HISTORIAL
CLASIFICÓ VÍA ELIMINATORIA
¿CÓMO JUEGA?
Otra de las selecciones que pasan por una clarísima etapa de transición, después de rozar el cielo en el Mundial de Rusia hace tres años, con las sucesivas retiradas internacionales de piezas capitales como Rakitić, Mandzukić, Subasić o Ćorluka. Por lo tanto, es uno de esos planteles extraños donde encontramos una mezcla entre la “vieja guardia” y una nueva hornada de futbolistas jóvenes que comienzan a adquirir galones. Dentro de que ha perdido calidad individual, ha ganado una mayor variedad ofensiva y Dalić cuenta con una paleta de recursos tremendamente variada, de esas que cambian dibujos y partidos sin ser necesario recurrir a las sustituciones. Sin embargo, por mucho que todavía sea la vigente campeona del mundo, sus opciones de título parecen remotas.
El modelo de juego sigue siendo similar, aglutinando la mayor parte del talento en mediocampo y hallando sus debilidades atrás. Como dictamina una de las máximas del fútbol, se ataca en función de cómo se defiende, y viceversa. Es decir, estamos ante una selección que sabe que no debe exponer a su defensa en duelos individuales a campo abierto, por lo tanto es tímida dentro de que su plan A incluye la premisa de que el rival no salga jugando cómodo desde atrás y, consecuentemente, no roba muchos balones comprometidos, lo cual le lleva a tener que atacar más en posicional –con el adversario ya reordenado– que en transición. De hecho, apenas cuenta con atacantes explosivos más allá de Ante Rebić, Mislav Oršić o Ivan Perišić, que no suelen coincidir sobre el césped, son armas valiosas pero sustitutivas para Dalić.
Su disposición táctica es de lo más variada y flexible dentro de esta competición, aunque sí es una de las que con casi total seguridad no alterará su habitual línea de cuatro zagueros. A partir de ahí, la diversidad incluye mayoritariamente el 4-2-3-1, 4-1-4-1 o 4-4-2 con mediocampo en rombo. No es extraño ver cómo, en función de si atacan o defienden, empleen una u otra estructura; siendo el rombo una opción bastante asidua para presionar, el 4-1-4-1 la distribución predilecta cuando Croacia repliega en campo propio y alternando el resto de sistemas en fases con pelota. Un claro ejemplo de adaptabilidad al rival, con piezas acostumbradas a la versatilidad, donde se evidencia que importan mucho más los roles que las posiciones.
A la hora de defender, más allá de dibujos, lo más común es vislumbrar dos planes diferenciados: el primero, más proactivo, estirando al equipo para tratar de impedir que el oponente progrese por dentro –de ahí el rombo para vigilar individualmente al mediocentro y los dos centrales si se enfrentan a un esquema con línea de cuatro, o un 4-3-3 que se empareje con los tres centrales rivales en salida de balón–, buscando habitualmente que reciban al pie los laterales del equipo contrario, a los cuales liberan de marcaje hasta que reciben. Después, hay diferentes formas de saltar hacia ellos –bien sea con los interiores croatas o con los laterales–, queriendo asfixiar cuando ya han orientado las salidas del contrario hacia afuera. El segundo plan, más reactivo y frecuente, consiste en olvidarse de la mencionada presión para juntar líneas a menor altura y poder protegerse mejor, cediendo la iniciativa. Cabe destacar que, salvo Kovacić o Pasalić, no es un equipo que se sienta cómodo repitiendo esfuerzos, por lo que les conviene estar ordenados y viajar así con el bloque unido para no partirse fácilmente. Tras pérdida sufren.
Al hilo de lo anterior, si bien es cierto que el caos no beneficia a Croacia, el orden y sus respectivos ataques posicionales también se le vienen atragantando bastante dada su calidad. Es decir, a pesar de aunar futbolistas de buen pie en términos asociativos, que deberían reconocerse para ocupar bien los espacios e irse retroalimentando con paredes o triangulaciones, se denota una falta de rodaje y mecanización en sus movimientos. Las circulaciones no siempre son fluidas –demasiado balón al pie, escaseando intervenciones a un toque–, algo llamativo para el perfil de sus piezas en 3/4 de campo, cayendo en la previsibilidad en varios partidos recientes. Por momentos muestra asimetría, siendo más profunda por izquierda que por derecha. Y, como recurso, cuenta con dos “9” como Petković o Budimir, de un rasgo similar e interesante pese a no ir sobrados de gol; porque mezclan corpulencia, buenos apoyos de espaldas –en eso el primero es un especialista– y no son lentos ni toscos para su envergadura. También puede jugar ahí Kramarić, que es más móvil y dinámico, o incluso han llegado a hacerlo con Perišić y/o Vlasić como segundas puntas en esquemas con dos delanteros.
