Croacia 3-5 España: A rey muerto, rey puesto

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Fueron 120 minutos de los que duelen en la piel, la mente y el alma, repletos de una cantidad de giros de guion capaces de causar histerismo en el más calmado. Y, sin embargo, cuando el tiempo pase y echemos la vista atrás a lo que ocurrió en este partido, la primera imagen que se nos vendrá a la cabeza será la de Pedri González. Porque a una temporada ya increíble en el Barcelona, está añadiendo unas exhibiciones en la Eurocopa que no deberían ser normales para alguien de su edad. En el día donde Luka Modric dijo adiós al torneo, Pedri fue capaz de mostrar al mundo ese disparate que, hasta ahora, solo en su boca tenía sentido «Yo soy tu sucesor». Lo sea o no, en el Parken de Copenhague se mostró como tal, y regaló a todos los espectadores una exhibición para recordar por los siglos de los siglos.

El inicio perteneció a España, que detectó la debilidad estructural croata y empezó a exprimirla. Pese a que nada más arrancar el choque hubo un par de secuencias con Busquets lateralizado en derecha, Koke en la base, Azpilicueta profundo y Ferrán por dentro, rápidamente Luis Enrique volvió a lo que funcionó ante Eslovaquia. Es decir, laterales bajos, extremos abiertos e interiores entre líneas. Ante esto, Croacia buscaba generalmente lanzar a Modric sobre Busquets, pero es que luego ni Kovacic controló a Koke ni Brozovic hizo lo propio con Pedri. Ambos interiores de España jugaban libres por dentro, y con Laporte completando un partidazo filtrando y activándolos, la selección española progresaba y producía.

«El error de Unai Simón fue un mazazo psicológico para España. Tardaron varios minutos en volver al partido»

España falló dos ocasiones claras y Croacia, sin hacer ningún mérito para ello, se encontró por delante en el marcador tras el grosero error de Unai Simón. Le costó a los de Luis Enrique volver a entrar en el partido tras esto, con Croacia sumando avances y amenaza atacando la debilidad de Eric García en cada situación defensiva. Petkovic en apoyo y juego directo, y Rebic con rupturas a campo abierto se encargaron de sacarle las costuras al nuevo central del Barcelona. La Roja estaba en la cuerda floja y sin individualidades a la que agarrarse, pero le funcionó el cambio de bandas entre Sarabia y Ferrán buscando atacar a Gvardiol. Con el del PSG en derecha, España al fin logró profundizar y encontrar el gol del empate.

Sorprendió Zlatko Dalic en el descanso sustituyendo a Petkovic, que fue partícipe en varias de las mejores secuencias croatas, pero más allá de eso el entrenador no tocó nada más y por tanto el equipo siguió con muchísimos problemas a la hora de defender las recepciones de los interiores rivales. Laporte filtraba, Pedri jugaba libre por dentro, y los goles eran cuestión de tiempo. La acción del segundo gol refleja lo comentado, con Pedri recibiendo libre de marca, dividiendo en conducción, y abriendo para Ferrán que asistió a Azpilicueta en el área. El partido, salvo por la debilidad defensiva de Eric García, estaba muy controlado para España.

«Modric dejó un tramo final de leyenda. España se volvió a hundir anímicamente»

Un error de Gvardiol culminado por Ferrán para marcar el 1-3 a poco más de diez minutos para el final parecía decantar el partido, pero nada más lejos de la realidad. Modric cogió el balón e hizo el partido suyo. Con Brekalo y Orsic (dejó unos minutos tremendos) dando amplitud por fuera, Pasalic añadiendo llegada desde segunda línea, y Kramaric más Budimir amenazando en el área, Croacia juntó todo su arsenal y Modric lo puso a funcionar. Su tramo final de partido, de una grandeza sobrecogedora.

Ante la debilidad de Eric, Luis Enrique dio entrada a Pau Torres pero la resistencia española dejó mucho que desear. Sin defender bien el área, incapaces de juntar secuencias de pases, estando desordenados en varias ocasiones… la remontada parecía posible y así ocurrió. Este tramo de partido será el que más preocupe a Luis Enrique, pues su equipo fue incapaz de jugar con el marcador y el moméntum del partido, quedando a merced de su rival.

En la prórroga, pese a que Croacia empezó bien y tuvo una ocasión clara para el cuarto gol, España iba a resurgir. Clave el cambio de bandas entre Olmo y Oyarzabal, con el del RB Leipzig por derecha recibiendo abierto y atacando a Gvardiol. Dalic no corrigió a un equipo que era tremendamente ofensivo y Josip Brekalo, un extremo de formación que tuvo que actuar como lateral de urgencia, quedó claramente señalado en el cuarto y quinto gol de España.

A Modric ya no le quedaba gasolina en el depósito para intentar una nueva remontada y entregó la corona. Pedri la recogió y, con la misma naturalidad con la que se mueve sobre el campo, se sentó en el trono. Con 18 años, firmó una exhibición monstruosa que deja el mundo del fútbol a sus pies.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.