La parte final del maratón está en marcha. La primera de las 10 fechas finales de la Premier League ha dejado victorias contundentes de los líderes en el último tirón de la carrera por el título. También ha sacudido la pelea por puestos europeos, la lucha por la salvación en el fondo de la clasificación y hasta el banquillo del Chelsea, convirtiendo a Graham Potter en el duodécimo entrenador despedido durante esta campaña. Las goleadas del Manchester City al Liverpool y el Arsenal al Leeds, el triunfo sólido del Newcastle contra el Manchester United, el tropiezo final del Potter en el Chelsea ante el Aston Villa y un frenético empate a tres entre Brighton y Brentford son la propuesta para repasar la jornada 29 de la Premiership.
Manchester City 4-1 Liverpool: Guardiola en estado puro
El peor mensaje que se le puede enviar al Liverpool de Jürgen Klopp es el de no temerle a su presión, una que le ha caracterizado totalmente a lo largo de la etapa del entrenador alemán. Fue justo esa declaración la que le hizo el Manchester City este fin de semana en un duelo vital en su carrera por el título de Premier League contra el Arsenal. Recibiendo a los Reds en casa, el campeón defensor dejó los que podrían haber sido sus mejores minutos ligueros de toda la temporada con una muestra de lo que es un equipo de Pep Guardiola en estado puro. Pese a iniciar perdiendo, los mancunianos ya tenían claro el mapa del partido a nivel estructural, teniendo superioridad permanente en las dos primeras líneas a partir del típico parado de esta temporada con Nathan Aké partiendo de lateral zurdo y cerrado como tercer central, Rodri acompañado por su lateral derecho en un doble pivote, dos mediapuntas y tres atacantes. Ante Mohamed Salah y Cody Gakpo como puntas, los defensas del City dominaron atrayéndoles abajo en superioridad numérica, haciendo saltar al resto del bloque y castigando casi a placer el centro del campo encerrando con Rodri y un John Stones que hizo perfectamente de su escudero en la base de la jugada dando continuidad con balón y permitiendo que estas condiciones se dieran y, metros delante, İlkay Gündoğan y Kevin De Bruyne lastimando espaldas y costados del doble pivote conformado por Jordan Henderson y Fabinho. A lo largo de todo el partido, el constante salto de los hombres del Pool fue penalizado por unos Cityzens que fueron moviendo cada vez mejor y con mayor cadencia y paciencia la pelota, llevando lado a lado el bloque rival y encontrando siempre la forma de crear la ventaja en zonas centrales e intermedias. Además del trabajo de Stones, fueron decisivos De Bruyne, Riyad Mahrez y Jack Grealish. El primero le dio mucho soporte al lateral diestro del City escorándose hacia la banda -movimiento habitual de los mejores pasadores del equipo para amenazar al rival con su golpeo-, ofreciéndose cerca para que tuviera más seguridad a la hora de distribuir balón y ser el siguiente escalón por el que pasara el ataque al conectar con apoyos y diagonales de Julián Álvarez y Riyad Mahrez o lanzarles al espacio. El segundo fue una auténtica amenaza de desmarque desde la zona entre líneas, llegando al área, atacando costados de centrales y siendo una sólida opción de remate en ese escenario. Entre ellos y una gran actuación de Jack Grealish ayudando a ir lado a lado desde la banda izquierda, metiéndose en diagonal y gestionando bien ese momento, el City dejó un segundo tiempo que permite verle como un peleador que llegará vivo hasta el último asalto y tendrá muchas opciones de pelear la liga.
Arsenal 4-1 Leeds: jerarquía Gunner a granel
El Arsenal no se cansa de mostrar su jerarquía y superioridad. Un día más, el equipo de Mikel Arteta ha dejado una exhibición en la que fue capaz de dar la vuelta a ciertas dificultades presentadas por el rival con una calma y confianza espectaculares, y todo nace de lo bien trabajado que está. Enfrentando al Leeds de Javi Gracia en casa, los Gunners se toparon con un equipo emprendiendo su dinámica para salvarse del descenso con un entrenador dispuesto a probar de todo con tal de sacar los resultados inmediatos. Los Whites del ex estratega del Watford se plantaron en el Emirates con un plan de partido bastante interesante que buscaba igualar numéricamente al líder de la Premier League casi en todos los sectores. Primero, con tres atacantes para tres defensores en primeros pases (Luis Sinisterra, Brenden Aaronson y Crysencio Summerville ante Gabriel Magalhães, Rob Holding en ausencia del lesionado William Saliba, aunque el norteamericano estaba más enfocado en vigilar posible pase de Holding a Thomas Partey y Ben White). Después, de forma muy curiosa, Gracia decidió lanzar a Rasmus Kristensen y Jack Harrison como interiores para marcar muy de cerca a Granit Xhaka y Martin Ødegaard -al menos como referencias iniciales-, dando a Marc Roca la tarea de alternar la ayuda a uno de sus centrales con posible apoyo de Gabriel Jesús o internada de Leandro Trossard desde la derecha -matiz no menor que el ex Brighton jugase en ese lado-. Y luego, mano a mano en bandas entre sus laterales y extremos del Arsenal partiendo anchos. Hasta el penal que se fabricó Gabriel Jesús, el Leeds había podido controlar bastante bien e incluso amenazar al espacio con algunos contragolpes. Pero una vez que se rompió el cerrojo, los triángulos de los londinenses en bandas empezaron a destrabarlo todo, con el mismo Jesús siendo vital ofreciendo apoyos sobre el sector del balón, Zinchenko asumiendo la dirección del equipo en la base de la jugada, Ødegaard encontrando los espacios para asociarse con White y Martinelli taladrando la línea defensiva rival empezando en la cal y visitando mucho y muy bien carril central. Por otro lado, pese a algunos toques de calidad y soluciones acorde a su técnica, Leandro Trossard no se vio del todo cómodo jugando en la zona de Bukayo Saka, aunque tuvo claro dónde moverse para no cortar avances y seguir dando ventajas a partir de su ubicación.
