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HISTORIAL

¿CÓMO CLASIFICÓ?

ANÁLISIS

Marruecos se presenta a la Copa del Mundo como un combinado volátil, capaz de cambiar de seleccionador a solo dos partidos de la gran cita en Qatar 2022. En todo caso, Walid Regragui se ha encargado de mantener una línea continuista respecto a su predecesor. Con balón, partiendo de un esquema en 4-3-3, es un equipo dinámico cuando logra llegar a campo rival. Aquí es un conjunto divertido, porque sus jugadores lo son. Individualmente tiene jugadores dinámicos y elásticos en espacios reducidos o medios, como Hakim Ziyech o Soufiane Boufal. En general, es una oncena que empieza queriendo atraer rivales desde un sector, cambia el juego hacia el contrario y fluye a través de sus talentosos atacantes. La capacidad de desborde de sus extremos, imprevisibles y creativos en situaciones de 1 vs 1, le da toda la claridad al equipo en el último tercio.

Por si fuera poco, en campo rival, la idea de juego se ve potenciada por cierto dinamismo en las posesiones y la personalidad de sus jugadores. No son pocas las veces que Ziyech aparecerá por dentro para generar superioridades, o que Achraf romperá hacia carriles centrales para generarle espacio al propio extremo del Chelsea, o que uno de los interiores aparecerá en zonas cercanas a la banda para ocupar espacios libres. En fase de inicio pueden llegar a sufrir, pero en el último tercio son bailarines dispuestos a danzar sobre una pista de ballet.

Sin balón, el sistema en 4-3-3 pocas veces se torna en un 4-5-1 a pesar de defender generalmente en una altura media. Es un equipo que se crece a partir de las marcas en pasillo interior, emparejados a través de vigilancias individuales, en donde los extremos intentan orientar de fuera hacia dentro para recuperar después en dicha zona. No obstante, esto tiende a generar ciertos desajustes defensivos cuando el extremo no llega al jugador externo rival y el lateral se ve forzado a salir de zona y su espalda queda expuesta a cualquier tipo de ruptura. Es, en todo caso, un equipo atrevido sin balón que seguro variará de idea ante equipos dominantes a través de la pelota.

En estos casos, contra equipos más asociativos con posesión alta de balón, Marruecos parece mostrar ciertas dudas a la hora de plantar un repliegue que tape correctamente los pasillos interiores. Es un equipo que invita casi siempre a la filtración, con centrales obligados a salir constantemente de su zona y que puede llegar a sufrir si se supera esta línea de medios. La estabilidad del bloque se ve en entredicho ante mediapuntas con buena capacidad de giro en pocos metros.

Sin embargo, contra otro tipo de rivales, Marruecos se presenta como un equipo que fía su recuperación a los duelos y que no tiene miedo en correr riesgos para recuperar pronto. Sus medios, en marca, invitan a la filtración de los centrales sobre jugadores entre líneas del equipo rival, sacando a centrales de zona y generando tantas dudas en la derrota como certezas en la victoria. La fuerza de los zagueros en estos anticipos o la clarividencia para ocupar espacios de Amrabat como mediocentro, son los que regalan cierto equilibrio a la idea sin balón del colectivo.

XI TIPO

FIGURA: HAKIM ZIYECH

Sin ser una dependencia absoluta lo de Marruecos para con Hakim Ziyech, el extremo del Chelsea sí es uno de los pocos jugadores capaces de determinar encuentros a favor en último tercio. Su calidad para generar desajustes rivales a partir de sus movimientos con balón, ya sean por dentro o por fuera, le suman dinamismo a un sector donde las incursiones de Achraf Hakimi se contarán por cantidad y por calidad. La forma en que el extremo se entienda con su compañero de banda pueden llegar a consolidar una de las relaciones de mayor potencial para los de Walid Ragragui.

PROMESA: ABDESSAMAD EZZALZOULI

Dentro de la verticalidad exterior a la que nos tiene acostumbrada Marruecos como tónica general, y partiendo generalmente desde el banquillo, cabe prestar atención a lo que pueda hacer ‘Abde’ Ezzalzouli en la Copa del Mundo. Extremo ansioso por el 1vs 1, con un escaso entendimiento táctico pero capaz de revolucionar cualquier encuentro con sus conducciones, su explosividad y la facilidad para generar situaciones de desborde en cualquiera de los dos perfiles. Canterano del Hércules español, su club en propiedad es el FC Barcelona y está cuajando una más que notable temporada en su año de cesión al Osasuna. Puede jugar en cualquiera de las dos bandas.

ENTRENADOR: WALID REGRAGUI

Después de tres años a cargo del combinado marroquí, el pasado 11 de agosto dimitió Vahid Halilhodzic y abrió paso a la etapa de Walid Regragui, quien tampoco ha podido disputar dos amistosos (un empate contra Paraguay y una victoria contra Chile) como preparación para una Copa del Mundo. Empezó su periplo por los banquillos como asistente de Rachid Taoussi en la selección marroquí, para luego pasar por el FUS Rabat (seis años), el Al-Duhail (media temporada) y el Wydad (un año) antes de asumir este nuevo rol. En estos años como entrenador de clubes cosechó una liga catarí, una copa marroquí, dos ligas marroquíes y la Champions League africana.

Manu Escuder
Manu Escuder
Periodista, analista y scout. Formando y formándome. También escribo en Revista Panenka.

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