalmente diferente a la alemana también). Y eso que en los años 90, el Türkgücu era más turco que ahora. Buena parte del éxito meteórico es gracias a Hasan Kivran, un empresario turco que formó parte de los buenos tiempos del Türk Gücü. Aunque ha puesto cerca de un millón de euros de su bolsillo, se las ha ingeniado para no romper la regla de 50+1. Han empezado las pláticas con clubes turcos para colaboraciones, pero estas se harán realidad hasta que asciendan a 2. Bundesliga. La meta por ahora es ascender a más tardar en 2023.

¿Jugar por la patria adoptiva o por la de tu origen?

Como te decía antes, la reunificación alemana reavivó el debate sobre la inclusión de migrantes a la sociedad alemana, y eso incluyó al deporte alemán. Al ser la primera o la segunda comunidad más grande de Alemania, era cuestión de tiempo antes de que miembros de la comunidad turcogermana empezaran a destacar en clubes de la Bundesliga. Y en 1993 fue convocado el primer turco a la selección alemana: Mehmet Scholl. El apellido podría engañarte. Su nombre original era Mehmet Yüksel, pero sus papás se divorciaron cuando tenía cinco años y su mamá alemana se casó con otro alemán, apellidado Scholl.

 

Mehmet Scholl (1996)

El dilema viene cuando cumplen 23 años. La ley alemana de nacionalidad es muy estricta con la doble nacionalidad, y a esa edad, las autoridades les piden que se decidan por una. Ante el gran nivel de la Mannschaft, muchos turcogermanos mejor optan por la nacionalidad turca y jugar con los Ay-Yıldızlılar. Te traigo a los seleccionados turcos almancılar: Cenk Tosun, Halil y Hamit Altıntop, Hakan Çalhanoğlu, Nuri Şahin, Kaan Ayhan, Yunus Mallı y Hasan Ali Kaldırım.

 

Hakan Çalhanoğlu

Con el relajamiento de esas leyes de nacionalidad y con el incremento de la valentía, hay cada vez más turcos en la selección alemana. Además de Mehmet Scholl, te traigo más ejemplos igual de exitosos: Emre Can, İlkay Gündoğan, Suat Serdar, Serdar Taşcı y Mesut Özil.

 

Serdar Taşcı

En las selecciones femeniles también tenemos el mismo fenómeno. En la selección turca han jugado Melike Perkel, Selin Dişli, Arzu Karabulut y Ecem Cumert.

Polémicas envueltas

Aunque Mesut Özil e İlkay Gündoğan son miembros de la Mannschaft, jamás se olvidan de la patria de sus padres. Han hecho cuantiosas donaciones a la Media Luna Roja (la versión musulmana de la Cruz Roja), constantemente hacen alusiones a sus raíces turcas y han apoyado tácitamente al ejército turco en su campaña contra Daesh en Siria.

 

Mesut Özil e İlkay Gündoğan

Como una manera de acercarse a Turquía, ambos jugadores (uno en el Arsenal y otro en el Manchester City) se han acercado al presidente Erdoğan y se han tomado fotos cuando hizo una visita de estado al Reino Unido. El mismo Erdoğan fue el padrino de la boda de Mesut con su prometida, la modelo y actriz Amine Gülşe. Özil es alguien que jamás se ha quedado callado y ha estado en el ojo del huracán en tres situaciones:


İlkay Gündoğan con Recep Tayyıp Erdoğan

  1. Se atrevió a hablar públicamente sobre la situación de los uigures en los campos de concentración en China. Los turcos y los uigures tienen doble hermandad por ser musulmanes y pueblos túrquicos.
  2. Debido a la reciente pandemia por CoVID-19, el Arsenal invitó a que todos los jugadores se redujeran el salario en un 12,5%. De los pocos que se negaron fue Özil porque no le supieron decir en qué se usaría el dinero.
  3. Por la misma situación, el Arsenal se ha visto obligado a prescindir de los servicios de varios miembros del staff, entre ellos Jerry Quy, hombre que durante 27 años ha estado animando al club ataviado como el Gunnersaurius. En cuanto se supo la noticia, Özil propuso pagar su sueldo.

