Brasil certificó su clasificación para los octavos de final con una victoria que, si bien no fue brillante, dejó clara su solidez y las enormes posibilidades que le da su banquillo. Echó mucho de menos a Neymar, es un equipo construido para el crack del PSG, pero un tardío gol de Casemiro batió a Sommer y le permitió volver a sumar de tres.
Ante la baja de Neymar, reaccionó Tite dando entrada a Fred en el equipo titular. Más allá de nombres, está claro que la ausencia de Ney repercute de manera directa en el juego de la pentacampeona del mundo. Tite ha construido su equipo con el objetivo de generar espacios por dentro para que su mejor jugador obtenga ventajas; laterales quedan bajos e internos para atraer, extremos fijan abiertos para ensanchar y delantero estira mucho para estirar. Sin embargo, la ausencia de un jugador ágil y con capacidad para generar por dentro, resultó en una Brasil plomiza y a la que le costó generar.
Tuvo su mérito, claro está, el bloque suizo. Al igual que en el debut ante Camerún, 4-2-3-1, tapando bien por dentro y contando con jugadores capaces de ganar duelos e imponerse en su última línea defensiva. Silvan Widmer logró contener bastante bien a Vinícius, mientras que Manuel Akanji firmó una fantástica actuación temporizando a campo abierto y apareciendo en coberturas.
con balón, sin embargo, a Suiza le faltó amenaza, aunque es difícil ante esta Brasil que controla tan bien sus pérdidas y que cuenta con muchísimo talento defensivo en los nombres de Casemiro, Marquinhos, Thiago Silva o Militao. Las intenciones de los dirigidos por Murat Yakin, tras robo, eran salir rápidamente a la contra buscando a Rubén Vargas al espacio, pero pese a un buen Embolo aguantando de espaldas y descargando, les costó salir y transmitir amenaza. Las vigilancias en Brasil estuvieron genial, incluido un Alex Sandro que firmó un partidazo. El sector izquierdo brasileño, con Vinícius, era el sector donde se buscaba acelerar y finalizar, por lo que la mayoría de las pérdidas se daban por ahí. Ante esto, el lateral de la Juventus estuvo fantástico achicando hacia delante, haciendo al equipo corto y evitando salidas rivales.
Buscando generar por dentro, Tite dio entrada a Rodrygo en el descanso para tener un punto desde donde apoyar e involucrar compañeros, y aunque al conjunto sudamericano le siguió costando mucho generar y conectar dentro, finalmente sería un toque de genio del jugador del Real Madrid lo que serviría como asistencia para el gol de Casemiro.
A Suiza sus cambios no le dieron el rendimiento esperado, y siguió con mucha amenaza para sumar salidas tras robo e inquietar la portería de Alisson. Sin amenaza, fiaron todo a aguantar el resultado y cuando el partido ya se acercaba a su final cayó la muralla. Ahora, los helv´eticos se la jugarán en la tercera jornada ante Serbia, sabiendo que les servirá el empate (salvo que Camerún gane a Brasil). Por su parte, los de Tite se mantienen como una selección de muchísima solidez, a la que parece imposible hacer daño, y sumaron otra victoria mientras esperan a que el crack se recupere y puedan alcanzar su máximo potencial. Meten miedo.