Cinco apuntes de Premier League – Jornada 25

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La jornada 25 de la Premier League ha sido atípica para el trajín habitual que siempre propone. Con ocho de los 10 partidos del fin de semana disputados debido a la final de la Copa de la Liga entre el Manchester United y el Newcastle, quedaron historias igual de divertidas por contar, y casi todas versan de victorias muy importantes para todos los equipos que las consiguieron. El Arsenal dejando una exhibición dominante en casa del Leicester, el Tottenham ganando un derbi de mínimos ante un Chelsea muy gris y anticompetitivo, una chispa diferente en el triunfo del Manchester City visitando al Bournemouth, los destellos de calidad de Raúl Jiménez y Manor Solomon en el Fulham-Wolves y el West Ham goleando al Nottingham Forest para salir del descenso momentáneamente son la propuesta para repasar la vigésima quinta fecha de la Premiership.

La dominante exhibición del Arsenal en Leicester

Un día más, el Arsenal ha dejado una exhibición dominante en la liga. El equipo de Mikel Arteta tiene por norma máxima competir sin importar las circunstancias, pero en Leicester ha sumado otro encuentro donde confirmó por qué es el líder de la Premier League y mostró lo bien que le han sentado sus fichajes de invierno. En el King Power Stadium, la victoria, aunque corta en el marcador por un par de goles anulados, fue un total despliegue de jerarquía por parte de la zona baja del bloque Gunner, pero también asentó de muy buena forma una novedad en el frente de ataque. Ante unos Foxes que venían con forma ascendente y sumaban buena amenaza al espacio con Kelechi Iheanacho en punta acompañado por Havrey Barnes y Tetê como extremos del 4-3-3 usado por Brendan Rodgers, Gabriel Magalhães y William Saliba dejaron una actuación sublime como unidad en la central londinense. El francés y el brasileño se mostraron sumamente sólidos manejando la profundidad del campo, achicando muy bien hacia adelante, hundiéndose adecuadamente y ganando prácticamente todos los duelos que disputaron por alto y por bajo, además de gestionar perfecto la línea de fuera de juego contra esa posible vía de daño a velocidad del Leicester. Además, con balón, estuvieron muy precisos girando el juego con trazos largos y activando a la siguiente línea con total claridad. Ahí brillaron también Jorginho y Oleksandr Zinchenko como una fuente inagotable de fluidez, ritmo y crecimiento a partir del pase corto y el movimiento coherente y constante, garantizando progresiones limpias para activar al último protagonista de este apunte. Quien disfrutó mucho de esto fue Leandro Trossard; el belga inició como titular, pero en el centro del ataque, ofreciendo buenos apoyos a racimos por los costados de WIlfried Ndidi, el pivote de los Foxes. Todo funcionó, todo se conectó, y las sensaciones en la victoria del Arsenal han sido francamente positivas con estos matices.

La victoria Spur en un derbi de mínimos

En una nueva edición de un derbi londinense, el Tottenham venció en casa al Chelsea con sensaciones que, pese a la victoria, no han sido tan positivas de su lado. Este clásico capitalino tuvo un trámite de partido de mínimos, en parte porque los de Antonio Conte no dejan de ser un equipo bastante plano cuando le toca tomar más balón que su rival y que también sufre defensivamente en varias facetas, pero también porque los Blues no encuentran el camino para competir. Pese a la dependencia que tienen de los apoyos de Harry Kane y las apariciones entre líneas de Dejan Kulusevski para generar ocasiones, sumando que Heung-min Son volvió a ser suplente -dio el centro previo al 0-2 del goleador, la gran noticia de los Spurs fue el destacado encuentro de Pierre-Emile Højbjerg y Oliver Skipp. Los pivotes fueron clave ganando muchos duelos en el centro del campo, presionando a Enzo Fernández y Ruben Loftus-Cheek y permitiendo que el bloque pudiera mantener el asedio sobre un centro del campo rival que se nublaba con la pelota y defendía bastante mal sin ella. De hecho, aunque el primer tiempo fue de un nivel alarmantemente malo para las plantillas de ambos equipos, ya se notaba la constante de conseguir que Kulusevski recibiera a costados de Fernández y que Emerson Royal sumara algunas subidas castigando a Ben Chilwell. El carrilero brasileño también fue muy importante defensivamente, tanto ayudando en zona baja como apretando al lateral zurdo inglés, en plan que pudo aprovechar mucho la vertical del campo a partir de sus centrales y pivotes; el danés desde el pase y el británico a partir del músculo tradujeron su dominio con buena colocación que devino en un golazo de Skipp y una amenaza más o menos constante de activar recepciones de compañeros más arriba. Y el Chelsea, que ya rebasó el mes sin ganar un partido en todas las competiciones, sólo generó algunas situaciones de poco peligro a partir de la libertad de João Félix desde la mediapunta en el 4-2-3-1 de Graham Potter para intercambiar zonas con Raheem Sterling en la banda de la izquierda y algunos pases de Enzo Fernández. Además, su presión fue sumamente pasiva y desorganizada, facilitando todo lo demás al conceder mucho espacio. Por si fuera poco, Thiago Silva salió lesionado de su rodilla izquierda. Presumiblemente, el brasileño estaría seis semanas fuera de acción, lo que debilitará mucho a un ya disminuido conjunto Blue.