XI TIPO
Sistema altamente moldeable (4-1-4-1 / 4-2-3-1 / 4-4-2 en rombo…), muchas variantes y movilidad de piezas. La asimetría no es un problema. Los dos centrales están acostumbrados a jugar en el perfil zurdo, siendo ambos diestros, y contando con poco rodaje juntos. Pero así lo viene probando Dalić en los amistosos previos a la Eurocopa.
FIGURA
LUKA MODRIĆ
Quizá no como el buen vino, porque no mejora con los años; pero sí como las flores perennes, porque tampoco se marchita. Nadie le discute la corona por mucho que siga sumando temporadas de muchísimo desgaste a sus espaldas. La gran mayoría de posesiones pasan por sus pies y, por tanto, la clarividencia ofensiva de Croacia depende en gran medida por lo que ocurra en una de las mentes más brillantes del torneo. Está llamado a ser el director de orquesta que mezcle todo tipo de envíos y conducciones o giros para poner a sus compañeros en ventaja. Un futbolista que cuenta con total libertad para moverse a la hora de atacar –puede aparecer cerca de los centrales, por delante de la línea de la pelota o caer banda, intercambiando carriles habitualmente para zafarse de marcajes individuales– y que, en fase defensiva, suele ser uno de los actores que comanden la presión. En el mencionado rombo, ha llegado a ocupar la mediapunta, incluso. Sacrificio, inteligencia y pizarra para estar lo más cerca posible de las zonas definitorias. También es el máximo mandatario de esta selección a balón parado.
PROMESA
NIKOLA VLASIĆ
Dentro de la amplia amalgama de mediocampistas polivalentes, el futbolista del CSKA es el trequartista que viene desempeñando más roles y ocupando zonas diferentes, por encima de Josip Brekalo. Este es el principal motivo por el cual parece una pieza titular para Dalić en un gran torneo, a sus 23 años. Interior, mediapunta, segunda punta o, incluso, falso extremo en ambos costados –con tendencia a abandonar la banda– y falso “9” –con tendencia a abandonar la punta–. Un jugador dinámico, que destaca por su capacidad asociativa, buena técnica y agilidad sin ser tan liviano, diestro pero con gran manejo de ambas piernas, capacitado para salir de situaciones comprometidas sin tanto tiempo/espacio y aclarar jugadas. Su gran “pero” es que se muestra algo intermitente en los partidos de Croacia, porque A sus cualidades también le respalda una buena productividad en lo referente a las cifras promediadas en la Premier League rusa: gol (11) cada 205 minutos y cinco asistencias en 26 duelos disputados.
ENTRENADOR
ZLATKO DALIĆ
A los pocos meses de llegar demostró de qué pasta estaba hecho, cohesionando un grupo de muchísimo talento en mediocampo, pero algo descompensado en otras demarcaciones. Esto, a día de hoy y a grandes rasgos, se mantiene. Lo que probablemente sí haya cambiado son las expectativas en torno a una selección que, exceptuando en Francia 98´ (3er puesto), desconocía lo que era pasar de la fase de grupos en un Mundial. El listón está demasiado alto como para mantener las mismas prestaciones, pero, en cualquier caso, los números le avalan como el técnico que ha llevado más lejos a Croacia en su historia. Y antes de arribar en tierras balcánicas, el director bosnio ya sabía lo que era tocar metal a nivel de clubes, en dos continentes distintos: la Superliga 07/08 con el Dinamo Tirana (2º club más laureado de Albania), la Saudi Professional League 12/13 con Al-Hilal Riyadh (equipo con mayor palmarés del país) y la Arabian Gulf League 14/15 con Al-Ain FC (club con más campeonatos en los Emiratos Árabes Unidos).