Arabia Saudita 1-2 México: Quedará el sabor de boca

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México se quedó a un solo de gol de clasificarse para los ocatvos de final de la Copa del Mundo. Los mexicanos vencieron a Arabia Saudita por 1-2, realizando su mejor partido de los tres disputados y haciendo mértios suficientes para pasar. Pero finalmente, entre la actuación en portería de Mohammed Al-Owais -otra más- y  la ansiedad por hacer el gol que les diera el pase, se quedó a las puertas. De esta forma, mexicanos y saudíes dicen adiós a la Copa del Mundo. Ahora bien, unos siendo claramente superados por su rival y otros con la sensación de haberse vaciado hasta el final. Decepción, pero con sabores de boca muy distintos. 

Los dirigidos por Gerardo Martino mostraron contra Arabia Saudita su cara más ofensiva de lo que va de Mundial. Sabiendo que no le servía otra cosa que fuese ganar (y a poder ser, goleando), México salió a por el partido desde el primer momento. Martino dispuso a su equipo en 4-2-3-1, introduciendo a varias caras nuevas respecto al partido contra Argentina (Jorge Sánchez, Edson Álvarez, Orbelín Pineda y Henry Martín), que acabarían siendo claves en el desarrollo del juego. Jugando en campo de Arabia Saudita desde muy pronto, los mexicanos atacaron con Edson Álvarez incrustado en línea defensiva, ambos laterales muy altos, Chávez en la base, Lozano y Vega por dentro junto a Pineda y Henry Martín en punta. De esta forma, con los laterales tan altos gracias a la posición de Edson, México siempre dispuso de dos hombres para atacar a lo ancho el bloque de Arabia Saudita y llegar arriba con opciones de centrar al área. Aun así, el mayor foco de peligro del Tri -durante todo el partido, no solo el primer tiempo- recayó en Hirving Lozano. El extremo del Nápoles destrozó a Arabia Saudita recibiendo en carril intermedio, girándose y acelerando los ataques.

Arabia Saudita encontró problemas para ser competititiva desde el principio. Los saudíes salieron a defender en un 4-1-4-1 en bloque medio (que por momentos pasaba a 4-4-2 en función de la posición de Kanno, el mediocampista más cercano a Al Sheri), pero fueron totalmente superados por México. La posición tan alta de los laterales mexicanos generó dudas al bloque saudí, pues los laterales quedaban en inferioridad y el rival generaba fácil superioridades por fuera. Tan es así que en ciertos momentos tuvieron que defender en línea de 5, siendo Al-Dawsari quien seguía a Jorge Sánchez, perdiendo amenaza ofensiva con su mejor jugador tan atrás (apenas sumaron salidas). Sin embargo, quien sí estuvo a la altura volvió a ser Mohammed Al-Owais. Cubriendo la espalda de la línea defensiva, una que siempre que puede busca tirar el fuera de juego, el portero saudí fue capital para que México no sacara ventaja del espacio entre defensas y portero. México fue mejor y tuvo ocasiones para marcar, pero se llegó al descanso con 0-0 y todo por decidir. 

En el descanso, ambos técnicos intervinieron. Martino dio ingreso a Uriel Antuna por Alexis Vega, añadiendo verticalidad a su idea y pasando a Hirving a la banda izquierda; y Renard sustituyó a Al-Hassan por Madu, devolviendo a Abdulhamid al centro del campo (jugó de lateral izquierdo los últimos 10’ del primer tiempo por lesión de Al-Bulaihi). Pero no hubo tiempo a exponer las cartas. Cuando solo se habían jugado 2 minutos del segundo tiempo, Henry Martín adelantó a México en una jugada de estrategia. Tras el gol, Arabia Saudita quedó paralizada y, por si fuera poco, Luis Chávez marcó un golazo de falta directa 4 minutos después. Con Argentina ganando por 0-1 en ese momento, los 2 goles en 5 minutos hacían que México soñase en la clasificación. Con aun más de media hora por delante, sabían que había llegado su momento.

Argentina hizo el 0-2 y a México le valía con un gol. En este tramo, México siguió atacando como estaba haciendo, generando mucho volumen ofensivo y no permitiendo que Arabia saliese de su campo (muy bien Edson Álvarez en las vigilancias). Fue entonces cuando parecía que el propio goteo de llegadas iba a desembocar en el 0-3. Pero se juntaron varios factores para que no fuese así. Primero, la actuación de Al-Owais, el mayor argumento de los saudíes para mantener el resultado, parando todo bajo palos sin conceder rechaces muertos; segundo, el equilibrio de la línea defensiva saudí, que dejó varias veces en fuera de juego a los jugadores mexicanos (dos goles de México fueron anulados por ‘offside’); y después, la precipitación del Tri. México atacó bien y dispuso de ocasiones suficientes para marcar, pero, como es lógico por el estrés mental del momento, le faltó pausa y tomar mejores decisiones en el último tercio. A pesar de Orbelín Pineda, muy fino moviéndose por dentro y enlazando ataques, y ‘Chuky’ Lozano, que firmó una actuación memorable siendo el motor ofensivo de su selección del 1’ al 90’. Para el último cuarto de hora, entraron Raúl Jiménez y Charly Rodríguez (por Henry Martín y Orbelín Pineda), pero no acabaron de llenar el vacío de los sustituidos y el ‘momentum’ de México fue apagándose poco a poco. En el añadido, con el partido ya roto, el gol de Salem Al-Dawsari y el final del Argentina-Polonia prácticamente les dejaron sin opciones. Les seguía valiendo un gol, pero ya era demasiado tarde para creer. Tendrán que esperar a 2026.

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