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HISTORIAL

¿CÓMO CLASIFICÓ?

ANÁLISIS

Louis van Gaal le ha hecho mucho bien a la Oranje, una vez más. Sin excesivo talento, especialmente arriba, ha conseguido darle muchísima identidad en poco tiempo a los suyos. Patrones de juego muy bien definidos, con detalles colectivos o individuales que, pese a partir siempre de un 3-4-3, no la convierten en fácil de maniatar, aún a sabiendas de lo que intentarán en muchos casos. Llegan en un gran momento, invictos desde que Louis cogió al equipo, pero la Oranje aún se está terminando de mecanizar. Probablemente, la selección europea que más ha cambiado y ha crecido desde la Eurocopa hasta el Mundial, aunque con matices que se podrían perfeccionar a base de rodaje. No obstante, ya se sabe que, tras este Mundial, el seleccionador dejará el puesto para que Ronald Koeman vuelva a asumir las riendas de una Países Bajos a la que estaba llamado a dirigir en la Eurocopa 2020, pero que no terminó comandando por haberse pospuesto la cita al verano de 2021 por la pandemia.

Volviendo a lo que ha construido el hombre que les guió hasta las semifinales del 2014, vale la pena apuntar que mantiene bastantes similitudes respecto a aquel certamen, aunque ya sin la particularidad de contar con un especialista en parar penaltis como fue un Tim Krul todavía activo, pero ya fuera de la selección. Y no por un tema de que a Van Gaal le importe la edad, en absoluto. Su portero titular podría ser un Remko Pasveer que debutó en septiembre, a sus 38 años y que suma solo dos internacionalidades; o un Andries Noppert (Heerenveen) que aún no ha debutado con la Oranje. Como no podía ser de otra forma, el guardameta no es el único jugador del Ajax en la lista, sino que el once, con total seguridad, estará comandado en número por una columna vertebral que se conoce de convivir cada día en Ámsterdam: Jurriën Timber, Daley Blind, Steven Berghuis, Davy Klaassen y Steven Bergwijn. Si no todos titulares, los seis están llamados a ser pesos pesados.

Su estilo se basa en el dominio desde la tenencia de la pelota, siendo muy rigurosa tácticamente cuando no la tenga para tratar de recuperarla, pero cobrándose a cambio las libertades posicionales que demandan Frenkie de Jong, Memphis Depay (llega con problemas físicos) y compañía para sacar a relucir sus virtudes. Con el delantero del FC Barcelona como punta o «falso 9», en detrimento de otros perfiles más corpulentos como Luuk de Jong, Vincent Janssen o Wout Weghorst –que le darían más calidad para salir en largo–, su premisa fundamental se basa en salir en corto desde atrás, pero sin renunciar a la verticalidad. Son un equipo muy preocupado en incitar al rival a que le presione alto, para después escalonarse y transitar rompiendo líneas en conducción o con pases filtrados. En este sentido, Frenkie es un futbolista capital, al que se ve disfrutar como un niño vistiendo la elástica de su país. Casi siempre ve la jugada de cara y tiene vía libre para acercarse a los centrales y ser uno de los primeros aceleradores de juego desde la base.

Pero cuando no consiguen que el oponente se estire, también tienen mecanismos engrasados para percutir en bloques medios-bajos más pasivos. Ese es uno de los principales motivos que explican la controvertida decisión de contar con Nathan Aké y Timber como centrales exteriores titulares en lugar de Matthijs de Ligt. El del Man City y el del Ajax son mucho más que centrales con importancia en salida de balón, son verdaderos constructores de juego, que conducen con mucha osadía, filtran pases por dentro y ganan muchísima altura hasta pisar zonas propias de interiores. También es habitual ver cómo se abren para pisar zonas de lateral, mientras Frenkie compensa siendo un centrocampista que desciende mucho en un inicio, pero también termina acompañando la jugada hasta el balcón del área rival. Rango de acción amplísimo. Es recurrente y efectivo que, cuando Timber y Aké avanzan hasta esas zonas, filtren pelotas muy dañinas y difíciles de defender, sobre todo pases diagonales de fuera a dentro, hacia los que trazan desmarques de ruptura.