La chispa del Manchester City en Bournemouth

Un obligado a puntuar de a tres en esta jornada era el Manchester City, que lo consiguió en su visita a Bournemouth para seguir en la carrera por la Premier League. El campeón defensor dejó un partido que podría avisar de una chispa diferente -eso sí, con nombres que van variando cada vez más-, mostrando más agresividad en su ataque posicional, aunque sufriendo un poco más de lo habitual tras la pérdida y cayendo en un nivel de descontrol que se tradujo en llegadas a la contra por parte del rival. En parte, la explicación a este trámite de partido pasa por la estructura propuesta por Pep Guardiola, que volvió a disponer el habitual 3-2-4-1 de esta temporada. En este caso, con Nathan Aké como lateral izquierdo jugando de tercer central, entró Rico Lewis en la lateral derecha para cerrar como doble pivote junto a Rodri, aunque con el regreso de Julián Álvarez como un segundo delantero que caía a la zona de mediapunta por izquierda. El entrenador catalán también insistió con la idea de los extremos a pie cambiado, manteniendo a Jack Grealish en la izquierda y dando impulso de nuevo a Phil Foden en la derecha para sumar esa dosis de verticalidad que permitían Erling Haaland en punta, pero sobre todo con İlkay Gündoğan en la mediapunta desmarcándose al espacio. El problema fue que, con esto, los Cityzens quedaron emparejados numéricamente en todas las líneas, facilitando que las pérdidas generaran desajustes al transitar. Aun así, el City entendió que podía romper el bloque de los Cherries con una buena repetición de desmarques y conducciones tras juntar pases y girar el juego, y replicó estas rutas ofensivas en varias ocasiones para atacar la profundidad de la línea defensiva rival y después finalizar pasando atrás. Esto, además, vino acompañado por una presión sobre reinicios que funcionó mejor que la hecha tras pérdida, pero fue suficiente para castigar al máximo a un Bournemouth que, aunque pudo golpear al final del encuentro como se comentó antes, se desangró defendiendo en propio campo ante la calidad individual y algunos caminos muy marcados para vencerles. Como gran noticia, debutó Máximo Perrone con el conjunto mancuniano entrando por Julián Álvarez en zona de mediapunta; el ex de Vélez dejó minutos de buen nivel sumando pases sobre el costado derecho, mostrando su nivel para asociarse y aclarar jugadas a muy pocos toques y con movimientos muy inteligentes.

