Golpear primero puede significar golpear doblemente. El madrugador tanto de Ousmane Dembélé, evitando la presión del Arsenal casi a la primera, sacudió el optimismo del Emirates. El PSG disfrutó durante el primer tramo y jugó con el estrés del adversario después. Aunque el Arsenal no encontró fluidez para maniatar al equipo parisino, sí halló la forma como para equilibrar el duelo. Tanto que dispuso de más oportunidades de gol e igualó la posesión al final (48-52). Pero no lo suficiente como para asfixiar a un PSG que administró el 0-1, no sufrió en exceso y, cuando se acercaba al abismo, su arquero escondía cualquier porosidad.
Luis Enrique «Gran trabajo defensivo hoy de los puntas, gran trabajo ofensivo y defensivo de los mediocampistas. No puedes venir a jugar a casa del Arsenal y empezar a cuestionar cuántos esfuerzos haces. Hemos mostrado una versión muy buena con balón, y una versión mucho mejor sin balón, con muchas ayudas».
Se puede afirmar que las semifinales de la Champions League no coinciden con un buen momento en el estado de la plantilla de Mikel Arteta. La sanción de Thomas hizo modificar al vasco la solución encontrada en Mikel Merino como punta del equipo ante las prolongadas lesiones de Havertz y Gabriel Jesus. También Kiwior repitió titularidad ante las lesiones de Calafiori y Magalhães. Pero el presente no espera a nadie. Y el PSG tampoco.
Antes de que los gunners se impregnaran del ambiente positivo que emanaba el Emirates, Dembélé apareció. Apareció en tierra de nadie porque antes el PSG había juntado en derecha varios pases y después había tenido que retroceder (imagen 1). Mejor dar un paso atrás que estrellarte ante un muro y perderla.
Imagen 1, 30» antes del gol. Se comprueba también la estructura (habitual) de 3+1 en creación. Un rombo que sirve tanto de red de seguridad como para circular cómodo en zona media. Marquinhos (central derecho) y Pacho (central núcleo) volvieron a ser elementos constantes, aunque también Mendes (central izquierdo) y Vitinha (mediocentro) fueron más habituales que en otros encuentros.
El pase atrás invitó a presionar a los londinenses que iban con Trossard y Ødegaard a por los centrales. Pero si el noruego iba con un central, dejaba en inferioridad numérica a los dos mediocentros gunners. Con Fabián y Vitinha atraían a Rice y Merino y les sacaban del centro, mientras Neves y Doué fijaban a central y lateral izquierdo. Martinelli no priorizó tapar dentro y quedó fuera (Hakimi).
Imagen 2: Fabián y Vitinha -centrados- limpian el espacio por dentroImagen 3: Dembélé recibe con tiempo por posicionamiento de Hakimi abierto y Doué-Neves arriba
Donde momentos antes había congestión, ahora había tiempo y espacio para el falso nueve parisino. Después, la conducción como arma táctica. Primero (Dembélé, imagen 4) para juntar por dentro antes de soltar a la banda. Segundo (Kvaratskhelia, imagen 5) para juntar dentro del área y generar espacio en la frontal. La definición de un balón que viene botando, con la zurda y que besa el poste alejado de Raya es del nivel exigible a esta competición. Un tanto que puede significar estar en Múnich el día 31 de mayo.
Imagen 4Imagen 5
Los movimientos de Dembélé por zonas medias eran compensados por João Neves, que se movía por las cercanías de los centrales. También, la posición más interior de Achraf Hakimi cumplia la doble función de concentrar elementos asociativos en el perfil derecho y, como centraba la atención de Martinelli, le permitía a Doué tener más oportunidades de estar mano a mano con Lewis-Skelly.
Mikel Arteta: «Nos costó 10 minutos levantarnos del gol. Hemos tenido problemas en la presión alta. Es un equipazo, han llegado aqui por meritos propios. Están en su mejor momento. En el momento en el que hemos asentado cosas, hemos sido mejores, pero Donnarumma ha sido diferencial. Si quieres estar en una final de Champions, tienes que hacer algo excepcional y tocará hacerlo en París».