Newcastle 2-0 Manchester United: dulce revancha
La contundente victoria del Newcastle en St. James’ Park sobre el Manchester United puede considerarse como una dulce revancha tras perder la Copa de la Liga en Wembley hace unas semanas. Pero ha ido más allá: ha significado el regreso de las ‘Urracas’ al top cuatro de la Premier League y a pelear de lleno una vez más por un boleto a la siguiente edición de la Champions League. Lo mostrado este fin de semana en casa ha sido de muy alto nivel por plan de partido y ejecución propios, pero también por haber aprovechado un centro del campo que iba a complicar a los Devils en varios registros. Sin Casemiro (suspendido) ni Christian Eriksen -recién reincorporado a los entrenamientos- Erik ten Hag tuvo que volver a tirar de Scott McTominay como titular acompañando a Marcel Sabitzer y Bruno Fernandes, tratando de encajar al austriaco como mediocentro más posicional, al portugués bajando a asistir a la base de la jugada y al escocés como un interior ligado al recorrido en vertical. Con estas complicaciones, el Newcastle jugó un partido muy potente, destacando la presión con referencias individuales bien claras, precisión para saltar por pares y energía regulada para hacerlo en distintas alturas y zonas del campo. Alexander Isak en punta saliendo sobre central poseedor, Allan Saint-Maximin y Jacob Murphy como extremos apretando a Diogo Dalot y Luke Shaw, Joe Willock, Sean Longstaff y Bruno Guimarães emparejados con los tres centrocampistas mancunianos, los centrales gestionando a Wout Weghorst y Kieran Trippier y Dan Burn mano a mano con Marcus Rashford y Antony por las bandas fueron los duelos propuestos por Eddie Howe, y no sólo controlaron buena parte del encuentro a través de ellos, sino que exhibieron nuevamente la claridad y capacidad para llevar al máximo su idea con balón. Un día más, los triángulos lateral-interior-extremo del equipo del Toon brillaron gracias a un Guimarães extraordinario siendo el eje del equipo como mediocentro, dando soporte a sus compañeros en el lado del balón con pases que aseguraban posesiones, daban continuidad para juntarse y permitían avances en corto y en largo. Con Joe Willock más cerca suyo y Sean Longstaff ganando más altura tanto por dentro como por fuera, el Newcastle siempre encontró cómo escalar la cancha a partir de estas relaciones, usando mucho a Jacob Murphy en la derecha -en ausencia de Miguel Almirón- como ancla para atacar el pico del área y liberando de forma distinta la llegada de Kieran Trippier por banda para que colgara centros ya con los interiores cargando el área. Esta jugada -su jugada- se repitió hasta el cansancio y le dio al equipo norteño los dos goles con los que ajustició a un United limitado por sus bajas, pero también en un claro bache físico que necesita revertir muy pronto.