Los destellos de Raúl Jiménez y Manor Solomon

En el partido inaugural de la jornada, Fulham y Wolves empataron a un o dejaron varias cosas divertidas y de buen nivel para rescatar. Sin Aleksandar Mitrović, el conjunto londinense dependió muchísimo de la hiperactividad de Bobby Decordova-Reid en la banda derecha y lo engrasada que está la dupla de pivotes que conforman João Palhinha y Harrison Reed para darle control sobre el balón, profundidad interior al desprenderse de la base de la jugada y grandes prestaciones para presionar al rival. No obstante, el mal día de Willian y Andreas Pereira en lo asociativo -y eso que el ex Chelsea logró generar un par de ocasiones- con la pelota y sin ella, sobre todo presionando al rival en sus reinicios de juego, evitó que los Cottagers lograran mejores sensaciones en zonas altas y se evitaran problemas metros más abajo. Además, Carlos Vinícius no pudo imponerse dentro del área en dos ocasiones francas para que rematara de cabeza, confirmando la difícil noche que tuvo contra Craig Dawson y Max Kilman -los centrales-, quienes lo mantuvieron a raya tanto en zonas de remate como en la frontal propia al secar muchos de sus movimientos de espalda e intentos de asociarse. La visita, en cambio, disfrutó de un día más fluido a partir de sus centrocampistas, con un Mario Lemina destacado asumiendo peso en los reinicios, atrayendo siempre en la base de la jugada a Andreas Pereira -mediapunta rival-, girando el juego sobre Hugo Bueno por la banda izquierda, pero también alternando esa zona con Rúben Neves y compensarla, aunque siendo siempre el primer eslabón con balón. Con este respaldo, como viene haciéndose habitual en el sistema de Julen Lopetegui, Matheus Nunes no dejó de aparecer como un interior que se recarga sobre la banda izquierda. Con libertad para recorrerla en vertical, participar en zonas bajas y llegar desde atrás a las altas para amenazar con su buen golpeo y capacidad rematadora, el portugués fue clave para que los Wolves causaran peligro en la frontal del área rival, poniéndole incluso la pelota con la que asistió en el gol de Pablo Sarabia a Raúl Jiménez. El mexicano tuvo una actuación muy positiva compartiendo el frente de ataque con Matheus Cunha, ofreciéndose con movilidad a lo ancho del campo e intercambiándose la posición con el brasileño con la licencia para ofrecer apoyos y buscar duelos por aire para dejar de cara a compañeros o peinar hacia el arco rival, como en el pase de gol que dio. Aunque también llegó a perderse alguna ocasión clara, sus minutos fueron esperanzadores. Y, para esperanzas, la entrada de Manor Solomon al partido. El israelí no sólo encadenó golazos con el de este fin de semana, sino exhibiciones muy potentes que recuerdan a todos su nivel; su entrada en el segundo tiempo fue el principal argumento competitivo del Fulham gracias a su insistencia e inteligencia para ofrecerse siempre por el balón, asociarse en corto, desequilibrar desde el regate y acelerando ataques. Su golazo a la mitad del segundo tiempo fue consecuencia de todo esto.

El West Ham ve algo de luz en casa

En un duelo de dos rivales por no descender, el West Ham recibió al Nottingham Forest con una urgencia descomunal por sumar tres puntos que le dieran algo más de margen respecto a los colistas de la Premier League. La primera mitad del encuentro fue muy dura para los Hammers por la poca contundencia y claridad que tuvo en metros finales, pero fue incluso más difícil para los Tricky Trees porque su bloque era incapaz de contener los avances de ritmo muy alto del rival. No obstante, los de David Moyes tuvieron por norma buenas sociedades en la banda izquierda, sobrecargándola con Saïd Benrahma en el extremo, Lucas Paquetá como interior cayendo fuera constantemente porque Ben Jonhson jugaba más cerrado en la lateral, apoyos de Danny Ings cerca y un Declan Rice súper activo ofreciéndose en la base de la jugada para sumar pases que también le dieron buena cadencia a su equipo, o bien, lanzando en largo. Pese a no concretar, el Forest tampoco amenazaba a los londinenses por las buenas actuaciones defensivas de Nayef Aguerd y Angelo Ogbonna defendiendo hacia adelante. Todo esto vino a más en el segundo tiempo, donde se desataron las cosas para los locales de forma importante. Además de la salida de Łukasz Fabianski por lesión, Moyes decidió refrescar su ataque dando entrada a Aaron Cresswell en la lateral zurda, cambiando de lado a Johnson y dándole soltura extra por fuera a su equipo para que convivieran con mayor libertad por dentro interior y extremo. De hecho, el plan se redobló para el complemento con constantes subidas de sus laterales, con Creswell amenazando desde su golpeo desde una posición más cerrada, Johnson subiendo largo en la derecha y ventajas para sus extremos de cara a recibir en condiciones de trazar diagonales hacia adentro que terminarían con centros al área o pases atrás. Danny Ings logró doblete, Michail Antonio castigó el segundo palo y Declan Rice pudo conquistar la frontal para marcar un golazo desde ahí en el 3-0. Así, el West Ham mostró que quizá tiene más por dar con el entrenador escocés al mando, que puede salir de los meses tan complicados a nivel de resultados con su buen plantel y, sobre todo, que cuenta con la capacidad de pelear por volver a zonas altas de la tabla. Este envión anímico, por resultado y funcionamiento, aunque el Nottingham Forest se desplomara, puede ser un poco de luz al final del túnel.

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Roberto González
Periodista y analista. Amo el fútbol desde que tengo memoria. Disfruto encontrar y explicar el porqué de las cosas.

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