El Arsenal equilibra pero no iguala
Después de un cuarto de hora en el que el PSG, gol aparte, consiguió acumular un 67% de posesión, el Arsenal ajustó la presión. O dejaban a Pacho o Nuno sin marca para que recibiese, o si saltaban a presionar de forma individual alguien (un central) estaba atento a las recepciones de Dembélé. Y el PSG dejó de llegar tan cómodo a campo rival, aunque Doué y Kvaratskhelia intercambiasen de banda y Fabián-Vitinha-Neves trocasen de posición.
El Arsenal empezó a equilibrar la balanza de posesión, aunque sin revertir por completo el dominio. Arteta usó a Lewis-Skelly por dentro como acompañante de Rice en el doble pivote, dejando a Merino, a más o menos altura, desdoblando la posición del joven inglés. Pero ni el zurdo tuvo en ocasiones capacidad a la hora de orientar los controles, ni el resto de gunners sortearon a menudo las persecuciones del PSG.
Salvo Merino, Saliba, Rice y un discontinuo Saka , pocos gunners estaban por encima de sus contrincantes directos. Algunos como Timber (superado al principio), Kiwior, Trossard, Martinelli (emparejado a menudo con Marquinhos) y Ødegaard (muy tapado por Vitinha) se quedaron cortos. Y sin minutos para Sterling y con Nwaneri saliendo en el 90′, Arteta dio a entender que lo mejor ya estaba sobre el campo. Al Arsenal le quedó el juego directo y la presión para llegar a campo rival.
¿Por qué un gol?
Con los dos equipos siendo extremadamente solidarios, las defensas se impusieron más veces que las delanteras. También este PSG tiene capacidad para bajar decibelios al ruido a través del pase, no correr todos los contraataques y buscar una asociación en apariencia intrascendente. Pero si el 0-1 se mantuvo fue por una gran atajada de Raya a Doué en la primera parte, porque en la segunda Saliba se cruzó ante un inminente chut de Hakimi, y porque Neves (alto desde la frontal), Barcola (cruzó demasiado) y Gonçalo Ramos (travesaño) malograron sus ocasiones. El ariete portugués entró en los últimos 15 minutos por Doué, que era quien se había colocado como delantero cuando Dembélé se marchó con molestias.
Y si el Arsenal no igualó el partido fue por lo romo de la mayoría de sus ataques (sin finura para combinaciones rápidas, ni amenaza en los centros laterales, ni capacidad para llegar a línea de fondo) y porque a balón parado no acertaron de forma legal. También porque el triángulo central Vitinha-Marquinhos-Pacho es tan sólido como la candidatura del PSG a campeón de la Champions o porque los laterales y los atacantes parisinos son un gran soporte al entramado defensivo, al igual que la pareja de interiores Fabián y Neves.
El interior portugués merece mención aparte. Su cruce en el área pequeña ante Merino, a punto para embocar, es de valor gol. Evitó otra acción similar en la segunda parte metiendo el pie en última instancia ante una conducción de Saka en la frontal. El ex del Benfica, de 20 años, hace jugar (35/40 pases, 3/3 en pases largos, 2 pases clave) y derrocha esfuerzo (7/10 duelos defensivos). «Puro Luis Enrique».
Pero en el Emirates quien volvió a ser decisivo con sus guantes fue Donnarumma. Otro encuentro de alto nivel en esta Champions League del guardameta de Castellammare di Stabia. como ya hiciera en la noche de Liverpool y de Birmingham. Su 1.23xG evitados con cinco paradas permiten a los parisinos llegar con ventaja al Parc des Princes. La mano abajo a Martinelli justo antes del descanso y otra parecida a Trossard (que le cogió la espalda a Neves) en la reanudación bien merecen una victoria en Londres.
Rafa Medel es entrenador (UEFA A) y Periodista. Autor de "Fútbol en Blanco y Negro" (Librofutbol, 2022), trilogía que repasa la primera centuria de este maravilloso deporte.