Cinco apuntes de Premier League – Jornada 21

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La jornada 21 de la Premier League ha demostrado que no hay misiones imposibles. Todavía quedan muchas historias por contarse y media liga por jugar, pero mientras el sello de los protagonistas sea la capacidad para sobreponerse a la adversidad, seguramente vendrá una segunda mitad de temporada muy emocionante, como han sido los duelos más importantes del fin de semana. El Arsenal ganando el clásico de la resiliencia ante el Manchester United, Erling Haaland activando la misión remontada del Manchester City en la liga, el Brighton sobreviviendo al Leicester al son de Kaoru Mitoma y Evan Ferguson, Harry Kane reescribiendo la historia en el desierto de su Tottenham y el primer cameo de Mykhaylo Mudryk con el Chelsea ante el Liverpool son la propuesta para repasar la vigésima primera fecha de la Premiership.

Del Arsenal o ganar el clásico de la resiliencia

Después de 21 semanas de competencia, el Arsenal sigue demostrando que, por el combo de funcionamiento y resultados, es el mejor equipo de la Premier League. Pero hay algo más, un intangible que explica el liderato en la liga y el mismo trámite de partido ante el Manchester United este fin de semana; el equipo londinense es capaz de imponerse a cualquier contexto y sobreponerse a todo tipo de situaciones. Pizarra aparte, esa resiliencia le acercó a la victoria en el clásico ante el conjunto mancuniano. Los Gunners tuvieron unos primeros cinco minutos brutales presionando arriba con sus típicas vigilancias individuales que orientan a banda y una energía espectacular para ganar segundas jugadas, pero después entraron en un bache donde casi todos los hombres clave estuvieron lentos en controles y decisiones que siempre ejecutan por nota. Con Thomas Partey, Martin Ødegaard, Bukayo Saka y Gabriel Martinelli algo nublados en esos gestos, el Manchester United pudo robar en campo propio con Bruno Fernandes apoyando abajo para seguir a Saka en su diagonal hacia adentro. Además, con el bloque comprimiéndose bien en su frontal, los Red Devils pudieron sumar salidas a velocidad con Christian Eriksen siendo el pasador principal, Marcus Rashford picando a espaldas de Ben White, Antony conduciendo a velocidad y un buen Wout Weghorst yendo a jugar de apoyo con descargas y retenciones que daban sentido a esas rutas. El United estaba compitendo al tú por tú ante el súper líder, galopaba contra el arco de Aaron Ramsdale y tenía mucha amenaza. Sin embargo, ahí se agrandó la figura de Oleksandr Zinchenko -el merecido destacado individual de la jornada para Raúl Martínez, el teórico lateral izquierdo del 4-3-3 base de Mikel Arteta. Metiéndose en zona de doble pivote, el ucraniano dejó una auténtica exhibición que le devolvió poco a poco el control de todo al Arsenal gracias a su capacidad para leer su entorno y encauzar las posesiones. El ex Manchester City fue ese metrónomo que ayudó a acelerar o pausar con conducciones o pases, reteniendo o soltando y dando un sinfín de ventajas para progresar. Afortunadamente para el Arsenal -y desafortunada para el United-, Ødegaard volvió en sí y dejó un segundo tiempo sensacional cazando las espaldas de Scott McTominay, dominando su zona y dándole mucha chispa a su sinergia con Bukayo Saka. Y pese al error que condujo al gol de Rashford, el equipo se fue adueñando de todo hasta llegar a los goles de Edward Nketiah y el propio Saka -este último producto de un error en las ayudas de los Devils cerca de área propia que le dejó al ‘7’ Gunner todo para castigar con su diagonal y cruzar a David De Gea. Luego, de nuevo, a pesar del fallo en el área que condujo a Lisandro Martínez a empatar el juego a dos, Eddie Nketiah selló el 3-2 definitivo. También es verdad que los cambios llegaron tarde por parte de Erik ten Hag y no funcionaron, pero en un final de partido donde el Arsenal había dejado 15 minutos de supremacía total. Jamás claudicó el equipo de Arteta, nunca dejó de buscar el triunfo con total convicción de su idea, y esa resiliencia, además de todos su matices tácticos, le dio un triunfo que puede ser decisivo.