Mesut Özil con Erdoğan en su boda

Estos tres episodios han causado que Özil no apareciera en el róster con los jugadores que participarán en la temporada de la Premier League 2020-21 publicado esta semana. Aunque recibía toda la confianza de Arteta en el once inicial, desde la pandemia no ha aparecido. Stan Kroenke ha presionado para que sea borrado a pesar del contrato jugoso que tiene. No olvida que Arsenal tiene una participación cuantiosa en el mercado chino… pero bien que permitió que jugadores de raza negra apoyaran el movimiento Balck Lives Matter y Pierre-Erick Aubameyang se solidarizara con África por los episodios de violencia de la policía nigeriana. Negocios son negocios, y Özil es el principal afectado por esta doble moral de política pervertida por negocios.

Y esto es apenas una prueba del calvario que ha vivido en Alemania. Erdoğan no es bienvenido en esta sociedad por las actitudes matonas que ha tenido en el Medio Oriente, y periodistas y políticos no han dejado de quitar el dedo del renglón. Aunque Özil dio buenas actuaciones en Rusia, los aficionados alemanes no dejaron de echarle la culpa de que la Mannschaft fuera eliminada en primera ronda, algo que no ocurría desde 1938. El hecho de que no cantaba el himno alemán en los partidos tampoco ayudaba. Según Özil, el presidente de la Federación Alemana de Futbol, Reinhard Grindel, no le proporcionó el apoyo necesario ante tantos correos de odio, llamadas con amenazas de muerte y comentarios racistas en redes sociales. Por eso, al partir de Rusia, Özil anunció su retiro de la selección alemana diciendo: «Soy alemán cuando ganamos, pero soy migrante cuando perdemos».

 

«Özil y Gündoğan, váyanse ya a jugar con Erdoğan»

Özil es odiado incluso por turcos y turcogermanos. Los políticos turcos en Alemania pertenecen a partidos de izquierda, como el Partido Socialdemócrata (SPD, Sozialdemokratische Partei, SPD), los Verdes (Grüne) y Die Linke. Los más asimilados son más férreos opositores al régimen de Erdoğan, como Cem Özdemir. Y los turcos no lo quieren por dos razones: la primera es que son ultra nacionalistas: como  Özil escogió a Alemania antes que a Turquía, ya es un traidor; la segunda es el apoyo hacia Erdoğan, ya que el margen de victoria en las elecciones de 2018 fue menor en Turquía que en Alemania. En el afán de dejar contentos a turcos y a alemanes, Özil ha terminado por ser odiado por ambos.

 

Esta es la foto que enfureció a los turcos

Partidos entre alemanes y turcos

Turquía tradicionalmente tiene una rivalidad tremenda con Grecia por cuestiones históricas: Grecia tuvo dominio otomano durante 300 años, y ahora Erdoğan ha declarado mezquita a Hagia Sophia, el museo que empezó siendo una catedral ortodoxa. Sin embargo, en los últimos años, Turquía ha desarrollado una rivalidad fuerte con Alemania debido a toda esta situación ya descrita aquí.

Las selecciones de Alemania y Turquía se han enfrentado 21 veces en total, con un saldo a favor de los alemanes, con 14 victorias, cuatro empates y solamente tres derrotas, con 59 goles a favor y solamente 16 en contra. El partido más reciente ocurrió este mes, un amistoso que terminó con un empate a tres goles.

En clubes, aún es más alarmante la cosa. La primera serie donde se enfrentaron turcos y alemanes fue en la Copa de Campeones de Europa en la temporada 1961-62, cuando el 1. FC Nürnberg eliminó al Fenerbahçe en la primera ronda. La primera victoria de un turco sobre un alemán fue hasta la Copa de Ferias de 1965-66: un 2-1 del Göztepe al TSV 1860 München (segunda ronda). Tuvo que ser hasta 1992-93, cuando un club turco eliminó a un alemán: fue en la segunda ronda de la Copa UEFA, donde el Galatasaray eliminó al Eintracht Frankfurt. Ya había pasado en los cuartos de final de la Copa de Ferias 1969-70, cuando el Göztepe pasó sobre el Hamburg SV, pero aquí el club alemán se retiró.

 

Fenerbahçe 1-6 Bayern München

Sin contar esta temporada (duelo doble entre el RB Leipzig y el İstanbul Başakşehir en Champions League), ha habido 71 duelos, con 39 victorias para clubes alemanes, 21 empatas y solamente 11 victorias turcas, con 62 goles turcos y 147 alemanes.