Chelsea 0-2 Aston Villa: el fin del encanto de Potter
Unai Emery volvió a darle un good evening a un colega del banquillo. Esta vez, el estratega vasco visitó Stamford Bridge al mando de su Aston Villa para dar, por fin, la estocada definitiva al proyecto de Graham Potter en el Chelsea. Pese a que el resultado los dejó sin goles y concedieron un par, la realidad es que no jugaron mal y deberían haber ganado el encuentro. Hasta su último plan de partido inicial, el ex entrenador del Brighton apostó por generar amplitud con carrileros a pie natural y dispuso tres centrales en el fondo, además de doble pivote y tres atacantes. La idea tenía sentido tomando en cuenta la disposición inicial que siempre utiliza Unai Emery con cuatro defensores, doble pivote, dos volantes y dos atacantes, sobre todo para generar superioridad numérica en primeros pases (tres centrales contra dos puntas) e ir construyendo las siguientes contra mediocampistas y línea defensiva. Ese era el escenario al menos sobre el papel. No obstante, el ex Villarreal propuso tres movimientos muy interesantes para terminar emparejando en vigilancia por todo el campo. Jacob Ramsey y John McGinn -volantes- cerraron su ubicación para acompañar a Ollie Watkins por el centro, mirando a los tres centrales del Chelsea. A la par, Douglas Luiz -pivote- y Emiliano Buendía -mediapunta- se cerraron por detrás de ellos en busca de Enzo Fernández y Mateo Kovačić, y fue con esto que Boubakar Kamara se desprendía de su zona de doble pivote hacia abajo para seguir a Mykhaylo Mudryk -mediapunta zurdo- en zona intermedia con tal de incomodarle lo más posible. No obstante, los londinenses consiguieron avances fluidos especialmente Marc Cucurella como central zurdo y Mateo Kovačić en el doble pivote con licencia para ganar metros en vertical por el lado izquierdo, donde más se juntaron los Blues. Los de Potter movieron la pelota con buena cadencia y criterio a partir de un genial Enzo Fernández saliendo de acoso, girando y conectando todo tipo de pases con confianza y precisión imperiales ayudando así a que el bloque se plantara bien en metros finales justamente con la presencia del catalán en los triángulos del equipo, dando soporte a Chilwell para ir profundo y poniendo al ucraniano en posición de encarar siempre en zona intermedia, ya con miras a filtrar pase o rematar. El mayor problema del Chelsea vino en dos situaciones de juego puntuales donde el Villa le penalizó con autoridad. Una fue la incapacidad blue de defenderse cuando le llevaban balón a banda y combinaban rápido de fuera hacia adentro con Álex Moreno bien profundo, Jacob Ramsey atacando espaldas de Enzo Fernández y juego de apoyo y ruptura de Emi Buendía y Ollie Watkins. Aunque esto se dio mucho con balón en movimiento, la dificultad para defender balones laterales se hizo manifiesta en un córner preparado donde John McGinn castigó con un remate genial desde fuera del área. La otra fue la descoordinación de la línea defensiva ante posible pase filtrado para desmarcador -que no descolgado-, y esa fue justo la fuente del 0-1 de Ollie Watkins tras un grave error de Marc Cucurella saltando por el envío lejano de Douglas Luiz en vez de guardar el movimiento como hizo Kalidou Koulibaly, quien dejó un buen partido defendiendo a campo abierto protegiendo al bloque. Con esto, Graham Potter firmó su despedida después de casi siete meses al frente de un equipo que ha fichado mucho, pero no ha podido encontrar los resultados.
Brighton 3-3 Brentford: Frank imbatido ante De Zerbi
El duelo entre Roberto De Zerbi y Thomas Frank puede ser uno de los más divertidos de ver en toda la Premier League. Sin embargo, el entrenador danés salió del AMEX Community Stadium conservando la imbatibilidad ante el italiano tras un encuentro frenético donde las grandes virtudes ambos equipos se manifestaron de forma clara en el marcador final. Si el Brighton brilla por su calidad para juntarse y tomar la iniciativa a través del balón y la ubicación de sus jugadores además de su contrapresión en la pérdida, el Brentford lo hace por la minuciosidad de sus jugadas a balón parado y su impecable presión tanto en posesión rival como en segundas jugadas. El equipo del ex DT del Shakhtar volvió a mostrar su construcción de juego desde los primeros pases con laterales (Estupiñán y Veltman) más bajos y cerrados cerca de su mediocentro (Moisés Caicedo), dejando en entre líneas a sus interiores (Alexis Mac Allister y Pascal Groß) para fijar bien arriba y ancho con Kaoru Mitoma y Solly March -sus extremos- y Danny Welbeck -punta-. Una vez más, los Seagulls dejaron manifiesta su constante mejora dentro de la idea de su entrenador, encontrando ventajas por dentro con las atracciones de interiores rivales provocadas por sus laterales para conectar con Mac Allister y Groß más adelante y poner en situaciones de mano a mano constante a los atacantes japonés e inglés contra Aaron Hickey y Rico Henry, los carrileros. Esta situación le permitió al Brighton crear muchas ocasiones de peligro de forma repetitiva y hasta fue fuente directa del segundo gol con llegada a banda y centro lateral que tenía múltiples opciones de remate bien organizadas dentro del área. Y, por si fuera poco, el equipo de De Zerbi hizo gala de sus tremendo inicio de juego ligado a utilizar a sus lejanos gracias a un Jason Steele que viene ganando minutos sobre Robert Sánchez en el arco, trazando un pase espectacular al desmarque de Mitoma a la espalda de centrales del Brentford. Por su parte, los Bees estuvieron brillantes sacando ventajas de sus saques de banda y de los del rival, preparando perfectamente sus redes de pase en los servicios y atacando rápidamente tras atraer oponentes para luego centrar al área y castigar al remate. Los de Thomas Frank también dejaron una exhibición en presión de saque de manos del Brighton con referencias clarísimas para el salto sobre la zona del balón, encerrando a posibles receptores para ganar primer duelo y, ya con la red de caída para la segunda jugada, recoger el rebote y atacar franco de cara al arco. Así, el segundo asalto entre De Zerbi y Frank terminó en empate, y su naciente rivalidad se mantiene con saldo favorable para el danés con una victoria y otro resultado dividido que cuenta mucho para el Brighton de cara a su pelea por entrar en competencias europeas la próxima campaña.