La jornada 22 de la Premier League le propinó un buen guantazo a los líderes de la clasificación y a varios grandes nombres que tiene la competencia. En un fin de semana de varias sorpresas y algunos descalabros que han encendido la punta del campeonato, el penúltimo fin de semana previo al regreso de las competiciones europeas ha sacudido a los protagonistas de la campaña. El Arsenal tropezando con Sean Dyche y su Everton, el Manchester City perdiendo ante el Tottenham del histórico Harry Kane, los Wolves aplastando al Liverpool en casa, el Manchester United peleando por su triunfo contra el Crystal Palace y otro soplo de aire fresco del Leicester remontando en territorio del Aston Villa son la propuesta para repasar la fecha 22 de la Premiership.
Sean Dyche y un how to para hacer tropezar al Arsenal
Sean Dyche, como lo ha destacado Raúl Martínez, ha vuelto a la Premier League de etiqueta, y no en un sentido figurativo. El tan recordado entrenador inglés que vivió una década en el Burnley regresó vestido de traje para comandar al Everton por primera vez como su nuevo director técnico en la carrera del equipo contra el descenso, enfrentándose a un rival que era superior en todos los apartados posibles. Y como al colorado le parecen ideales estos escenarios de poca posesión y paciencia máxima para forzar errores y sancionarlos, así recibió al Arsenal en Goodison Park. A partir de un bloque bajo en 4-5-1 -mal día de los Gunners aparte-, sus Toffees consiguieron sacar la peor cara del líder de la liga con un actuación defensiva muy trabajada y llena de energía, con convicciones renovadas. Ahí emergió la famosa ‘V’ que Dyche ha explicado en varias ocasiones para tapar zonas interiores del campo, con pivote e interiores escalonándose de buena manera por dentro y recibiendo ayudas permanentes de extremos y laterales para terminar de taponar las rutas que suelen encontrar los equipos de alta posesión de balón y así proponer duelos en banda con alto nivel de roce. Dejando libres a William Saliba y Gabriel Maghalães en los primeros pases, se centraron mucho en los receptores siguientes, comenzando a apretar a Thomas Partey y Granit Xhaka, Martin Ødegaard u Oleksandr Zinchenko cuando descendían cerca de la base de la jugada, todos bien emparejados y sufriendo acosos agresivos, al igual que los hombres de banda al recibir o al desmarcarse sin balón. El Everton no sólo consiguió ganar duelos por fuera, sino que pudo explotar las trampas que propuso al robar pases por dentro para correr y amenazar el arco de Aaron Ramsdale a partir de carreras largas de Amadou Onana y Alex Iwobi, además de algunos apoyos de Dominic Calvert-Lewin durante la hora que disputó. Y cuando esto surtía efecto, la pelota parada era una consecuencia natural, dejando en franca posición de peligro desde los tiros de esquina. Por esa vía fue que James Tarkowski marcó el gol de la victoria y arrancó el modo supervivencia de los locales, que resistieron al máximo durante los últimos 36 minutos. Y pese a que Mikel Arteta agitó la pizarra refrescando posición por posición con las entradas de Jorginho por Thomas Partey, Fábio Vieira por Martin Ødegaard, Leandro Trossard por Gabriel Martinelli y Takehiro Tomiyasu por Ben White, los londinenses no respondieron y las actuaciones individuales tampoco le acompañaron. Así firmó Sean Dyche un importante how to para vencer y, sobre todo, hacer sentir al poderoso Arsenal mucho más incómodo de lo que se le suele ver.