 

Quizá el triunfo más sonado en los últimos años fue el del İstanbul Başakşehir en casa del Gladbach en la Europa League pasada

El futuro de la comunidad turca en Alemania

Con la escalada en la preocupación del terrorismo islámico, países como Alemania y Francia han externado su preocupación por la apertura de escuelas turcas en sus países. Los globalistas obviamente han protestado ante estas medidas. En Alemania la educación es gratuita, pero la comunidad turca sigue experimentando una reticencia a asimilarse en la sociedad germana. El Bundestag ha detectado una presencia del contenido pro-Erdoğan, e incluso políticos de partidos de izquierda no están tan de acuerdo con esta medida, sobre todo cuando hay más mezquitas que escuelas turcas. A partir del fallido golpe de estado en 2016 en Turquía, y la negativa de la Unión Europea proalemana en aceptar a Turquía, las relaciones entre Turquía y Alemania son bastante ríspidas. De todas maneras, Alemania tampoco puede prescindir totalmente de Turquía: en 2015 se dio cuenta de que Turquía es un jugador clave en el conflicto de refugiados de Siria.

La comunidad turca empieza a tener una dicotomía interesante: a partir de 2014 ha buscado integrarse más a Alemania, pero al mismo tiempo se niega a abandonar su cultura, su idioma, su religión y su identidad. En el futbol, la situación no varía. Almanyastan sigue produciendo talento nutrido por döner kebabs, y su destino es la élite, sea como turcos, sea como alemanes.

Fuentes

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La sociedad moderna de Turquía no se puede entender sin el aporte de su diáspora en Alemania, así como tampoco se puede entender sin la presencia de un hombre: el presidente Recep Tayyıp Erdoğan. Con la mente puesta en el Imperio Otomano, gobierna con puño de hierro desde Ankara, alzándose ahora como un jugador de respeto en el Medio Oriente. No ha tenido un camino fácil. Como Primer Ministro (2003-2014) tuvo que lidiar con una protesta ciudadana para evitar la aniquilación del parque Gezi en Estambul. Encontró mucha mayor resistencia porque todas esas barracas fueron enseñanza del futbol. Así es, normalmente los ultras de los equipos principales en la Süperlig, el Galatasaray, el Fenerbahçe y el Beşiktaş, tienen pésimas relaciones entre sí, pero por primera vez se unieron para salvar a la ciudad. La historia de esta unión improbable te la traigo en nuestra siguiente parada.

Recomendación musical 2

La comunidad turcogermana se ha adueñado del rap y del hiphop como una manera de hacerse escuchar en la escena musical alemana. Aquí tenemos a C Arma. Nacido en Stuttgart, ha jugado con ambos idiomas. Aquí tenemos la canción Yapma. Disfrútala.

Recapitulemos

México es a Estados Unidos lo que Turquía es a Alemania. La comunidad turca en Alemania llegó a finales del siglo XVIII, pero hasta 1961 hay una llegada más copiosa por la necesidad de mano de obra barata de Alemania. Aunque la crisis de 1973 creó una baja en la demanda, los turcos siguieron llegando. Oficialmente se tienen registrados 2,85 millones de turcos en Alemania (la segunda comunidad más grande), pero otros cálculos estiman hasta siete millones. No está integrada la comunidad ya sea por la simpatía hacia el régimen de Erdoğan y los prejuicios de alemanes, pero poco a poco se está revirtiendo la situación. En el futbol hay dos ejemplos de clubes turcos en Alemania: el Türkiyemspor en Berlín (fenómeno más cultural) y el Türkgücü en Múnich, el primer club migrante en llegar al futbol profesional. Por las leyes estricatas de nacionalidad, hay muchos turcogermanos que han optado por la selección turca (Tosun, Altıntop, Çakhanoğlu y Şahin), aunque otros eligen a Alemania (Özil, Can, Gündoğan y Taşcı). Özil ha estado en el ojo del huracán por orientaciones políticas y opiniones sobre la comunidad musulmana y por ello renunció a jugar en la selección alemana. Hay un dominio apabullante del futbol alemán sobre el turco, ya sea en clubes o selecciones. A pesar de las frías relaciones entre turcos y alemanes, la comunidad turca en Alemania sigue produciendo talento, como los döner kebabs.

Nos vemos la siguiente. Güle güle!

Sebastián Alarcón
Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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