Otro rasgo distintivo es la diferencia entre sus carrileros. Mientras Blind se mantiene en altura media como un jugador de apoyo para salir –yendo por dentro en ocasiones—, además de ser otro pasador del corte de los centrales mencionados, Denzel Dumfries ejerce más como un extremo enfocado en dar profundidad y esperar a que el juego gire de izquierda hasta su carril diestro. El del Inter marca diferencias con sus desmarques a la espalda de la defensa rival, una labor más propia de Bergwijn o Gakpo que del propio Blind. Memphis, por su parte, es el punto de apoyo para conectar entre líneas, sacar centrales de zona, girarse y dibujar últimos pases. Un rol que le va como anillo al dedo y que resulta de lo más complementario con los mencionados rupturistas que disfrutan atacando en profundidad. Mezclan bien apoyos y rupturas para atacar intervalos y ganar línea de fondo.

Todo fluye y la repartición de alturas y carriles está presente: es una verticalidad bastante diagonal. La figura menos definida es la del centrocampista restante, la que probablemente le hubiese pertenecido a Wijnaldum de haber estado disponible y a buen nivel, siendo un especialista para recorrer metros desde esa segunda altura. Si bien Klaassen tiene un perfil con similitudes para aportar llegada al área rival y fijar en zonas altas, además de un Berghuis reconvertido de extremo a mediocampista como la opción más asociativa para intervenir mucho en zona de creación o aceleración, Marten de Roon resulta el de mayores dotes defensivas. Sin embargo, Teun Koopmeiners es el perfil más completo de todos. El de la Atalanta tiene un buen rango de pase en la base, está acostumbrado a soltarse mucho y marcar goles en la Serie A, además de contar con el sello de Gian Piero Gasperini en lo que a presión se refiere.

También hay que hablar de cómo defiende esta Países Bajos a nivel colectivo. No se trata de una selección que ahogue al rival muy arriba ni de forma especialmente agresiva, pero sí que tiene estudiada la forma de orientar a los centrales rivales hacia donde menos les convenga: a grandes rasgos, hacia su pierna menos hábil o enfocándose en que los laterales reciban abiertos, al pie y sin compañeros libres. Después, en línea de mediocampo, empareja mucho hombre a hombre y trata de defender en prácticamente todo momento hacia delante. Los centrales acompañan y salen lejos, tranquilamente hasta zona de mediocampo, para que no haya receptores rivales libres entre líneas. Rara vez dejan flotar a los trequartistas del otro equipo. Si eso sucede, será por un desajuste no intencionado. Activarse tras pérdida es otro intangible necesario para que un equipo que ataca con tanta alegría, con permutas y jugadores que se exponen bastante en términos posicionales, no sufran teniendo que correr tanto hacia atrás. Y como Van Gaal sabe que eso, en mayor o menor medida sucederá, es otra justificación del porqué De Ligt no es titular; no por una cuestión de talento defensivo, sino por características, para corregir. En definitiva, una selección divertida para el espectador neutral y muy coral, que sin una grandísima plantilla, sí está consiguiendo potenciar a casi todos sus virtuosos.

XI TIPO

FIGURA: VIRGIL VAN DIJK

A Países Bajos no le faltan contendientes a este galardón imaginario. En la última Eurocopa, con el zaguero del Liverpool lesionado, fueron Frenkie y Memphis quienes se lo disputaron. Dos jugadores que, a nivel de selecciones, brillan muy por encima de lo que lo hacen en el FC Barcelona. Pero, la realidad, es que Van Dijk tiene unas cualidades fascinantes cuando juega a su máximo nivel, lo cual no está sucediendo en un inicio de 22/23 bastante más errático de lo que acostumbra. Zancada sobrehumana, técnica y lectura defensiva, explosividad a campo abierto, una agilidad sorprendente para su altura, impasable en el uno contra uno por lo bien que se perfila y una frialdad mental cpara no precipitarse a la hora de realizar entradas –algo contemplativo a veces–. Lo tiene prácticamente todo, incluida una gran técnica con balón y un envío diagonal en largo que puede ser oro para activar en situaciones de uno contra uno a Dumfries, Gakpo o Bergwijn. Aunque, por ponerle algún «pero», también tiene excesos de confianza que le han jugado alguna que otra mala pasada, especialmente a nivel de posicionamiento. Va muy sobrado, para lo bueno y, minoritariamente, para lo malo.