Haaland y el City encienden el modo Remontada Premier League

El Manchester City ha activado el modo Remontada Premier League. Sabe que el Arsenal es el mejor hoy en día, pero la distancia respecto a los Gunners en puntos y en algunas sensaciones no está en la pizarra, sino en la cabeza, y esa búsqueda por resetear el chip ha arrancado este fin de semana en el 3-0 al Wolverhampton en casa. El equipo de Pep Guardiola ha asentado en las últimas semanas su ataque con un 3-2-5 o 3-2-2-3 que se sostiene a partir de su lateral izquierdo jugando de central y el derecho al lado de Rodri en el doble pivote. Esto mismo se vio ante el cuadro de West Midlands con otro buen cameo de Rico Lewis internándose al centro del campo para dar continuidad con balón y ser un argumento en el momento de la pérdida. İlkay Gündoğan y Kevin De Bruyne también dejaron exhibiciones muy positivas desde los interiores, siendo más atacantes que mediocampistas por sus constantes rupturas entre centrales y laterales rivales con Jack Grealish y Riyad Mahrez bien abiertos por las bandas para ensanchar el campo. Pero la parte más interesante del buen reto táctico planteado por Julen Lopetegui estuvo en la manera de detener a Erling Haaland. El técnico vasco buscó que Rúben Neves y Mario Lemina -pivotes en el momento sin balón de los Wolves- se acercaran mucho a Nathan Collins y Max Kilman -sus zagueros-, formando una especie de jaula con el fin de impedir que el noruego tuviera metros suficientes para lastimar frontal y área con sus movimientos hacia el lado ciego del central del lado opuesto al balón. Aún con esto, el City logró imponer sus rutas ofensivas al mover bien la pelota de lado a lado, encontrando mediante trazos de Rodri a Mahrez en la derecha para que el argelino buscara el mano a mano, y constantes secuencias de pase y desmarque de los interiores para cargar el área y estirar por dentro con miras a centrar al área. Y esto valió otro triplete de Erling Haaland, quien no marcaba en partidos consecutivos desde el 28 y 31 de diciembre en el triunfo 1-3 ante Leeds y el empate a uno contra el Everton. Pronto descubriremos si este encuentro fue el inicio de la operación remontada, la misión más grande de Guardiola desde saltó a los banquillos.

El Brighton sobrevive al son de Mitoma y Ferguson

Escribir sobre el Brighton de Roberto De Zerbi se está haciendo un hábito semanal que se disfruta como pocas cosas, y las razones para ello siempre brotan con total facilidad. En esta ocasión, la historia de este fin de semana con los Seagulls versa de cómo salieron de casa sobrevivieron a un Leicester inconsistente que todavía es capaz de competir a un alto nivel cuando sale en un buen día, como fue el caso en este partido. Frente a unos Foxes que buscaron el partido a través de un bloque medio en 4-4-2 que vigilaba individualmente a los centrales y procuraba hacer constantes ajustes en el medio con la línea de mediocampistas, los sureños adaptaron su estructura y dibujaron un 2-3-5 que tenía como fin principal generar superioridad contra los cuatro defensores locales. Aquí fue vital una vez más Pascal Groß, ahora metiéndose a zona de interior derecho desde la lateral, compartiendo esa altura con Moisés Caicedo -pivote- y Alexis Mac Allister -interior izquierdo- y mostrando su criterio con y sin balón le dieron a su equipo muchas armas para progresar y presionar tras pérdida. La última línea del Brighton tuvo un juego bastante interesante, pues Pervis Estupiñán partió más abierto para dejarle a Kaoru Mitoma el pasillo interior en un primer momento, aunque tuvieran al libertad de ir cambiándose de carril según la jugada, y Solly March recibía en amplitud permanente para activar su diagonal hacia adentro buscando su perfil zurdo con Adam Lallana moviéndose a espaldas de Nampalys Mendy -doble pivote-. Kaoru Mitoma, que marcó el primer golazo explotando su sinergia con Pervis Estupiñán al trazar la diagonal fuera-dentro desde la izquierda y soltar un zapatazo al ángulo lejano de Danny Ward, no sólo dejó un partido decisivo por eso, sino por su aporte en esa banda con los cambios que vinieron más adelante. La lesión de Adam Lallana cerca de la media hora obligó a De Zerbi a darle entrada a Joël Veltman como lateral diestro, recorriendo a Pascal Groß a la mediapunta. No obstante, Jan Paul van Hecke -central diestro del Brighton- tuvo una mala tarde saliendo al achique y gestionando las transiciones rivales; en ese mano a mano contra Jamie Vardy y Kiernan Dewsbury-Hall, además de la velocidad de Marc Albrighton y Harvey Barnes por las bandas, provocaron una amenaza que no se pudo contener del todo y acabó en los dos goles del Leicester. Así, el estratega italiano tuvo que dar otro paso al frente para buscar la igualdad; decidió sacar a van Hecke por Tariq Lamptey dejando a Veltman de central y tiró de Evan Ferguson en lugar de Danny Welbeck, pasando del 2-3-5 en ataque al 4-2-4 más habitual, ahora con March más cerrado y el joven lateral británico abierto en banda. El atacante irlandés entró sublime al campo y completó una exhibición buenísima jugando de espaldas, ofreciendo apoyos y descargas a pocos toques, moviéndose bien a costados de pivotes y centrales junto a Groß, ganando duelos contra par desde el físico y, por supuesto, amenazando al máximo por aire dentro del área. El premio para Mitoma, Ferguson, la valentía de De Zerbi y el Brighton acabó siendo un empate a dos que suma mucho más de lo que parece.

