Barcelona 4-4 Atlético: ser suficiente pero no bastante

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En el encuentro de semifinales de la Copa del Rey, el Barça pisó mucho más el campo y el área rival. También tuvo más tiempo la pelota, incluso en el último cuarto de hora. Fue capaz de levantar un 0-2 y anotar cuatro a un equipo que en la Liga española solo ha encajado 16 tantos. Pero también es verdad que se le escapó en la orilla. De nuevo, como en el enfrentamiento liguero entre ambos, se le escapó al final. Fue suficiente para remontar un 0-2, pero no bastante ¿maduro? ¿eficaz? ¿conservador? ¿bueno? para cerrar con victoria.

Enfrente, un Atlético que vacunó a su rival con alarma prefijada: dos al principio y dos al final. Con ramalazos de carácter, soñó de primeras con una noche apoteósica para celebrar un empate sobre la bocina. Por el camino, sobre todo en el primer tiempo, a los colchoneros se les olvidó que había otra portería en el campo. Que no basta acumular elementos atrás para defender bien, sino que tarde o temprano, has de encontrar el camino para amenazar arriba. Y que, aunque luego pueda parecer sencillo, no es fácil derribar de la ola positiva al rival. Puede ser que, otro día, no haya descuento suficiente como para sacar un resultado positivo… Esta vez sí lo hubo y fue suficiente para empatar, pero no bastante para ganar.

«No puede ser lo que ha pasado, parecía demasiado fácil pero nos enfrentábamos a un equipo maravilloso y no es fácil defenderlos. Lo hemos hecho muy bien durante 70 minutos».

Hans Flick, entrenador del FC Barcelona

El Atlético empezó golpeando ante el asombro del Olímpic Lluís Companys. No una, sino dos veces. La altísima línea de fuera de juego que busca siempre el equipo de Flick puede tener un reverso tenebroso si el rival aprovecha las entradas de segunda línea. El primer remate a la portería de Szczęsny, un cabezazo de Julián Álvarez a centro de Griezmann, procede de esa búsqueda por el fuera de juego culé. Spoiler: el último remate también nacerá de este achique agresivo que busca el Barça y que, normalmente, le da muy buenos resultados.

Aparte de aprovechar esa línea defensiva alta, Simeone quiso tener otro arma para dañar. La idea era juntar en el lado de estribor a Griezmann y Lino. El francés iba a caer a la derecha para iniciar los ataques, pero también Giuliano Simoene permanecería abierto y por delante del ex-culé. Así, el argentino arrastraba a Balde haciendo saltar a banda a Íñigo Martínez o Frenkie, mientras que regalaba tiempo a Griezmann que buscaría recibir más atrás. Por la izquierda, Julián se bastaba casi por sí mismo.

Y fue con la mezcla de la línea del fuera de juego y la aparición de Griezmann escorado como se generó el primer córner del encuentro. El primero de los tres que acabarían en tantos durante el encuentro. Los tres, con remates en el segundo palo. Pero este, se sacó en corto para aprovechar el 2×1 entre De Paul y Griezmann. El centro del francés lo prolongó Lenglet ante Cubarsí, mientras Pedri perdía la marca de Julián Álvarez. El punta argentino, solo, no confió en su izquierda para el remate (pierna lejana, más natural), pero es suficientemente hábil para colocar el exterior de la derecha.

Al poco, Julián Álvarez, de nuevo, sería protagonista en el 0-2, con un robo ante un mal pase de Koundé hacia dentro en campo contrario y una transición que crea la Araña rojiblanca. Evita a Frenkie (a quien iba el tibio pase de Koundé) y a Cubarsí. Luego, cambia rápido a la carrera de Griezmann entre Íñigo y el Balde. Turno del 7 rojiblanco para demostrar su habilidad: control orientado en carrera y doble toque con su pie izquierdo para eludir al lateral izquierdo culé tras un enorme repliegue. Tac-tac, au revoir Balde. En un instante, chuta con el derecho. En cinco minutitos, dos goles…

El bloque (demasiado) bajo del Atlético

Cuandoel Atleti se serena, el Barça se muda al campo rival. Entre otras cosas porque el Atleti no busca arriba y porque el achique de la escuadra de Flick funciona. Tanto en reinicios (Koundé saltando a Galán; Cubarsí a Gallagher) como en la presión tras pérdida porque todos los blaugranas habitan en el último tercio.

