Brasil 2-0 Serbia: La ‘canarinha’ exhibe su poderío

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El debut del ‘pentacampeão’ en la Copa del Mundo no fue tan plácido como cabía esperar. Brasil tuvo que sudar para derrotar a una Serbia que dejó muy buenas sensaciones colectivas en la primera parte. El equipo de Dragan Stojkovic plantó cara a los brasileños, yendo a buscarles arriba desde el inicio, pero al final no pudo resistir al poderío ofensivo que tiene Brasil. Dos goles de Richarlison, uno de ellos bellísimo, desatascaron el partido y le dieron los 3 puntos a la ‘canarinha’.

En el primer tiempo vimos a una Brasil muy plana con balón. Y eso, lejos de ser demértio de los brasileños, hay que atribuirselo a Serbia. El equipo dirigido por Dragan Stojkovic salió a jugarle de tú a tú a Brasil, con una propuesta sin balón muy valiente desde el inicio. Los balcánicos presionaron alto, emparejando mano a mano, y consiguieron forzar errores de Brasil en los primeros minutos. Serbia orientó la presión hacia la derecha y ahí Brasil se quedó corta para salir de su campo (solamente el desborde de Vinicius supuso una vía para girarles). Tras robo, el equipo buscaba a Aleksandr Mitrovic para que descargase y pudiesen ganar metros por fuera a través de los carrileros -Zivkovic y Mladenovic- que buscaban el centro para finalizar. En este aspecto, sorprendió la ausencia de Vlahovic, pues podría haber sumado un plus de amenaza cargando el área.

Con el paso de los minutos, Serbia dejó de presionar y defendió en campo propio. En este tramo, dominaron desde una defensa muy individual a una Brasil que se quedó corta de ideas con balón. Desde su dibujo de cinco defensas, cuatro medios y un delantero, los balcáncios se mostraron muy sólidos en campo propio, marcando al hombre a las fichas más peligrosas de Brasil sin que la estructura se resintiese. En el sector derecho, Sasa Lukic -mediocentro- se encargó de Neymar, que partía desde muy atrás y muchas veces buscaba hacer la guerra por su cuenta, y Nikola Milenkovic -central- de Vinicius Junior, que era el único capaz de amenazar desde el desborde. Serbia llevó el partido a un terreno individual en el que salvo alguna internada de Vinicius (el brasileño con más chispa y clarividencia en tres cuartos), pudo controlar a Brasil y no conceder remates. Las mejores oportunidades, de hecho, surgieron en el lado débil, pero Raphinha no tuvo su día de cara a puerta. 

Por una simple cuestión de desgaste (Serbia sin poder salir durante un buen rato y Brasil ganando confianza con balón), los brasileños tuvieron un tramo de dominio al final del primer tiempo. Los serbios se hundieron en su campo y pasaron a depender mucho de Mitrovic para salir (que jugó un partidazo de espaldas a portería, dicho sea de paso). Marquinhos y Thiago Silva empezaron a crecer en el partido, anticipándose a los puntas serbios, y Brasil tuvo más continuidad ofensiva en campo rival. Aunque la figura más importante del partido para la ‘canarinha’ fue Casemiro. El mediocampista del Manchester United jugó un encuentro excelente, cortando todo intento de progresión serbio tras robo y distribuyendo con mucho sentido. Además de los tres puntos, el nivel de su mediocentro es una de las mejores noticias que deja el partido para Brasil.

La segunda parte inició de la misma forma. Con Brasil muy cerca del arco de Vanaj Milinkovic-Savic, pero aun sin el gol. Así se llegó al minuto 62’, cuando entre Neymar y Vinicius se inventaron una jugada que no existía para que Richarlison hiciese el 1-0. Los dos no tuvieron su partido más acertado (Vini estuvo mejor que Ney), pero cabe destacar que no bajaron los brazos hasta que el premio llegó. Con el gol, Brasil se liberó y empezó a fluir mucho más con balón, apagando poco a poco las pocas opciones de Serbia en el partido. Las entradas de Dusan Vlahovic o Radonjic no tuvieron el efecto deseado, mientras que Brasil se dio el lujo de exhibir toda la artillería que tiene en el banquillo. Aunque el momento de la noche llegó en el 73’, cuando el propio Richarlison anotó el gol de lo que va de Mundial. Una volea a pase de Vinicius que lo tiene todo: improvisación, plasticidad y carisma. Muchos niños brasileños recordarán este 24 de noviembre por el gol de Richarlison.

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