Harry Kane, el histórico, y una sentencia para el Manchester City
Llegó el día más esperado en clave Harry Kane, y tuvo que ser ante el campeón defensor. Con su gol para vencer al Manchester City, el delantero inglés se convirtió en el máximo anotador de la historia del Tottenham con 267 tantos, rebasando los 266 que consiguió Jimmy Greaves y rompiendo una marca que duró 50 años intacta. Pero no sólo se ha tratado de este hito; su anotación 267 para el club también fue la número 200 en su partido 304 de Premier League, dándole entrada al ‘Club de los 200’, donde ya comparte lugar con Alan Shearer (260 en 441 apariciones de liga) y Wayne Rooney (208 en 491 juegos). Así de importante ha sido la diana marcada por el capitán de los londinenses en la historia de la Premiership, pero también en la historia de esta temporada. En un día donde los Cityzens perdieron mucho brillo tras el primer cuarto de hora de partido, los Spurs consiguieron imponerse primero al plan de partido de Pep Guardiola y luego resistir al final con la expulsión de Cristian Romero por segunda tarjeta amarilla, cerrando un juego que no pudieron concretar en el Etihad Stadium hace un par de semanas. Sabiendo que necesitaba un partido casi perfecto, Guardiola apostó por Rico Lewis como lateral zurdo para que se invirtiera y cerrara junto a Rodri en el doble pivote, siendo Kyle Walker el lateral diestro que actuaba como stopper y podía ganar altura por fuera con balón. Además de la inclusión de Julián Álvarez junto a Erling Haaland en ataque, Pep decidió darle a Bernardo Silva un rol de enganche puro para jugar libre a lo largo y ancho del campo, buscando crear ventajas desde el movimiento constante y arrastrando consigo a Eric Dier para generar el desajuste en la línea defensiva y que ahí aprovecharan los atacantes. Pero esto fue cambiando poco a poco a partir del gol de Harry Kane, que cayó demasiado pronto -apenas al minuto 15′- con lo que fue el sello del plan del Tottenham: presionar al hombre, especialmente al doble pivote Lewis-Rodri. Una vez más, el mediocentro español cayó en la trampa y buscó al joven lateral de forma muy comprometida, y esta vez fue Pierre-Emile Højbjerg quien castigó en el robo para desatar la jugada. Así, saltando individualmente, el equipo de Antonio Conte fue complicando avances y nublando a un City que todavía alcanzó a generar jugadas para revertir el marcador, aunque al final no le bastara. Así fue como el Tottenham del histórico Harry Kane sentenció al campeón defensor y le ha vuelto a poner las cosas más cuesta arriba de lo pensado.
Los Wolves agrandaron las heridas del Liverpool en casa
El agujero donde está cayendo el Liverpool parece no tener fondo. Con cada jornada de Premier League que pasa, existe la esperanza de ver una leve mejora y reacción de los Reds, pero el resultado y las sensaciones que dejaron en West Midlands dejaron ver todo lo contrario. Los Wolves agrandaron las heridas de un grande en un pésimo momento, haciendo demasiado gráficas y evidentes las debilidades y falencias del subcampeón de liga. En un escenario muy dividido y con un encuentro roto jugado a muchas revoluciones, los locales dieron tres golpes fulminantes y resistió varios del Pool en respuesta. Gracias a un José Sa decisivo bajo palos, los de Julen Lopetegui ganaron la seguridad para propiciar un escenario de muchas carreras e ida y vuelta donde siempre encontraron a un Rúben Neves impecable lanzando a Hee-Chan Hwang -luego a Adama Traoré tras la lesión del surcoreano- y cargando el área rival, a Matheus Nunes sumando esa energía en el recorrido vertical además de ciertos toques de calidad y a Matheus Cunha junto con Pablo Sarabia alternando desmarques de apoyo y ruptura en el eje del ataque. Además de explotar la lamentable defensa de área de los Reds, pudieron aprovechar la facilidad con que el rival desprotege su frontal y pierde referencias defensivas en varias zonas dentro de su propio campo, causando mucho daño cuando pudieron juntar balón, pero también castigando la pérdida de los de Klopp en muchas ocasiones. Cada uno de los tantos en este 3-0 fue una representación gráfica de una caída que no parece tener freno.