Los madrileños apenas pueden salir iniciando en largo, y acaban por asumir un bloque muy bajo que no cambiará en toda la primera parte. Giuliano retrocede a la altura de la zaga para tener controlado a Balde y Llorente se centraliza para hacer lo propio con Raphinha. Barrios y De Paul acaban por fundirse con los centrales, mientras que en los costados a Gallagher se le ve más abajo que a Griezmann. Lógico porque el inglés tiene que seguir a Koundé (que no para de doblar a Lamine), mientras que el par del francés es un central (Íñigo).

El Atlético se solidifica, siendo corto y estrecho, a cambio de sacrificar opciones realistas de salir a la contra. Pero con 0-2, la escuadra rojiblanca prefiere tapar todo lo posible al cuarteto interior blaugrana Pedri, Ferran, Olmo y Raphinha. El brasileño está abierto en los primeros compases de las jugadas, pero acaba por cerrarse, siendo un elemento más por delante de la línea de área grande. La congestión es considerable. Hay que hilvanar muy fino y los culés no lo están consiguiendo.

Yamal y el ABP, solucionadores para Flick

Solo Balde y Lamine Yamal (con Koundé) ocupan los carriles más externos. Yamal es el objetivo más sencillo. El jugador a quien buscar. Primero, porque actúa en el lado débil blaugrana (Íñigo-Pedri parten más en izquierda y aglutinan mucho juego). Segundo, porque desde el regate resuelve problemas con mucha más frecuencia que el resto. Así, Lamine Yamal apareció de forma constante.

La mayoría de las veces desbordó (7 de 11), pero tuvo problemas en la toma de decisiones (70% de los pases; 28 pérdidas de balón). Pero lo cierto es que además de la asistencia en la segunda parte, dejó suficientes acciones como para ser el líder del Barça en el último cuarto. Cambiados en el 68′, Olmo y Ferran contactaron 40 y 28 veces la pelota. Raphinha, que llegará al 85′, apenas 49. Pero Yamal hasta en 77; más que ningún jugador rojiblanco.

Con Griezmann algo descolgado por derecha pero abajo cuando el ataque es por la izquierda, el Atlético centra sus esfuerzos en que dentro no haya espacio para Pedri, Ferran, Olmo y Raphinha. El Barça debe generar superioridad cualititativa y posicional, pues es difícil la numérica.
Todo el Atlético de Madrid por detrás de la pelota con el rival con balón en zona C (tercer cuarto de campo). En el Barça se vuelve a ver la baja altura de Balde (en solitario por la izquierda) y el 2×2 en banda derecha.

Pero ese dominio estaba siendo inofensivo. Más allá del único contraataque posible del Barça, culminado de forma inocente por Ferran Torres, y un centro chut de Raphinha a balón parado Musso apenas había aparecido. Sin embargo, en otro parpadeo, el Barça logró igualar el encuentro. Primero, en otro ataque llevado desde la izquierda a la derecha en el que Koundé y Yamal se aprovecharon del 2×2 ante Gallagher y Galán, quienes quisieron cambiar de marcas en el momento que Yamal devolvía el esférico a Koundé. Llegado a línea de fondo, sin Barrios en su sitio, ni De Paul referenciando a ningún medio, Koundé simplemente tuvo que servir a Pedri, en diagonal hacia atrás.

Si Yamal era el alborotador y quien más veces organizó el tramo final de los ataques (con suerte dispar a la hora de encontrar a compañeros), el canario volvió a ser el más clarividente. Sus centros y córneres, eso sí, fueron bastante menos peligrosos que los de Raphinha. El brasileño fue el lanzador de los sendos remates en el segundo palo que significaron el segundo (Cubarsí) y el tercer tanto blaugrana (Íñigo Martínez). En el primero, Barrios volvió a evidenciar sus problemas con el juego aéreo. En el segundo, la pantalla de Cubarsí ante Llorente, impidió que siguiese a su par Íñigo Martínez. A balón parado (ABP) cons dos testarazos y con Yamal agitando, pero sin aprovechar un par de transiciones en botas de Ferran, el Barça había conseguido lo más difícil.

Los cambios del Cholo

Simeone, entonces, tomó decisiones. Antes del descanso, el Atlético ya empezó a defenderse en 4-4-2, con Giuliano más arriba. Salir a la contra ya no era una quimera. Además, entre el 55′ y el 68′, agotó todos los cambios. Primero reemplazó a los miembros de los costados (Galán-Reinildo, Gallagher-Molina y Giuliano-Lino). Lino pasó a la izquierda por delante de Reinildo, mientras que Nahuel se puso de lateral derecho por detras de De Paul. Llorente ya no se movería del mediocentro derecho. Pero el doble cambio que sería fundamental fue la última ventana, cuando Sørloth por Griezmann y, sobre todo, Correa por De Paul ingresaron en el 68′.