PROMESA: CODY GAKPO

De pequeño, Cody Gakpo es un competidor nato a sus 23 años con una dosis inusual de liderazgo. En la era donde muchos jóvenes se precipitan en dar un salto competitivo en su carrera y la mayoría pierde confianza por falta de minutos, el capitán del PSV está fraguando su carrera a fuego más lento y no solo es estrella e ídolo en Eindhoven, sino que, directamente, siente el equipo como suyo. El extremo izquierdo o mediapunta ha cambiado ya muchos partidos importantes en estos años, echándose el equipo a su espalda. Además, su arranque de curso es fascinante a nivel de cifras. Un fiel reflejo de que, por mucha envergadura que tenga (1’87m), el desborde no entiende de estatura. Autosuficiente, vertical, plástico y malintencionado como él solo; con recursos técnicos en espacios ciertamente reducidos por dentro, combinados con una zancada que le hace ser de todo menos lento. Un acelerador de ataques con sus muchas y largas conducciones en el PSV –allí es más «todocampista»–, pero más enfocado en marcar diferencias con desmarques y menor cuota de balón en esta selección neerlandesa, donde es más delantero y menos cerebro. Su colmillo en el último tercio, algún buen remate de cabeza cuando carga el área y su gran disparo de derecha recargado en el perfil izquierdo hacia el palo más alejado, le convierten en el potencial máximo goleador de su selección, que viene siendo cosa de Memphis desde hace varias temporadas. Algo individualista en ocasiones, pero está ganando gran capacidad de último pase, centro o envíos muy tocados a balón parado. Y, por si fuera poco, el sacrificio defensivo tampoco lo negocia.

ENTRENADOR: LOUIS VAN GAAL

Canterano de aquel gran Ajax de los años 70′, sin sitio en un mediocampo comandado por Johan Neeskens o Johan Cruyff, emigró como futbolista hasta el Royal Antwerp belga o Telstar portugués, antes de regresar a Países Bajos para quitarse la espinita vistiendo la elástica de Sparta Rotterdam y AZ. Fue precisamente en Alkmaar donde, meses antes de colgar las botas, lo compaginó dando ya sus primeros pasos como técnico asistente, para después pasar a hacerlo como primer DT en las inferiores del propio Ajax. Allí llegó su gran obra como entrenador, comenzando como segundo de Leo Beenhakker, para terminar dirigiendo en 281 ocasiones (192 partidos ganados) al hegemónico equipo de Ámsterdam. En esos casi seis años (1991-97) en el cargo, se convirtió en el tercer estratega más longevo del histórico club neerlandés tras mitos como Rinus Michels y Jack Reynolds, ganando tres veces la Eredivisie, la Copa de la UEFA de 1992 y la Champions League de 1995, última del club.

Después de tocar el cielo en Países Bajos, dirigió al FC Barcelona post Bobby Robson para acabar volviendo a su país como seleccionador, donde ha entrenado hasta en tres etapas. La primera, entre 2000 y 2001, sin disputar ninguna cita grande. La segunda, entre 2012 y 2014, colgándose la medalla de bronce en el Mundial de Brasil. Entre medias, volvió al AZ Alkmaar para conquistar la única Eredivisie del club en este siglo, con el mejor registro histórico de la entidad. En esta tercera estancia llega invicto, tras asumir el cargo luego de la decepcionante Eurocopa disputada en el 2021 y después de ni siquiera conseguir clasificarse al Mundial de 2018. Padeció y superó un cáncer de próstata en este proceso, aunque hizo público que dejará el cargo tras Qatar 2022. Un personaje que no deja indiferente a nadie, famoso por su célebre “tú siempre negativa, nunca positiva” para referirse a un periodista durante su estadía en el equipo culé; por el vengativo capítulo del fax que truncó el fichaje de David de Gea por el Real Madrid cuando dirigía al Manchester United, o por salir a las ruedas de prensa últimamente con un café en la mano.

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Iñaki María Avial
Periodista · 1997 · España | Kaká me enseñó desde San Siro que en el fútbol la magia importa, Gerrard se fue a Estambul a confirmarme que la mentalidad prevalece. También soy `Chiellinista´. Delante de un micrófono, como dijo Michael Robinson, "estoy muy ocupado, pero no siento que esté trabajando".

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