Croacia 3-1 Escocia: Modric en Nunca Jamás

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35 años a sus espaldas e innumerables gestas en su carrera. Parte fundamental en el Real Madrid de las cuatro Champions en cinco años, héroe nacional llevando a su país a la final de un Mundial y ahí sigue, jugando cada partido como si fuera uno más de los que jugaba en las calles de Croacia durante su niñez. En Hampden Park, templo histórico del fútbol, Luka le ganó una batalla más a aquel a quien nadie gana la guerra: el paso del tiempo. Y es que Luka Modric, hasta que nada nos demuestre lo contrario, se nos sigue presentando como Peter Pan.

Un empate no le valía a ninguna de las dos, por lo que escoceses y croatas salieron con todas sus armas al césped de Glasgow, apostando por lo que mejor les había salido hasta ahora en el torneo. Steve Clarke repitió el equipo que empató en Wembley salvo la dura ausencia de Gilmour, apartado de la concentración por su contagio de Covid, y reemplazado por Stuart Armstrong. Dalic volvió a apostar por Marcelo Brozovic en el mediocampo y dio entrada en ataque a dos hombres que acabarían siendo claves, Nikola Vlasic y Bruno Petkovic.

Llevando la iniciativa del partido los balcánicos, involucrando mucho a Luka Modric en la construcción, supieron explotar las grietas del bloque medio-alto escocés, unas que ya se vieron en el partido ante Inglaterra. Con Dykes y Adams cerrando línea de pase por carril central, Croacia llevaba el balón hacia fuera con los laterales y entonces eran los interiores rivales (McGinn y Armstrong) quienes saltaban a esa recepción, desprotegiendo su espalda. Con Josko Gvardiol sumando mucho asociativamente, Croacia conquistaba alturas con facilidad y en campo rival contaba con el desborde de Perisic, los descensos en apoyo de Petkovic y las apariciones de Vlasic conduciendo en zonas intermedias.

Croacia se adelantó en el marcador y Escocia empezó a ganar mayor presencia ofensiva, destacando en este sentido los pases de Callum McGregor desde la base de la jugada, girando un bloque rival que también presentaba problemas cerrando los costados de su mediocentro. Empujando por fuera en campo rival, especialmente por izquierda donde el triángulo Tierney, Armstrong y Robertson les daba ventajas, a los escoceses les faltó mayor calidad individual tanto en su delantero como en su costado derecho, donde O´Donnell no concretaba sus apariciones como hombre libre atacando lado débil, para concretar en el marcador. Un disparo lejano de McGregor tras un mal despeje de Vida fue el único gol que marcaron el torneo.

Con un empate que dejaba a ambas fuera y Hampden apretando como nunca, el segundo tiempo prometía ser precioso. Fue Croacia quien empujó más buscando la remontada, con Gvardiol, Perisic y Vlasic sumando en campo rival, pero finalmente fue un toque sutil, de genio, el que decantó la balanza. Modric golpeó con el exterior de su bota y convirtió un gol que apagó los sueños de toda Escocia y permite a su país seguir avanzando en la competición. Por si fuera poco, también asistió en el 3-1 de Ivan Perisic.

Cuando las piernas temblaban y el miedo engullía a los jugadores, Modric apareció con la tranquilidad de quien se ha visto en mil situaciones iguales para resolver otro partido crucial en su carrera. Un jugador irrepetible, que terminado el partido se dirigió a la segunda estrella y todo recto hasta el amanecer.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.

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