Del Manchester United y cómo descontrolar un juego casi ganado
El Manchester United no deja de sumar puntos mientras otros los tiran. El detalle de su victoria 2-1 ante el Crystal Palace este fin de semana no ha estado en su plan de partido o en la ejecución, que había sido por demás excelente considerando la ausencia de Christian Eriksen por lesión de larga duración en el tobillo y Fred tomando su lugar en el once inicial junto a Casemiro, sino en una pequeña acción después del minuto 65 que cambió el curso del juego. Los Red Devils jugaron una hora de partido notable en campo rival, controlando muy bien su pérdida y achicando excelente el campo para vivir lo máximo posible en la mitad de los de Patrick Vieira con buenas versiones de Lisandro Martínez y Raphaël Varane defendiendo hacia adelante y permitiendo al equipo estar compacto al contrapresionar, evitando muchas salidas del Palace a velocidad, además atacantes y mediocampistas asfixiando con mucha energía y precisión todo intento de salida. A la vez, con Fred y Bruno Fernandes en buenas condiciones pasadoras, así como ofreciendo buenas soluciones a partir de las rotaciones constantes con balón, el United estaba generando suficientes ocasiones para hacer más abultado el marcador. En el segundo tiempo, Erik ten Hag decidió quitar a Wout Weghorst del eje de ataque para recorrer a Marcus Rashford y darle ingreso a Alejandro Garnacho en la banda izquierda, siendo él quien tiró una pared con Casemiro en la frontal para luego pasar a Luke Shaw y que este asistiera al ’10’ para el 2-0. Tres minutos después, todo lo que los Reds construyeron se vino abajo en una tangana provocada por un empujón de Jeffrey Schlupp en el desnivel de la orilla del campo. La bronca terminó con la expulsión de Case por agarrar del cuello a Will Hughes, dejando al United con uno menos durante los 27 minutos finales. El Palace pasó de estar totalmente fuera del juego a meterse de lleno en un par de acciones hasta que consiguió el 2-1 seis minutos por conducto del mismo Schlupp, aunque no le bastó a los de Vieira para arrancarle el merecido triunfo a un equipo mancuniano que descontroló un partido casi ganado.
Remontada y bocanada de aire fresco para el Leicester en casa del Villa
Al Leicester le está costando ver la luz en esta campaña de Premier League. Su dinámica de resultados ha sido muy negativa y su rendimiento ha sido muchas veces la causa de ello, pero el sol salió para los de Brendan Rodgers en su visita al Aston Villa este fin de semana. Este fue un duelo marcado por las debilidades defensivas de ambos equipos, mostrando claros problemas para defender el ancho del campo, permitiendo llegadas por banda y sufriendo ante centros laterales en cada ocasión que se generaban, aunque los Foxes también se vieron muy débiles defendiendo a balón parado y concedieron situaciones de gran peligro. Y aunque así cayó el segundo gol villano, siendo este en propia puerta por parte de Harry Souttar en su debut con el Leicester, además de encajar el primero con un rebote en el larguero que cazó perfectamente Ollie Watkins en el área de Danny Ward, el equipo de Rodgers encontró en las vías comentadas y en la defensa alta durante los reinicios del Villa para sobre ponerse a los dos goles que encajó -llegó a estar 2-1 en contra- y llevarse el encuentro. Otro debut -y con nota muy positiva- fue el de Mateus Tetê, quien llegó cedido procedente del Shakhtar tras su paso por el Lyon. Su energía, capacidad para generar desajustes desde el regate al recibir bien abierto en la banda derecha y repetición de esfuerzos al apretar constantemente a Lucas Digne en las salidas locales marcaron una diferencia, además de que el brasileño puso el 2-3 en el marcador castigando la espalda del lateral francés y Tyrone Mings con un potente desmarque que le puso en ventaja para luego quitarse a Emiliano Martínez y definir cruzado.