Simeone: «El 2-2 nos hace mucho daño, nos empiezan a acorralar. Con el 3-2 estuvieron mejor, con los cambios revitalizamos. Nos vamos a un partido abierto, ellos tienen sus armas pero nosotros también. Con el cambio de De Paul pensé que la estaba jodiendo, pero entendía que necesitaba piernas con Marcos, que Correa nos daría esa valentía. Sørloth… Lino entró muy bien y el equipo se notaba más cómodo»

Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid

También Flick había modificado el posicionamiento de Raphinha, dejándolo sujeto como extremo izquierdo, y de Olmo, más como interior derecho y no tanto como segunda punta. Un 2+3+2+3 más claro, con laterales al costado del mediocentro. Entre las modificaciones de unos y otros, el Barça empezó a poder filtrar más balones interiores, a encontrar más veces jugadores libres pues los problemas eran más sencillos, los espacios mayores y la sensación de peligro aumentó respecto al primer tiempo. Los ingresos de Gavi y Lewandowski por los desacertados Olmo y Ferran añadieron energía al centro del campo y gol en la delantera.

El cúmulo de lo expuesto significó el 4-2 tras una basculación de izquierda a derecha, un regate -otro- de Yamal y un remate a placer de Lewandowski. Pudo ser más nocivo aún, porque nada más sacar, el Barça disfrutó de una transición con centro final de Raphinha y otro remate del ariete polaco. Esta vez, no acertó a definir entre los tres palos. Hubiera sido el quinto…

Las posiciones de Frenkie (MC), Pedri (II) y Gavi (ID) no fueron estas de forma rutinaria.

El Barça seguiría teniendo el balón más tiempo (67% en el último cuarto de hora) y el Atleti estaba más expuesto, pero también pisaba más veces campo rival. Tras la reanudación, Szczęsny había tenido que salvar un disparo a bocajarro de Griezmann (de nuevo el Atlético burló la línea de fuera de juego con un 2×1 en banda derecha ante Balde). Más tarde, Sørloth había anotado en fuera de juego.

Con las entradas de Correa y Sørloth, el Atlético había ganado un jugador fresco para esconder el balón y otro para servir de referencia ante el juego directo. El primero, además, dio la asistencia en el 4-3 para Llorente, en un gran fallo defensivo del Barça (imagen inferior), en el que ningún atacante aparece en la foto, ningún medio protege la frontal y ningún defensa hace el desdoblamiento defensivo a ningún medio.

Cubarsí había hecho la cobertura a Koundé en banda. Correa había arrastrado a Pedri hasta el corazón del área, Frenkie de Jong decide perseguir a Correa y ayudar a Íñigo Martínez, Gavi busca tapar un posible centro a Nahuel en el segundo palo… pero nadie está en la frontal. Y Correa, de espaldas un segundo antes, lo hace muy bien.

Por su parte, el segundo, a pase de Lino, otro de los que había entrado, aprovechó un pase largo de Lenglet a la espalda de la zaga. Tirar la línea de fuera de juego alta a destiempo sin tapar a pasador es abrir las puertas al rival. «El último gol me ha parecido increíble, hay que hablarlo porque no hubo presión sobre el balón», reconocía Flick en rueda de prensa.

Lino, en la izquierda, aguarda y va de cara, mientras Koundé debe cambiar dirección de carrera (y resbala). Sørloth corre con ventaja respecto a centrales al estar en posición de fuera de juego pero no incurrir en el mismo ante el pase de Lenglet.

El Barça tuvo el mando casi todo el tiempo, pero cada vez que el Atlético fue valiente, lo supo poner en aprietos. Lo fue al principio y al final. Y en ambas, fue contumaz. Suficiente para igualar un 4-2, pero también para dejar escapar un 0-2. Pasó de barruntarse el 5-2 al decepcionante tanto encajado en el 93′. Como ya pasara en liga como el mismo protagonista. Ninguno fue suficiente bueno el tiempo necesario como para apropiarse con la primera manga. Por suerte para todos, queda el Nuevo Metropolitano para dictaminar finalista. Lo malo, la espera larga: será a principios de abril.

BONUS TRACK: Explicación de todos los goles

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Rafa Medel
Rafa Medel es entrenador (UEFA A) y Periodista. Autor de "Fútbol en Blanco y Negro" (Librofutbol, 2022), trilogía que repasa la primera centuria de este maravilloso deporte.

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