Harry Kane reescribe la historia en el desierto del Tottenham

Sería bueno poder decir algo diferente del Tottenham respecto a sus semanas anteriores, pero la realidad no permite hacerlo. El equipo de Antonio Conte no deja de ser plano en ataque, frágil en defensa y volátil en dentro de un mismo partido, aunque siempre tiene a Harry Kane para intentar convencernos de lo contrario. Tan es así que el Ciudadano empató a Jimmy Greaves como máximo anotador histórico del club con su gol 266, ese que valió para sacar la victoria. Pero el Fulham hizo pasar un muy mal rato a los Spurs pese a haber caído por la mínima en Craven Cottage. Con un férreo marcaje individual por todo el campo -sobre todo Harrison Reed y João Palhinha emparejando a Pierre-Emile Højbjerg y Rodrigo Bentancur-, los Cottagers dejaron un partido muy potente que les permitió sumar mucha amenaza tras robo a cualquier altura del campo. A través de las buenas sinergias entre laterales -Kenny Tete y Antonee Robinson- y extremos Willian y Bobby Decordova-Reid, las caídas de Andreas Pereira al costado del balón y la capacidad de sus pivotes para desprenderse y cargar el área, el conjunto de Marco Silva siempre mantuvo preocupada a la línea defensiva rival por subidas de los laterales y los cambios de posición con sus extremos, alternando bien la llegada a raya de fondo con recepciones al pie. Y por si esto no fuera suficiente, Aleksandar Mitrović siempre era el argumento para colgar centros al área, algo que exigió a Hugo Lloris en varias ocasiones. El tema es que, del otro lado, la ruta principal era parecida, pero no por elección, sino por demérito. Un día más, el Tottenham dependió en exceso de los apoyos y atracciones de Kane por todo lo ancho del campo para progresar, encontrando así a Heung-min Son cerca suyo en izquierda y a un potente Dejan Kulusevski que ganó en varias ocasiones a Antonee Robinson cerca del área de Bernd Leno. Fue en una de esas jugadas donde el ’10’ de los Spurs frotó la lámpara, dio media vuelta y clavó un zapatazo pegado al palo izquierdo del arquero alemán, poniendo así distancia en el marcador, pero no realmente en el juego. Fue otra noche donde Harry tuvo que jugar en el desierto de su equipo y consiguió un paso importantísimo para reescribir la historia de su club.

El primer cameo de Mykhaylo Mudryk

Sorprende afirmar algo como esto pensando que son dos gigantes mundiales, pero Liverpool y Chelsea protagonizaron el partido más difícil de digerir en esta jornada. El momento que atraviesan los equipos de Jürgen Klopp y Graham Potter no parecía ser obstáculo para el espectáculo, aunque lo cierto fue que ni Reds ni Blues pudieron mostrar un juego que invite al optimismo. En todo caso, lo visto en Anfield fueron más apuestas individuales inmediatas para resolver problemas colectivos que se vienen arrastrando desde hace varias semanas. Por el lado del Pool, ante el evidente bache defensivo que enfrentan tanto en su propia área como en transición y la lesión de Virgil van Dijk, el entrenador alemán decidió darle más minutos a James Milner en lugar de Trent Alexander-Arnold en la lateral diestra, Joe Gomez en el eje de la defensa, Stefan Bajčetić como mediocentro -acompañado por Thiago y Naby Keïta en los interiores, prolongó la idea de Harvey Elliot como extremo zurdo y Cody Gakpo en punta. Y aunque ninguno de los primeros nombres garantizó una mejora significativa, el joven pivote español siguió mostrando cualidades desde el uso del ancho del campo, el pase -sobre todo en largo- y la energía en los duelos. El atacante neerlandés también dejó gestos importantes como punta tanto en la presión -siendo el primer hombre en activarse- como en algunas recepciones de espaldas ante centrales y apariciones en juego directo peinando balón o descargando para compañero de cara. En cuando al Chelsea, Graham Potter encontró un poco más de naturalidad en su once con Lewis Hall como centrocampista -su punto de partida ideal- y no de carrilero, la vuelta de Marc Cucurella al carril izquierdo y Mason Mount con Conor Gallagher jugando entre líneas, por detrás de Kai Havertz, que volvió a ser de lo mejor del equipo, sobre todo moviéndose sin balón. Pero lo que todos querían ver sí pasó al final: ver el primer cameo de Mykhaylo Mudryk. La entrada de la perla ucraniana le dio a los londinenses dos o tres marchas para explotar en ataque, y el ex Shakhtar fue dando pausa, cambio de ritmo, regate corto, movilidad de otra categoría, tocar y moverse para desordenar al rival y muchas armas en la presión 35 minutos jugados. Visto el trámite del partido, mucho derivado de los problemas mencionados, Mudryk fue una mina de oro que no tardará en llevar al Chelsea al siguiente nivel.

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Roberto González
Periodista y analista. Amo el fútbol desde que tengo memoria. Disfruto encontrar y explicar el porqué de las cosas.

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